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Los Hijos De Dios
Los Hijos De Dios
Los Hijos De Dios
Libro electrónico271 páginas4 horas

Los Hijos De Dios

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Roberto narra su vida desde su instinto natural que poco a poco va girando hacia un trastorno sexual perverso, este a su vez se une a otro trastorno relacionado con el uso de sustancias adictivas; esta combinacin poderosa hace de nuestro protagonista un hombre destructivo de su ser interno, requisito indispensable para formar parte del cartel del centro, sin embargo y paradjicamente, Roberto y su esposa inician un retroceso a su vida de aniquilacin hacia un camino que estaba ante todo, siguindolos paralela e inseparablemente. El drama es intenso y divertido en cada captulo, pero sobre todo, enriquecedor para cualquier lector.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento16 ago 2012
ISBN9781463334062
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    Vista previa del libro

    Los Hijos De Dios - Moisés Dueñas

    Índice

    Agradecimientos

    Presentación

    Los Hijos De Dios

    Capítulo 1

    Historia De Mi Mismo….Sexo.

    Capítulo 2

    De Lo Casto A Lo Vasto

    Capítulo 3

    La Costosa Libertad

    Capítulo 4

    Catarsis

    Capítulo 5

    El Sermon De La Cárcel

    Capítulo 6

    El Inicio De La Iniciación.

    Capítulo 7

    Desde La Mierda Hasta El Cielo

    Capítulo 8

    Los Hijos De Dios

    Epílogo

    Unidad Y Fusión

    AGRADECIMIENTOS

    Me sirva este breve espacio para hacer público mi agradecimiento a los colaboradores de mi segunda vida: Mis hermanos D.A.

    A mis padres que me bendicen desde lo alto y que están esperando.

    A mi padre y guía espiritual D.C.G. quien me quito la venda del egoísmo poniéndome los anteojos del servicio.

    A mi esposa amada quien fue la primera en darme animo para editar esta novela, recuerdo sus palabras; Si escribes algo es para que lo lean…

    A mi hermano mayor que me dio la oportunidad financiera para atreverme a publicar y, mi hermana mayor que se asocio a este proyecto.

    A mi mismo por atreverme a escribir sin tener idea del destino ultimo de mi hijo.

    A mi señor, que lo encontré donde jamás imagine estuviera; en medio de la miseria humana.

    PRESENTACIÓN

    Los hijos de Dios… no es una novela religiosa, tampoco es una novela de superación personal, es una novela de realidad subjetiva vista desde un mexicano Drogadicto. A pesar de ello no deja de ser una historia ficticia mezclada con elementos reales, aunque los escépticos pueden muy bien leerla tendrán que responder a muchas preguntas que surgirán en su mente en el transcurso de la lectura. Por lo tanto la novela no busca dar solución a problemas existenciales, plasma los problemas existenciales más comunes para provocar empatía y analizar las alternativas de clarificación so pretexto de las adicciones.

    La motivación surgió después de muchos años de escuchar historias de adictos y, que a pesar de la diversidad de experiencias y que muchas de ellas son sorprendentes, todos ellos tienen algo en común: El adicto usa droga por que busca algo, los adictos son buscadores y muchos de ellos se pierden en esa búsqueda. Su búsqueda no se centra en cosas tangibles, como posesiones económicas o materiales a pesar de las apariencias, su deseo de encontrar va mas allá de lo físico, por eso la mayoría de los drogos son metafísicos, su atención se detiene en lo misterioso, en la subjetividad y sobre todo en lo espiritual.

    Lo más curioso es que cada adicto encuentra su propio camino de búsqueda, los expertos opinan que la puerta de entrada al universo de las drogas inicia casualmente con el uso de una droga legal para terminar con las ilegales, sin embargo; se observa que hay un comportamiento previo a esto, conducta dirigida a la obtención del placer proporcionado por los instintos en el cuál el mas destacable es el sexual, cosa que no es de sorprenderse porque el efecto de cualquier droga es orgiástica…y es así querido lector que esta obra esta impregnada de erotismo pero descrita desde el interior del protagonista sin acudir a la descripción literal.

    El adicto camina entre el bien y el mal, arrastrando con él a los seres que lo acompañan en su vida obscura de destrucción, por mucho tiempo se detiene en el universo de lo malvado y perverso. Sus fantasmas psíquicos que lo atormentan se convierten en su única compañía de viaje. Pero el adicto nunca esta en paz, por eso regresa a la senda del sumo bien sin mediocridades, al encontrase con paradigmas existenciales su vacío queda lleno, trazando así en su caminar una línea de eternas curvas que entran y salen sin detenerse. Pero, ¿Qué pasa con el adicto que ha encontrado la iluminación de su ser y regresa a la obscuridad de su interior? La vida de un drogadicto es, aunque en muchas acciones predecibles, seguirá siendo impredecible al final del día. Por eso el drogadicto es un enigma desconcertante de difícil interpretación analítica, porque su padecimiento no es solo orgánico, sus trastornos no son posibles de resumir desde una perspectiva patológica o psicológica únicamente ya que la esencia de su mal esta alojada en el ser que habita en su interior.

    LOS HIJOS DE DIOS

    Los hijos de Dios se han alejado de Dios, están extraviados, se han perdido, no encuentran el rumbo, muchos lo señalan pocos lo observan, Ellos piensan que Dios ya no hace nada, solo observa, solo disfruta, juega y espera, eso piensan de Dios los hijos de Dios.

    Los hijos de Dios han dejado de ser Dios, ahora solo juegan a serlo como una burda copia de lo que fueron, por eso los hijos de Dios son caricaturas de un circo de ego, no son felices, son infelices, desgraciados, se han arrancado la gracia, la gloria y la inmortalidad.

    Los hijos de Dios, no conocen a Dios, solo se lo imaginan, lo idealizan, lo sueñan y creen que existe, pero no lo conocen.

    Los hijos de Dios son muñecos de plástico, de cera y de cal, se deshacen, se desaparecen, sin dejar rastro y al desaparecer se vuelven fantasmas, no quieren regresar a casa, se quedan aquí, vagando en su eterna madrugada.

    Los hijos de Dios deben mucho pero, no quieren pagar, solo deber, una eterna deuda, nunca pagan, solo se endeudan, se deben entre ellos sin aceptar que su deuda es con Dios.

    Los hijos de Dios se creyeron Dios porque lo rechazaron, lo olvidaron, su memoria se encogió y, solo hablan del ángel del placer, del gozar, del vivir por vivir, del morir por morir, del sexo por sexuar, del mundo por destruir.

    Los hijos de Dios son vanidosos, son valientes para destruirse y cobardes para construirse, por eso se lamentan de que no son, son tristes por mediocres, son débiles de voluntad.

    Los hijos mexicanos de Dios son hijos de la chingada, de la madre violada, de la madre preñada a fuerza de eyaculación, no tienen madre y si la tienen ya la olvidaron. Por eso tienen muchos hoyos en la mente, en las manos y en el alma.

    Los hijos de Dios no tienen manos, solo muñones.

    DMOSSES.

    CAPÍTULO 1

    HISTORIA DE MI MISMO….SEXO.

    ¿Que es el sexo? ¿Qué tan importante es en el ser humano? tal vez la importancia dependa del punto de vista de cada quien o de que sentido le han encontrado al sexo aunque el mas común sea placer, ¿en verdad los amantes de la vida elevan al sexo a un grado primordial sobre todas las cosas?, ¿qué los llevo a pensar y vivir así?, ¿Cuántas cosas han sido capaz de hacer para obtener sexo? ¿Están dispuestos a hacer lo que sea para tener sexo? O ¿acaso haya quien piense que el sexo no tiene la menor importancia?, ¿es posible vivir sin sexo?, ¿cuál es la misión, la visión y el objetivo del sexo?, ¿Puede una experiencia sexual conducirte a una experiencia espiritual?; ¿Cuál es su origen?, ¿de donde viene? ¿Hay algo que se asemeje al sexo en placer? Preguntas, y mas preguntas, las respuestas tal vez y solo tal vez están en mi interior; es ahí donde empecé tardíamente a buscar, esta es mi historia.

    Lo que estas a punto de leer es totalmente verídico pero…

    Solo la mitad… el resto es evidente.

    Hablando del origen…

    En el principio dios creo los cielos la tierra y todas las cosas

    Y vio Dios que era bueno pero…

    También hizo al diablo (al Hombre) y vio Dios que era bueno y lo bendijo…

    Anónimo

    Me he enterado que en el inicio de todos mis tiempos estuve 9 meses en el vientre de mi madre he inmediatamente después me surgió la pregunta: ¿Y ahí adentro tuve deseo sexual? Y de ser así, ¿De dónde proviene ese deseo?, ¿qué sucedió en esos 9 meses estando en el vientre de mi madre? ¿Acaso mis padres seguían teniendo sexo y yo presencie todo desde allí? ¿Me afecto? ¿Me beneficio como algo necesario?, ¿soy producto de un acto sexual o hay algo mas atrás?, ¿cómo o cuando empieza el impulso sexual? Es necesario pero ¿como vivir con el? ¿Cuál es el camino A seguir? ¿Acaso el apego a mi madre, siendo yo hombre influyo para apetecer más el sexo opuesto? También me entere que ella fue la que me amamanto durante mas de un año, pegado a su pecho para alimentarme tal vez fue así que me transmito el impulso sexual sus manos me inauguraron en el mundo sensual, ella me dio todo, ella me lo enseño todo, mis primeros pasos, me enseño a comer, a beber, a hablar, me limpio mis nalguitas cuando defecaba, me cambio por varios años el pañal, imagino que ella fue quien vio mis primeras erecciones aun siendo bebe en un eterno cuidado y protección, lo contrario a mi padre que solo a pedazos me daba su atención. Él fue muy ausente y cuando estaba era para mi un estorbo porque se le acercaba a mi madre de una manera que no me agradaba, yo lloraba para que no la tocara pero solo recibía regaños de él, con un grito de; ¡cállate pinché chillón! Era lo único que me decía aunque después de todo no tarde mucho en esa condición, fui arrancado de los brazos y senos de mi madre de manera irremediable y brutal. Ya no mas mamar chiche, ya no mas brazos de mama, ya no mas dormir a su lado, fui arrojado a la cama de mis dos hermanos mayores para ser sustituido por mi hermanita, me alejaron de mi madre por culpa de esa niña que no se de donde salió, solo en las mañanas podía disfrutar de mama porque no había nadie, era cuestión de pelear un poco con la niña chillona y ya, aunque todo se complicaba cuando llegaban todos, sobre todo mi padre, ¡se olvidaban de mi! Era un sufrimiento insoportable sentir que mi madre quería más a mi padre, contra Él no se puede competir, no se puede negociar la posesión de su mujer.

    Ahora a dormir con dos, bañarme con ellos, jugar con ellos, comer con ellos, tenían lo mismo que yo incluyendo el pajarito, no puedo precisar el momento en que mi batalla por tener a mi madre fue aminorando, tenia ya otros intereses, mis amiguitos, mis juguetes, mis grandes héroes; Superman, Batman, el chapulín colorado y el sorprendente hombre araña, ese era mi favorito, era el único súper héroe pobre no tenia para pagar la renta de su casa, su jefe del trabajo lo regañaba y luego le daban unas palizas pero siempre ganaba, soñaba con ser como el con la combinación de poder volar como superman aventándome del ropero de mi hermana mayor a su cama, juego que me costó dos lámparas rotas y un chipote en la cabeza.

    Los pitufos son producto de un viaje de LSD, solo eso podría crear a 99 pitufos y una sola pitufina, es lo mas cruel de las caricaturas que pude ver en mi infancia, que bueno que yo no fui pitufo no era necesario, yo tenia mi propia pitufina a la que no tenia que compartir con 98 pitufitos, mi prima Gloria, salíamos del kínder y nos encontrábamos en la casa, era maravilloso jugar con ella porque podíamos jugar de todo; canicas, cantos, correteadas, sobre todo al papa y a la mama, teníamos dos hijitos y cuando queríamos hacer mas nos besábamos, era un beso totalmente inocente solo una imitación a los grandes, trataba a mi prima con verdadera ternura, lo que solo reflejaba era el deseo de ver a mi padre mas amoroso con mi madre, nunca los vi que se besaran, mucho menos escuche a mi padre decir que adorara a mi madre, la embriaguez de mi padre lo hacia agresivo, las palizas que le daba a mi madre eran terribles, las primeras que presencie una vez teniendo uso de mi razón, hicieron mucho daño en mi personalidad; puedo asegurar que el primer sentimiento que experimenté hacia mi padre fue miedo, mucho miedo, le tenia pánico a su mirada, su voz, sus gritos todo en el me provocaba inseguridad su presencia me causaba temor que a la postre se convertiría en odio. Cada vez que se enojaba mi cuerpo temblaba, mis pensamientos se nublaban y solo esperaba una golpiza o gritos de su parte. Cuando un padre golpea a su esposa frente a sus hijos asesina él autoestima de este último y, cada vez que lo agrede verbalmente cultiva su odio hacia todo mundo, el mundo entonces me quedo pequeño para odiarlo.

    Agripina con su adolescencia se afanaba en las labores de la casa, al medio día era la encargada de ir por mi y mis hermanos al kínder Llegábamos a la casa vacía de familia, la comida hecha por Agripina era obligatoria de lo contrario la televisión era prohibida así como los juegos o salidas a la calle para atrapar mariposa y arrancarles la alas, quería descubrir el motorcito que las hacia volar, mas tarde ella nos obligaba a dormir que para dejar de dar la lata, mis dos hermanos mayores en una cama y yo con Agripina, una cobija nos tapaba y era cuando empezaba el juego, lo primero era quitarse los pantalones y todo, ella solo se subía la falda, se desabotonaba la blusa y el corpiño, me colocaba con sus dos manos sobre ella ordenándome que le besara sus senos salados lo que me recordaba a mi dedo cuando me lo chupaba, cuando mi miembro tocaba su parte solo sentía la piel de la mujer caliente, lo que no entendía eran sus gemidos, me lastimaban sus piernas cuando aprisionaba con fuerza mi cuerpo pequeño, su respiración se agitaba rápidamente al salir y entrar por sus fosas nasales lo que producía un ruido fuerte y peculiar en mis sensores, era justo en ese momento cuando algo en mi interior me decía que eso estaba mal, - ¡eso no se hace.!- Ya escuchaba a mi madre decírmelo-, — Antes de que mis papas llegaran de trabajar me pedía susurrando a mi oído que no contara a nadie nuestro amor -¡es un secreto de amor entre tu y yo!- me decía susurrando en mi oído, un secreto que se convirtió en muchísimos.

    las fiestas en la casa eran numerosas, la familia se reunía para la gran borrachera que llegaban a durar hasta tres días seguidos, la libertad de esos días era total, si quería comía y si no, a base de dulces y postres me alimentaba, el dinero de mis tíos ebrios terminaba en la tienda, mis primos eran mi compañía y las primitas hacían mas gratos esos momentos, ¡que fascinante es jugar al papa y a la mama! ellas hacen la comida y yo me voy a trabajar, jugar con las muñecas era indispensable porque un papa y una mama siempre tienen hijos, aunque a las hijas nunca les encontré la parte que Agripina tenia, solo les ponían una rayita atrás y otra adelante, luego nos visitaba el compadre con la comadre y terminábamos borrachos de refresco, bailábamos y gritábamos como solo los grandes que están en la sala emborrachándose lo hacen, a la hora de dormir ella tenía que cumplir con su papel de mama, mi prima siempre fue la primera en iniciar, quería que le enseñara lo que traía debajo del calzón para tocarlo, lo observaba y le daba un beso,- mi mama le hace así a mi papa - me decía, yo solo le hacia lo aprendido con Agripina la diferencia era que ella no gemía ni respiraba fuerte, solo nos abrazábamos hasta que éramos sorprendidos por los compadres cuando el primo Rafael nos jalaba la cobija que entre risas y gritos sujetábamos para no perderla.

    Esa noche desperté sobresaltado, unas manos misteriosas bajaban mis calzoncillos, la posición fetal en la que me encontraba la conserve pues la sorpresa me paralizó, en el acto descubrí que se trataba del hermanastro menor de mi madre, que con suma lentitud me desnudaba para pegar sus genitales a mis nalguitas, apenas y escuchaba su respiración entrecortada, fingir estar dormido y sin hacer movimiento alguno fue teatralmente difícil si se considera que en mi pequeña mente había un mar de dudas y en mi corazón un oscuro miedo a lo que me estaba sucediendo, aunque la actuación con el tiempo se torno en un ensayo mas, el miedo en impotencia, las dudas en curiosidad, el dolor de la penetración en suciedad. Fueron varios meses entre angustia y deseo de decirle a mi padre; nunca lo hice el miedo hacia él era mucho mayor al de seguir siendo utilizado por mi Tío, mi corazón quedo infectado con el virus del abuso dejando una huella fétida en mi mente.

    Eran tiempos de primaria en la que mi tímida niñez se veía amenazada fuera de casa, no se alejaba de mi ese sentimiento de desprotección, no tenia amigos con quien estar a la hora del recreo, sentía una inmensa necesidad de compañía, anhelaba la hora de la salida para llegar a la seguridad de mi casa siempre y cuando no se encontrara mi padre borracho, de ser así debía soportar su abrazo de padre consentidor’ que solo el alcohol lograba sacar de sus entrañas, sus consejos carentes de ejemplo, su aliento alcohólico bombardeando mi olfato eran compensados con dinero al final del drama, corría a la tienda para hacer mío el estante de dulces., aunque esto no era suficiente para mi, cuando mi padre dormía la borrachera acostumbraba dejar su pantalón sobre el buro que tenía a la diestra de su cabecera, el suspenso iniciaba al abrir la puerta con mucho cuidado para no activar el rechinido de las bisagras, una vez adentro de la recamara cerraba la puerta tras de mi con igual lentitud y ahogar el rechinar de la puerta yan conocido por todos. Ahora era necesario ponerme en cuclillas y caminar lentamente como lo hacen los gatos para llegar hasta mi objetivo el pantalón de mi papá", esto lo hacia paso a paso mientras la respiración profunda y los ronquidos de mi padre me anunciaban que continuaba durmiendo y no había peligro, al llegar a mi objetivo y sin ponerme de pie, mi mano derecha buscaba el bolsillo de los pantalones para introducir mi mano de manera lenta, con calma, reteniendo la respiración, cuando mi padre dejo de roncar para cambiar de posición, me quede paralizado con la posición de mi mano dentro de la bolsa, ¡no despertó!, una vez que logró acomodarse continuo con su ronquera, mi mano por fin llego hasta el fondo del bolsillo atrapando cuanta moneda cupiera en mi palma empuñando con fuerza el dinero, pasaba a retirar con suma lentitud mi mano de ahí, ahora así en cuclillas, ponía reversa a mis pies hasta llegar a la puerta la cual sin hacer el mínimo ruido cerraba una vez estando fuera de la habitación de mi padre, la sensación de estar fuera de peligro me provocaba alivio y regocijo por la gran Azaña que acababa de realizar ¡nadie me vio!, y contaba con dinero para ir a la escuela cosa que me motivaba para asistir.

    Esos días de timidez se alimentaron aún mas con la calenturienta juventud de mi tía que aprovechando la ausencia de la familia por las mañanas me secuestraba en su recamara para hacer lo que Agripina y yo hacíamos pero diferente, diferente porque ahora había un cierto goce en mi interior, la piel tibia de mi tía cubría mi necesidad de madre, sus besos me protegían de mis miedos, aunque en el clímax de su sexo todo se revolvía, sus gemidos, sus ojos cerrados, fueron varias las veces que presencie sus contorciones de placer ante mi, en el momento que clavaba sus dedos en su sexo después de haberme aventado a un costado de la cama, ¿que siente? ¿Por qué hace esto? ¿Por qué es tan buena conmigo que me da dinero?, las dudas eran sustituidas por una sensación de suciedad, de arrepentimiento por que en el fondo de mi no lo quería hacer; Era otro secreto de amor más.

    En la escuela se aprenden malas palabras como en el barrio y no hablo del interior de los salones de la escuela si no de la convivencia con mis compañeros donde convives con una gran gama de formas de ser resultado de las diversas formas en las que son educados por sus padres, una ocasión en el baño un niño de sexto año me pedía que me bajara los pantalones y como me negué a hacerlo me propino un trancazo en el estomago que me dejo sin aire él se asusto al escuchar mi grito de dolor y salió corriendo de ahí, otra ocasión me encontraba curioseando a través de la ventana de un salón cuando de repente siento una mano sujetar mi miembro, tuve que gritar con fuerza para que pudiera soltarme, para esto ya había aprendido infinidad de palabrotas; todas tenían que ver de alguna manera con los genitales del hombre o las partes de la mujer, la facilidad de ponerle sobrenombres a los genitales es extensa e ingeniosa por parte de los niños. Estas palabras obviamente no se podían decir en casa, tampoco se valía preguntar algo acerca del sexo a papá o a mamá porque esas cosas no se dicen, ¿entonces porque existen? – Obviamente que mi pregunta nuca fue respondida, a esa edad dudaba mucho si en realidad la cigüeña traía a los niños, quería saber como nacen los niños cuando llego a casa otra niña, la hija de mi tía marcela que había tenido a sus 20 años; ¿de donde salió? ¿Quién los hace? Lo único que descubrí fue la razón por la cual mi tía dejo de llevarme a su cama. Yo quería saber porque a nosotros nos cuelga y a las niñas no, aunque estaba convencido de que las niñas tenían testículos pero ellas los tenían dentro y nosotros fuera. Para estar seguro era necesario investigar, por gusto y curiosidad, espiaba a mis hermanas, a mis primas cuando se bañaban, a mis papas cuando después de una borrachera se metían a su recamara para tener sexo. No paso mucho tiempo cuando encontré debajo del colchón de mi hermano revistas pornográficas, hasta entonces descubrí lo que tenían oculto las mujeres en sus rajadas, ¡era un orificio! Nunca había visto una vagina abierta como las mujeres de la revista las mostraban, paso de la sorpresa a la excitación y de la excitación a la masturbación yo solo tenia diez años y mi cuerpo aún no producía semen pero si experimentaba excitación, la agradable sensación empezó con ganas de orinar y terminaba con un cosquilleo maravilloso que iniciaba de mi miembro hacia todo mi cuerpo, esa primer experiencia fue lo mejor que había sentido hasta ahora, ¿esto que sentí, lo sentía Agripina y mi Tía? Ahora entiendo, la masturbación se torno en un habito que ahora gozaba de algo muy mío, solo-yo.

    A Dios lo conocí a la edad de ocho años esto fue gracias a mi tío que no salía de la iglesia dando catecismo a los niños, el mismo tío que abusara de mi un par de años atrás y que con toda seguridad ahora era feliz en su nuevo harem que la iglesia sin saberlo le había facilitado. Él me presento a un Dios castigador - si te portas mal Dios te castiga- nos repetía, agregaba muchas cualidades a Dios, "el se enoja cuando dices groserías, cuando no obedeces a tu mama, cuando robas o cuando haces alguna maldad. Lo que hace Dios es señalarte con su dedo divino desde el cielo y después apuntarte en su libro negro, para que cuando te mueras te vayas al infierno donde hay fuego y dolores espantosos que el diablo se encarga de hacerte.- inmediatamente me imagine una mano gigantesca salir de entre las nubes apuntándome con su índice, lo aterrador era el infierno ¿cómo Dios pudo contratar al diablo para que nos hiciera todas esas cosas? ¿De donde salió el diablo? ¿El hizo el infierno? ¿Pues no que Dios es infinitamente bueno?

    En esas andaba cuando una ocasión estando con uno de mis hermanos y en compañía de un amigo del barrio, nos encontrábamos parados en la esquina platicando, mi amigo era el que hablaba en ese momento acerca de una película pornográfica que había visto, y terminaba diciendo que tenía ganas de masturbarse y mi hermano lo secundo diciendo que el también, yo tercie diciendo lo mismo, mi declaración asombro a mi amigo preguntándome en voz alta; - ¡¿a poco ya te masturbas?! - lleno de orgullo le conteste que si, y en tono de reto me pidió que nos masturbáramos a lo que mi hermano propuso irnos a nuestra recamara, y para que no hubiera problema le dijimos a mi papa que estaríamos escuchando música y así fue, llegamos a la recamara, no encerramos y cada quien eligió

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