Tardes de otoño y café | Desperté en tu piel

Por Montserrat García Pino

El otoño es época de nostalgia, siéntelo en tu piel.

El amor es un tren de doble vía, en una tarde de otoño. Comienza el frío y la lluvia moja tu alma. Siéntate frente a una roca junto al mar y lee... Disfruta del dolor, del placer, de la suavidad de las palabras, con las que la poetisa Montserrat García, relata esos pequeños fragmentos impregnados de historias reales. Historias que creerás haber vivido en determinados momentos y de otras que sentirás que te quedan aún por vivir. Ponte por un momento en su piel y siente el escalofrío que producen sus palabras y que seguro no te dejarán indiferente.

Tardes de otoño y café, es un poemario escrito desde el alma de una mujer, que contiene una segunda parte, Desperté en tu piel, donde adopta el rol de un hombre enamorado, escribiendo hacia el sueño de una mujer.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 15 may 2018
• ISBN: 9788417426828

Montserrat García Pino

Montserrat García Pino nace en Sabadell el 9 de febrero de 1966. Su infancia transcurre en un entorno rural, a pesar de haber nacido en la ciudad. Aficionada a la fotografía desde joven, sabe captar la belleza de cada imagen y se atreve a jugar con las palabras de la misma manera. Publicó su primera obra en junio del 2016, un poemario titulado Plumas en el corazón. Medio año más tarde ya estaba preparada para su segunda publicación. Su poemario, Heridas de pasión, que vio la luz en abril del 2017. Su gran interés por la poesía, la lleva a presentarse a varios concursos a través de Diversidad literaria, siendo seleccionada en el certamen Poetas Nocturnos III, en Versos Desde el Corazón y Erotismo Poético. Su creatividad no tiene freno, a finales del 2017 ya tiene dos poemarios más acabados, que decide publicar con Caligrama como un solo volumen, bajo el título Tardes de otoño y café. En la actualidad sigue trabajando en un proyecto todavía inacabado, una novela de misterio paranormal, comenzada en 2012.

Vista previa del libro

Arcoíris

Construiré un arcoíris en las nubes,

para pasear junto a ti de tu mano,

para soñar en tus brazos despierta

y poder decirte lo que te amo.

Pasearé desnuda por tus sueños,

porque así tú lo has deseado,

me enfrentaré a tus miedos ocultos

y me perderé contigo en un prado.

Fundiré tus sueños con los míos,

para poder despertar a tu lado

y sentir tu cuerpo junto al mío,

aunque lo nuestro sea pecado.

Y si algún día te preguntas,

hacia donde te llevan tus pasos,

pon los pies en el suelo y procura,

que no te lleven al fracaso.

Llorar

Llorar…

Cuantas veces he llorado lágrimas de seda.

Y sin mirar al olvido,

he soñado que mis ojos,

no lloraban de pena.

Llorar…

Sin llanto explícito,

devorando las lágrimas,

en un sorbo bebido.

Llorar…

Como lloran los ojos de un niño,

que su alma ha perdido.

Llorar por haber llorado,

en un mundo de locos,

sin haberte amado.

Miedo

Miedo me dan tus palabras,

no quiero oír tu desprecio,

prefiero huir de tus ramas,

y morir sin pagar tu precio.

De este mundo he de irme,

arrastrada por el viento,

fundida entre el polvo,

muerta y sin aliento.

Me robaste la sonrisa,

y también el sentimiento,

me rompiste en mil pedazos,

pérdida, así me siento.

Ya ni el sol me ilumina,

mi alegría también ha muerto,

recoge por favor mi cuerpo

y quémalo despacio, muy lento.

Silencio

Sentir que tus besos están vacíos

y que la llamada de tu cuerpo,

me causa… Silencio.

Sentir que ya no siento lo que siento,

que cuando busco una salida,

sólo encuentro… Silencio.

Silencio…

Ese sonido fuerte, que sin oírlo,

me rompe por dentro.

Y que viaja sin saberlo,

dentro de mi silencio.

Que me grita con fuerza,

sin llegar a oírlo,

y desmembrana mi ilusión,

sin ni siquiera pedirlo.

Silencio…

Sólo bruto silencio,

qué me quema la piel,

con absoluto… Silencio.

Píntame a besos

Píntame los labios con tus besos,

que no quiero perder ni un momento,

píntame locura y deseo,

que tu cuerpo aún no siento.

Rózame la piel suavemente,

que yo quiero vivir en tu cuento,

ser la protagonista en tu historia,

en la casualidad de un encuentro.

Bésame cuando esté desnuda

y bésame muy adentro,

bésame con ternura,

no demores más mí tiempo.

Que la tristeza me invade,

si no consigo yo amarte,

pues me duele el corazón

y el alma se me parte.

Tus palabras

Tus palabras…

Dulce ternura la tuya,

que sin mirarme a la cara,

redondeas formando una luna.

Con esa suavidad que delata, futuro y miedo,

recorres el camino sin mirar,

pero viendo lo que la razón te habla.

Miedo…

Arrinconado en una vida sin vivir,

que vas devorando a instantes,

lujuriando tus desvelos,

sobre la piel de tu amante.

Arrancando una sonrisa embriagada de locura.

No se puede, pero lo deseas,

deseas que los sueños se revelen

y que con locura incierta,

devoren tus temores.

Quieres deseo, ternura,

quieres una vida que no es la tuya,

sueñas, sin querer soñar,

pero el miedo vuelve a abrazarte

y no te deja volar.

¿Cómo poder?

¿Cómo poder disfrutar de tus ojos?

Esos, cuya mirada,

me hacen volar a un mundo de sueños,

que me disfrazan de niña mala

y hacen que me pierda en los rincones de tu cuerpo.

¿Cómo poder mirarte?

Sin que el hechizo de ellos,

me atraiga sin remedio a tu lado,

como dos imanes con los polos opuestos,

o como una luz atrae,

a esa polilla hasta la muerte.

¿Cómo poder mirarte?

Sin sentirme pequeña a tu lado,

necesitando de esos brazos tuyos,

que me cobijan y me dan agrado.

¿Cómo poder lograrlo?

Si volvieras...

Comencé a descubrir tus defectos,

en el momento en que dejé de amarte,

ahora no hace falta que vuelvas,

pues en mis brazos, ya no podrás posarte.

Fui feliz en esos días,

en que sin verte, te veía,

de ilusiones me sentí llena

y ahora de melancolía.

Recuerdo las rosas de tu jardín,

me enviabas fotos de ellas,

por sorpresa hoy las vi

y mi alma voló a las estrellas.

Amor sin amor,

que muere por las esquinas,

si volviera yo a tenerte,

si volvieras, yo que haría...

Borrachos de amor

Bebimos demasiado amor esa noche,

con lujuria y desenfreno,

bebimos besos tiernos de pasión,

bebimos besos de veneno.

Nuestra piel derramaba su esencia,

en el aire se podía respirar,

el aroma del fuego de tu cuerpo,

poco a poco sin vida he de quedar.

El veneno recorre ya mis venas,

galopando te voy a disfrutar,

esta será nuestra última noche,

si con vida, yo quiero estar.

Pasarán los días ya sin verte,

la locura me debo arrancar,

no eres bueno y no debo quererte,

pues mi alma quieres marchitar.

Pasarás a formar parte de mi abismo,

del olvido y la mediocridad,

te cruzarás nuevamente en mi camino,

más mis ojos, no te querrán mirar.

Sentirme la más amada

Me sentí tan... pequeña en sus brazos,

que era como una suave melodía.

Su aroma varonil,

ese que me embriagaba,

me arrastraba hacia esos rincones,

que su cuerpo guardaba para mí.

Me dejé llevar,

con mis alas atadas sobre el pecho,

a un mundo de fantasía que él me regalaba.

Cerré los ojos para ver desde dentro

y un paraíso surgió en su mirada.

Soñé con los sueños de ayer

y recogí mis lágrimas derramadas,

para poder llegar al cielo

y junto a él…

Sentirme la más amada.

Tenerte

Tenerte...

Flores secas, sobre mis manos,

la piel muerta y sin olor,

acariciando, hojas secas,

acariciando, mi dolor.

Tenerte...

Mirando aquellas fotos de antaño,

la piel brillaba con resplandor,

marchita ahora, más mi alma,

refleja la belleza, de una flor.

Tenerte...

Desnudo ahora sobre mis sábanas,

jugando con pasión,

bebiendo a sorbos, de tus labios,

bebiendo tragos, de tu amor.

Tenerte...

Sueño efímero triste y fugaz,

mi deseo aquí muere,

sin poderte entregar,

aquellos besos que sobraron

y aquellas caricias, que hubo de más.

Mar de amores

He visto tu reflejo en el agua,

tras la sombra de mi alma

y era dulce melodía,

porque de un amor hablaba.

Con palabras insonoras,

tu lenguaje me ha arrastrado,

hacia aguas tentadoras,

donde tu cuerpo he amado.

Mar adentro, mar afuera,

como acunan esas olas,

con el roce de tus labios,

besos tiernos, a todas horas.

Dame gozo y dame vida,

dame tu amada sonrisa,

que sin ella yo no