Los Acarnienses
Por Aristófanes
()
Información de este libro electrónico
Aristófanes (444-385 a. C.) es sin ningún género de duda el gigante de la comedia griega antigua. Contemporáneo de figuras tan importantes como Sócrates, Sófocles y Eurípides, el comediógrafo ateniense vivió en una época dorada de la cultura griega, marcada también por la guerra entre Esparta y Atenas, que se desarrolló a lo largo de treinta años. Precisamente, este clima bélico es el punto de partida temático de "Los Acarnienses".
Autores relacionados
Relacionado con Los Acarnienses
Libros electrónicos relacionados
Los acaniences Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Acarnienses Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComedias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCéfalo y Pocris Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mayor soberbia humana de Nabucodonosor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos caballeros Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Tempestad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas avispas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas grandezas de Alejandro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras breves Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl ciclope Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDoña Perfecta Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cien Poemas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmar después de la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEdipo rey; Edipo en Colona; Antígona Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Tan largo me lo fiáis? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEdipo rey Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mayor encanto, amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl burlador de Sevilla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas bizarrías de Belisa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSueños hay que verdad son Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaravillas del crepúsculo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Comedia nueva de si el amor excede al arte, ni amor ni arte a la prudencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesApolo en Pafos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn mitad de tanto fuego Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa aldea perdida Novela-poema de costumbres campesinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl burlador de Sevilla, I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDon Álvaro o la fuerza del sino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl final de Norma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInvictus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Historia antigua para usted
Mitología griega: Una fascinante introducción a los mitos sobre los dioses, diosas, héroes y monstruos griegos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Egipto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dominar El Estilo De Vida Estoico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMitología egipcia: Mitos egipcios fascinantes de los dioses, diosas y criaturas legendarias egipcias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los Anunnaki de Nibiru Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe la ira Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Historia de Roma Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La vida cotidiana en Roma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Cultura Revelada Del Antiguo Egipto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mitología griega: Una guía fascinante para entender la antigua religión griega con sus dioses, diosas, monstruos y mortales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El gran libro de las civilizaciones antiguas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sobre la felicidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nerón: Una fascinante guía del último emperador de la dinastía julio-claudia y cómo gobernó el Imperio romano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria de Asiria: Una guía fascinante de los asirios y su poderoso imperio en la antigua Mesopotamia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mitología Griega: ¡Los relatos más grandiosos de la Mitología Griega, con sus dioses, diosas, monstruos, héroes y mucho más! Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Aproximación al Jesús histórico Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Guia Completa de Vitaminas, Hierbas y Suplementos: Todo lo que Necesita Saber para Llevar una Vida Saludable Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cleopatra: La reina que desafió a Roma y conquistó la eternidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl águila y los cuervos: La caída del Imperio romano Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La resurrección: De hombre a Dios Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La invención del pueblo judío Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Mitología Romana: Una guía de la historia, los dioses y la mitología romanos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUr, la ciudad de los caldeos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los mitos griegos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las Guerras Médicas: Una Guía Fascinante de los Conflictos Entre el Imperio Aqueménide y las Ciudades-Estado Griegas, Incluida la Batalla de Maratón, Termópilas, Salamis, Platea y más Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos nueve libros de la Historia: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Los Acarnienses
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Los Acarnienses - Aristófanes
LOS ACARNIENSES
Personajes
DICEÓPOLIS, ciudadano de Atenas.
UN UJIER.
ANFITEO, semidiós.
UN EMBAJADOR.
PSEUDOTARBAS, enviado del Gran Rey.
TEORO, diputado en la Corte del Rey de Tracia.
LA HIJA de Diceópolis.
EL ESCLAVO de Eurípides.
EURÍPIDES.
LÁMACO, general.
UN MEGARENSE.
Dos MUCHACHAS, hijas del megarense.
UN SICOFANTE (o delator).
UN TEBANO.
NICARCOS.
UN ESCLAVO de Lámaco.
UN LABRADOR.
UN PARANINFO.
DOS MENSAJEROS.
PERSONAJES MUDOS.
Los CARBONEROS ACARNIENSES, que forman el Coro.
Los Acarnienses
Plaza pública de Atenas.
DICEÓPOLIS.-¡Cuántas veces me he requemado la sangre! Raras, rarísimas han sido, en cambio, mis alegrías; no más de cuatro. Mis amarguras fueron innumerables, como las arenas de las playas. Porque, en verdad, ¿que placer experimente que fuese lo que se llama un regocijo? ¡Ah, si! Ahora recuerdo una cosa que me llenó el alma de júbilo. Fue en el teatro, cuando Cleón no tuvo más remedio que vomitar sus cinco talentos. ¡Qué gusto! Adoro a los Caballeros por tan bonita operación.
Fue un excelente negocio para Grecia. Pero otro día experimente una decepción trágica cuando esperaba, con la boca abierta, escuchar el anuncio de una tragedia de Esquilo y oí en cambio, estas palabras: Teognis puedes hacer que aparezca tu coro
. Daos cuenta del golpe que recibí en el pecho. Tuve, sin embargo, un segundo placer cuando, en cierta ocasión, y después de Mosco, apareció Daxiteo en escena para cantar una canción beocia. Y aquel mismo año pensé morir, con los ojos convulsos, sólo de ver presentarse a Queris para tocar el himno ortiano. Pero nunca, desde que me está permitido venir a los baños me ha picado tanto el polvo en los ojos como hoy en que el Pnyx se encuentra vacío pese a la convocatoria matinal de una asamblea plenaria: los ciudadanos están charlando en el Ágora y por todos lados tratan de evitar el contacto con la cuerda teñida de rojo. Ni siquiera están allí todavía los Pritáneos. Llegarán con retraso y entonces tendrán que disputarse a codazos los primeros puestos, tomándolos por asalto. Lo que menos les importa es como hacer la paz.
¡Pobre, pobre patria mía¡ Yo soy el primero en llegar a la Asamblea; tomo asiento y, como estoy tan solo, suspiro, bostezo, me desperezo, suelto pedos, me aburro, me depilo, cuento hasta mil; y sueño con los campos, enamorado de la paz; detesto la ciudad y pienso en aquellas gentes de mi pueblo que nunca supieron lo que es decir: compra carbón, vinagre, aceite
, que hasta ignoraban el verbo comprar
, y que para todo se bastaban a sí mismos sin tener que romperse la cabeza con tantos golpes de compra, compra, compra
.
Esta vez vengo, pues firmemente decidido a gritar, a interrumpir, a invectivar a todo orador que nos hable de otra cosa que no sea la paz. Pero, justamente, ya llegan los Pritáneos; son las doce. Y ¿no os dije? Es exactamente como os lo dije: todo el mundo se precipita para atrapar los primeros bancos.
EL UJIER. -Pasad, pasad adelante para que estéis dentro del recinto consagrado.
ANFITEO. -¿Ha hablado ya alguien?
EL UJIER. -¿Quién pide la palabra?
ANFITEO. -Yo.
EL UJIER. -¿Tu nombre?
ANFITEO. -Anfiteo.
EL UJIER. -Tú no eres un hombre.
ANFITEO. -No; soy un inmortal. Anfiteo, mi antepasado, era hijo de Deméter y de Triptólemo, padre de Celeo. Celeo