48 Horas de otoño

Por Vasco Irribarra

Hola amigos, 48 Horas de otoño es una recopilación de poesías de 12 años, entre 1990 al año 2002. Luego de esto, tuve un periodo sin tomar un lápiz hasta el año 2007 cuando empecé con una novela que estoy por terminar. Este libro de poemas está ambientado en la época medieval y la fantasía va de la mano. La historia de doce cartas de amor que lamentablemente fueron seis y la tragedia de la Doncella y el Caballero. Espero que les agrade tanto como a mí. Un abrazo.

• Idioma: Español
• Editorial: Vasco Irribarra
• Fecha de lanzamiento: 18 jul 2019
• ISBN: 9780463418468

Vista previa del libro

48 Horas de otoño

Canción de una noche de otoño

Palabras del autor

Antes de decir adiós

Recordando bellos y viejos tiempos

Acuario II

Te extraño

Trium

Vamos a cambiar todo el mundo

Mirar

Oh Carol

Solo tú

Sueño II

Acuario I

Ahí, nada

Poema viejo

Sueño I

Pensamiento I

Pensamiento II

Imágenes I

Parece que fuera ayer

Tú

No dedicado

Que más bello

Miradas I

Miradas II

Miradas III

Última mirada

Unos

Hablemos de paz y amor

Princesa

Princesa II

Cartas a Sirena. Coronación

Cartas a Acuario. Declaración

Poema de mis ojos

Pecador

Poema de la daga

Sauce anciano

Especialmente para ti

Pecados

Ella I

Ella II

Cartas en las sombras. En el bosque

Cartas en las sombras. En el balcón

Cartas en las sombras. Un ramo de flores

Cartas en las sombras. Metales nocturnos

Cartas en las sombras. Visita nocturna

Cartas en las sombras. El camino

Invierno

Doncella. Tragedia

Acerca del Autor

Canción de una noche de otoño

Cuando escucho el murmullo en boca de todos

que tus rizados ojos acariciados a mi modo

están viendo el jardín de vuestro castillo

inconscientemente encerrando mi amor tras tu pestillo.

Pido a Dios me deje besaros

como de noche logro soñaros

esos labios color de aurora

suaves y cálidos si yo os besara ahora.

Solitario y pensando en vuestro mirar

escribiendo a solas no puedo rimar,

mas el frío invierno intenta alejar

la cálida sonrisa que me has de mostrar.

El viento silba como un suave gemir

susurra en vuestro oído lo que he de decir,

mostrando vuestra belleza como una sirena

mis labios acarician tus mejillas color de cereza.

Callado el cantar de las aves por escuchar tus deseos

las golondrinas solitarias pasan por vuestros besos

y ni el más bello atardecer podría hacer

que estos se comparen con el cielo.

Vuestros encanto, imaginación y alegría

que cuando quiero, puedo veros

hacen que el matiz de la mañana se opaque

al no poder cegarme, cuando mi corazón arde.

El silencio ronda dentro de mí

si de noche puedo cuidar vuestros sueños

el despertar de vuestra inocencia

podrá hacerme ver, que no hay ninguna más bella.

Solo el amor que profeso a ti

dulzura de encantos, qué más puedo pedir

que del cielo se me diese todo

o solo tu respirar y dormir en mis brazos, se acoja en mí.

Lo más bello sé a escrito en ella,

de la mirada de Dios y del pintar de Miguel Ángel

busco ciego en las noches sus huellas,

porque para mí, es un ángel quien me espera.

La poesía, sus rimas y sus letras

se esconde de usted en una tintera,

cuando me abrazas me opacas esta belleza

que yo siempre arropo en vuestra cabellera.

Mayo, 18 de 1998

1:45 AM

Palabras del autor.

Así da comienzo 12 años en los que escribí varios poemas.

Hubo muchos que quedaron guardados.

Fue un tiempo en donde leí a Williams Shakespeare, Gustavo Adolfo Becker, Ray Bradbury.

Conocí a varias personas y tomé ciertas experiencias de vida de aquellos, como así de los lugares que visité… algunos ya muy cambiados, como ese cielo azul de los ’70 con sus paracaidistas que ya no existe en esta ciudad.

Leer de vez en cuando me hace recordar lugares y circunstancias que se han ido olvidando con el tiempo, sueños que alguna vez tuve, amores que ciertamente eran meras ilusiones, pero, que en sí, dejaron plasmados en papel frases que aún puedo ver cuando las escribí.

Un ejemplo es el primer poema con el cual empieza este libro:

Solo en aquella cocina, golpeando el lápiz contra el cuaderno sin una palabra con la cual empezar. La luz del fluorescente pestañeaba de cuando en cuando y a lo lejos se sentía el ruido de un vehículo pasar. 1:35 Hrs. de la madrugada, todo en silencio y vino aquella frase Cuando escucho… y en menos de diez minutos lo termine, quizá en menos, como si ya lo conociera de antiguo.

Espero sean de su agrado.

Vasco Irribarra

Julio