Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Peligros espirituales
Peligros espirituales
Peligros espirituales
Libro electrónico98 páginas1 hora

Peligros espirituales

Calificación: 4 de 5 estrellas

4/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Un cristiano anda en medio de muchos peligros, asechanzas y trampas. Este libro le abrirá los ojos a los muchos peligros sutiles que están en espera de dañar, herir y destruirnos. Ayudate a tí mismo, sálvate a ti mismo y entregar a ti mismo a través de este poderoso libro sobre peligros espirituales!

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 may 2018
ISBN9781683980544
Peligros espirituales
Autor

Dag Heward-Mills

Bishop Dag Heward-Mills is a medical doctor by profession and the founder of the United Denominations Originating from the Lighthouse Group of Churches (UD-OLGC). The UD-OLGC comprises over three thousand churches pastored by seasoned ministers, groomed and trained in-house. Bishop Dag Heward-Mills oversees this charismatic group of denominations, which operates in over 90 different countries in Africa, Asia, Europe, the Caribbean, Australia, and North and South America. With a ministry spanning over thirty years, Dag Heward-Mills has authored several books with bestsellers including ‘The Art of Leadership’, ‘Loyalty and Disloyalty’, and ‘The Mega Church’. He is considered to be the largest publishing author in Africa, having had his books translated into over 52 languages with more than 40 million copies in print.

Relacionado con Peligros espirituales

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Peligros espirituales

Calificación: 4 de 5 estrellas
4/5

5 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Peligros espirituales - Dag Heward-Mills

    Capítulo 1

    Por qué ciertas cosas deben hacerse primero

    No tener en orden las prioridades es un grave peligro para el cristiano. Cuando eres pecador, básicamente eliges entre dos opiniones: el bien y el mal. A medida que creces en el Señor, tus opciones aumentan y comienzas a tener más cosas entre las cuales elegir.

    En este caso, tus elecciones no son entre el bien y el mal sino entre lo bueno y lo bueno. En términos de lo que hay que hacer, suele haber varias cosas buenas entre las que elegir. Llegado a este punto, es importante que comprendas el concepto de prioridad: «¿Cuál de estas cosas hago primero?». Jesús nos dio una gran revelación sobre algunas cosas que deberían hacerse antes que otras.

    Es interesante notar cuántas cosas dijo Jesús que deberían hacerse primero. Cada vez que Jesús habló de lo primero y principal, usó el término griego proton. En este libro, analizaremos las cuestiones proton: cosas que Jesús indicó que debían hacerse en primer lugar.

    Como cristiano, debes hacer primero lo primero. Que lo primero vaya primero significa que debe ocupar el primer lugar en el tiempo, en el orden, en el número, en el rango y en el valor.

    Un cristiano debe hacer las cosas más importantes primero.

    ¿Por qué determinadas cosas deben hacerse primero?

    1.Cualquier cosa que no se haga primero parece perder su importancia.

    Dios es sumamente paciente con nosotros. Muchos lo han desobedecido y parecen haberse salido con la suya. La importancia de la Palabra de Dios parece diluirse cuando somos desobedientes. Muy pronto, lo que es más importante que cualquier otra cosa, se vuelve despreciado e irrelevante.

    Hoy, ministro bajo la unción y muchos me respetan por el ministerio. Sin embargo, si yo no hubiera obedecido a Dios cuando lo hice, habría desarrollado una vida normal como médico. Los debates sobre el llamado de Dios me habrían resultado insignificantes e irrelevantes.

    Sentado entre mis colegas médicos en diversos hospitales, la sola idea de ser pastor habría sonado ridícula. Yo les comentaría a mis amigos: «Déjenme contarles sobre una tonta idea que tuve una vez. ¿Sabían que hubo un tiempo en que quise ser pastor? Cuando uno es joven, es hiperespiritual y falto de sentido práctico».

    ¿Alguna vez te has encontrado con adultos que comentan que tenían una inclinación al sacerdocio? Cuando son ancianos, intentan compensar su desobediencia a través de sus hijos.

    Recuerdo a un hombre que intentaba obligar a uno de sus hijos a que fuera sacerdote. Le decía: «Dios me llamó para que fuera sacerdote pero no lo hice. Tú sé un sacerdote y yo te daré propiedades y dinero para que no te falte nada». Hacia el final de su vida, tratan en forma desesperada de compensar su falta de docilidad y cooperación para con Dios.

    Querido amigo, puedo asegurarte que cuanto más andes en tus propios caminos, más distantes e irrealistas te parecerán los mandatos de Dios. Hay una razón para proton.

    Proton, hacer primero lo primero, evita el engaño. Dios te cuidará y estará contigo a medida que andes en Su voluntad.

    2.Cualquier cosa que no se haga primero, puede que jamás se haga.

    Demorar, con frecuencia implica cancelar. Cualquier cosa que no se haga primero, puede que jamás se haga. Nunca creí que posponer algo podría llevar a que se cancelara directamente.

    Cierto día debía viajar de Londres a Nueva York para ministrar. Mi agenda decía que debía ministrar en Maryland esa misma noche. Lamentablemente, tenía un vuelo muy temprano desde el aeropuerto Heathrow en Londres rumbo a Amsterdam y de allí debía hacer la conexión de Amsterdam a Nueva York. Por alguna razón no confié en el horario que vi en mi pasaje. Creí que era demasiado temprano para ser verdad. Cuando llegué al aeropuerto por primera vez en mi vida, era demasiado tarde para poder registrarme y abordar el avión. Había llegado unos veinte minutos tarde. Estaba decepcionado. ¡Debía esperar hasta el siguiente vuelo a Amsterdam!

    «No podrá hacer la primera combinación hacia Nueva York, pero podrá tomar otro vuelo posterior», me explicaron. Por la hora, creí que todavía podría arribar a Nueva York justo a tiempo para conducir hasta Maryland. De manera que llamé a Nueva York, le dije al pastor cuándo estaría llegando y le sugerí que debíamos conducir rápidamente hacia Maryland. Le aseguré que teníamos tiempo y el programa podría desarrollarse a pesar de la leve demora.

    En Amsterdam, abordé confiado mi vuelo rumbo a Nueva York, asumiendo que pronto partiría y estaría en camino. Luego de unos instantes, observé desde las ventanillas que había personas rociando las alas del avión. Entonces escuché el anuncio: «Hay tanto hielo en los motores que no es seguro partir. Nos llevará una hora eliminarlo. Por favor, sepa disculpar las molestias ocasionadas».

    Rehíce los cálculos de tiempo y seguía pensando que podría llegar a Maryland para el programa. Toda la iglesia me estaría esperando. Hacía semanas que me esperaban para este encuentro especial.

    Cuando se resolvió el problema del hielo, surgió uno nuevo que ocasionó aún más demoras. Explicaron que los sanitarios del avión no funcionaban y debían repararlos. ¡Jamás había escuchado algo semejante, pero estaba sucediendo en verdad! Pasaron otras dos horas hasta que finalmente estuvimos listos para partir.

    Permanecí sentado, angustiado, mientras los minutos pasaban, imaginándome cuántas personas se habrían reunido para el encuentro. Finalmente, tuve que aceptar que el programa se cancelaría porque no podría llegar a tiempo. Sentado allí, en mi butaca, reflexioné cómo aquellos veinte minutos de demora en Londres habían significado la cancelación de todo el programa.

    Fue allí cuando el Señor me habló: «¿Has visto que demorar puede significar tener que cancelar?».

    El Señor me mostró que la demora en obedecer Su Palabra podía conducirme a jamás cumplir Su voluntad. El Señor me mostró que Él me había permitido pasar por esta experiencia para que yo aprendiera cómo la demora en hacer Su voluntad a veces me llevaba a no hacerla nunca.

    Muchos de los que intentan obedecer a Dios jamás lo obedecerán porque ponen algo equivocado en el primer lugar. Su matrimonio, su doctorado, su maestría y sus cinco años en el exterior, todo va antes que obedecer al Señor. Obedecer a Dios, a quien ponen en segundo lugar, es algo que jamás se concreta.

    He observado con tristeza cómo las personas que deberían de haber estado a tiempo completo en el ministerio lo posponen hasta después de haber logrado ciertas cosas. Lamentablemente, esa demora cerró de forma permanente la oportunidad que tenían de ser ministros de tiempo completo. Lo que las personas no se dan cuenta es que con el tiempo las circunstancias cambian tanto que la voluntad de Dios ya deja de parecerles realista.

    La demora con frecuencia implica la cancelación pero muchos no saben esto. ¿Te ha hablado Dios? ¿Qué te ha pedido que hagas? Tal vez obedecer a Dios no es proton para ti. Quizás hay miles de cosas que van antes que tu obediencia al Señor.

    3.Es un insulto darle el segundo lugar a lo que debería ocupar el primero.

    Muchos no se dan cuenta

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1