Asedio al corazón: romance de guerra del sur, #2

Por Lexy Timms

Knox Township, 1863  

Asedio del corazón, Libro 2 en la Serie romance del sur, por el autor más vendido Lexy Timms  

Jasper Perry tiene un hogar, una familia: todo lo que él creía que estaba perdido para siempre después de que estallara la guerra. Con el amor de Clara, Jasper cree que tiene todo lo que siempre ha querido. Mientras espera el matrimonio con Clara, se encuentra superado por la nostalgia. Cuando una milicia confederada lo secuestra, decidida a castigarlo por su deserción, Jasper tiene una opción: renunciar a la lealtad que una vez tuvo con la Confederación y luchar para volver con Clara; o dejar su nuevo hogar atrás, y regresar a todo lo que es familiar. Para complicar más las cosas, la milicia ha confundido a Cecelia con la esposa de Jasper y la ha secuestrado también.

Reunido con su familia, Solomon Dalton intenta volver a su antigua vida como si nada hubiera sucedido. Pero cuando Jasper y Cecelia son secuestrados, Solomon debe regresar al territorio Confederado para salvar a los que ama. Sin embargo, no está solo, un hombre extraño lo está siguiendo, y Solomon ha escuchado en voz baja susurros de que los espías de la Unión están buscando a aquellos que han traicionado la causa ... 

Serie Romance del sur:

Pequeño amor

Asedio del corazón

Libertad por siempre

La fortuna del soldado

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 6 abr 2019
• ISBN: 9781547579846

Lexy Timms

"Love should be something that lasts forever, not is lost forever."  Visit USA TODAY BESTSELLING AUTHOR, LEXY TIMMS https://www.facebook.com/SavingForever *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* Sign up for news and updates and freebies - I like spoiling my readers! http://eepurl.com/9i0vD website: www.lexytimms.com Dealing in Antique Jewelry and hanging out with her awesome hubby and three kids, Lexy Timms loves writing in her free time.  MANAGING THE BOSSES is a bestselling 10-part series dipping into the lives of Alex Reid and Jamie Connors. Can a secretary really fall for her billionaire boss?

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Serie romance del sur

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Pequeño amor

Libro 1

Asedio del corazón

Libro 2

Libertad por siempre

Libro 3

La fortuna del soldado

Libro 4

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Descripción

Asedio del corazón libro 2 en la Serie romance del sur, por la exitosa autora Lexy Timms

Municipio de Knox, agosto de 1863.Jasper Perry tiene un hogar, una familia, todo lo que él creía que estaba perdido para él después de que estallara la guerra. Con el amor de Clara, Jasper cree que tiene todo lo que siempre ha querido. Mientras espera el matrimonio con Clara, se encuentra superado por la nostalgia.

Cuando una milicia confederada lo secuestra, decidida a castigarlo por su deserción, Jasper tiene una opción: renunciar a la lealtad que una vez tuvo con la Confederación y luchar para volver con Clara; o dejar su nuevo hogar atrás, y regresar a todo lo que es familiar. Para complicar aún más las cosas, la milicia ha confundido a Cecelia con la esposa de Jasper y la ha secuestrado también.

Reunido con su familia, Solomon Dalton intenta volver a su antigua vida como si nada hubiera pasado. Pero cuando Jasper y Cecelia son secuestrados, Solomon debe regresar al territorio Confederado para salvar a los que ama. Sin embargo, no está solo, un hombre extraño lo está siguiendo, y Solomon ha escuchado en voz baja que los espías de la Unión están buscando a los que han traicionado la causa...

Contenidos:

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Serie Romance del Sur

Descripción

Capitulo 1

Capitulo 2

Capitulo 3

Capitulo 4

Capitulo 5

Capitulo 6

Capitulo 7

Capitulo 8

Capitulo 9

Capitulo 10

Capitulo 11

Capitulo 12

Capitulo 13

Capitulo 14

Capitulo 15

Capitulo 16

Capitulo 17

Capitulo 18

LIBERTAD POR SIEMPRE

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PROXIMAMENE:

Serie Romance del Sur:

Capítulo 1

El enganche del carro se deslizó de sus manos y cayó al suelo con un estallido sordo, y Jasper juró. Uno de los gatos del granero aulló, y Bella, de vuelta en su puesto, se quejó de él. Si se trataba de una preocupación o diversión genuina, Jasper no lo sabía, pero no estaba sorprendido. Se chupó los dedos golpeados, murmuró otro juramento y decidió que terminaría la tarea más tarde. Salió del establo a gran velocidad, sin querer admitirse a sí mismo que estaba realmente preocupado de que Clara saliera de la cocina y preguntara qué estaba mal.

No quería ver a Clara justo ahora.

Además, era hermoso afuera. Eso, él podía apreciarlo. Los colores del otoño eran algo hermoso en su ciudad natal de Osceola, Missouri, pero Jasper nunca había experimentado el otoño en Pennsylvania. El aire le provocaba un auténtico frío, la más mínima insinuación de los inviernos que tanto temía del norte: había oído historias de Solomon. Curiosamente, el miedo a ese frío se agitaba en su sangre, haciendo que los disturbios de rojos, naranjas y amarillos en las colinas se volvieran más hermosos, prestando una calidad sobrenatural a los girasoles que se balanceaban suavemente en los campos oscilantes de los cultivos tardíos. Por la noche, cuando Clara les había servido un poco de sidra, era más maravilloso acurrucarse alrededor del fuego. Un bienvenido descanso del calor de agosto.

Jasper debería sentirse como en casa aquí. De hecho, a veces se sentía como en casa. Estaba la camaradería fácil de una granja, donde todos se acostaban por las noches agotados por el simple y honesto trabajo de convertir la tierra en cultivos y arrastrar a los animales en sus corrales, recoger manzanas y plantar semillas para el invierno. Jasper empacó papas, Clara giró y manejó el negocio de la granja con Solomon a su lado, y Cecelia peleó con las cabras. Criaturas obstinadas; Jasper no veía cómo podía amarlos, pero Cecelia los amaba a todos.

Él debería ser feliz.

A veces, cuando miraba a Clara, pensaba que su corazón estallaría de amor. Era delgada y dorada y una mujer tan encantadora como cualquiera que había visto, y ella se negó a esconderse detrás de los mitos de la incompetencia femenina mientras luchaba por mantener la granja en funcionamiento. Con Solomon vivo, y más ayuda para la granja, ella había florecido en esperanza.

Sin embargo, Jasper no pudo evitar sentirse como un extraño. Clara iba a ser su esposa pronto, algún tiempo después de la cosecha. Deberían haberse apresurado, y sin embargo no lo hicieron, y Jasper no pudo insistir en ello.

Él debería.

Él lo sabía. No sabía por qué no lo hizo.

Sabía que ni siquiera el buen humor fácil de los hombres y su aversión respecto por salvar a Solomon no lo absolvieron completamente ante sus ojos. Sabía que a veces los veía mirar, y sabía que recordaban por quién había luchado. Después de todo, no era una persona que había desertado de la conciencia y nunca había luchado por la Confederación. A pesar de que Jasper se juró a sí mismo que no volvería a tomar las armas en su defensa, incluso cuando aceptó que había luchado por algo que ya no podía tolerar, luchó con un orgullo furioso. ¿Cómo se atreven a despreciarlo?

No ayudó que él fuera el hombre que se había llevado a la novia de Cyrus Dupont. El pueblo amaba a ese hombre. Todos hablaron en voz baja, medio desafiantes, que él era un buen hombre, un hombre que ayudó a los suyos. Lo decían a veces cuando no debían haber dicho nada más que hola, e incluso sabiendo que se le acreditaba como el salvador de Solomon Dalton, Jasper sabía que aún era el Confederado para ellos.

La propia historia de Solomon nunca fue revelada. Se sabía que Jasper lo había salvado en el campo de batalla y lo había llevado a casa. Nadie parecía juntar dos y dos. Todos estaban tan felices de verlo.

Solomon, quien era la única persona en la que Jasper debería haber podido confiar, se retiró repentinamente. Los últimos días había estado inquieto, dirigiéndose hacia el campo o la ciudad por razones que no reveló. Millicent comentó con acidez que nunca había visto a un joven enamorado tan miserable, y que Solomon solo había sacudido la cabeza bruscamente. Él no estaba enamorado, entonces. Entonces, ¿qué fue?

Jasper salió a los campos con un juramento, dirigiéndose a los bosques. Él entendió por qué Clara corrió aquí cuando estaba abrumada, por qué Solomon vino a caminar entre los árboles. En el balanceo de las ramas y el susurro de las hojas, había una paz como ninguna en un área humana. Cecelia podría sentirse cómoda paseando por el huerto, pero para Jasper, el bosque podría estar en cualquier lugar. Él podría estar en casa otra vez.

Casa.

Nunca volvería a verlo. Su ritmo se aceleró. Dios sabía que ya no había nada allí. Quizás cuando no regresó a casa de la guerra, alguien tomaría la casa en ruinas de su familia y construiría allí nuevamente. Habría niños caminando en la nueva casa, y las plantas crecerían en verde donde él había dejado cenizas. Le gustó ese pensamiento. No quería volver a los recuerdos y al dolor.

Una cosa era no querer, y otra no poder, y en cualquier caso, cuando pensaba en la hacienda, quería atacar a los demás y preguntar si pensaban que todo lo que había hecho la Unión había sido. Tan maravilloso entonces. La gente había muerto. Los civiles murieron, se murieron de hambre, no solo los que tomaron las armas, sino también los niños. Las madres y los abuelos y los hijos más jóvenes intentan desesperadamente mantener en funcionamiento las granjas y las tiendas cuando se queman los campos y los bienes ya no bajan del norte. ¿Qué bien hizo el algodón cuando no había fábricas?

Ellos no entenderían. No habían visto a los inocentes atrapados en ella.

Si Jasper regresaba, sabía lo que sucedería. Habían perdido, y tendrían muy poca simpatía por los desertores. Cualquier valor que hubiera ganado se iría de inmediato. Ya no era alguien que pudiera marchar a casa como un héroe y pedir la mano de Daisy en matrimonio. Se preguntó si ella esperaba que lo hiciera. Tal vez ella pensaría que él estaba muerto, y tal vez eso era más amable.

¿Jasper? La voz lo detuvo en seco justo antes de que echara a correr.

Se dio la vuelta. Cecelia.

Aunque el día aún era cálido, ella se quedó con una capa envuelta alrededor de ella. Cecelia se había retirado los últimos días, con chales y caminando pálida y tranquila. Nadie más se dio cuenta, pero Jasper lo hizo, él conocía la miseria cuando la veía. Sabía lo fácil que era dejar de hablar y dejar que otros siguieran charlando mientras tú te sentabas en una agonía tranquila. No podía criticar a los demás por no entender. Debería haberle hablado antes.

¿Pasa algo malo? Ella habló antes de que él pudiera encontrar las palabras para su propia pregunta.

Nada, dijo él, forzando una sonrisa, y ella lo estudió con sus ojos marrones. Los ojos de Solomon.

Donde Solomon y Clara tenían el cabello dorado, Cecelia estaba toda en tonos de marrón dorado, incluso su piel bronceaba más fácilmente al sol. Eso hizo que su palidez fuera aún más notable.

Has estado molesta, dijo ella ahora. No era como Cecilia contradecir a la gente, pero se estaba convirtiendo en una mujer de opiniones. Ella había sido una vez tímida. Ya no.

¿sabes acerca de eso?

¿Por qué todos asumen que soy estúpida? Preguntó Cecelia, exasperada. No lo soy, ya sabes. Yo veo cosas Has sido miserable.

No diría que miserable, dijo Jasper, enojado. Suspiró y se frotó la cabeza. Lo siento, Cee.

Todos ustedes piensan que todavía soy una niña, dijo Cecelia. Ella había cruzado los brazos sobre su pecho y estaba rígida de ira. Bueno, no lo soy

No creo que seas una niña, dijo Jasper. "Me salvaste la vida, Cecelia. No puedo olvidarlo. Tenía un vívido recuerdo de Cecelia con la rama en la mano, jadeando,