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La gobernanza internacional de las migraciones:: de la gestión migratoria a la protección de los migrantes
La gobernanza internacional de las migraciones:: de la gestión migratoria a la protección de los migrantes
La gobernanza internacional de las migraciones:: de la gestión migratoria a la protección de los migrantes
Libro electrónico640 páginas13 horas

La gobernanza internacional de las migraciones:: de la gestión migratoria a la protección de los migrantes

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Las migraciones internacionales constituyen un fenómeno trasnacional cuya gestión ha sido tradicionalmente asumida por los Estados de destino en el ejercicio de su soberania.Con ocasión de la globalización, el panorama migratorio se ha ido transformando y la cuestión migratoria ha ido ocupando un lugar cada vez más importante en las agendas de los Estados y las organizaciones con vocación regional y universal, las cuales han comprendido que la gestión migratoria requiere de su cooperación y de su acción coordinadora.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 abr 2016
ISBN9789587726985
La gobernanza internacional de las migraciones:: de la gestión migratoria a la protección de los migrantes

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    La gobernanza internacional de las migraciones: - Alexandra Castro Franco

    Castro Franco, Alexandra

    La gobernanza internacional de las migraciones: de la gestión migratoria a la protección de los migrantes / Alexandra Castro Franco -- Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 2016.

    531 páginas; 21 cm.

    Incluye bibliografía

    ISBN: 9789587725025

    1. Emigración e inmigración – Historia 2. Emigración e inmigración – Historia – Colombia 3. Emigración e inmigración – Colombia – Jurisprudencia 4. Garantías constitucionales – Colombia 5. Protección de los derechos humanos – Colombia 6. Colombia -- Constitución Política, 1991 I. Universidad Externado de Colombia.

    325.2          SCDD 21

    Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca

    Julio de 2016

    ISBN 978-958-772-502-5

    ISBN EPUB 978-958-772-698-5

    ©2016, ALEXANDRA CASTRO FRANCO

    ©2016, UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

    Calle 12 n.º 1-17 Este, Bogotá

    Teléfono (57-1) 342 0288

    publicaciones@uexternado.edu.co

    www.uexternado.edu.co

    Primera edición: julio de 2016

    Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones

    Diseño de EPUB por:

    Hipertexto

    Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad de la autora.

    CONTENIDO

    Agradecimientos

    Introducción

    1.La historia de las migraciones

    2.Causas de las migraciones

    3.Consecuencias de las migraciones

    4.La gestión migratoria o gobernanza migratoria internacional

    5.Problemática de investigación e hipótesis de estudio

    6.El contexto migratorio de América Latina y el migrante latinoamericano

    PRIMERA PARTE

    LA GOBERNANZA GLOBAL DE LAS MIGRACIONES: ESFUERZOS DISPERSOS, APORTES SIGNIFICATIVOS

    Título I. El surgimiento de espacios de discusión, estudio e investigación sobre la cuestión migratoria a escala mundial

    Capítulo I. Movilización alrededor de la cuestión migratoria: en la búsqueda de un espacio global de gestión migratoria

    Capítulo II. La búsqueda de un acercamiento integral al fenómeno migratorio a partir de la participación de diversas instancias, autoridades y programas

    La OIT

    El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)

    El Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (UNITAR)

    La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

    El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)

    Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

    Capítulo III. Cumplir con las misiones trazadas por el Programa de Acción de El Cairo y los Objetivos de Desarrollo del Milenio con el fin de hacer de las migraciones una herramienta para el desarrollo económico

    La Comisión de Población y Desarrollo

    Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (CNUCED)

    La División de la Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas

    Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

    El Banco Mundial

    La Organización Mundial del Comercio (OMC)

    Título II. Resultados de los espacios mundiales de discusión: diversas manifestaciones enfocadas hacia algunos aspectos del fenómeno

    Capítulo I. Un discurso cada vez más técnico que recoge concepciones diversas sobre el fenómeno

    Capítulo II. La multiplicación de informes, estudios e investigaciones

    Capítulo III. Recomendaciones similares año tras año

    Capítulo IV. Elementos innovadores que muestran una evolución en el discurso

    Título III. Los derechos humanos y la gobernanza global de las migraciones: referencias retóricas a derechos condicionados

    Capítulo I. La obligación de reconocer y respetar los derechos de los migrantes

    Capítulo II. El alcance de la garantía de los derechos

    Capítulo III. Índices de evolución en el concepto de titularidad de los derechos: posturas críticas, propuestas y nuevas tendencias

    SEGUNDA PARTE

    LA GOBERNANZA REGIONAL, INTERREGIONAL Y BILATERAL DE LAS MIGRACIONES: LA REGIÓN ANDINA Y LAS AMÉRICAS, LA UNIÓN EUROPEA Y ESPAÑA

    Título I. El surgimiento de espacios de discusión, estudio e investigación sobre la gobernanza migratoria a escala regional

    Capítulo I. Iniciativas en el marco de los procesos de integración regional

    Iniciativas en el seno de la Comunidad Andina

    Iniciativas de la Alianza del Pacífico

    El enfoque de la Unión de Naciones Suramericanas

    Capítulo II. Iniciativas en el marco de procesos de cooperación

    La Organización de Estados Americanos

    El enfoque de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)

    El enfoque de otros organismos regionales con carácter económico

    Capítulo III. Los procesos regionales: conferencias sobre las migraciones

    Conferencia Suramericana sobre Migraciones

    Conferencia Regional sobre la Migración, o Proceso de Puebla

    Título II. Los resultados de la gobernanza regional de las migraciones

    Capítulo I. Las medidas orientadas a asegurar la libertad de circulación entre los territorios de los Estados miembros

    Capítulo II. Críticas a las políticas de los países de destino e invitaciones al diálogo

    Capítulo III. Reivindicaciones de los derechos de los migrantes

    Título III. La gestión migratoria en las relaciones interregionales: las relaciones entre América Latina y la Unión Europea, los diálogos iberoamericanos y los acuerdos bilaterales de gobernanza migratoria

    Capítulo I. Cooperación Comunidad Andina - Unión Europea

    Capítulo II. Relaciones América Latina y el Caribe - Unión Europea

    Diálogo estructurado y global UE-ALC

    La cooperación de la Unión Europea con los países de origen de los migrantes: programa AENEAS

    Capítulo III. Las relaciones entre América Latina y España

    Foro Iberoamericano sobre las Migraciones y el Desarrollo (FIBEMYD)

    Acuerdo Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social

    Capítulo IV. Los acuerdos bilaterales y la gobernanza migratoria: Colombia y Unión Europea, Colombia y España

    TERCERA PARTE

    MIGRANTES TITULARES DE DERECHOS: ELEMENTOS INTERNACIONALES PARA LA PROTECCIÓN DE LOS MIGRANTES COMO TITULARES DE DERECHOS. LAS MEDIDAS INSTITUCIONALES ADOPTADAS EN COLOMBIA PARA RESPONDER A LA SALIDA MASIVA DE SUS NACIONALES

    Título I. Las instancias, autoridades y programas para la protección de los derechos de los migrantes

    Capítulo I. Las Naciones Unidas y los derechos de los migrantes

    La Asamblea General

    La Comisión (actual Consejo) de Derechos Humanos

    Los relatores especiales y grupos de trabajo en el marco de procedimientos temáticos ante la Comisión/Consejo de Derechos Humanos

    El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

    Las contribuciones de otros organismos

    Capítulo II. Los derechos de los migrantes en el marco de los órganos convencionales

    Capítulo III. La protección de los migrantes en el marco del Sistema Interamericano de los Derechos Humanos

    La protección de los migrantes en el marco de la Comisión Interamericana

    La protección de los derechos de los migrantes en el marco de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

    La protección de los derechos de los migrantes en el marco de otros órganos de la OEA

    Título II. Migrantes, discriminación, privaciones y necesidades puntuales de protección

    Capítulo I. La cuestión particular de la discriminación, el racismo y la xenofobia

    Capítulo II. Los derechos de los migrantes en el contexto de la privación de la libertad

    Derecho a la libertad

    Derecho al debido proceso

    Derecho a la notificación consular

    Capítulo III. Grupos de migrantes especialmente vulnerables

    Los trabajadores migrantes

    Las mujeres migrantes

    Los niños migrantes

    Título III. La protección de los migrantes por sus Estados de origen: el caso de Colombia

    Capítulo I. Un interés creciente de las autoridades colombianas hacia su diáspora

    La Constitución de 1991 y los nacionales en el exterior

    La protección de los nacionales: el desarrollo normativo a partir de la Constitución de 1991

    La protección de los nacionales por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores y de otras autoridades

    Capítulo II. Las medidas tomadas por el Estado colombiano para enfrentar la salida masiva de sus nacionales

    El envío de remesas de los colombianos en el exterior, un negocio floreciente

    La cuestión del retorno: un interés creciente de las autoridades nacionales

    Una protección insuficiente de los derechos de los nacionales en el exterior

    Capítulo III. Los desafíos de la protección de los colombianos en el exterior

    El Estado y la salida masiva de sus nacionales

    Compromiso institucional en favor de la protección de los derechos de los migrantes

    Conclusión

    Bibliografía

    AGRADECIMIENTOS

    […] Este mundo dura cuatro días, es una sala de espera. Esta tierra no es la tuya, oh hombre, tuyo es otro sitio. Has venido al mundo con las manos vacías y te irás con las manos abiertas.

    Mastana ji (Sat Guru Ke guna ga le)

    Gracias a Ajaib, es él quien hace todo posible.

    Gracias a mi director de tesis M. Emmanuel Decaux así como al secretario general del CRDH Jérôme Benzimra por su disponibilidad, su comprensión y su paciencia.

    Gracias a mi familia y a Gabriel por su incondicional apoyo y su amor.

    Gracias a Waldo, por haber estado a mi lado en incontables noches de desvelo.

    Gracias a la Universidad Externado de Colombia, a la memoria del doctor Fernando Hinestrosa, a Magdalena Correa, a Roberto Núñez y a mis compañeros y amigos de trabajo por haber creído en mí y haberme dado su apoyo.

    Gracias a todas las demás personas que aportaron en este proceso; a William Herrera por su gran espíritu de servicio, a Irit Milkes por su colaboración en la traducción y, finalmente, a todos los migrantes que han inspirado esta investigación y por los que espero seguir trabajando.

    INTRODUCCIÓN

    Au commencement du monde, alors que tout était commun à tous, chacun pouvait, à son gré, voyager et se rendre dans un pays quelconque.

    Vitoria, De indis, 1542 ¹

    Las migraciones existen desde siempre, constituyen un fenómeno inherente al ser humano, una práctica de supervivencia a la cual el hombre recurre en su búsqueda permanente de mejores condiciones de vida. Es así como los movimientos migratorios surgen como estrategia para hacer frente a los cambios climáticos, a los periodos de crisis, a las guerras, a otras condiciones de adversidad o, simplemente, como un medio para buscar mejores oportunidades en otros lugares del mundo.

    Las migraciones son una forma de movimiento de población. En sentido amplio, entendemos por migración todo desplazamiento de personas. En un sentido más estricto, nos limitamos a definir las migraciones como los movimientos de poblaciones que se efectúan con la voluntad de permanecer en el lugar de destino.

    Algunos utilizan el término movilidad en lugar del de migración en una acepción más amplia del término. Otros las confunden al hablar de movilidad cuando en realidad desean hablar de migraciones en sentido estricto. A decir verdad, cuando hablamos de migraciones encontramos varias definiciones posibles. Eso se debe en gran parte al hecho que el estudio y la regulación del fenómeno migratorio han interesado durante mucho tiempo, de manera exclusiva, al derecho interno de los Estados ² . Así, cada Estado dotó de un sentido diferente los términos empleados. Hoy en día la comunidad internacional está de acuerdo sobre el empleo del término migraciones para describir los movimientos de poblaciones que se dan de manera voluntaria y con una intención de permanencia. Así, los turistas no son migrantes, puesto que ellos no tienen la voluntad de permanecer en el país que visitan.

    Tradicionalmente las migraciones son reagrupadas en diversas categorías. Por una parte, conviene distinguir entre migraciones voluntarias, cuando los migrantes tienen todos los elementos para asumir de manera libre y sin coacción la decisión de migrar inspirados por razones de interés personal. Esto se opone a las migraciones involuntarias, en que coinciden las situaciones en las cuales las personas son obligadas a huir de su hogar por la persecución de terceros (por razones políticas, de nacionalidad, pertenencia a un grupo social, entre otras causas) o por acontecimientos naturales (cambios climáticos, por ejemplo). En estos casos no hablamos de migrantes, sino de desplazados internos (o víctimas del desplazamiento interno) o de demandantes de asilo.

    Por otra parte, distinguimos entre migraciones internas, cuando ellas tienen lugar dentro de las fronteras del Estado, y migraciones internacionales, cuando los migrantes atraviesan las fronteras de otro país.

    Nuestro estudio se concentrará en las migraciones internacionales voluntarias. De esta manera, no trataremos aspectos como la demanda de asilo, la trata de personas o el desplazamiento interno. Pero antes de precisar los contornos de nuestra investigación, deseamos presentar el contexto histórico del fenómeno migratorio y su regulación.

    1. LA HISTORIA DE LAS MIGRACIONES

    La historia de las migraciones es tan antigua como la historia de la humanidad. Encontramos rastros muy antiguos de medidas tomadas para limitar los derechos de los extranjeros (palabra que viene del latín extraneus y significa ‘el de afuera’, quien no pertenece a la familia). En el antiguo Egipto, por ejemplo, los extranjeros estaban excluidos de los círculos sociales y los trabajos más degradantes les eran confiados. Ellos estaban en riesgo, incluso de ser sacrificados a los dioses. En las pirámides se encontró la inscripción ningún hombre del país trabajó aquí ³ . En la Grecia antigua algunos ciudadanos de otras ciudades-Estado estaban desprovistos de derechos y era prohibido establecer relaciones comerciales con ellos ⁴ . En la Roma antigua pasaron de un estatus de exclusión, que rechazaba todo derecho, a un estatus más favorable, obtenido en razón de las necesidades comerciales del momento ⁵ . En la Biblia, por el contrario, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se encuentran referencias precisas al respecto y a la protección de los migrantes independientemente de su estatus jurídico ⁶ . Las migraciones han estado presentes en todos los momentos de la historia; por eso podemos decir, sin equivocarnos, que todas las regiones del mundo se han visto involucradas en el fenómeno; pensemos, por ejemplo, en la época de movimientos de descubrimientos, la cual estuvo acompañada de la trata de esclavos provenientes de África, la llegada de personas del continente europeo y los desplazamientos internos en el seno del continente americano.

    En tiempos modernos encontramos referencias al derecho de los Estados de cerrar sus fronteras en las prácticas que datan de inicios del siglo XIX ⁷ , así como otras reglas de carácter consuetudinario, motivadas por la presencia de occidentales en los países del sur. Esas medidas no obligaban a los Estados a admitir a los extranjeros, pero preveían que, una vez en el territorio, un mínimo de derechos les serían garantizados. En aquella época la protección diplomática y consular apareció como un medio de garantizar la acción del Estado de origen de los migrantes en casos de violación de los derechos de estos.

    Por otra parte, el fin de la Segunda Guerra Mundial marcó el inicio de una nueva tendencia migratoria. El desarrollo económico de Estados Unidos y de algunos Estados europeos estuvo acompañado de una demanda de mano de obra en los sectores de construcción y manufactura. Es así como los trabajadores procedentes de países periféricos, por ejemplo Italia, España y Grecia, migraron para responder a esas demandas gracias a sistemas como los trabajadores invitados ⁸ . Las primeras reglas de la OIT sobre los derechos de los trabajadores migrantes datan igualmente de esta época ⁹ . América del Sur conoció también grandes olas de migraciones provenientes de Europa en el curso de este periodo.

    Más tarde, el panorama migratorio cambió de nuevo. Las crisis económicas y las disparidades crecientes entre países desarrollados y países en vía de desarrollo marcaron una nueva tendencia hacia las restricciones migratorias, especialmente a partir de los años setenta. Restricciones que desde entonces no han cesado de multiplicarse, particularmente con el advenimiento de la globalización, acompañada de la masificación de las migraciones.

    En efecto, con la globalización las migraciones ganaron tal amplitud que se situaron en el corazón de las inquietudes de las sociedades. Por otro lado, como afirma Said ¹⁰ , han sido el evento más importante de las últimas tres décadas. En este sentido, son catalogadas como el fruto de tendencias modernas, pero al mismo tiempo constituyen un fuerte propulsor de nuevas dinámicas propias del contexto de la globalización. Este doble valor de las migraciones implica desde luego confrontaciones entre intereses a veces contradictorios. La globalización es un proceso que implica la multiplicación de intercambios y la circulación al nivel social, económico y humano. Este fenómeno se ve impulsado por la multiplicación y la masificación de medios de comunicación y de transporte.

    De un lado, podemos decir que el incremento de las migraciones ha servido de catalizador de la globalización, ya que las migraciones implican la atracción de mano de obra barata y especializada para asegurar una producción a escala global. Por otro lado, las migraciones son el producto de la globalización, ya que son el fruto de tendencias de intercambio, de masificación y de apertura que acabamos de describir.

    Igualmente, el impacto de la globalización trae consigo cambios en el corazón mismo de la sociedad y las estructuras tradicionales de poder, lo cual implica nuevas percepciones del territorio, así como nuevas relaciones económicas y sociales ¹¹ . La concepción de Estado y sus fronteras se ven igualmente afectadas por la globalización. El control de las fronteras y la homogeneidad de las sociedades son cuestionadas frente a una realidad que hace cambiar la naturaleza tradicional del Estado-Nación ¹² .

    Los Estados se adaptan progresivamente a los efectos económicos de la globalización. Son conscientes de los cambios que operan en las relaciones económicas, así como en lo que tiene que ver con la apertura de mercados y la libre circulación de bienes. Sin embargo, y de manera paradójica, no están dispuestos a abandonar su concepción tradicional de nación y continúan reivindicando su antiguo esplendor, afirmando su derecho soberano a controlar sus fronteras ¹³ . La movilidad de personas se percibe aún como un ultraje a los principios nacionalistas exclusivos que conciben el Estado nacional como aquel que se identifica únicamente con un territorio. De esta manera, quienes no pertenecen a un Estado y no comparten sus valores nacionales son percibidos como una amenaza contra la estabilidad y la cohesión de la nación y por consiguiente deben ser controlados.

    Los Estados han tenido dificultades a la hora de comprender que los atributos de la soberanía no desaparecen con la globalización, a pesar de que esta traiga consigo nuevos matices en su ejercicio. El mundo ya no es aquel de sociedades homogéneas y aisladas, las fronteras son cada vez más porosas, es decir, más fáciles de atravesar, y la protección de los derechos humanos se impone, al menos en teoría, aun en contra de la voluntad de los Estados.

    Estos matices conllevan tensiones, especialmente en lo que tiene que ver con la protección de derechos de los migrantes en situación irregular, los cuales, aun cuando hayan cruzado las fronteras o hayan permanecido en su interior sin autorización, continúan siendo titulares de derechos ¹⁴ .

    Es por eso que coincidimos con Sassen cuando afirma: Los inmigrantes y los refugiados reflejan la tensión existente entre la protección de los derechos humanos y la soberanía de los Estados. Esta tensión es especialmente aguda tratándose de los migrantes en situación irregular, ya que su simple existencia implica una erosión de la soberanía ¹⁵ .

    Aunque la circulación de personas, la autorización de su entrada y salida de un territorio determinado, corresponde al ejercicio de una prerrogativa legítima de los Estados en el goce de su soberanía, las transformaciones que ha sufrido este concepto por cuenta de la modernización y la consolidación del individuo como titular de derechos con vocación universal han complicado el ejercicio del control de las fronteras, el cual, aunque continúa totalmente en vigor, comporta varios matices. Hoy en día entendemos que la soberanía implica así una doble responsabilidad. Tal como fue subrayado por la Comisión internacional sobre la intervención y la soberanía de los Estados en 2001, la soberanía engloba una responsabilidad externa –de respetar la dignidad y los derechos de otros Estados– e interna –de respetar la dignidad y los derechos fundamentales de toda persona que vive en el territorio del Estado– ¹⁶ . Esta soberanía no implica un poder de acción ilimitado de los Estados, y así como los individuos tienen derechos y responsabilidades en su calidad de ciudadanos de un Estado, los Estados tienen derechos y responsabilidades como miembros de la comunidad internacional ¹⁷ . De esta manera, aunque los Estados son libres de determinar quién entra o sale de su territorio, una vez estas personas ingresan, un mínimo de derechos deben serles garantizados.

    Hemos explicado cómo a través de la historia los migrantes han sido objeto de prejuicios, restricciones y controles. Esta tendencia no se ha revertido con el advenimiento de la globalización. De esta manera persisten las concepciones negativas hacia migrantes que los consideran nocivos para las sociedades y los acusan de todos los males económicos, financieros o sociales, por ejemplo la delincuencia o la propagación de enfermedades. La situación de tensión y malestar en torno de los migrantes se debe, en parte, como lo explican autores como Kymlicka ¹⁸ , al miedo que se genera por la diversidad en el seno de la sociedad. Sin querer entrar en debates de orden sociológico, nos limitaremos a decir que este temor ha irradiado todas las esferas de la sociedad, en un proceso de construcción social de un enemigo ¹⁹ , y tiñe las tentativas de gestión migratoria con un matiz de seguridad. Esta situación complica más la labor de los Estados frente a su ejercicio de soberanía para evitar la llegada de migrantes indeseables, todo en cumplimiento de su obligación de respetar y proteger los derechos humanos de quienes se encuentran en su territorio ²⁰ . Pero para poder delimitar las problemáticas que se tejen alrededor del fenómeno migratorio y establecer nuestra propia problemática de investigación, debemos comprender las causas y las consecuencias de las migraciones.

    2. CAUSAS DE LAS MIGRACIONES

    El interés suscitado por las migraciones supuso el surgimiento de todo un conjunto de teorías que buscan explicar las causas del fenómeno. Sin entrar en el estudio de múltiples teorías existentes, como la teoría funcionalista ²¹ y la histórico-cultural propias de la sociología y la economía, mencionaremos las principales teorías que fueron abordadas por los investigadores, las cuales inspiraron la toma de medidas para gestionar las migraciones. En primer lugar, la teoría de push-pull (expulsión y atracción), según la cual el flujo de trabajadores corresponde por una parte a las condiciones de vida difíciles y adversas de países de origen que obligan a los migrantes a salir, y por otra parte a los factores de atracción de países de destino que invitan a los migrantes a tentar su suerte en la búsqueda de mejores salarios, estabilidad política o de una estructura social en esos países. La combinación de esos dos factores incita a los migrantes de procedencia de clases menos favorecidas y de las regiones más recónditas del mundo a desplazarse hacia los países más desarrollados. Esta teoría ha inspirado la mayor parte de medidas adoptadas por los países de destino con el fin de detener la llegada de migrantes, por medio de la promoción de ayudas al desarrollo en los países de origen de los migrantes. Sin embargo, según otros estudios, las migraciones no pueden explicarse solamente por el juego de la oferta y la demanda. Aunque estos factores tienen peso, el proyecto migratorio se construye alrededor de otras relaciones más profundas y un conjunto más complejo de motivaciones que superan el marco puramente económico. Por otro lado, si bien la teoría de pull and push sirve para explicar la salida de los migrantes no calificados que huyen de la pobreza, no explica la salida de los profesionales, científicos y hombres de negocios. De la misma manera, esta teoría fue insuficiente para explicar por qué esas fuerzas de atracción y de expulsión no empujaban a toda la población de países en vía de desarrollo a marcharse, atraídos por las oportunidades de países desarrollados ²² .

    En segundo lugar, aparece una teoría que se separa de los análisis puramente económicos de las migraciones para añadir elementos sociológicos en el estudio de los movimientos migratorios, sus causas y sus consecuencias. Mediante trabajos de investigación, esta teoría propone una alternativa que parece más satisfactoria para explicar el fenómeno migratorio e invita a adoptar una perspectiva transnacional de las migraciones ²³ . Esta manera de interpretar las migraciones, que surgió en los años ochenta pero ganó terreno a partir del siglo XXI , entiende las migraciones como un proceso dinámico de construcción y reconstrucción de redes sociales que estructuran la movilidad espacial y la vida laboral, social, cultural y política tanto de la población migrante como de sus familias, amigos y las comunidades en los países de origen y de destino ²⁴ .

    Según esta teoría, los migrantes no están solos en su decisión de migrar, ni en su elección de países de destino y su ruta migratoria; ellos no se guían exclusivamente por motivaciones personales e independientes. Las migraciones son la consecuencia de todo un proceso de reflexión condicionado por el entorno social, económico y político de los migrantes. Así, la familia, los amigos y los mismos miembros de un grupo social, tanto en los países de origen como de destino, son determinantes para los migrantes en la construcción de un proyecto de vida y al tomar la decisión de migrar. Incluso continúan siendo determinantes en la vida cotidiana en los países de destino, a través de los fuertes vínculos que los migrantes guardan y alimentan con sus sociedades de origen. Así, no podemos hablar de una separación radical entre el país de origen y el de destino de los migrantes, ya que existen fuertes lazos que son cultivados entre los dos, en un fenómeno transnacional ²⁵ . Los migrantes no viajan hacia los países de destino con las manos vacías, llevan consigo su cultura y sus costumbres y mientras intentan adaptarse a la sociedad de destino siguen manteniendo compromisos, relaciones y fuertes vínculos con su sociedad de origen. Estas relaciones pueden ser de orden familiar, con fuertes lazos de dependencia económica y afectiva, que se mantienen hoy en días gracias a los progresos tecnológicos que facilitan las comunicaciones y los intercambios virtuales. El grado de intensidad de los lazos es influenciado por las características de los países de origen y el contexto particular (rural o urbano) de donde provienen los migrantes. Así, los migrantes procedentes de zonas rurales estaban más inclinados a guardar los vínculos sólidos con sus familiares y a desarrollar una solidaridad fuerte con los migrantes provenientes de la misma región geográfica en los países de destino. Tratándose de los colombianos, por ejemplo, se crearon fuertes lazos entre los migrantes procedentes del pueblo de Santuario (municipio del departamento de Antioquia) que se encontraban viviendo en París ²⁶ . Esto contrasta con la débil tendencia al acercamiento entre migrantes provenientes de grandes ciudades.

    Por otro lado, el transnacionalismo, lejos de ser una tendencia deseada, es más bien una estrategia obligatoria de supervivencia de los migrantes ²⁷ , consecuencia de las condiciones difíciles a las que deben hacer frente en los países de destino. Desde nuestro punto de vista, esta teoría explica acertadamente la dinámica de las migraciones latinoamericanas, muy influenciadas por las redes familiares que se extienden a varias generaciones y determinan el comportamiento de sus miembros, y su manera de actuar aun cuando se encuentren en el extranjero ²⁸ .

    Más allá de las teorías a las cuales se quiera adherir para explicar los flujos migratorios, existe una realidad innegable frente a los estudios del fenómeno: se trata de algo inherente al ser humano, que existe y se perpetuará. Por esto, las ideas de una sociedad cerrada o de una migración totalmente controlada son irrealistas o inaplicables.

    Una vez analizadas las causas de las migraciones, pasaremos al estudio de las consecuencias, reales y ficticias, igualmente utilizadas como argumentos para justificar las medidas de gestión migratoria adoptadas por los países de destino de los migrantes.

    3. CONSECUENCIAS DE LAS MIGRACIONES

    Partiendo de la característica transnacional de las migraciones, se puede inferir que estas producen efectos tanto en los países de origen como en los de destino. Estas consecuencias, por supuesto, son más intensas en los contextos de migración masiva. Por otro lado, aunque estos efectos pueden ser reales, son en ocasiones exagerados por percepciones sociales. Comenzaremos por evocar el impacto real y el que se percibe en los países de destino de los migrantes.

    En primer lugar, la migración masiva de personas implica necesariamente cambios en las estructuras sociales y culturales de las sociedades de destino. Esta mezcla de culturas y de tradiciones es un resultado innegable de la globalización que tiene un impacto en las ideas de identidad nacional, de pertenencia a una nación y sus costumbres.

    Las sociedades de destino, tradicionalmente apegadas a unos principios, valores y costumbres, a una historia y a sus tradiciones comunes, ven cambios en su panorama frente a la llegada de extranjeros. La concepción de un Estado Nación homogéneo es puesta en duda por la cohabitación de numerosas culturas y de numerosas comunidades que tienen concepciones y prácticas sociales y culturales diversas. Para algunos, se trata de un efecto nocivo de las migraciones que amenazan las tradiciones y la cultura local; para otros, al contrario, es un medio de enriquecer estas culturas y darles una nueva dimensión posmoderna.

    En segundo lugar, las migraciones impactan el mercado laboral de las sociedades de destino. Los migrantes son una amenaza para esos mercados, puesto que vienen a ocupar un lugar que debe estar destinado a los nacionales. Es innegable que los migrantes impactan los mercados de trabajo; no obstante, numerosos estudios han ayudado a demostrar que la mayor parte de los migrantes no compiten por los empleos de los nativos, ya que buscan ejercer las actividades que los nacionales no quieren o no pueden ejercer. Aquello se produce incluso en condiciones en las que el nivel de calificación de los migrantes les podría permitir optar por un trabajo que requiera de mayor preparación. En este sentido, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ²⁹ así como la Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacionales han reconocido que los migrantes ocupan los trabajos poco atractivos para los nacionales y las actividades que necesitan una alta cualificación que los locales pueden no poseer. Por otro lado, el PNUD ha indicado que en algunos países, sectores enteros de la economía y numerosos servicios públicos se han vuelto fuertemente dependientes del trabajo de los migrantes y se desmoronarían rápidamente si estos trabajadores no estuvieran disponibles ³⁰ . Aun en el campo laboral, algunos consideran que los migrantes hacen disminuir en promedio los salarios, ya que ellos están prestos a aceptar una remuneración más baja a cambio de su trabajo. Esta situación es recurrente, pero se explica en gran parte por las dificultades que encuentran los migrantes para acceder al mercado de trabajo de los países de destino, lo que los obliga a aceptar remuneraciones más bajas.

    En tercer lugar, las migraciones implican un costo financiero para los países de destino, que se genera con el acceso de los migrantes a servicios sociales como la educación y la salud. Algunos encuentran que ese costo financiero es excesivo y que, por lo tanto, debían controlarse las migraciones o restringirse el acceso de los migrantes a esos servicios. Otros consideran que, de la misma manera que los migrantes utilizan los servicios sociales del Estado, ellos deben contribuir a su financiamiento. En algunos países del mundo esta contribución es tan importante que es considerada como necesaria para garantizar la viabilidad de dichos servicios, particularmente en los contextos de envejecimiento demográfico donde el aporte de los migrantes resulta clave para garantizar el financiamiento de los sistemas pensionales ³¹ .

    Finalmente, existen teorías que vinculan a las migraciones con las amenazas de seguridad. Los migrantes son recurrentemente utilizados como chivo expiatorio para explicar los problemas de seguridad, el peligro público e incluso los problemas sanitarios, dado su carácter supuestamente peligroso y sospechoso. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 contribuyeron a reforzar estas concepciones presentando a los migrantes como un peligro para la sociedad y una amenaza contra la seguridad, tal como fue recordado durante la Iniciativa de Berna ³² y en el Informe de la Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacionales ³³ . La migración irregular, estrategia de supervivencia para muchas personas, es considerada una amenaza contra la seguridad y la integridad de los Estados y ha sido calificada como delito en numerosas legislaciones penales. Algunos investigadores se han empeñado incluso en probar la peligrosidad de los migrantes por medio de estadísticas sesgadas sobre el número de crímenes cometidos por personas de ascendencia extranjera ³⁴ .

    En suma, el fenómeno migratorio no tiene nada de anodino para las sociedades de destino. Sus implicaciones no son solamente de orden cultural y social, sino también demográficas; estas impactan el mercado laboral, los servicios sociales, el comercio, el turismo, el transporte aéreo y los hábitos de consumo.

    Como hemos dicho, resulta difícil determinar cuáles con las verdaderas consecuencias de las migraciones tanto en los países de origen como de destino. De hecho, a los efectos reales del fenómeno se suman las consecuencias problemáticas cuyo impacto ha sido exagerado por la sociedad. Las actitudes negativas contra los migrantes son persistentes y son a veces favorecidas por los medios de comunicación. Se alimentan de los discursos electorales de extrema derecha, los cuales se traducen en prácticas y comportamientos racistas y xenófobos contra los migrantes ³⁵ .

    Ahora bien, conviene subrayar que las decisiones concernientes a la entrada y la estancia de migrantes hacen parte del ejercicio legítimo de una prerrogativa propia de la soberanía de los Estados de destino ³⁶ . En ese sentido, los Estados condicionan el acceso y estadía de los extranjeros en su territorio en función de las necesidades puntuales de su contexto social y económico. Estas medidas no son malas en sí mismas, pero pueden volverse un instrumento para vehicular los temores a veces injustificados contra los extranjeros y, de esta manera, constituir un medio de discriminación infundado hacia esas personas que favorece su aislamiento.

    Después de abordar las consecuencias de las migraciones para los países de destino, vamos a repetir el ejercicio para los países de origen de los migrantes. Estos países sufren los efectos demográficos, económicos y sociales debido a la partida de una parte de su población, consecuencias que tienen un impacto aun mayor cuando la salida de nacionales es masiva.

    En primer lugar, la partida de nacionales de un país implica un alivio para la carga social del Estado. Los nacionales que demandan empleos, educación y servicios sociales salen del país y disminuyen de esa manera los deberes del Estado para con ellos. La contrapartida de este efecto, que podría ser visto como positivo, es la pérdida del capital humano, la fuga de cerebros o brain-drain ³⁷ . Los Estados invierten en la educación de sus nacionales que constituyen la fuerza de trabajo del Estado, contribuyen al financiamiento del sistema y son el motor de desarrollo del país. Se ha logrado establecer que las migraciones atraen particularmente a los sectores más educados de la población. Así, los Estados de origen ven partir sus médicos, sus ingenieros y otros trabajadores altamente cualificados, que habrían podido aportar al desarrollo del país, crear empleos y ayudar en la formación de otras personas. Vista desde una perspectiva positiva, la fuga de cerebros puede alentar la transferencia de tecnología y conocimientos especializados desde los países desarrollados hacia las economías emergentes. Desde este punto de observación, las personas cualificadas que se marchan pueden guardar y mantener los vínculos con el país de origen, lo que se puede traducir en un intercambio de conocimientos. No obstante, la realidad muestra tres situaciones que reflejan la complejidad de este intercambio hipotético. En primer lugar, aunque altamente calificadas, estas personas son frecuentemente empleadas para trabajos que requieren poca cualificación, lo que constituye un desperdicio de sus capacidades ³⁸ . Además, los migrantes se limitan con frecuencia a mantener los lazos estrictamente familiares con su país de origen. Algunos partieron en primer lugar, movidos por la falta de oportunidades profesionales en su país, las cuales no fueron debidamente fomentadas por las autoridades locales. De esta manera, los migrantes rara vez están satisfechos con la gestión de sus Estados de origen y en consecuencia no tienen interés en invertir en el desarrollo del país que les dio la espalda ³⁹ . Finalmente, los beneficios de esa transferencia no compensan la pérdida sufrida por los países de origen que invirtieron en la formación de esas personas.

    Los Estados de origen no pueden impedir la partida de sus nacionales. Se les presenta así un desafío: crear medidas suficientemente atractivas para establecer vínculos con esos migrantes y fomentar su compromiso en los proyectos benéficos para el país. De esta manera, la pérdida de capital humano (brain-drain) puede transformarse en un beneficio para los países de origen (brain-gain) ⁴⁰ .

    Una vez en los países de destino, los migrantes envían remesas a sus familias que permanecen en los países de origen; estos aportes de dinero han creado un mercado floreciente y constituyen una importante fuente de ingresos para los Estados de origen. En efecto, el mercado de transferencia de remesas se ha desarrollado fuertemente en el curso de los últimos años. Este mercado que surgió por fuera de las estructuras oficiales estuvo exento de todo tipo de regulación, con lo que se beneficiaron las empresas privadas. Así, los intermediarios financieros, especialmente las casas de cambio y los bancos, aprovecharon las circunstancias para facilitar las transferencias de remesas a comisiones muy altas (el promedio en nuestros días es de 6 % del valor transferido).

    América Latina en su conjunto es conocida por recibir importantes sumas de dinero de sus residentes en el extranjero, a tal punto que, según las estimaciones oficiales de la OIM para 2008, la región recibió más del 40 % del volumen mundial de pagos de remesas, monto que sobrepasa el valor recibido en la región por cuenta de la ayuda exterior y comienza a sobrepasar el monto de las inversiones directas extranjeras que reciben los países concernientes ⁴¹ y constituye un valor más importante que el de la ayuda pública al desarrollo. En 2009, estos montos bajaron como consecuencia de la crisis económica mundial; sin embargo, permanecieron elevados ⁴² . Los países de la región que perciben más recursos por este concepto son Colombia, Brasil y México, cuyos envíos corresponden al 60 % del dinero total transferido por los migrantes ⁴³ . En la Región Andina, Ecuador fue el primer país en regular el costo de transferencia de remesas a fin de limitar los abusos de intermediarios privados y establecer mecanismos oficiales para el envío de estas remesas.

    El envío de remesas constituye el aspecto más seductor de las migraciones. Ha motivado una gran cantidad de estudios, investigaciones, encuentros y conferencias con el objetivo de lograr que estas remesas sean aprovechadas para el desarrollo de los países de origen de los migrantes. En efecto, en algunos países se han llevado a cabo alianzas para aprovechar estos recursos como un mecanismo de fomento al desarrollo ⁴⁴ y para que sirvan de medios de inversión productiva. Sin embargo, esto no es siempre así. Las remesas enviadas por los migrantes, aunque constituyen importantes sumas de dinero, no son necesariamente una fuente de desarrollo para los países de origen. Por el contrario, esas remesas son invertidas en el consumo y los gastos corrientes de las familias de los migrantes. Es decir, no son una fuente de riqueza, sino una fuente de dependencia ⁴⁵ . Son usadas para financiar el pago de alquileres, útiles escolares, fiestas y vacaciones de los familiares y demás personas cercanas, pero no para financiar proyectos productivos. Por otro lado, las familias de los migrantes pagan un alto precio por la separación de sus seres queridos, precio que no es compensado con el dinero enviado. Sobre este punto, la Cumbre Iberoamericana de Migraciones señaló que el envío de remesas de los migrantes no es ni una panacea para el desarrollo ni un mecanismo capaz de sustituir la responsabilidad central de cada Estado en materia de políticas de desarrollo y de equidad social ⁴⁶ . De la misma manera, el documento señala los beneficios que pueden conllevar algunos sistemas de envío de remesas (particularmente los de donaciones de comunidades de migrantes) para el financiamiento de proyectos de desarrollo. El informe de la Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacionales, por su parte, señala las ventajas y los riesgos del envío de remesas e invita a los Estados a reducir los costos de transferencia, vigilar las empresas que trabajan en este mercado, así como respetar el carácter privado de esas remesas ⁴⁷ .

    De manera general, el asunto de las remesas aparece en el marco de todas las discusiones sobre las migraciones y el desarrollo, como en las políticas públicas de los principales países de origen de los migrantes. Estas sumas de dinero podrían considerarse casi un caleidoscopio del fenómeno migratorio: fruto del esfuerzo y de pesadas jornadas de trabajo de los migrantes en el extranjero, las sumas enviadas intentan, sin éxito, de colmar el vacío dejado por la ausencia de los seres queridos. Se vuelven dinero de bolsillo. Por otro lado, son un indicador social para otros –lo que justifica la permanencia en el extranjero de muchos–, una fuente de riqueza para los intermediarios y una falsa fuente de desarrollo según los que elaboran los indicadores económicos. A decir verdad, el envío de remesas tiene un solo mérito absolutamente incontestable: el de lograr atraer la atención de los Estados de origen sobre la salida de sus nacionales y el haber contribuido a la conformación de espacios de discusión sobre las migraciones a escala mundial. Por supuesto, este interés en un principio fue puramente económico, pero comenzó a evolucionar para ampliarse a otros aspectos del fenómeno ⁴⁸ .

    Para completar nuestro análisis sobre las consecuencias de las migraciones, es necesario abordar su impacto sobre los migrantes y los miembros de sus familias. Ante todo conviene recordar que el migrante es una persona, titular de derechos y de obligaciones con carácter universal. Así, no solamente se encuentra sometido a la jurisdicción de los países de destino y debe respetar las normas de entrada y estadía que allí se han establecido, sino que también debe poder gozar de una protección adecuada de sus derechos humanos, en particular teniendo en cuenta que la mayoría de países de destino de los migrantes son firmantes de los principales instrumentos de protección de los derechos humanos ⁴⁹ . En la práctica estos Estados encuentran dificultades a la hora de para conciliar el derecho de los extranjeros, derecho considerado como una prerrogativa ⁵⁰ resultante de su soberanía, para controlar sus fronteras y a las personas que allí circulan, con los derechos humanos. Esta realidad se vuelve aún más compleja en tratándose de migrantes en situación administrativa irregular.

    El migrante es considerado en situación de vulnerabilidad, puesto que se encuentra lejos de su país de origen, de su cultura, de su familia y de la protección de sus autoridades nacionales. Esta condición ha sido reconocida en varias ocasiones ⁵¹ y ha sido objeto de numerosos estudios que han llegado a la conclusión de que los migrantes, como titulares de derechos humanos, son vulnerables porque son considerados como ‘externos’ a la sociedad de acogida y son vulnerables porque los Estados de acogida no aplican las normas internacionales relativas a los derechos del hombre ni a los migrantes regulares ni a los migrantes irregulares ⁵² .

    La vulnerabilidad de los migrantes se manifiesta de dos maneras. Por una parte, por la falta de efectividad de algunos derechos de los migrantes. Es el caso de los derechos al debido proceso, a la igualdad y a la no discriminación, así como la prohibición de tratamientos crueles, inhumanos y degradantes, y del ejercicio de los derechos sociales en general. Una reflexión alrededor del alcance teórico y real de estos derechos resulta necesaria para analizar la posibilidad de conseguir una protección de derechos de los migrantes y una mejora de su situación mediante la invocación de esos derechos. Los migrantes deben hacer frente a toda clase de situaciones discriminatorias. Este tipo de discurso se inspira de la lectura aislada de algunos hechos y de su presentación o interpretación selectiva y puede manifestarse en actos de violencia y de racismo contra los migrantes.

    Los migrantes están también expuestos a la violación de sus derechos en el marco de las relaciones laborales; por ejemplo, los horarios excesivos, las bajas remuneraciones, las dificultades para presentar denuncias en casos de abusos, los casos de trabajo forzado y de retención de pasaportes.

    Por otra parte, algunos grupos de migrantes enfrentan situaciones de vulnerabilidad aún más extremas. Las dificultades descritas se vuelven más marcadas cuando se trata de mujeres y niños migrantes. Ellos se ven más expuestos a los abusos, al tráfico y la trata, a los trabajos forzados, así como a las discriminaciones.

    Tratándose de migrantes en situación irregular, su condición representa también numerosos problemas. Su presencia sobre el territorio de los Estados de destino implica una afrenta a las normas internas de entrada y permanencia, violación que en algunos países es incluso considerada una infracción penal

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