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El lado oculto de la transición planetaria
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El lado oculto de la transición planetaria
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El lado oculto de la transición planetaria

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La era de regeneración llegó. Cambios profundos e impostergables van a ocurrir para que, en este nuevo tiempo, seamos más conscientes de nosotros mismos y de nuestro compromiso con la promoción espiritual del planeta. Para alcanzamos estos cambios precisamos mirar para nosotros mismos y procurar primer nuestra auto-transformación, conducirnos a una nueva vida plena y verdadera. Solamente así estaremos preparados para, por medio de nuestros pensamientos, palabras y acciones, construíamos un mundo nuevo. Para que lleguemos a ese objetivo, no basta que estemos conscientes de la transición planetaria por la cual pasamos. Es indispensable comprenderla, para que posamos encontrar nuestro real papel en la transformación de la Terra.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 dic 2016
ISBN9788563365781
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    El lado oculto de la transición planetaria - Wanderley Oliveira

    1

    Tratando un caso de magia

    Por tanto, si estando ofreciendo tu ofrenda sobre el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda, delante del altar, anda y reconcíliate primero con tu hermano; entonces, ven y ofrece tu ofrenda.

    Mateo, 5:23-24.

    Nuestro equipo del Hospital Esperanza¹ llegó al Grupo Espírita Fraternidad (GEF), puntualmente a las 19:30 hrs. El local estaba repleto. Estaban presentes, en aquella noche, el Espíritu José Mario², nuestro Coordinador de servicios mediúmnicos; el Espíritu Inácio Ferreira³ y el equipo de defensa del hermano Ferreira⁴, con más de 40 colaboradores.

    El hermano Ferreira, también conocido entre nosotros como el cangaceiro⁵ del Cristo, distribuyó su equipo de defensa a las puertas de la Casa Espírita, agregando a su contingente a casi 200 otros colaboradores que se destacaban por los cuidados de la seguridad espiritual en aquella agremiación.

    Informaciones actualizadas de los censos espirituales nos dan noticias que el planeta Tierra tiene aproximadamente 35.000.000.000 de Espíritus. De esos, 7.000.000.000 están en la vida física y los otros 28.000.000.000 en las diversas fajas espirituales próximas al planeta, divididos en varios niveles de evolución y perfeccionamiento.

    Haciendo cuentas, son cuatro Espíritus para cada persona reencarnada. En una Casa como el GEF, con aproximadamente 180 personas vinculadas en las actividades, vamos a tener como resultado más de 700 Espíritus componiendo la familia astral de aquel lugar.

    Las cuentas ni siempre son así tan exactas, no obstante, con esa pequeña proyección, es posible tenerse una idea del intenso movimiento que existe en el llamado mundo invisible, en torno de una aglomeración de fuerzas espirituales.

    La búsqueda por tratamientos espirituales es una de las actividades que más movilizan los trabajos de aquella Casa de amor. El dolor y la aflicción de la sociedad ha llevado a muchas personas al encuentro de Dios. La búsqueda por la cura, por el alivio y por la orientación es una necesidad inquietante en la humanidad. En esas noches, con frecuencia, podemos contar más de 1.000 desencarnados vinculados con el trabajo, entre colaboradores y necesitados de ayuda inmediata.

    Un Centro Espírita erguido en nombre del Cristo es un polo de servicios y, por más que nuestras Casas de amor necesiten avanzar en el perfeccionamiento de sus iniciativas, necesitamos destacar su función de condensador de fuerzas superiores para el bien.

    Nuestros hermanos en el GEF presentan disposiciones afectivas muy ricas. El deseo de servir y amenizar los dolores humanos es un ideal de todo el grupo. Son compañeros muy preparados en los estudios de la Doctrina y en la práctica mediúmnica.

    El equipo mediúmnico del GEF, compuesto por 18 miembros, o médiums, se encontraba en oración y concentración en la sala apropiada, buscando la sintonía con nuestro Plano, suplicando a los Bienhechores espirituales las condiciones necesarias para entregarse al trabajo con amor y devoción.

    Los médiums Paolo y Suzana eran portadores de facultades mediúmnicas extraordinarias: Psicofonía, psicografía, desdoblamiento, magnetismo curador y otras más. Ellos representaban, de alguna forma, el albo de las mejores esperanzas a favor del prójimo. Como médiums de incorporación, facilitaban mucho nuestra relación de coparticipación con el grupo.

    Ellos eran procedentes de los cuadros de trabajo de la Federación Espírita de su Estado, muy bien formados y con el ideal de servir en el corazón.

    Con el tiempo, no consiguiendo adecuarse a la traba de imposiciones rígidas de los ambientes más formales, se desvincularon de las actividades y fundaron la agremiación en la cual ahora se encuentran, en pleno y seguro ejercicio de sus facultades mediúmnicas con Jesús.

    Iniciamos las tareas con el estudio del Evangelio, con aproximadamente 150 personas en el salón. Simultáneamente, en otra sala menor, los trabajadores del grupo mediúmnico se dieron las manos e hicieron una sentida oración a María de Nazaret, rogando por el trabajo de la noche. Enseguida, se colocaron al lado de las hamacas dispuestas una al lado de la otra.

    Llegué más cerca de Paolo y le dije:

    ―M’hijo, tenemos un trabajo de liberación fundamental de una joven de 28 años de edad, llamada Cibele. Esté atento a mis orientaciones.

    ―Doña Modesta, estoy a su disposición. Que Jesús nos guarde en el trabajo ― contestó él mentalmente.

    La primera a entrar fue Cibele. Muy flaca, fue traída por el cariño de los padres.

    Manteniendo discreción sobre mi orientación y las demás que recibió del Espíritu Dr. Inácio, Paolo acostó a la joven en la hamaca y, por medio de la videncia mediúmnica, percibió dos minúsculo alfileres introducidos en medio de las cejas de ella que emitían una extraña energía. Dirigiendo la palabra a los padres, bajo la completa asesoría del Dr. Inácio Ferreira, Paolo dijo:

    ―Ella está tomando muchos remedios que le están haciendo mal.

    ―¿Usted recomienda que retiremos los remedios? ― preguntó el padre afligido y sorprendido.

    ―De ninguna manera, recomiendo que la lleven a otro médico. Los remedios están inadecuados. Algunos tipos de ansiolíticos ⁹ contribuyen con la abertura de la sensibilidad mediúmnica de determinados chakras, y eso, en el caso de ella, es una puerta que se abre para la entrada libre de los adversarios espirituales. Es necesario que sea medicada por alguien más competente y, de preferencia, que tenga conocimientos espirituales. Ella recibirá una asistencia ahora, pero deberá volver aquí más veces para la continuidad del tratamiento. Y, esta noche ella tendrá un sueño muy profundo.

    ¡Nossa⁷! ¡Que Dios le oiga, porque ella está sin dormir hace más de 72 horas!

    ―Lo que haremos aquí, hoy, no es una cura. ¿Entendió? ― dijo el médium ya totalmente incorporado por el Dr. Inácio en su mediumnidad de psicofonía.

    ―Sí, entendí. ¿Puedo hacerle una pregunta? ¿Cómo es mismo su nombre?

    ―Mi nombre es Inácio Ferreira y el médium se llama Paolo. Puede preguntar lo que quiera.

    ―Dr. Inácio, ¿Usted Cree que eso sea macumba ¹²?

    ―¡Sí, y de la buena! Pero, aquí hay más que macumba.

    ―¡Dios mío! ¿Más que macumba? ¿Qué es lo que puede existir de peor? ― dijo el padre angustiado, mientras la madre permanecía llorando por el dolor de la hija.

    ―Su hija está enferma mentalmente. Es deudora ante la propia conciencia. Voy a explicarle mejor eso, después del tratamiento. Se aparten un poco más, por caridad, y manténganse en clima de fe.

    Paolo, incorporado mediúmnicamente por el Dr. Inácio, se entregó completamente, en régimen de fe incondicional.

    Al Dr. Inácio le gustaba decir que se sentía en casa. Varias veces le oímos mencionar que, incorporado en Paolo, él se sentía reencarnado por algunas horas, la fidelidad, la espontaneidad y la entrega del médium, eran sin tamaño.

    La joven oía todo con una fisionomía de miedo. Después de acostada en la hamaca, el Dr. Inácio pidió para que ella cerrase los ojos, que se mantenía inmensamente abiertos y con las pupilas muy dilatadas. El Dr. Inácio apretó la región lateral izquierda de la cabeza de Cibele y le dijo:

    ―M’hija, vamos, cierre los ojos y me responda: ¿Hasta cuándo se va a sentir culpada?

    ―¡Es que yo maté, con certeza! ― contestó ella. ― ¡Y haría eso de nuevo, si fuese necesario, por causa de lo que él me hizo!

    ―Él te traicionó, es verdad, pero, ¿crees que corregiste la actitud de él con el odio?

    ―¡Yo no me importo con eso! ¡Quería venganza y la tuve!

    ―Hoy él está aquí nuevamente a tu lado. ¡Ve cómo Ustedes se encontraron! La venganza sólo trae más mal. ¿Consigues percibir?

    ―¡Yo no me importo con nada más! ¡La vida acabó en aquel día de traición!

    ―Entiendo. Pero, ¡ve lo que sucede cuando conseguimos desligarnos del pasado, m’hija!

    El Dr. Inácio retiró los dos alfileres de la frente de Cibele con una pinza y la joven sintió un cambio inmediato.

    ―Mi cabeza está rodando... Yo voy a desmayarme...

    ―Eso pasará luego. Quédate quieta, mientras hago una cirugía en ti.

    Y... de repente, ella comenzó a contorcerse en la hamaca hablando con un acento español.

    ―¡Yo no soy Cibele, soy Hanna! ¡Y no quiero ser Cibele! ¡Yo no soy de aquí! ¡Yo no quiero esta vida! ¡Yo quiero volver! ¡Yo quiero volver!

    Los padres de Cibele, aunque ya hubiesen presenciado una crisis similar de la hija, se quedaron asustados. El Dr. Inácio repitió el pedido de fe a ellos.

    Mientras Inácio usaba las facultades mediúmnicas de Paolo, totalmente incorporado, yo desdoblé al médium que, con rara facilidad, fue llevado por mí para fuera del GEF. Allí en la calle, en la entrada de la Casa, se trababa una discusión entre el hermano Ferreira y dos vampiros espirituales. Andrajosos y con una apariencia repugnante, ellos amenazaban entrar en la Casa para rescatar a Cibele.

    Paolo se adelantó a nuestro grupo, los miró fijamente a los ojos y les dijo:

    ―¡Tomen, les devuelvo lo que les pertenece! ¡Ella está libre en nombre de Nuestro Señor Jesús Cristo! ― les dijo firmemente, devolviéndoles los alfileres, que eran implantes tecnológicos con los cuales teleguiaban la mente de la joven.

    Ellos se sublevaron aún más. Salieron escoltados por los guardianes del grupo bajo el comando del hermano Ferreira, diciendo, como o de costumbre, que volverían con un grupo mayor y que no sabíamos en el embrollo en que estábamos entrando.

    Inmediatamente, después de la salida de los vampiros, regresamos al interior del GEF, en el plano astral, y reconduje a Paolo de vuelta a su cuerpo. Cibele ya presentaba una nítida mejoría, sin embargo, aún estaba un poco aturdida. Volviendo a sí, ella dijo:

    ―¡Dios mío! ¿Dónde estoy? ¿Qué es lo que está ocurriendo conmigo? ¿Quiénes son ustedes? ¡Papá! ¡Mamá! ― al verlos, ella se levantó de la hamaca e intentó correr para abrazarlos, pero casi cayó al suelo.

    Entonces, el Dr. Inácio solicitó que los padres se aproximasen de Cibele y le diesen las manos a ella. Y, dirigiéndose a la joven, le dijo:

    ―Mi nombre es Inácio. Tranquilízate. Estás siendo tratada espiritualmente, m’hija.

    Paolo, entonces, regresó más cerca de su cuerpo físico, aún incorporado mediúmnicamente, y observaba a cierta distancia la continuidad del tratamiento. El Dr. Inácio fijo los ojos en los de Cibele y, solicitando a la familia que se aproximasen, indagó:

    ¿Usted tuvo objetos hurtados recientemente, mi estimada joven?

    ¿Cómo Usted sabe de eso, Dr. Inácio?

    ―Yo no sé, solamente le estoy preguntando.

    ―Sí, es verdad, robaron mi cartera de mano hace un mes, con mis documentos, cheque y objetos personales.

    ―Estás siendo albo de magia, Cibele.

    ―¿Por eso estoy loca?

    ―No, la enfermedad te pertenece. Traes de otras vidas compromisos de conciencia severos, sustentados por tu conducta.

    ―¿Cuál conducta?

    ―En el afecto.

    ―¿Cómo es eso, en el afecto?

    ―Fuiste muy ofendida y te atollaste en los pantanos de la venganza. Las pendencias kármicas siempre son una sombra infeliz atormentando la mente, m’hija. Tu enfermedad mental nació allí, en las heridas dolorosas provocadas por la culpa en tu alma.

    ―¿Es por eso que estoy sufriendo tanto así?

    ―No es lo que hiciste en el pasado que te perturba, pero sí, tus actitudes de hoy, en función de ese pasado infeliz. El pasado se fue, pasó. No obstante, podrías repáralo trayendo de vuelta, en los brazos tiernos de la maternidad, a quien tanto amas. ¿Te gustaría ser madre?

    Cibele comenzó a llorar convulsivamente ante la pregunta, y, con la voz embargada, contestó:

    ―¡Es mi sueño! ¡Yo tengo la idea fija de tener un hijo!

    ―¿Es por eso que estás con él?

    ―¿Él, quién?

    ―El hombre con quien has salido.

    ―¿Cómo usted sabe de eso? ― y dirigió la mirada con expresión de verguenza para sus padres, que no sabían de nada.

    ―He allí el origen de todo tu dolor, m’hija. Escogiste a alguien comprometido y atizaste el odio de personas que se sienten traicionadas. Estás siendo albo de magia por total irresponsabilidad de tu parte.

    ―¡Qué horrible! ¡Yo muero de miedo de eso!

    ―Es mejor que por lo mismo tengas miedo, porque la vida te está solicitando cambios. Estás pisando en suelo minado y vas a necesitar de apoyo.

    ―¿Quién está haciendo eso contra mi?

    ―No importa quién, Cibele. Lo que yo quiero saber es si tú has hecho algo que no te gustaría que hiciesen contigo.

    ―Sí, yo soy amante de un hombre casado. He traicionado.

    ―Y te sientes culpada.

    ―Muy culpada. Y también estoy con mucho miedo de todo eso, Dr. Inácio. ¡Ayúdeme!

    ―¿Tú crees que puedo ayudarte?

    ―Yo no sé lo que Usted hizo, yo no entiendo nada de Espiritismo, pero tengo la clara sensación que en esos 5 minutos volví a ser quien yo era. Me estoy sintiendo liviana y también muy arrepentida. ¿Usted puede ayudarme?

    ―Sí, yo puedo Cibele. Pero todo dependerá más de ti que de mí.

    ―Yo, sinceramente, quiero cambiar eso. Nunca sentí tantos deseos de dar un basta en alguna cosa, como ahora. Ud tiene toda la razón, no importa quién me está haciendo esas cosas contra mí, si yo estoy recibiendo, debe ser porque lo merezco.

    ―No, Cibele. Tú mereces cosa mucho mejor que eso, pero estás dando condiciones para que el mal te alcance. Es hora de comenzar una vida nueva. Tu reencarnación es muy promisoria, considerando las actitudes de otras vidas.

    ―Yo no entiendo qué es lo que puedo hacer. ¿Será importante saber lo que yo hice en otras vidas?

    ―De ninguna manera. Esta vida actual es la que interesa. Al venir aquí, hoy, ofreciste algo a Dios para que Él te ayudase. Deja aquí tu ofrenda simbolizada por la promesa de que te vas a reconciliar con tu conciencia. La recomendación de Jesús es que nos reconciliemos primero con las pendencias registradas en nuestro íntimo y, después, presentemos a Él nuestra oferta.

    ―Me estoy sintiendo tan decidida que, si continuar así, soy capaz de mandar todo a pasear para hacer una mudanza. ¿Usted cree que debo cambiar de empleo y abandonar todo?

    ―¿Tendrías coraje para hacer eso y reconciliarte con tu conciencia?

    ―Creo que tengo coraje para todo, para complicar y también para simplificar. Soy muy decidida, Dr. Inácio, y cuando quiero algo...

    ―Entonces, usa tu capacidad para decidirte por algo mejor.

    ―¡No sé cómo me envolví en esta situación! Estoy sintiéndome muy avergonzada ― y miró para los padres que no tenían, hasta aquél momento, noción alguna de lo que venía ocurriendo en la vida particular de su hija.

    ―Tienes que perdonarte y tener paciencia contigo misma, Cibele. Te espero en la próxima semana para dar continuidad al tratamiento. Mientras tanto, serás encaminada a los pases, durante la semana, que te garantizarán una dosis extra de energía para soportar los días venideros.

    Cibele estaba involucrada en un caso amoroso con su jefe de trabajo. Hombre casado, padre de tres hijos, con una familia feliz y próspera. Él la doblaba en edad, pero la envolvió con tamaña insistencia y con tantas promesas, que ella no resistió. Sin embargo, la esposa desconfiada del caso, contrató un detective y descubrió la farsa. Tomada por el odio, consiguió hurtar la bolsa de la joven con la ayuda de un pariente y pagó una alta suma de dinero para encomendar trabajos de goecia¹⁷ pesada contra ella, hechos con sus objetos personales robados.

    Esta parte de la historia no fue esclarecida para ella, porque también no demostró mucho interés en saber, lo cual era una señal de su deseo de cambiar.

    La joven aún sería asistida varias veces hasta poder liberarse del efecto de su propia siembra. Los vampiros espirituales colocaron, en nivel periespiritual, aquellos aparatos que actuaban en su psiquismo, activando viejas culpas en el área afectiva de otras reencarnaciones, causándole, consecuentemente, el desequilibrio

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