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Poemas escogidos
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Libro electrónico199 páginas1 hora

Poemas escogidos

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Información de este libro electrónico

El libro que tienes en tus manos recopila los avatares de una vida desesperada en continua busca de una realidad nunca encontrada.

El autor describe con cierta crudeza los momentos vividos entre los sueños y la realidad, no siempre sabiendo qué lado tiene más peso en la narración. Los momentos oníricos se mezclan con las vivencias de una forma que no es fácil discernir cuál es cuál y que el autor no pretende que se pueda hacer, tal vez, ni él mismo sepa hacerlo. Puede que todo se encuentre sentado en un rincón del desván de su cerebro.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento16 abr 2015
ISBN9788416339662
Poemas escogidos
Autor

José Medina

Estudió su licenciatura en la universidad de Sevilla, hizo el doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona, fue sucesivamente profesor de estas y de la Complutense y Alcalá. Ha escrito varios artículos en revistas especializadas y tres libros profesionales. Se casó, fue padre y se divorció. Actualmente espera tranquilamente la muerte.

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    Poemas escogidos - José Medina

    © 2015, José Medina

    © 2015, megustaescribir

          Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    ISBN:   Tapa Blanda           978-8-4163-3965-5

                 Libro Electrónico   978-8-4163-3966-2

    ÍNDICE

    Mujer de agua

    Retratos

    Ojos de mar

    Hojas de te

    Los días

    Recuerdos

    Desesperanzas

    El libro de E

    MUJER DE AGUA

    1

    ¿Habrá vereda?

    ¿entraré en la tierra

    por la estrecha senda?

    o, tal vez, no encuentre el camino.

    Ven, mi amigo, aquí en la soledad,

    quiero hablarte de ella,

    del amor que le di,

    de los besos que soñé,

    de la vida que perdí.

    Aquí, amigo, donde nadie puede oírnos,

    a mi fosa ya cavada.

    Amaneció muerto el día,

    el sol lo mató al nacer,

    definió las grotescas casas,

    las sonrisas estúpidas;

    todo se ve perfecto con el sol.

    No vino la alegre lluvia

    que todo cubre,

    no cayó riendo sobre las casas,

    no rompió las sonrisas.

    El sol llenó con luz

    y silencio mi vida;

    estoy solo, sin lluvia con la que hablar.

    Solo yo y la arena,

    este desierto

    que yo grano a grano

    me he hecho.

    Tendido en la arena

    sin vida,

    solo.

    En aquel momento de amor

    yo te tuve entre mi

    sintiendo el perfil de tu cuerpo.

    Fue un breve contacto

    un facsímil de amor.

    En ese momento

    tu no estabas.

    Mi solo y yo

    te tuvimos un momento,

    ¿donde estabas tu?

    Mi amor dormido

    saltó al

    tuyo,

    no lo encontró,

    ¿donde está tu amor?

    aún lo busca,

    yo lo he perdido.

    Aquí, dejaré

    en este papel

    la huella que tu en mi

    has dejado.

    La falta de amor que tu llenaste,

    para que después, al irte,

    la falta vuelva otra vez.

    Aquí, en este

    papel

    estará tu paso

    entra dos faltas de amor.

    Serás siempre un hito en mi vida,

    contigo aprendí a amar y a llorar,

    a sentir y a correr,

    y se acabó,

    los llantos, los amores, las alegrías,

    todo terminó,

    menos el lento caminar sobre

    la tierra, este camino que me lleva

    siempre a tu viejo recuerdo

    perdido en las sombras,

    ese recuerdo que me hace

    pensar en el tiempo que contigo

    fue mi fuente de amor.

    2

    Sentado aquí, recuerdo

    el silencio,

    diálogo de nuestra vida momentánea.

    Pensando en el mar,

    negras olas,

    miradas por los dos a la par.

    Sobre el mar las grises nubes

    reflejadas,

    y entre mar y nubes, mi recuerdo

    pensando en otro amor mal hecho

    entre ti,

    contigo arrastrando el dolor de mi derrota.

    En retirada vine a refugiarme en

    tu pasión,

    tu cuerpo a mi se vino, y yo no lo vi.

    Días de vida en la ausencia de mi

    pensamiento,

    rompí tu amor, y tu pasión y tu cuerpo de tierra.

    Cuando el mar haya roto las piedras de nuestras

    miradas,

    tal vez yo aún recuerde mi amor entre ti,

    Mañana, puede ser

    que tu recuerdo

    vuelva a mi, y

    en ese instante mi

    pensamiento

    elevará un canto

    hacia ti, mujer de

    tierra quemada.

    No mires mi ventana,

    salté a la tierra ya

    desde lo alto, agitando

    mi mirada; salté.

    Mi ventana se quedó

    vacía por la ausencia

    de algo por se retener,

    no había cadena.

    Ahora en la tierra clavado

    mi mirada voladora

    busca la vieja ventana

    carcomida por el viento.

    Como árbol espero

    tu llamada, que me

    haga saltar de mi agujero

    y volar a tu ventana.

    Escucha ahí,

    en tu lugar alto,

    mira hacia mi

    que te amo.

    Tu en tu altura

    aún mi voz no te ha llegado,

    mira y escucha

    el triste aullido del viento,

    y en él

    mi voz

    que te llama.

    Se inclina mi mente

    hundiendo, en el lápiz azul

    la noche chata del día

    viene y corre sin pensar,

    sin morir, sin crear;

    se van, los iones vienen y mueren,

    y mi mente

    llora su incongruencia,

    y quiere andar,

    y se sienta,

    y mira su triste correr,

    los árboles de la tierra

    quieren irse, y sus raíces hundidas

    los deja sentados;

    corre tu entre los árboles

    del desierto, sin agua y sin amor,

    usando la tierra y las pesadas

    olas de los montes, huye del mar,

    ama al mundo, a las olas

    de la mujer horizontal,

    camina en sus pechos,

    y al llegar acuérdate

    de mi, triste árbol hundido en el asfalto

    sin ver tu tierra carne,

    tu tierra amor,

    tu tierra andar;

    dime tu que sabes,

    enséñame a caminar, despacio

    tira de mi,

    arranca mis olivos viejos,

    sácame de esta tierra,

    y juntos busquemos la sal y el viento

    de la tierra en el mar.

    Mañana volverás.

    ¿Estarás aquí mañana?

    ¿Podré yo cantar contigo mañana?

    ¿Andaremos los campos juntos los dos mañana?

    ¿Lloraremos siempre juntos mañana?

    Dime, ¿vendrás aquí mañana?

    Escucha, ¿habrá mañana?

    3

    Algún día yo sabré tu nombre,

    mis ojos verán tu nombre

    sobre el papel escrito,

    y dicho por tus labios

    mis oídos oirán tu nombre.

    Algún día, tu me dirás

    con tu cuerpo tu nombre.

    No quiero estar contigo donde tu estés,

    has de venir a mi, sentarte en mi vida,

    mirar con mis ojos la tierra,

    cavar juntos nuestra fosa

    donde luego nos tenderemos los dos.

    Tienes que venir conmigo a caminar

    por la nieve en otoño y en verano

    subir al monte y trepar a los árboles.

    Yo no iré donde tu estés,

    mi canción te hará venir.

    En el mar claro, hundido

    hasta las rodillas, mi mirada

    busca tu rostro en el agua,

    mujer de agua sal del transparente

    lugar de los mares y sube al sol,

    quema tus huesos, luego vuela

    a la tierra, une en ti, en un conjunto,

    mis tres amores;

    ven conmigo, mujer universal,

    haremos un hoyo en la tierra

    y nos enterraremos para vivir

    nuestro inevitable amor.

    Al final

    habría de hundirme en ti hasta ahogarme.

    No se por qué hoy me gustaría

    ver tu cara,

    tus ojos reflejados en los míos,

    y tu pensamiento pensando en mi;

    ver tu cuerpo tendido en la tierra,

    y mi mirada recorriéndolo poco a poco,

    lentamente, como el alfarero

    da forma a la vasija,

    hacerte con mi

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