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Sueños rotos: Adicción, soledad, desesperación, fe y triunfo
Sueños rotos: Adicción, soledad, desesperación, fe y triunfo
Sueños rotos: Adicción, soledad, desesperación, fe y triunfo
Libro electrónico145 páginas2 horas

Sueños rotos: Adicción, soledad, desesperación, fe y triunfo

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Información de este libro electrónico

La historia de un hombre que vivió la mayor parte de su vida atrapado en las garras de las drogas y el alcohol hasta que tocó fondo y esto lo llevó a vivir en las calles. Parecía que su destino era morir sin Dios, sin fe ni esperanza. Pero un día pasó algo que impactó su vida y lo rescató del infierno donde se encontraba. Hoy comparte su histori

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento3 jun 2021
ISBN9781640868915
Sueños rotos: Adicción, soledad, desesperación, fe y triunfo

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    Sueños rotos - Armando López

    Suenos_rotos_port_ebook.jpg

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable por los derechos de los mismos.

    Publicado por Ibukku

    www.ibukku.com

    Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

    Copyright © 2021 Armando López

    ISBN Paperback: 978-1-64086-890-8

    ISBN eBook: 978-1-64086-891-5

    ÍNDICE

    DEDICATORIAS

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO 1

    Dónde comenzó todo

    CAPÍTULO 2

    La foto de mi madre

    CAPÍTULO 3

    Como mi madre no hay dos

    CAPÍTULO 4

    La secundaria

    CAPÍTULO 5

    México

    CAPÍTULO 6

    Resentido con la vida

    CAPÍTULO 7

    Pesadilla en Honduras

    CAPÍTULO 8

    Guatemala

    CAPÍTULO 9

    Juárez

    CAPÍTULO 10

    Regreso a Juárez

    CAPÍTULO 11

    La cocaína

    CAPÍTULO 12

    DEDICATORIAS

    Me gustaría dedicar esta autobiografía a:

    Un ser superior, DIOS.

    En el cual he puesto toda mi fe y esperanza.

    Nunca creí que nada ni nadie pudieran cambiarme, pero Dios tenía preparado un plan para mi vida.

    Él conocía el día y la hora precisa en donde se pondría a prueba esa fe que, generalmente, implica el seguimiento de un conjunto de principios y normas de comportamientos sociales e individuales, así como una determinada actitud vital, en la que la persona considera esa creencia como un aspecto social de su vida.

    Nunca imaginé que el día de hoy estaría hablando de un ser superior: Dios. Aunque en realidad nunca pensé ni quise tener, en absoluto, el deseo de hablar o creer en un ser superior.

    El día de hoy tengo otra perspectiva de la vida. No importa qué edad tengas, hoy puedes disfrutar del amor que sólo Dios te da, Él sigue haciendo milagros para quien quiere conocerle.

    Espero de todo corazón que este libro te sea benéfico para que analices dónde te encuentras, pero también a dónde puedes llegar, claro, si tú quieres. Nos vemos en el otro lado, en el camino a la recuperación.

    MI MAMÁ.

    La persona más importante y especial en mi vida, después de Dios, quien dejó un legado y una huella imborrables en mi vida. Todo un ejemplo como madre. Ya ha pasado tiempo de que dejó este mundo, pero siempre recordaré los bellos momentos que compartió conmigo.

    MI ABUELA.

    La persona que dedicó tiempo y sacrificio para criarnos en los tiempos más difíciles y económicos que pasamos en aquellos momentos. Con ella compartí parte de mi niñez y adolescencia.

    Abuela, espero que estés descansando junto a mi mamá y también espero que un día tenga el privilegio de estar con ustedes para nunca jamás separarnos.

    Gracias por todo.

    MIS HIJOS.

    Gracias a mi ser superior, Dios, por haberme dado lo que una pareja más desea en el mundo, los hijos.

    El amor y la responsabilidad de regalar lo que se te dio cuando eras niño, el proteger, cuidar y enseñar buenos principios y responsabilidad para enfrentar la vida y la sociedad en este mundo de adversidades.

    No pretendo decir que fui un padre ejemplar, todo lo contrario, no quise aceptar la responsabilidad que Dios me dio de proteger y cuidar de mis hijos. Espero algún día verlos y pedirles perdón por la irresponsabilidad que tuve hacia ellos cuando más me necesitaron. Aunque no tengo la más mínima idea dónde estén, siempre quedarán en mi corazón y serán por siempre mi razón para seguir adelante.

    MI PADRINO.

    Mi padrino Javier y su esposa de alcohólicos anónimos, de quienes podría pasar escribiendo un libro completo, relatando cómo sacrificaron tiempo, dinero y esfuerzo. Personajes con los que, tal vez, nunca me hubiera cruzado en el camino, y que después de hacerlo, comprendimos que salvaríamos nuestras propias vidas y llevaríamos nuestro mensaje a quien aún está sufriendo.

    INTRODUCCIÓN

    Esta historia es simplemente un recuento de mi vida, aquí relato cómo fue esa experiencia de vida personal, cómo viví atrapado en las garras de las drogas y el alcohol. Nunca imaginé a dónde me llevaría esta vida ingobernable.

    Estuve perdido en el tiempo, perdí la mayor parte de mi vida drogándome para vivir y vivir para drogarme, queriendo escapar por la puerta falsa. Una vida de dolor y miseria. La Biblia habla de un infierno y un cielo, no imagino cómo pueden ser esos dos lugares, pero sí conozco perfectamente el infierno, algo que se vive cuando cruzas esa puerta de lo desconocido. Las experiencias son tan reales y auténticas, que es vivirlas en carne propia cuando sufres esos delirium tremens visuales y auditivos, donde no se distingue la diferencia entre la realidad y la fantasía. La verdad de las cosas es que no hay culpables, cada quien decide el destino de su vida y sólo hay dos caminos: el bien y el mal.

    Algo que inició como una curiosidad por experimentar eso que no se conoce y al mismo tiempo querer ser aceptado en el círculo de la gente, el lugar y la sociedad donde se encuentra uno. Mi propósito aquí es compartir lo que sucedió, dónde estoy y a dónde voy.

    Esta historia no intenta hablarte de ninguna religión o un programa de doce pasos; nadie te puede impedir que busques alternativas en las que puedas examinar dónde te encuentras y comiences el camino a la recuperación. En mi caso personal, tuve que tocar un fondo de sufrimiento para mí y mi familia, en donde no encontraba la salida, pero ese día llegó, que fue cuando le pedí a un ser superior que me ayudara, aunque mi fe y mis convicciones espirituales estaban totalmente carentes de creencia. Pedí a gritos una última oportunidad, sabía y conocía individuos que habían clamado a ese ser superior y miré su caminar hacia una vida útil y feliz. Fue entonces que decidí que nada ni nadie interferiría en mi camino a la recuperación personal y en mi caso no existía otra alternativa, ya que me había convertido en una piltrafa humana y lo único que me faltaba era morir bajo un puente o donde me llegara la noche. La muerte era lo más fácil que existía para un cobarde como yo, no quería pasar por esa muerte lenta y agonizante que nunca llega. No ha sido fácil para mí, el alcohol y las drogas eran lo único que sabía hacer, eran lo que me ayudaba a escapar de mi realidad; no quería hacer ni sentir nada, no quería darme cuenta de que algo muy profundo en mi inconsciente me molestaba y me hacía sentir una soledad y tristeza que nada ni nadie podían llenar.

    Esta historia fue escrita principalmente para mí, para hacer un inventario moral y compartir mis experiencias con otros adictos que no encuentran la puerta de la libertad y poder decirles que hay una esperanza para quien que crea o tenga una mínima ilusión o certidumbre en un ser superior… todo es posible. Precisamente para este tipo de lectores es esta historia, pero si eres alguien con un doctorado en la lengua española, lo más probable es que no te interese leer el fracaso de un cabrón que no supo vivir la vida.

    El día de hoy intento de la mejor manera, desenvolverme en la sociedad, lo cual es como una navaja de doble filo, porque creo que la sociedad es más falsa que la vida que yo vivía; es un mundo egocéntrico en el que sólo se piensa en el bienestar personal, un mundo de doble personalidad en el que se la pasan compitiendo por ver quién es más y quién tiene más. Según ellos, creen o piensan que entre más cosas materiales posean, más prestigio o posición tienen en la sociedad, de este modo viven, creyendo toda esta bola de mamadas.

    Te aclaro que este libro no es para personas súper dotadas o extremadamente educadas, con buenos principios y modales, no. La mayor parte de mi historia está llena de palabras obscenas que podrían ser dañinas para oídos castos. La escribí con el léxico que se habla y se vive en la calle, donde no se habla como aparenta la sociedad. ¿Tú crees que en la calle se expresan en forma adecuada para pedir las cosas? Por ejemplo, «por favor, ¿sería tan amable de concederme un pipazo de crack y una copa de coñac?»

    El mundo que se vive en las calles es totalmente real a lo que se aparenta y se habla en la sociedad. Claro que hoy en día, trato de aparentar ser como la gente culta y respetuosa, aunque con el pensamiento, sólo Dios sabe qué chingados te dicen, pero estoy seguro de que no es nada bueno.

    Lo único que pretendo expresar en esta historia es desahogar lo que me oprimía y también con el fin de que alguien que se encuentre en mis zapatos, tenga la misma oportunidad que yo tuve, cuando por primera vez puse mi mirada en un ser superior.

    Espero que éste sea tu espejo, que te encuentres y tomes la determinación de dar el primer paso en el camino a la recuperación y nos veremos al otro lado de ese camino.

    CAPÍTULO 1

    Dónde comenzó todo

    Todo comenzó un día 6 de noviembre de 1961, cuando vine por primera vez a este mundo y que parece que fue apenas ayer.

    Nací en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, la frontera que divide Chihuahua con El Paso, Texas. En mi acta de nacimiento no se indica en qué hospital nací y tampoco quién fue mi padre, al parecer mi madre lo sabía con certeza, pero no la recuerdo haberlo mencionado.

    Vengo de una familia grande, empezando con mi abuela y su familia, de la que por lo poco que recuerdo, ella nació y creció en un pueblo de Durango, llamado Otinapa, que al parecer era una sierra. Estuvo casada con mi abuelo, a quien nunca conocí, creo que se llamaba Teodoro. En realidad no tengo la certeza, pero por los comentarios que llegué a escuchar, mi abuelo Teodoro era alguien muy importante en ese pueblo.

    En ese pueblo de Otinapa fue donde mi abuela dio a luz a siete de sus hijos y cuando falleció mi abuelo, ella decidió emigrar a Ciudad Juárez, en donde en aquellos tiempos, había más oportunidades económicas para salir adelante.

    Recuerdos de mi infancia

    Mis recuerdos son como un rompecabezas, son lapsos que narraré según las memorias que tengo de mi niñez.

    Mi mamá tuvo a mi hermano en Durango, quien es el mayor, su padre fue uno distinto al mío.

    Concerniente a mi mamá, tengo vagos recuerdos de ella, pero lo que sí tengo muy presente es que pasábamos una crisis económica fatal. Era notorio al ver la comida, que cada vez era más escasa. El último recuerdo claro que conservo de mi mamá en mi mente, es el caminar a una escuela, me imagino que a registrarme. También recuerdo que tuvo que partir a los Estados Unidos para darnos una mejor vida. Al pasar los días, las semanas y los meses, comprendí que tal vez nunca la volvería a ver; entonces empecé a sentir una gran soledad al no tener ese amor maternal que todo

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