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Libro electrónico174 páginas2 horas

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De parte del Autor Mejor Vendido de la revista USA Today, Sky Corgan, llega un Nuevo romance oscuro y pecaminosamente malvado.

Siete pecados. Siete días.

Chandler Lexington:

Necesito a una musa para mi próxima exhibición.

Ella tiene que ser joven.

Ella tiene que ser virgen.

Y tiene que estar dispuesta a hacer todo lo que le diga. Sin hacer preguntas.

Emma Jones:

Nunca ni en un millón de años imagine que sería seleccionada para esta oportunidad única en la vida.

Ahora me están trasladando a una isla privada para pasar una semana a solas con el pintor de renombre mundial Chandler Lexington. Él es hermoso, misterioso y excéntrico.

Pensé que él solo me iba a pintar, pero cada mirada seductora tiene una intención oculta, y comienzo a pensar que se trata de algo más que crear arte.

Nivel de calor: Ardiente.

Advertencia de contenido: Esta novela independiente contiene escenas que pueden incomodar a algunos lectores.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento4 jun 2019
ISBN9781547591114
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    Sie7e - Sky Corgan

    CAPÍTULO UNO

    Cuando entregue mi solicitud no lo hacía enserio. Demonios, ni siquiera quería dejar mi solicitud para el concurso. Mi amiga Mia me obligo.

    Incluso cuando logre pasar a la segunda ronde donde me hicieron una entrevista cara a cara, no me esforcé mucho porque jamás, ni en un millón de años, espere ser seleccionada para esta oportunidad única en la vida. Claro, yo encajaba con los criterios: una virgen entre los dieciocho y los veintiuno años de edad, dispuesta a someterse a un escaneo medico completo y a pruebas de drogas. Pero definitivamente no creo que sea lo suficientemente atractiva para ser una modelo de cualquier clase.

    Ahora, una mujer me está diciendo que pasare una semana entera a solas con el mundialmente renombrado artista Chandler Lexington. Él es uno de los pintores más talentosos en la faz de la tierra. Y además es extremadamente guapo.

    Trato de prestar atención a los detalles mientras ella los menciona de golpe. Solo puedo asumir que esto es una exhibición súper importante para Chandler ya que se tomó las molestias de construir una casa a la medida, en medio de la nada, para trabajar. A juzgar por la oferta de trabajo, él está intentado capturar alguna especie de inocencia que solo puede proveerle una chica casta. No puedo evitar preguntarme que es lo que espera de mí. Nada se ha explicado claramente. La única información en su sitio web era que estaba buscando a una modelo para su exhibición especial. Una chica. Una semana. Sin hacer preguntas.

    Estoy llena de preguntas, pero supongo que descubriré de qué se trata todo esto cuando llegue allá.

    En los siguientes días, floto por la vida como si se tratara de algún sueño extraño. Visito al ginecólogo asignado y me hacen mi primera prueba de Papanicolaou, lo cual es extraño, por decir lo menos, pero vale toda la pena para asegurar mi futuro como modelo de una de las pinturas de Chandler. No es como si ser modelo fuera parte de mi plan de vida. Quiero ser un artista como Chandler. Bueno, parecida a Chandler. Dibujo manga, historietas para adultos con un estilo Japonés. Es un mercado difícil de abrir en América, así que probablemente me tenga que mudar, eventualmente.

    Me pregunto qué piensa Chandler sobre el manga. ¿Pensará menos de mí por tomar un enfoque más caricaturesco del arte? Tal vez no deba mencionárselo. Después de todo, el cuestionario no preguntaba nada sobre detalles personales. Todo lo que necesite para entrar fueron unas cuantas fotos y encajar con los criterios. Probablemente él espera que me quede parada y quieta mientras me pinta, y eso está bien. Cualquiera que sea su proceso de trabajo, yo lo seguiré. No debería esperar que nos volvamos amigos. Él es un hombre ocupado. Viaja por el mundo para crear obras maestras y las exhibe para que todos las aprecien. Probablemente no pueda darse el lujo de conocer a una de sus sujetos.

    Esos pensamientos son confirmados cuando me llaman para firmar un formulario de renuncia de derechos. Es muy largo y me tomo mi tiempo leyéndolo por completo. Chandler exige siete días de mi absoluta obediencia. No se me permite decir no a ninguna de sus peticiones, sin importar que tan personales sean. Se deshará de mí ante la primera señal de resistencia y empezará todo el proyecto de nuevo con otra modelo. Deja muy en claro que soy remplazable, y aunque fui su primera opción, hay otras esperando a que yo falle.

    Leer el contrato me deja un sabor amargo en la boca. Aunque no estoy segura de por qué. Esperaba un poco menos de esto. Además, no solo era una competencia. Este es el trabajo de Chandler. No debería de haber dudado de que pondría una clausula sobre que me correría si no trabajaba para él como una modelo. Al final del día, su arte es todo lo que importa.

    El abogado me dirige una sonrisa ladeada, tratando de calmar mis temores al decirme que todo lo que está en el contrato solo es jerga legal. Aparentemente, a pesar de estar sentado pacientemente enfrente de mí durante todo este tiempo mientras yo leía, debe de pensar que solo escanee superficialmente el contrato. No se me paso nada, incluida la parte donde dice que no puedo tomar acciones legales en contra de Chandler sin importar lo que él haga. Tan legal como lo es un contrato, es un poco desconcertante, pero he llegado muy lejos como para retirarme. Y aunque al inicio no me interesaba ser parte de esto, ahora lo deseo, tan siquiera para ver cómo trabaja Chandler.

    Y firmo para renunciar a mi vida durante siete días.

    ***

    Aislado ni siquiera comienza a describir donde está la locación. No me dicen nada al tiempo que me hacen entrar a un jet privado. Mi única pista sobre a donde nos dirigimos es la dirección hacia donde está encaminado el avión y el escenario que está debajo de nosotros. Para ser honesta, me sorprende que me dejaran sentarme alado de la ventana.

    El viaje es dolorosamente largo. Lo suficientemente largo que veo el océano y sé que ya no estoy en los Estados Unidos. Llega la puesta de sol. No puedo dormir porque estoy muy nerviosa. Luego el sol se levanta de nuevo y, finalmente, aterrizamos. Aun no tengo idea de en donde estamos.

    Apenas baje por completo de las escaleras del avión y ya me suben a una camioneta con los cristales polarizados que me recuerdan a algo que sucedería en una película de terror antes de que te asesinen en tierras extranjeras. Hay un ataque de pánico arremolinándose en mi interior, siempre amenazando con mostrarse. Sé que es una mezcla de nervios, miedo y falta de sueño. A pesar de lo que mi cerebro ilógico me está diciendo, estoy a salvo aquí. Mis padres podrán no saber en dónde estoy, pero saben a quién deben entregar a la policía si es que termino desaparecida. Todo estará bien. Solo necesito llegar a donde voy y tomar una siesta. Si es que me lo permiten. Chandler podría querer empezar a pintarme enseguida. El pensamiento es absolutamente agotador, pero supongo que tendré que soportarlo.

    Conducimos durante una hora más y luego me hacen abordar un helicóptero. Desde ese punto, volamos sobre el océano una vez más hacia, lo que solo puedo asumir, es una isla privada. No hay pista de aterrizaje. Solo pasto.

    ―Caminaremos el resto del camino, ―un hombre vistiendo un traje negro me lo dice cuando los motores se detienen lo suficiente para que pueda escucharlo sobre el ruido. Luce como si debiera trabajar para la CIA.

    Saltó fuera del helicóptero, sintiéndome tonta por haberme puesto un vestido. Luego, de nuevo, nadie me dijo que íbamos a hacer senderismo, lo cual es obvio ya que no hay ni un edificio a la vista. Afortunadamente, hay un caminito que podemos seguir para evitar caminar por el denso follaje que nos rodea. O quizás es un caminito que Chandler hizo; puedo ver marcas de llantas en la tierra.

    Miro el paisaje a nuestro alrededor, agradecida de no ser yo quien cargue mi maleta porque el camino es largo. Hacia nuestro este, hay una hermosa zona montañosa con nieve en las puntas. Aparte del sonido de los pájaros cantando y los insectos, puedo escuchar un rio en alguna parte cercana. No pasa mucho tiempo antes de que el bosque se aclare y el rio se haga visible. Este lugar es absolutamente hermoso. Ahora veo porque Chandler quería pintar aquí. El paisaje es inspirador, definitivamente.

    Me abrazo los costados, maldiciéndome silenciosamente por no haber pensado en traer un abrigo, aunque no había anticipado que estaríamos viajando a algún lugar de clima frio. No es lo suficientemente frio como para ver mi aliento, pero poco le falta.

    Estoy a punto de preguntarle al hombre en el traje negro cuanto más falta cuando alcanzo a ver la orilla de una cubierta mientras rodeamos una curva del rio. Un nuevo sonido se une al del agua en el rio: unos golpes fuertes en rápida sucesión. Y conforme más partes de la casa se hacen visibles, tengo mi primer vistazo de Chandler Lexington, y te roba el aliento tanto como el paisaje a nuestro alrededor.

    El dolor en mis pies por haber caminado por el bosque en sandalias de plataforma con tacón corrido desaparece, y mi cuerpo se calienta a un nivel incomodo mientras sigo mirando a Chandler fijamente, quién parece inconsciente de nuestra presencia. Está parado en la cubierta, sin playera, golpeando un saco de boxeo. Luce como algo sacado de una película con el rio pasando por debajo de los mástiles de la cubierta y una pared hecha enteramente de cristal de fondo, como parte de la casa.

    No estoy segura de que es mejor: pasar una semana en este fantástico lugar o pasarla a solas con uno de los hombres más guapos que he visto. En un sentido profesional, por supuesto. No hay manera de que me vaya a masturbar con pensamientos sobre él cada noche. No. No voy a hacer eso. No voy a sentir la urgencia sabiendo que él está a solo unas habitaciones de distancia, probablemente sin playera, acostado en una cama con ese cuerpo pecaminosamente perfecto.

    Santo Dios, y vaya que está marcado. Cuanto más nos acercamos, veo más definición muscular. Cuando finalmente nota nuestra presencia y se da vuelta con una sonrisa, mi corazón se detiene en seco.

    Santo cielo. Alguien debería estar pintándolo a él porque es la perfección reencarnada.

    ―Ah, ahí está, ―dice conforme nos acercamos al costado de la cubierta. ―Mi musa.

    CAPÍTULO DOS

    Para cuando llegamos al frente de la casa (que está al otro lado de la cubierta), y Chandler sale para dejarnos entrar, ya tiene puesta una playera. No puedo decir que estoy molesta por eso. Ya soy un desastre sonrojado, y sería difícil no ver su torso desnudo si tuviera la oportunidad de verlo de cerca.

    Aunque el resto de él es igual de asombroso. Su color de cabello combina con sus ojos. Café oscuros. Es alto, probablemente un poco más de 1 metro con ochenta. Me siento como un hobbit en comparación, de un miserable metro y sesenta centímetros. Me sobrepasa a pesar de mis sandalias de plataforma que me dan unos cuantos centímetros de altura extra. La playera que está vistiendo le aprieta tanto que esta estirada alrededor de sus bíceps. Deben se ser tan grandes como mis muslos. El short que lleva puesto lo abrazan crudamente. Definitivamente hay un bulto entre sus piernas y ni siquiera creo que este erecto. Lo veo con mi visión periférica, preguntándome si sabe que puedo ver esa parte suya.

    ―Tú debes ser Emma, ―me saluda.

    ―Mmjjmm. ―Aprieto mi bolso enfrente de mí. Mi nerviosismo está sobresaliendo con fuerza.

    ―Gracias por traérmela, Joffrey. Yo tomaré eso. ―Se estira más allá de mí para tomar mi maleta del señor CIA. ―Puedes retirarte ahora.

    El hombre en el traje negro asiente con la cabeza y se da media vuelta, sin siquiera despedirse de mí antes de dirigirse de regreso en dirección al helicóptero.

    ― ¿Te gustaría pasar? ―Chandler se hace a un lado para permitirme pasar.

    Le doy un vistazo al bosque, pensando que es una invitación extraña cuando no hay otra opción. Me agrade o no, no importa lo que pase, ahora estoy atorada aquí. Pronto, el helicóptero despegará. No hay manera de decir si siquiera hay otro ser humano en esta isla aparte de nosotros dos.

    Doy unos cuantos pasos temerosos hacia adentro antes de darme la vuelta para esperar a Chandler. Hay una esterilidad en la casa entera que es un poco desconcertante. Mientras que el lado que da al rio era acogedor, tan pronto como llegamos al frente de la casa, la vista fue completamente diferente. Cuadrado es la mejor manera para describirlo. Superficies planas de madera con una pared de cristal ocasionalmente. Las paredes que no están hechas por completo de cristal no tienen ventanas. Y ahora que estoy adentro, puedo ver una temática continua. Solo paredes. Plano, y limpias paredes color café. No hay arte en ningún lado. No hay signos de que ya haya vivido alguien en este lugar.

    ― ¿Acabas de construirla? ―Le pregunto mientras Chandler cierra la puerta detrás de nosotros. Hay un panel de control alado de la puerta. Tan pronto como la puerta se cierra, escucho como se pone un seguro. La luz verde en el panel se vuelve roja.

    ―Ha estado aquí por poco tiempo, ―me dice. Hay una calidez reconfortante en su voz. Desearía que me calmara un poco más. ―Imagino que fue un vuelo más largo de lo que esperabas. ¿Pudiste dormir en el avión? ―Toma la delantera, sus pasos son lentos y casuales.

    ―Desafortunadamente, no, ―le confieso, siguiéndolo.

    ―Entonces, probablemente debería mostrarte tu habitación primero para que puedas dormir un poco. Quiero que mi modelo este bonita y fresca antes de que comencemos.

    Gracias a Dios. Estoy tan cansada ahorita que prácticamente parezco zombie. En este momento, funciono por pura adrenalina; la emoción de estar aquí con él.

    Entre más nos adentramos al edificio, más me recuerda a una instalación secreta. Cada cuarto tiene un panel de control a un lado de la puerta. Todos están en rojo. Todos están cerrados. El suelo es de mármol de

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