Cuando eres pequeña, todo se magnifica. Para Alexia Putellas, la plaza del ayuntamiento de su pueblo, Mollet del Vallès, a las afueras de Barcelona, era un estadio de fútbol inmenso. Es viernes de algún momento de principios de los dosmil y, como es tradición, sus padres tienen cita para cenar allí con sus colegas. Ella no llega siquiera a ocupar una silla del bar, sino que espera ansiosa, de pie y apretando los labios, el consentimiento de su míster personal, su padre, para lanzarse al terreno de juego. Es su momento favorito de la semana: los límites del campo los ponen los edificios, y las columnas son las porterías. Nada que al que echarle unas horas con los chicos de su pueblo. Porque ella es chica. Ojalá hubiera sabido que algún día se convertiría en una de las mejores futbolistas de todos los tiempos. «Nunca había pensado que podría dedicarme a ello porque las estructuras no estaban como para que una niña de diez años soñara con ser futbolista. Pero siempre he sido muy feliz jugando. No necesitaba más que un balón, y me daba igual lo que hubiera a mi alrededor», explica la centrocampista visiblemente ilusionada. Hoy, dos Balones de Oro, un Mundial, varias Ligas, Eurocopas y Champions después, ella es el referente que nunca tuvo.
Alexia
Nov 21, 2023
5 minutos
“A NOSOTRAS NOS HA TOCADO ESTO; A LAS GENERACIONES DE FUTBOLISTAS ANTERIORES LES TOCÓ QUE LAS INSULTARAN POR JUGAR. Y A LAS FUTURAS LES SALDRÁ OTRA COSA...”
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