Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El infinito no tiene prisa
El infinito no tiene prisa
El infinito no tiene prisa
Libro electrónico75 páginas1 hora

El infinito no tiene prisa

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El infinito no tiene prisa presenta una visión crítica sobre la actual sociedad y sus tendencias en el ámbito pólitico, religioso, social, evolutivo etc. 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento28 may 2018
ISBN9781547523849
El infinito no tiene prisa

Relacionado con El infinito no tiene prisa

Libros electrónicos relacionados

Filosofía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para El infinito no tiene prisa

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El infinito no tiene prisa - pedro marangoni

    EL INFINITO NO TIENE PRISA

    pedro marangoni

    Tragicomedia en muchos actos representada por los humanoides en el teatro Planeta Tierra (presunta propiedad de un supuesto Dios)  con dirección del ausente Estado

    ADVERTÉNCIA

    Este libro, de convicción ateísta, contiene conceptos que si bien, frutos de raciocinio coherente, pueden por fuerza de la hipocresía social y ambigüedad de las leyes, ser tomados por apología al anarquismo, violencia y racismo. No es un manual, tampoco autoayuda, debiendo ser entendido como una contraposición a las discusiones sobre los asuntos citados, usando o derecho de la libre manifestación del pensamiento. Lectura, por tanto, no recomendada para individuos sugestionables, incluidos ahí los adolescentes.

    Sumario

    EXÓRDIO

    LA ANGUSTIA DE DIOS

    SEMBRANDO DUDAS

    HIJOS DE LA NADA

    LA GRAN MANADA

    EPÍLOGO

    EXÓRDIO

    Este no es un libro políticamente correcto. Los conceptos en él contenidos no sufren la influencia ridícula y ficcional de las religiones, no acata las imposiciones dichas científicas incomprensibles y aceptadas sin contestación, ni las inconsecuentes, teóricas e irreales prosopopeyas académicas, no se curva a las presiones de grupos raciales, políticos o sociales que en nombre de lo llamado políticamente correcto quieren imponer su incapacidad e incompetencia como derecho a los beneficios conseguidos por el esfuerzo de los demás. La primera parte, La angustia de Dios, es una teoría más plausible, más digerible, del surgimiento del Universo, sin dogmas y dioses barbados fabricando criaturas poco funcionales, con intestino grueso y delgado, páncreas, amígdalas y otros complementos extraños -por qué no una que se alimentara de ar, por ejemplo- y en la segunda parte, Los hijos de la nada, una vez dejado claro que somos fruto del azar, sin premios o castigos de hipotéticos cielos o infiernos, intento hacer un balance del caos que es la vida inteligente en el planeta, nuestros muchos errores y pocos aciertos en busca de un rumbo, intentando huir de la Gran Manada, la tercera y simbólicamente parte final.

    El autor

    "Si Él es perfecto y completo, como

    ¿Él puede tener el deseo de crear algo?"

    Jinesena (900 DC)

    LA ANGUSTIA DE DIOS

    La Nada es la ausencia de todo. Pero para caracterizarse una ausencia material, se hace necesario haber un espacio físico. Y este espacio estará lleno por la Nada. Todo lo que existe no permanece inmutable en un tiempo infinito, algo acaba ocurriendo, independiente de lo que afirmen nuestros incipientes científicos. Incontables veces menor que el átomo puede existir una ínfima partícula, un Nada más engrosado después de billones y billones (número aleatorio) de años. Y un Nada engrosada y más plausible que un Ser superior que no tuvo comienzo ni fin o un Big Bang espontáneo...Más otro espacio de tiempo igual – al final tiempo no falta y el infinito no tiene prisa- y es que esta partícula se junta a la otra. Más un infinito se pasa y otro y otro...Incontables procesos aleatorios para llegar a un simple átomo, solo para citar algo que conocemos. Y la evolución camina, a pasos cortos y lentos, completamente sin rumbos definidos. La nada comienza a transformarse. En materia bruta, inerte, sin vida, pero también en algo que comienza a localizarse en el espacio. Con capacidad creciente de definirse, sentirse, agregar más partículas y crecer. Algo totalmente imperfecto, sin planeamiento que, en un espacio de tiempo imposible para nosotros dimensionarnos, se constituirá en un ser capaz de crecer a través de la aglutinación de la nada que se condensa a su alrededor. Y pueden haber surgido entonces cuerpos de energía pensante que hoy insistimos en llamar de Dios, Diablo, ángeles y otras criaturas distorsionadas por nuestra imaginación temerosa, ávidos por protección, por garantía de vida eterna que evite el desespero de la certeza de nuestro fin. Criaturas superiores que nada tienen que ver con nosotros, animales inferiores formados de materia bruta compactada, poco tenemos de interés, a no ser nuestro producto más sofisticado, las ondas mentales, que serían el mismo material que los forman, materia refinada, espaciada y por tanto poco vulnerable, casi indestructible. Nada de sobrenatural, místico o cualesquier otras interpretaciones fantasiosas; apenas la creación al azar, dando surgimiento a seres y cosas inferiores o superiores a nosotros, productos de el mismo medio.

    Las mismas partículas que formaron los cuerpos etéreos pensantes, forma más avanzada de vida, de la misma manera desordenada dieron origen a una serie de otras unidades, pensantes o no, brutas o diáfanas, inmóviles o moviéndose a través de la nada alrededor, chocándose, uniéndose, creando nuevas formas o destruyéndose. Cuanto más grande el espacio dejado en la unión de estas partículas, más movilidad, más posibilidades de crecer, alterarse, perfeccionarse y menos riesgo de ser destruida, más fuerza y poder. Por ejemplo: para dominar un área, cuatro hombres forman un cuadrado de manos dadas para comunicarse entre ellos a través de palabras; es la materia bruta, condensada. Los mismos cuatro hombres, con el tiempo acaban deduciendo que pueden ampliar sus dominios, distanciándose y manteniendo la comunicación a los gritos; es la evolución de la materia, expandiéndose y aumentando su dominio y conocimiento.

    Territorio más grande, mayor probabilidad de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1