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El Gemelo
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Libro electrónico217 páginas2 horas

El Gemelo

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Información de este libro electrónico

Con el descubrimiento en 1905 en la mina Premier (localizada en Pretoria Sudfrica) del
diamante ms grande del mundo que en su piedra matriz pesaba 3,106 quilates, se logr pulir
El Cullinan.
Joshua Smith, jefe de cuadrillas de la mina, entreg a la gerencia solamente una parte de
la piedra. El otro fragmento de semejantes proporciones fue sustrado de manera ilegal,
despertando la codicia de distintos grupos.
La sorpresiva huda del jefe de cuadrillas y otros mineros, provoca una mortal persecucin por
tierra y mar que comienza en Pretoria y contina por: Durban, Canal de Mozambique, Cuerno
de frica, Golfo de Adn, Nabq, Elat, Desierto de Nguev, Hebrn, Barnea, Antalya, Estambul,
Dijon, Praga, y Dunkerque; culminando en Londres, Inglaterra.
Del pulido de la piedra sustrada por Joshua Smith, se obtuvo un diamante de 528 quilates.
Posteriormente, la joya fue robada y oculta en las Cavernas de Carlsbad, Nuevo Mxico en
Estados Unido; inicindose de nueva cuenta una intensa bsqueda que deja varios muertos
en distintas partes del mundo.
El incalculable precio del diamante da origen a una sorprendente aventura llena de anagramas,
mensajes encriptados, asechanzas, emboscadas, lesiones y muerte.
La obra contiene innumerables datos geogrfi cos, tursticos y cientfi cos que enriquecen los
distintos escenarios en que se desarrolla; permitiendo al lector sentirse parte activa en cada
hecho. Sin embargo, el desenvolvimiento de cada trama puede poner en confl icto y duda
algunos de sus conceptos de valor.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento2 may 2012
ISBN9781463324506
El Gemelo
Autor

Arturo Antonio Torres Muñoz

Arturo Antonio Torres Muñoz, egresado de la facultad de derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha desempeñado distintos cargos en la administración pública ligados a su perfi l profesional dentro de las tres esferas de gobierno y ha participado en la vida docente dentro de las áreas del derecho y las ciencias sociales, tanto a nivel medio-superior como a nivel profesional. Desde su mocedad hasta la adultez, ha tenido oportunidad de viajar por muchos de los maravillosos paisajes que tiene en toda su extensión la República Mexicana: Las regiones áridas y semiáridas del norte que contrastan con la exuberante vegetación de la zona sur y sureste, la meseta central, las zonas montañosas en la Sierra Madre Occidental y Sierra Madre Oriental, los extensos litorales del Océano Pacifi co y el Golfo en el Atlántico que hacen alarde de las más hermosas playas; así como la fl ora y fauna de estos paisajes. Todos ellos, de alguna manera forman parte de su obra. El autor pretende llevar al lector al sueño de todo viajero que anhela captar, sentir y entender todo lo que le rodea, siendo de alguna manera parte activa dentro de una vorágine interminable; matizada de persecución, peligro y misterio. Su novela El Gemelo, se consigna en el terreno de la narrativa como su primera publicación, no obstante ha registrado bajo el seudónimo de Josefo, otras obras literarias aún inéditas.

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    El Gemelo - Arturo Antonio Torres Muñoz

    Copyright © 2012 por Arturo Antonio Torres Muñoz.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Para pedidos de copias adicionales de este libro, por favor contacte con:

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Llamadas desde los EE.UU. 877.407.5847

    Llamadas internacionales +1.812.671.9757

    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    401111

    Contents

    Dedicatorias

    AGRADECIMIENTOS

    Pretoria, Sudáfrica. Provincia de Transvaal4

    Durban, provincia de KwaZulu-Natal

    a orillas del Océano Índico

    Beira27 provincia de Sofala, en el Océano Índico

    Dar es-Salaam35, Tanzania. Océano Índico

    Mogadishu43, región de Benadir. Somalia

    Mogadiscio, Somalia. Océano Índico

    Isla Perim57, Yemen. Mar Rojo

    Elat, Israel. En el brazo nororiental del Mar Rojo

    Estambul, Turquía

    Praga, Imperio Austrohúngaro

    Portsmouth, sur de Inglaterra

    Londres Inglaterra

    Arequipa, Perú

    Génova, Italia

    Cananea, Sonora. México

    Frankfurt, Alemania

    NOTAS DEL AUTOR

    Dedicatorias

    A mi esposa Ma. Dolores

    A mis hijos Nancy Dolores y Pablo Arturo

    Por tantos sueños compartidos.

    A toda mi familia con quienes he gozado y acompaño cada instante de mi vida.

    A todos mis amigos, por sus críticas, comentarios y estímulo.

    A todo el personal de la editorial Palibrio por su acertada asesoría para el logro de esta obra.

    AGRADECIMIENTOS

    Iniciarse en la aventura de escribir, implica romper muchas barreras físicas y espirituales, para adentrarse en un mundo que para el propio autor en muchas ocasiones suele ser desconocido.

    Cada palabra empleada en la obra debe ser tratada como su engaste, para que las ideas vertidas puedan ser contempladas y valoradas en su totalidad, dentro de una sincronía que nos lleve al corazón de la narrativa y haga florecer en el lector el deseo de transitar y maravillarse en y dentro de todo lo que le rodea; aprender, recordar o imaginar los grandes misterios de la vida y de la naturaleza, cuyos escenarios lentamente escapan o lamentablemente se ignoran.

    Para tratar de hacer congruentes ideas y sueños, escudriñé muchas fuentes bibliográficas, enciclopedias y páginas de internet oficiales y privadas; cuyo contenido además de sorprenderme, me permitió integrar en esta obra, datos e ideas que constituyen el punto principal de un trabajo cuyo objetivo adjunto, es tratar de compartir y difundir el conocimiento universal, que como ellos y de ellos he recibido.

    Correcciones y estilo:       Lic. Nancy Dolores Torres Galarza

    El hombre muere a cada instante mientras sueña….

    ¡Sin saber que sueña!

    Algunos diamantes¹ han llegado a ser históricos,

    sobre todo por su tamaño.

    El más grande de todos es el Cullinan, descubierto en

    la mina Premier² de Sudáfrica en 1905, ofrecido por el gobierno de Transvaal, a Eduardo VII, rey de Gran Bretaña.

    El Cullinan, antes de ser cortado pesaba 3.106 quilates. Los cristalógrafos consideran que es el fragmento de una piedra mayor.

    De su tallado se produjeron 105 gemas, con un peso total de 1.063 quilates³.

    La piedra mayor se conoce como Cullinan I, con 530.2 quilates, llamada: La Estrella de África.

    Hasta el día de hoy sigue siendo el diamante cortado más grande en el mundo. En la actualidad está engastado en el cetro real británico.

    El Cullinan II de 317.40 quilates, se luce en la corona del Estado Imperial británico, inmediatamente abajo del Rubí del Príncipe Negro.

    Pretoria, Sudáfrica. Provincia de Transvaal4

    Lat. 2°40’ S. Long. 28° 31’ E.⁵

    Mina Premier

    10 de enero de 1905

    1_africa_gris.jpg

    Con leves toquidos, la elegante secretaria llamó a la puerta de la oficina de Mr. Hubert Smith, gerente general de la mina Premier localizada en Pretoria, Sudáfrica en la provincia de Transvaal.

    —Mr. Hubert Smith —dijo la secretaria—, el Señor Harrington (intendente de la mina Premier) desea hablar urgentemente con usted.

    Sin esperar la autorización y visiblemente emocionado, el señor Harrington entró al recinto y dijo a Mr. Smith: —Hemos encontrado el mayor diamante localizado en esta mina hasta el día de hoy. Se trata de una pieza en su roca matriz que en bruto pesa aproximadamente 600 gramos con una dimensión de 9.8 centímetros de largo, 6.5 centímetros de alto y 12.3 centímetros de ancho.

    »Le puedo asegurar hasta donde tengo conocimiento, que tal vez sea el diamante más grande del mundo.

    —Déjame verlo —respondió Mr. Hubert Smith—, mientras alumbraba la piedra para ver sus características y pureza.

    »¡Caramba, es cierto lo que dices; esto es algo increíble, no recuerdo haber visto algo semejante!.

    »Que traigan inmediatamente a Joshua Smith (jefe de cuadrillas de la mina Premier) para que me explique ampliamente, las condiciones en que fue encontrado este diamante. A simple vista se puede apreciar su colorido y sobre todo, ¡no se perciben grietas!

    »Que venga inmediatamente Mr. Frederick Wells, (gerente de área de la mina) para que deposite la piedra en nuestra caja de seguridad y refuerce la vigilancia.

    —Mr. Hubert Smith —dijo Harrington—, ¿se imagina el inmenso valor que puede alcanzar esta con una talla especializada?.

    —¡Claro está Harrington! —respondió Hubert Smith—. Esta pieza debe ser exfoliada por un artista. El cortador debe determinar los planos y decidir la mejor manera de rajar y cortar el diamante, para obtener el mayor tamaño. Eliminadas las imperfecciones y logrado el máximo fuego y brillo se incrementará más aún, ¡su inmenso valor!

    Al ver aquel sorprendente hallazgo, Frederick Wells pudo constatar que la piedra era genuina. Después de deleitarse con aquella maravilla, con sumo cuidado abrió la caja de seguridad de la mina y lo depositó con el resto del cargamento de diamantes obtenidos hasta ese día, para posteriormente enviarse a la oficina central de la compañía minera localizada en Johannesburgo⁶, distante a 80 kilómetros de ese lugar.

    Frederick Wells dijo a Mr. Harrington: —Quiero una guardia permanente en estas oficinas. Que se refuercen todas las medidas de seguridad mientras organizamos el traslado de esta piedra a la oficina central en Johannesburgo. Vigile que nadie salga de esta región para evitar que corra la noticia. Una información sobre este hallazgo puede provocar mortales ambiciones, por la incalculable fortuna que tenemos en nuestras manos y esto, nos coloca en grave peligro. Envíe a Johannesburgo a una persona de absoluta confianza, para que notifiquen el hallazgo.

    Mina Premier

    14 de enero de 1905

    Al estar preparando el traslado de los diamantes, Frederick Wells gritó molesto:

    —¡Harrington!, ¿qué ha pasado con Joshua Smith?, ¡esta piedra está exfoliada!. Fíjate en sus aristas, aún cuando se encuentra en su roca matriz se puede apreciar un corte.

    —Mr. Frederick Wells —dijo Harrington—, nadie ha tocado esa piedra desde que Mr. Hubert Smith encargó a usted su custodia. Además, como usted lo ordenó se reforzaron todas las medidas de seguridad y fue montada una guardia armada de manera permanente en estas oficinas. Puedo asegurarle que nadie la ha visto y mucho menos tocado.

    —Eso es cierto —repuso Mr. Frederick Wells— y desde que la entregó Joshua Smith, ha permanecido en la caja fuerte de la gerencia. Sin embargo debo recordarle Mr. Harrington, que estamos hablando de una inmensa fortuna y esta piedra da la impresión de haber sido exfoliada. No descarte la posibilidad de que otra parte de la misma no se nos hubiera entregado. No podemos correr el riesgo de que esto escape de nuestras manos. ¡Tráigame inmediatamente a Joshua Smith!.

    —No es posible—dijo Harrington—, el señor Joshua Smith ya terminó su jornada y se ha retirado con el resto del personal de turno.

    —Que lo localicen inmediatamente —ordenó Mr. Frederick Wells—, no quiero que Joshua Smith abandone la región ya que tengo la certeza de que ha robado el otro pedazo de esta piedra. Que me traigan a ese sujeto para que me diga: En donde dejó el otro pedazo de este diamante!

    Enero 15 de 1905

    Cuando localizaron a Joshua Smith, éste dijo a Harrington: —Dígale usted a Mr. Frederick Wells, que de momento no puedo acudir a su llamado porque tenemos algunos problemas en la mina, pero le ratifico que la piedra que tienen en su poder no ha sido exfoliada. Es la roca matriz que personalmente les entregué, tal y como se extrajo. De manera directa, revisé todos los niveles y las pertenencias de los obreros para certificar que no hubieran tomado algún trozo del diamante. Le afirmo, ¡es exactamente lo que se encontró!

    16 de enero 1905

    Los reportes de los diarios locales de Pretoria, informaron sobre un accidente en el tiro de la mina Premier, pero no dieron mayor importancia a los hechos, ya que según los directivos de la empresa, solamente sufrieron daños menores en algunas galerías tras el derrumbe.

    Frederick Wells, gerente de área de la mina Premier, ordenó la suspensión de todo tipo de labores con objeto de no entorpecer ni dilatar el rescate de los mineros atrapados y dijo a Harrington:—Vigile personalmente que nadie abandone el área de la mina, especialmente Joshua Smith. Quiero una investigación más profunda de este asunto y por nuestra seguridad, evitemos hasta donde se pueda ahondar noticias al exterior.

    —Mr. Frederick Wells —dijo Harrington—, me permito informar a usted, que los trabajos en la mina tienen un avance bastante lento, por la escasa información inicial, ya que los jefes de cuadrilla no pudieron precisar el lugar del accidente, ni la profundidad en que se encuentran los mineros. Algunos trabajadores afirman que los hechos ocurrieron en el cuarto de herramientas, otros señalan que estaban en la galería central; y otros manifestaron que al parecer ocurrió en la chimenea e incluso en la grada.

    »Afortunadamente el equipo de rescate logró ubicar a los mineros aproximadamente a 90 metros de profundidad, dentro de un túnel horizontal.

    »Lamentablemente tengo que informarle Mr. Frederick Wells, que en este percance murieron tres operadores y un intendente. Y según el reporte de los expertos, este accidente se debió al abatimiento de un puntal en un socavón nuevo, haciendo fallar todos los soportes secundarios del túnel. También tengo reportes de que Joshua Smith está escondido en la mina, según me informan, tienen planeado retirarse de este lugar en compañía de otras tres personas.

    —Harrington —dijo Mr. Frederick Wells—, quiero el reporte de los guardias de manera inmediata y que sin demora alguna los localicen en donde se encuentren. ¡Asegúrese de que no escapen!.

    Johannesburgo. Provincia de Gauteng, Sudáfrica

    18 de enero 1905

    En la oficina de telégrafos local, una persona no identificada mandó un cable dirigido a Mr. Tom Roz, en Londres Inglaterra que dice:

    "Querido tío: Le comunico que la prima Gertrudis recibió la más grande de las sorpresas cuando llegó Petra⁷, la mayor de sus hijas, a quien siempre estuvimos esperando. Negará celebrarlo si todos dicen negocia rogándoles que vengan a verla.

    Vendrán otros y a diario unidos rogando buenos augurios. No tendremos problemas si estamos en familia.

    Espero verlo pronto.

    Saludos."

    23 de enero 1905

    Los reportes locales de Johannesburgo, informan de una huelga de obreros encabezada por Joshua Smith, en la conocida mina de diamantes Premier. Se argumenta como causa principal de la huelga, un accidente a cuya consecuencia quedaron sepultados algunos mineros, de los cuales hasta el momento se desconoce su estado de salud. El incidente, se comenta, fue debido a la falta de seguridad en las gradas, galerías y aberturas de alzamiento⁸. Se afirma que los daños sufridos no afectaron el sistema de ventilación que lleva aire fresco a los mineros y evita la acumulación de gases peligrosos, encontrándose en perfecto estado la perforación vertical principal que permite el acceso al interior de la mina. Hasta el cierre de la información se desconoce el estado en que se encuentran las galerías transversales que conectan el yacimiento de mineral con el pozo principal, en sus distintos niveles.

    Un informante anónimo comunicó, que los directivos de la mina Premier, hablan de despido de personal de todos los niveles, por los choques y desacuerdos entre obreros y encargados de la fuente de trabajo, ya que se descubrieron daños intencionales y robo de herramientas en momentos posteriores al accidente.

    Sudáfrica, mina Premier

    30 de enero 1905

    Uno de los mineros dijo a Joshua Smith: —Los obreros no están conformes con nuestras declaraciones ni con el resultado de las investigaciones del accidente. Dentro de su descontento llegan incluso a culparnos de la muerte de sus compañeros.

    —En eso precisamente estaba pensando—dijo Joshua Smith—. Creo que la cosa se está poniendo peligrosa. Debemos salir del lugar cuanto antes sin despertar sospechas. Tengan mucho cuidado de que nadie se entere de la piedra. Díganles a los obreros que vamos a Pretoria⁹ y a Johannesburgo, para hacer los reclamos legales del accidente. »Convénzanlos de que debemos continuar con la huelga. Por lo que hace a nosotros, debemos tener cuidado con la guardia que tiene montada Mr. Frederick Wells, en toda el área de la mina.

    »Debemos apresurarnos antes de que nos encuentren y quieran revisar nuestras

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