La clave de una práctica exitosa en el derecho familiar Ana María Kudisch
■ Andrea Villalpando: Estamos muy contentas de contar con la presencia de una de las abogadas más influyentes de México, e inspiración de quienes estamos interesadas en el derecho familiar. En primer lugar, quisiéramos saber un poco de usted. ¿Por qué decidió estudiar derecho y, en concreto, dedicarse a la rama familiar? ¿Le hubiera gustado estudiar otra carrera?
Estudié derecho en la Universidad Anáhuac del Norte porque estaba muy cerca de mi casa. Ahí conocí a José Antonio García Alcocer, mi profesor de la materia de obligaciones, con quien empecé a trabajar, y que, por cierto, tenía fama de “macho” y de que no contrataba a mujeres. Recuerden que yo empecé mi carrera en 1978 y en esa época era un privilegio formar parte de un mundo jurídico dominado por varones. En mi generación fuimos 75 hombres y 13 mujeres, de las cuales sólo siete trabajamos. Para la generación de ustedes es lógico y normal que las mujeres trabajen desde temprana edad, pero en mi época no era así.
Yo era la única mujer de un despacho dominado por hombres, y los asuntos de familia les daban flojera a ellos. A diferencia de otras áreas en las que en unos minutos revisas un contrato, su validez, sus cláusulas, las penas convencionales o las estrategias del juicio, en materia familiar dedicas dos horas a escuchar la historia de una persona, qué le pasó, por qué la golpearon… Eso a los varones les da flojera ¿Y quién estaba ahí para escuchar a los que tenían problemas de familia? Pues yo. Así que poco a poco me fui haciendo cargo de todos los asuntos de familia en el despacho. Además, ¿quién le iba a asignar a una mujer el cobro de un pagaré de dos millones de dólares? Sólo un varón tenía la capacidad de llevarlo, sólo los hombres tenían la fortaleza de atender asuntos de tanta cuantía. En cambio, una patria potestad, un régimen de visitas, una pensión alimenticia, ¿cómo los cuantificas? Lo que gana la gente en un asunto familiar y sus necesidades no tienen un valor económico… De modo que ahí estaba yo para atenderlo.
De esa experiencia tengo la mayor gratitud, porque durante 14 años tuve al mejor jefe, a los mejores compañeros de trabajo y el mejor ejercicio profesional posible.
■ Andrea Villalpando: ¿Por qué dejó
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos