Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Una avanzada del progreso
Una avanzada del progreso
Una avanzada del progreso
Libro electrónico41 páginas34 minutos

Una avanzada del progreso

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El relato Una avanzada del progreso se remite al centro de Africa. Alli, en un lugar perdido en lo profundo de la selva, la Gran Compañia Civilizadora ha erigido una factoria, una barraca de cañas frente a un rio, un diminuto punto entre muchos. Los responsables son dos insectos blancos recien desembarcados: Kayerts y Carlier, mas un negro.
IdiomaEspañol
EditorialJoseph Conrad
Fecha de lanzamiento22 feb 2017
ISBN9788826028101
Una avanzada del progreso
Autor

Joseph Conrad

Polish author Joseph Conrad is considered to be one of the greatest English-language novelists, a remarkable achievement considering English was not his first language. Conrad’s literary works often featured a nautical setting, reflecting the influences of his early career in the Merchant Navy, and his depictions of the struggles of the human spirit in a cold, indifferent world are best exemplified in such seminal works as Heart of Darkness, Lord JimM, The Secret Agent, Nostromo, and Typhoon. Regarded as a forerunner of modernist literature, Conrad’s writing style and characters have influenced such distinguished writers as F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, William S. Burroughs, Hunter S. Thompson, and George Orwell, among many others. Many of Conrad’s novels have been adapted for film, most notably Heart of Darkness, which served as the inspiration and foundation for Francis Ford Coppola’s 1979 film Apocalypse Now.

Autores relacionados

Relacionado con Una avanzada del progreso

Libros electrónicos relacionados

Clásicos para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Una avanzada del progreso

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Una avanzada del progreso - Joseph Conrad

    Joseph Conrad

    UNA AVANZADA DEL PROGRESO

    1

    Había dos hombres blancos encargados de la factoría. Kayerts, el jefe, era bajo y gordo; Carlier; el ayudante, era alto, de cabeza grande y ancho tronco posado sobre un par de piernas largas y delgadas. El tercer hombre del equipo era un negro de Sierra Leona que decía llamarse Henry Price. Sin embargo, por alguna razón, los nativos de río abajo le habían dado el nombre de Makola y nunca pudo desprenderse de él durante sus vagabundeos por el país. Hablaba inglés y francés con acento cantarino, tenía una hermosa caligrafía, entendía de contabilidad y en el fondo de su corazón seguía siendo fiel al culto a los malos espíritus. Su esposa era negra, de Luanda, muy grande y muy ruidosa. Sus tres hijos se revolcaban bajo la luz del sol ante la puerta de su casa, una construcción de una planta que parecía una cabaña. Makola, taciturno e impenetrable, despreciaba a los dos hombres blancos. Tenía a su cargo un pequeño almacén de barro con techo de hierba seca y pretendía que llevaba bien las cuentas de los abalorios, telas de algodón, pañuelos rojos, cables de cobre y otras mercancías que en él se amontonaban. Además del almacén y de la choza de Makola, había un gran edificio en el claro donde se alzaba la factoría. Estaba hábilmente construida de caña, con una galería por los cuatro lados. Tenía tres habitaciones. La del centro era la sala de estar, con dos toscas mesas y unas pocas banquetas. Las otras dos habitaciones eran los dormitorios de los hombres blancos. Por todo mobiliario tenían sendas armaduras de camas y mosquiteros. El suelo, formado de tablones, estaba cubierto por las pertenencias de los hombres blancos; cajas abiertas y medio vacías, ropa de ciudad, viejas botas; todas esas cosas sucias, todas esas cosas rotas, que se acumulan misteriosamente en torno a los hombres desaliñados. A cierta distancia de los edificios había otra residencia. En ella, bajo una cruz que había perdido su perpendicularidad, dormía el hombre que había contemplado los comienzos de todo aquello; el que había proyectado y supervisado la construcción de aquella avanzada del progreso. En su país había sido un pintor sin éxito que, cansado de perseguir a la fama con el estómago vacío, había llegado hasta allí gracias a altas protecciones. Había sido el primer jefe de la factoría. Makola había visto morir de fiebre al enérgico artista en la casa recién terminada, con su habitual actitud indiferente de «Ya lo decía yo». Luego, durante un tiempo, vivió solo con su familia, sus libros de contabilidad y el Espíritu Maligno que gobierna las tierras que se encuentran al sur del ecuador. Se llevaba muy bien con su dios. Tal vez se lo había propiciado con la promesa de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1