Lágrimas de Fénix

Por Carlos Quevedo LLerena

«Este puede ser un buen principio». O no, porque no importan los principios ni los finales, sino los caminos. Y el mío ha sido escribir los poemas que te dispones a leer, a amar o aborrecer; como se ama y se aborrece, por instantes. La vida, el silencio, con sus misterios y sus pérdidas. No sabría describirte lo que vas a leer, solo sé decirte que en ellos se encierra mi verdad, un disparo de mi alma que lucha por escapar de la rutina mental que llevo dentro desde que tengo conciencia.

• Idioma: Español
• Editorial: Universo de Letras
• Fecha de lanzamiento: 17 may 2019
• ISBN: 9788417741266

Carlos Quevedo LLerena

Aún recuerdo a ese chico de 10 años, se miraba al espejo, veía una mera ilusión de ira y tristeza. No sabía por qué camino tirar. Decidió vendarse e ir a ciegas. Él no quería ser como el resto, menospreciaba la mínima idea de parecerse a las «personas» que visualizaba a su alrededor. No se quitó la venda, pero decidió coger un trozo de papel y expresar en forma de versos lo que su boca muda era incapaz de decir. Todas las noches, Venuit salía de su celda mental a manchar de sangre y tinta el folio.

Vista previa del libro

1

Venuit

Adicto a mis principios,

Aunque acaben en finales,

No son síntomas, son vicios,

De todos mis males.

No sueñes con ser rico,

Pregúntate cuánto vales,

No entiendo de religión,

Ni de amor, ni de edades.

Mis ojos han cambiado,

De color, no de mirada,

El cariño atado,

Junto al rencor, que te esperabas.

Lágrimas en párpados,

Marcados por la llama,

Envenena mi corazón,

Con razón te largabas.

Estoy viendo el ocaso,

Preguntando, ¿Que paso?,

Quizás fue la locura,

Que perdí entre tus besos.

Sigue vacío el vaso,

Acaso sucedió,

Solo busque el suicido,

Como libertad los presos.

2

Corona de Espinas

Escucho no va más,

Mirando al anochecer,

Viendo esos compases,

Moverse sin piedad,

Los síntomas,

Vuelven a aparecer,

Cada noche en vela,

Es una crueldad.

Miro cada día,

El reloj de mi alma,

Si se para, tendré calma,

Amaina mi tempestad,

Las noches son más frías,

Mi corazón una sauna,

La corona de espinas,

Son morfinas y maldad.

Diría que te quiero,

Pero sería mentir,

Diría que te quiero,

Pero no funciona así.

Diría que te quiero,

Y que ha dejado de latir,

Diría que te quiero,

Pero solo sé sufrir.

3

Te enseño a delirar

Me estoy viendo perecer,

Suena bastante lógico,

No pueden socorrer,

Mi final va a ser trágico.

Si te quedas vas a ver,

Un chaval paranoico,

No le salva el médico,

Tampoco los fármacos.

Si sigo me hundiré,

Quebradero de barco,

El amor verdadero,

Convirtió la sangre en charco.

Por ti rezaré,

Dispararé con mi arco,

Si rompo tu cristal,

De mi foto en tu marco.

Si no lo quieres ver,

Yo te enseño a delirar,

Tendrás que aprender,

A perder sin jugar.

No volverás a ser,

Ese trozo de papel,

Que acaba por arder,

Que todos quieren quemar.

4

Laguna Negra

Esa línea que separa,

Se para mi corazón,

Detenía mis latidos,

Que buscaban salvación.

Tuve que dar la cara,

Perder tiempo y la noción,

Trazo con mi bolígrafo,

Párrafos de emoción.

Con los pies en el suelo,

La cabeza en el cielo,

Y un amargo sabor,

Sin rencor pero con hielo.

Me cierras el corazón,

Pero aun así me cuelo,

Joder qué pensaría,

Si me viese mi abuelo,

Empecé por frustración,

Y de aquí no me muevo,

Llega el anochecer,

Y el sonido de los cuervos.

Sabes la diferencia,

La experiencia da miedo,

Me quedo tocado,

Hundido, entre mis verbos.

5

Fuiste

Mi alma,

Juega al tres en raya,

En plena batalla,

Mi mente me ametralla.

Se