La lucidez terminal es un retorno inesperado de las facultades cognitivas, como el habla o la conexión con el entorno y con otras personas, en pacientes con enfermedades neurodegenerativas, demencias avanzadas o alzhéimer, que habían perdido estas capacidades en el transcurso de la enfermedad. Esa lucidez paradójica, como también se la conoce, aparece unos días, horas, minutos o segundos antes de morir. En esa oleada inesperada de claridad mental, repentinamente reconocen a sus seres queridos por primera vez en años, tienen recuerdos concretos de hechos pasados que habían perdido mucho tiempo atrás y se expresan mediante el habla con total claridad.
Siempre sucede en los momentos inmediatamente anteriores a la muerte. El filósofo y científico cognitivo Alexander Batthyány, investigador en instituciones de Hungría, Austria, Rusia y Liechtenstein, estudió la prevalencia de esta lucidez repentina en 38 pacientes con demencia. El 44 % de los episodios apareció un día antes de la muerte y el 31 %, de dos a tres días. Además, el 43 % de los fenómenos duraron menos de una hora y el 16 % se prolongaron durante un día o más.
Más allá de connotaciones religiosas o paranormales, se trata de una experiencia intrigante que la ciencia estudia y, aunque reporta casos desde hace siglos, no ha sido capaz de encontrar explicación. El doctor Michael Nahm, biólogo del Instituto de Áreas Frontera en Psicología y Salud Mental de Friburgo, acuñó por primera vez el término lucidez terminal en 2009, en el artículo «Terminal Lucidity in People with Mental Illness and Other Mental Disability: An Overview and Implications for Possible Explanatory Models», publicado dentro de la serie. Hasta ese momento, el experto había encontrado 80 referencias de casos de lucidez terminal en pacientes considerados enfermos mentales que