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El puente hacia la luz y el amor
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Libro electrónico251 páginas8 horas

El puente hacia la luz y el amor

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Información de este libro electrónico

Michael and Kathie Waters se consideraban a si mismos ciudadanos comunes y corrientes, hasta que una devastadora enfermedad les llevo a un viaje que era todo menos regular. Cuando un camino inesperado se abrió a ellos, una serie de eventos inesperados los lanzó a una sorpresiva iluminacion espiritual. Basado en una coleccion de diarios, este libro cuenta su increible historia de manera honesta y humana.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento16 may 2019
ISBN9781547589920
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    El puente hacia la luz y el amor - Michael and Kathie Waters

    1.

    El puente de regreso a casa.

    Dedicatoria.

    A Marj y Fred Franke, y Yvonne Zaska por su corazón abierto (¡y las muchas horas de edición!). Y a la Dra. Rosie Khun por su consejo y apoyo.

    Este inusual libro que tienes en tus manos cuenta la historia de la increíble pero verdadera odisea de tres años vivida por los autores, Mike y Kathie Waters, iniciando en el otoño del 2013. Esta historia se narra a través de los recuerdos en tándem escritos por ellos, mientras se desenvolvía su accidental travesía.

    Su viaje destrozaría por completo su antigua percepción del mundo en el que vivimos y los llevaría a un lugar de iluminación espiritual.

    Originalmente escrita en diarios por ambos autores mientras los eventos iban ocurriendo, Kathie relata sus experiencias mientras Mike explora su profundo significado en sus comentarios al final de los capítulos.

    Algunas veces narrada con humor y a menudo llena de recuerdos emocionales, esperamos que se adentre a nuestra historia con el corazón y la mente abiertos.

    Empecemos...

    2.

    La casa que nadie quería – Por Kathie

    A veces elegimos una casa para vivir, según nuestras necesidades y los atributos de la casa. Otras veces la casa nos elige a nosotros. Cuando esto sucede, a menudo decimos que la decisión de comprar la casa se basó en aplacar el corazón, no en el sentido común.

    La casa en la que Mike y yo criamos a nuestra familia es un excelente ejemplo de una casa que nos elige para que la habitáramos. El porque decidimos comprarla en ese momento, no podría explicarlo. Habíamos pasado frente a ella una docena de veces, cuando visitábamos a la hermana de Mike al final del camino, y yo admiraba sus cualidades pintorescas y encantadoras, como una antigua casa de campo inglesa de una época pasada. También me encantaba el exuberante valle verde (con el rio que lo atraviesa) en el que estaba ubicada.

    Cuando la hermana de Mike falleció, no hubo más motivos para transitar por ese viejo camino, hasta que años más tarde decidimos mudarnos al país y comprar una casa más espaciosa para nuestros dos hijos pequeños y un enorme perro sabueso. Inexplicablemente, pasamos por el viejo camino del rio una vez más y nos sorprendió saber que la casa estaba vacía. Un anuncio de venta se encontraba en el césped delantero.

    – ¡Mike, mira! ¡Esa linda casita esta en venta! ¡Detengámonos y echemos un vistazo!

    Siempre tuve curiosidad de cómo se vería por dentro. Sabía que estaría cerrada, por supuesto, pero podríamos ver por las ventanas y fisgonear por el patio trasero. (No se considera invasión de propiedad si esta en venta, ¿cierto?).

    Revise la puerta del patio: no estaba cerrada, así que pasamos. Para mi deleite, el patio trasero era enorme. Mike dijo que nuestro perro Murphy lo amaría aun más que nuestros hijos, había tanto espacio para que todos corrieran y jugaran.

    Mike me señaló un árbol de arce que sería perfecto para una casa en el árbol. Sonreí y me imaginé la casa con un columpio hecho de neumáticos colgando de abajo.  Luego eché un vistazo alrededor a todo el espacio abierto. Siempre quise tener espacio suficiente para jardines y aquí había de sobra.

    – Kathie ven aquí, yo te levanto para que puedas ver por las ventana – dijo Mike, parado cerca de una de las ventanas.

    Fruncí el ceño al ver las ventanas, parecían estar tan arriba, no podía entender porque.

    – Probablemente sea por la posibilidad de inundación – me explicó Mike, luego me recordó que el rio estaba justo detrás de los arboles al otro lado de la calle.

    – ¿Eso quiere decir que la propiedad se inunda en la primavera? – Me alarmó la posibilidad.

    –  No, hay una presa ahora, pero esta casa se construyó mucho antes de eso.

    Con dificultad tomé el alfeizar de la ventana mientras Mike me levantaba, pero no podía ver nada. Tendríamos que esperar a ver el interior de la casa cuando nos reuniéramos con el agente de bienes raíces.

    ****    ****   ****    ****

    Cuando el agente nos dejó entrar, pude sentir mi entusiasmo disminuyendo hasta convertirse en decepción. La sala, el comedor y la cocina estaban todos en una misma habitación. Se veía tan pequeño. Había un pequeño baño, y no podría imaginarme cocinado en la cocina y poder moverme con libertad.

    Mike y el agente de bienes raíces no notaron mi expresión sombría mientras hablaban de los detalles de la casa. Apenas podía escuchar lo que estaban diciendo, sabía que no tenía sentido seguir hablando de la casa en la que probablemente nunca viviría. Me escabullí por la puerta trasera. Tenía una hermosa valla blanca separando el frente del corredor (el patio cubierto entre el garaje y la casa).

    Me quedé de pie en el soleado patio mirando el árbol de arce que podía tener una casa del árbol y el enorme espacio para los jardines florales y vegetales. Me imaginé como se vería un patio adoquinado y una enramada para las ramas de clematis que me encantan. Dejé escapar un profundo suspiro, el patio era tan perfecto. ¿Por qué no podía ser el interior de la casa así de perfecto?

    Mike salió y se puso a lado mío, poniendo su brazo sobre mis hombros.

    –  Bueno, ¿Qué piensas?

    Cuando vi su cara sonriente, apenas pude responder. ¿Estaba considerando comprar la casa?

    –  Lo que pienso es que un duende podría vivir aquí, ¡eso es lo que creo! 

    Sonrió con calma y tomó mi mano, llevándome a la cima de la colina en la parte posterior de la propiedad. Más allá había una cinta de verde y empinada de árboles que parecían llegar hasta el cielo. Olía a tierra fértil y agua fresca. Volteamos hacia la casa y las propiedades vecinas. Una casa de troncos histórica se encontraba más allá del estanque de al lado, invisible desde el patio de la casa con árboles dividiendo ambas parcelas. Era tan pacífico, todo lo que se oía eran los pájaros cantando en los cedros.

    –  Es hermoso aquí arriba, ¿no? – comentó Mike.

    –  Estas tratando de convencerme de comprar esta casa. – Lo acusé.

    –  No, no lo hago. Solo digo que es una hermosa propiedad.

    –  Mike, la casa es muy pequeña, y lo sabes.

    Suspiré. Él es un contratista de remodelaciones y supe que sutilmente estaba tratando de decirme que el tamaño de la casa no sería un problema permanente. Procedió a decirme que la propiedad estaba lista para mudarnos y que sería una gran actualización con respecto al apartamento que alquilábamos temporalmente (no era algo fácil con un perro enorme). Parecía ser que los dueños se habían mudado dos años antes y la casa había permanecido vacía desde entonces. Había estado tanto tiempo en el mercado que los propietarios estaban dispuestos a rentárnosla hasta que tomáramos una decisión sobre comprarla o no.

    –  Suenan bastante desesperados. Quisiera saber porque se mudaron. Ciertamente no me imagino tener dos hipotecas al mismo tiempo. Sería financieramente agotador.

    –  El agente de bienes raíces dijo que no podían soportar vivir aquí y que mudaron de manera repentina. No parece que lo hayan pensado antes de mudarse.

    Me senté en el césped y pensé en lo que dijo.

    –  ¿Qué más te dijo sobre la casa?

    –  Solo que se encuentra en un antiguo cementerio indio. Tiene que mencionar ese tipo de cosas.

    Esta confesión no me molestó en lo absoluto, y antes de darme cuenta ya estaba desempacando en nuestra nueva casita. No podría decir como es que sucedió. Solo recuerdo estar sentada en la fragante hierba en esa ladera y sentirme como en casa.

    ****    ****   ****    ****

    El hecho de que algunas de las propiedades en nuestra localidad solían ser un cementerio parecía ser de conocimiento común entre nuestros vecinos. De principio me había sorprendido y me pareció interesante que, si bien nadie tenía historias raras o experiencias inusuales, todos sentían la necesidad de que los recién llegados supieran de su existencia. Nunca más volvió a mi mente después de eso; sentí que era solo una legenda histórica interesante.

    Dejando de lado las leyendas, la historia afirma que el rio en nuestro valle fue utilizado como carretera para los indígenas nativos. Los bosques aquí eran tan densos en ese entonces con sus cedros sagrados que hacer senderos maniobrables era demasiado difícil. Tenía más sentido ahuecar los troncos de los arboles para hacer canoas y viajar por el agua.

    El rio alguna vez estuvo lleno de salmón, su principal fuente de alimento. Desafortunadamente, el salmón se agotó hasta casi quedar extinto cuando los primeros colonos llegaron.  Junto con el salmón se fueron los cedros sagrados. Fueron deforestados y quemados para darle lugar a la tierra de cultivo. Aun se podían ver los enormes muñones en el bosque detrás de nuestro hogar, con los huecos cuadrados grandes de la tirada dejada por los madereros, un triste testimonio de su legado.

    Me pareció afortunado que nuestra nueva propiedad haya conservado su propia belleza natural, dado que nunca se le habían hecho mejoras embellecedoras, fuera de la limpieza de la maleza por parte de los antiguos propietarios. Me di a la tarea de trabajar en el trazado de los jardines mientras Mike construía una adorable casa en el árbol de arce, con una terraza y un columpio colgado debajo.

    Nuestros hijos Ryan y Kelsey tuvieron innumerables horas de diversión persiguiendo a Murphy por todo el patio. ¡Murphy nos sorprendió al subir la escalera a la casa del árbol! A menudo lo encontraba tomando el sol en su terraza.

    Cumplí con mi visión del patio adoquinado en el césped, rodeado por flores. Trabajé por semanas, desenterrando césped y vertiendo hormigón en una forma que imitaba los adoquines del suelo del patio.

    Mike prometió construir una enramada para poner las ramas de clematis que quería. Escogí un lugar que se alineaba con la puerta trasera de la casa. Quería que se viera como una entrada formal al patio, cubierta  de coloridas enredaderas en flor.

    De rodillas cavé agujeros con una pequeña pala. Cuando empecé a escarbar escuché un suspiro. No venía de ninguno de los niños o de Murphy; era un profundo suspiro de hombre. Vi detrás de mi, esperando ver a un hombre pero no había nadie. Estaba completamente sola en el patio. ¿De donde venía ese sonido? Escuché por un minuto pero no escuché nada más. Me encogí de hombros y seguí cavando.

    Cerca de seis pulgadas debajo del césped, mi pala golpeó algo duro. Se sentía demasiado grande para ser una roca,  y escarbé alrededor para poder sacarlo. Cuando limpié la tierra pude ver que era de concreto con un cuadro en el centro. Eran los restos de un poste  que había sido reforzado con cemento. Me pregunté porque un poste tenía que estar hundido en medio del patio de esa manera. Me pareció bastante extraño, pero saqué el viejo concreto y profundicé el hueco. Después, medí en donde quedaría la otra porción de mi entrada y comencé a cavar. De nuevo, cerca de 6 pulgadas de profundidad, había otro poste de concreto.

    Me senté sobre mis talones, bastante sorprendida. Miré los postes de la cerca en cada lado de la propiedad. Todos eran del tipo de metal delgado con alambrado. No necesitaba refuerzo. El antiguo dueño había puesto  esta cerca para contener a su pequeña niña. Umm.

    Estos viejos postes en medio del patio parecían ser de una puerta. Se habían podrido, obviamente, por años y los agujeros de refuerzo habían sido cubiertos cuando los antiguos propietarios despejaron la maleza y plantaron el césped; que coincidencia que estaba poniendo una puerta en el mismo lugar de esa vieja entrada. Lo tomé como una buena señal de que estaba haciendo lo correcto.

    ****    ****   ****    ****

    Durante los siguientes años, pasé muchos días agradables plantando dedaleras moradas y bocas de dragón que se multiplicaban solas año tras año. Azaleas y rododendros que le dieron manchas de color al paisaje, mientras la clemátides se desparramaban por los lados del portal arqueado que Mike construyó para mi.

    En días hermosos, salíamos al patio y veíamos a los colibríes beber de las flores mientras las libélulas se abalanzaban y zambullían por lo alto. A menudo observábamos a pequeños conejillos marrones saltando por la hierba para pastar en la sombra. Se convirtió en nuestro oasis relajante después de un largo día de trabajo.

    Nuestro hijo Ryan gustaba de salir a jugar con su hermano Murphy (como adoraba a ese perro). Me pareció desafortunado que su pequeña hermana Kelsey no estuviera tan impresionada con nuestro nuevo lugar de reunión. Era una mariposita extrovertida y social y no podía hacer que sus amigos jugaran allí.

    – Kelsey, es un poco espeluznante aquí. – Les escuché decir. Noté que miraban nerviosas a los arbustos y los arboles. Sacudí mi cabeza con asombro: ¿Cómo es que veían la belleza natural y les parecía espeluznante?  Para mi, emanaba su propia esencia terrenal, un ambiente feliz y amistoso.

    Un hermoso día de primavera estaba de rodillas preparando una cama de dalias en la parte trasera del patio cuando tuve lo que solo podría describir como una experiencia extra corpórea.

    Un momento estaba sacando malas hierbas y el siguiente me observaba a mí misma desde la enredadera de clemátides. Claramente me vi de rodillas trabajando, pero detrás de mí había un hombre. Tenía el cabello gris y largo hasta los hombros, con partidura en el centro.  Vestía una camisa gris y desteñida, una de esas camisas de trabajo del siglo XIX sin botones. Estaba de pie, con los brazos cruzados sobre el pecho, asintiendo con la cabeza en señal de aprobación, sonriéndome. Definitivamente era un nativo americano. Entonces de repente, estaba dentro de mi cuerpo de nuevo, mis manos agarrando la hierba.

    Me senté en mis talones y observé a mi alrededor. Si, estaba sola. No podía entender que era lo que había pasado. ¿Había sido acaso una ensoñación diurna? Parecía muy real. ¿Sería posible que hubiera tenido un sueño vívido mientras estaba despierta? Lo desdeñé como algo que pasa cuando trabajas demasiado tiempo bajo el sol ardiente.

    3.

    La mejor peor cosa – por Kathie

    Con el paso del tiempo en nuestro verde valle, nuestra casa crecía en tamaño gracias a las habilidades de remodelación de Mike. Estaba emocionada con cada avance logrado, especialmente con dos niños activos y en desarrollo, y un sabueso aullador.

    No podía comprender en ese momento como nuestro adorable Murphy podía cambiar de personalidad tan rápidamente al aire libre. Los sabuesos Coon no ladran, aúllan; un largo aullido típico de la mayoría de los sabuesos. Salía al patio trasero y le aullaba a la nada por horas. Yo salía al patio trasero y lo veía enfocado en un punto vacío en el patio, aullando como lunático hasta que lo llamaba de nuevo a meterse a la casa (los pobres vecinos deben haberlo odiado). No había ciervos, estaban aterrorizados de Murphy así que se mantenían alejados. Tampoco había ardillas y, por alguna extraña razón, ignoraba a los conejos. 

    Mientras nuestro perro se agitaba a menudo en el patio, a mi me encantaba. Seguía siendo mi lugar favorito de la propiedad... excepto en las noches. A menudo me atraía quedarme afuera a la luz de la luna, pero después de unos pocos minutos podía sentir el vello detrás de mi cuello erizarse. Sentía que alguien estaba parado cerca de mí, mientras estaba completamente sola. Inquieta, volvía al interior de la casa. Me sentía como una cobarde, como si de pronto me diera miedo la oscuridad.

    Me quedaba pensando si ese sentimiento era el mismo que Kelsey y sus amigas sentían cuando salían a jugar. Incluso en días soleados, salían corriendo a jugar pero a los pocos minutos regresaban adentro, demasiado espantados como para estar solos en el patio. En aquel entonces pensaba que eras un montón de niñas tontas, pero algunas veces tenía que considerar que se debía el alboroto.

    En ese momento, había escuchado un par de historias sobre el vecino de al lado. Era un consejero que trabajaba principalmente con pacientes nativos americanos. A menudo tenía eventos espirituales de vapor en su propio patio para estas personas, con tambores y cantos. Nos contó un par de historias sobre haber visto figuras brumosas o apariciones participando junto con los vivos durante algunos de los eventos nocturnos que ha patrocinado. Francamente, sonaba como cuando los niños cuentan historias en los campamentos de verano y por tanto, no le presté mucha atención.

    Si mi mente hubiera estado abierta en ese entonces, probablemente habría pensado mas en algunas de las historias y sentimientos, pero me temo que simplemente no estaba ahí en ese momento.

    Creo que algunas personas nacen naturalmente con una mente abierta al contrario de la mayoría de las personas. Lo que creo definitivamente es que a veces toma un evento monumental para que una mente se abra. Eso fue lo que tomó para mí, un evento realmente monumental.

    ****    ****   ****    ****

    Recuerdo haber mirado el teléfono en mi mano mucho después de que la persona que llamó colgara. Mi subconsciente debe haber estado tratando de convencerme de que la llamada había sido solo un sueño, que la clínica no había llamado para decirme que tenía cáncer de seno. El tiempo se detuvo por un momento antes de que pudiera colgar el teléfono.

    Mi siguiente pensamiento fue como si me estuviera hundiendo en arenas movedizas emocionales. Las palabras del doctor volvieron a mí y sentía que me sofocaba. De las cuatro etapas del cáncer de seno (siendo la cuarta la peor), yo estaba en la dos y medio. No es el peor de los casos, pero tampoco es el mejor. Estaba demasiado sorprendida como para haberle preguntado al médico cualquier cosa, me cuestionaba si eso significaba que tenía una oportunidad de vida de cincuenta porciento.

    Recordé que tan recientemente como en la década de los ochentas, era prácticamente un hecho que una mujer tuviera pocas posibilidades de sobrevivir. ¿Significaba esto que iba a morir? Me dolió profundamente en el corazón.

    La peor parte fue la espera. Recibí las terribles noticias en Julio, y mi mastectomía tendría que esperar hasta septiembre. Tuve el mejor cirujano especializado en mamas en el Noroeste, pero si mi cáncer se había propagado a mis ganglios linfáticos, entonces mis probabilidades no serían buenas.

    Recibí amor y apoyo de amigos y familiares, pero sabía que no había algo que ellos pudiera hacer por mi.  No había una varita mágica o píldora milagrosa, solo la esperanza y la fe.

    Mike, bendito sea, me animaba a mantener una actitud mental positiva. Pero no la tenía, en cambio tuve la peor actitud posible. (¿Por qué me esta pasando esto a mi? ¿Qué hice para merecer esto? ¡Esto es tan injusto!)

    Sabía que no me estaba ayudando pero, por más que lo intentaba no podía mantenerme entera.

    –  Tienes todo este tipo en tus manos y todo lo que haces es llorar. Deberías estar haciendo algo positivo con tu tiempo, no enviar tu dolor al universo. – Me dijo Mike.

    Sabía que tenía razón. Había leído los estudios clínicos que prueban que una actitud positiva puede hacer una gran diferencia para una persona en mi posición. Pero estaba ocupada en mi duelo, y cuando no lo estaba, estaba furiosa. Furiosa con mi cuerpo por ponerse en mi contra. Tenía tantas

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