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Destinados a la oscuridad: Origen
Destinados a la oscuridad: Origen
Destinados a la oscuridad: Origen
Libro electrónico220 páginas3 horas

Destinados a la oscuridad: Origen

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Información de este libro electrónico

Cada vez cuesta más vivir cerca de una sociedad que incita a convertirnos en egoístas e interesados y sobretodo poner el materialismo por encima de los seres vivos, quizás esta historia nos ayude a liberarnos un poco de esta impotencia diaria.

Trata de la estafa que existe en nuestra sociedad, que supuestamente los ricos, han creado una falsa crisis, para que el resto del mundo sea más pobre. Todo solo es una manipulación, te hacen ver las cosas como ellos quieren, los medios de comunicación no sueltan las verdades al completo, y todo es controlado por una organización secreta, que se adueña de lo que quiere.

Crean enfermedades, incluso provocan estragos supuestamente naturales, para darle estabilidad a lo que ellos consideran que es lo mejor. Cada cosa que ocurre en el mundo, todo está premeditado, y no existe el cambio. La llegada de una extraterrestre a la Tierra, da un suspiro de esperanza, por no estar todavía manipuladapor quienes controlan al resto de humanos, que no se dan cuentan de que son esclavos, de que nunca han sido libres.

Ella es la única que puede despertar a los borregos que han estado ciegos durante toda su vida, para que comiencen a ver una nueva vida. Una que debería ser la auténtica, la que debería ser la correcta. ¿Podrá conseguirlo o es imposible el cambio en esta raza?

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento5 oct 2015
ISBN9788491120926
Destinados a la oscuridad: Origen
Autor

Eric Souda

Eric Souda nació el veintitrés de julio de 1983, desde pequeño se hizo sus propias historias como entretenimiento y poco a poco fue madurando su experiencia en la literatura, hasta demostrar su propia ideología en novelas como Destinados a la oscuridad: Origen. Que desde su juventud hasta la actualidad ha continuado escribiendo esta saga.

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    Destinados a la oscuridad - Eric Souda

    Destinados a la oscuridad: Origen

    Eric Souda

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    Título original: Destinados a la oscuridad: Origen

    Imágenes de interior de Hugo Liendo Fraiz

    Primera edición: Agosto 2015

    © 2015, Eric Souda

    © 2015, megustaescribir

    Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Contenido

    INTRODUCCIÓN

    LLEGA UN NUEVO SER

    ERICA SOUDA

    LA TORTURA

    SOLAS Y DESAMPARADAS, EN UN MUNDO DEMASIADO EGOÍSTA

    GENTE LOCA Y MENTIROSA

    ¿ES UN SUEÑO O ES REAL?

    LA VECINA DE ABAJO

    EL ÚLTIMO COMBATE

    UN NUEVO COMIENZO

    PARA EL FINAL, HACE FALTA UN SACRIFICIO

    INTRODUCCIÓN

    La Tierra, un planeta esclavizado por humanos donde controlan todo lo que hace el resto de la gente, disfrazando toda esa corrupción y codicia en algo necesario para el mundo y su seguridad, algo de lo que nada es verdad. Solo quienes abren bien los ojos, se dan cuenta del terrible lugar donde habitan. Inesperadamente, algo iba a dar un giro a este mundo, para bien o para mal, las cosas iban a cambiar de forma repentina, eso sí que era necesario, ya que a veces las desgracias de otros son grandes bendiciones para muchos. A gran velocidad una nave extraterrestre se aproximaba a una de las ciudades, concretamente llegaba a Barcelona. Nadie se percató de su llegada, por muy curiosos que fueran los humanos siempre con el ojo en los demás, buscando la desgracia en otros solo para el disfrute personal, o la alegría en quienes la tele les decían hacerlo, y también sorprendidos a lo que ellos simplemente no estaban acostumbrados y por ello en su mente creen que no debería de existir solo por eso. En cambio su rutina de correr a todas partes como si les llevara la vida en ello, les hacía perderse a veces muchas cosas de verdad importantes y ganaban otro tipo de regalo menos deseado. Muchos lo conseguían y morían por accidentes de tráfico, todo solo por llegar unos minutos antes a un lugar que no hacía falta estar ya, pero sus descerebradas cabezas le hacían eco cuando buscaban lógica alguna. Sólo un niño alzó su mirada y vio como ésta impactaba contra un edificio y poco después penetraba en el suelo. Parte del lugar había quedado destrozado y podían vislumbrarse víctimas en la zona, aun así la gente prefirió quedarse quieta y contemplar, que socorrer a quienes más lo necesitaban. Total, solo eran desconocidos con un destino desafortunado, en ese momento era más importante la llegada de esa nave, que las personas afectadas; si no hubiera sido porque poco después hubieran visto un anuncio trágico por la televisión sobre ese acontecimiento no hubieran asimilado la gravedad, o sin duda si entre ellos hubiera habido un famoso, o futbolista, algo con dinero, sí que se hubiera actuado, ya que el dinero y la fama mueve montañas en ese mundo de codicia e ignorancia. Por eso por la televisión prefieren hablar más de fútbol o gente famosa que de la gente que se manifiesta por sus derechos haciendo acampadas en lugares públicos, donde son golpeados y amenazados de que en cualquier momento los van a sacar fuera, de esta forma lo que consiguen mostrando lo innecesario antes que lo necesario es que siga habiendo más gente ciega, que despierta. La televisión parece que tiene más interés en contar la vida de los ricos, y sus lujosas vidas, con sus mansiones; que cómo son de grandes, que lo que les ha costado, que si mantienen una competición haber quién es el más rico, y así con su día a día de relax, en vez de la de la gente que está llegando a una deplorable situación que ya no pueden afrontar nada más y ya no saben ni qué hacer que es como si les empujaran a que se suicidaran ya, como sacrificio para que otros puedan seguir con su supuesta normalidad.

    Los alrededores de la nave se llenaron de miles de personas con sus tiendas de campaña, eran animales que se acostumbraban a todo con tal de estar los primeros, así hacían con todo y engañaban a su mente creyéndose que aprovechaban su deplorable existencia por llegar los primeros. Los edificios más cercanos a la nave estaban cubiertos de francotiradores, por si llegara al caso usar como siempre la violencia para solucionar sus asuntos.

    Cuando la puerta se abrió, todos quedaron a la expectativa, de ver qué clase de ser aparecería. Las cadenas de televisión de todo el mundo hablaban de tal acontecimiento como nunca se había hecho. Las masas tan acostumbradas ya a espectáculos aclamaron en vez de molestarse a pensar que algo malo sucedía cuando de pronto una bella mujer de cabellos plateados y un tercer ojo en la frente surgió como si escapara de algo, y cuando sacó su arma para atacar a lo que había dentro, los que se creían dueños del mundo no esperaron e hicieron lo que mejor sabían a hacer: ordenar fuego hacia el único ser que tenían a la vista aunque no pareciera peligroso. Cuando los militares se aproximaron a la chica la cogieron y la sacaron de allí de inmediato, el resto entraron en la nave para comprobar si habían más seres como ella. Así fue como los encontraron, pero extrañamente estaban todos muertos.

    —Parece que están muertos. Inspeccionaremos cada rincón de la nave hasta que sepamos qué ha podido pasar aquí —avisó un militar por radio.

    En el exterior, en un furgón negro se encontraba entre tantos miembros del Gobierno el oficial que escuchó al militar y éste añadió:

    —De acuerdo, pero mantengan la precaución. –Solo eran palabras que hacían bien su función solo en sus cabezas que era un papel para sentirse importantes y pensar que sabían lo que hacían-.

    —A la orden… —dijo el militar. Hubo unos segundos de silencio hasta que de repente todos comenzaron a gritar:

    —¡¿Qué está ocurriendo?! ¡Que alguien responda!

    —¿Puede saberse qué ha pasado? —preguntó uno de los gobernadores.

    —Señores… Parece que han caído nuestros mejores hombres, debe haber algo en esa nave que es extremadamente peligroso.

    —Bien, si no podemos contra esa cosa, no queda otra que destruir la nave.

    —No podemos hacerlo, esa nave puede valer miles de millones—dijo el más codicioso. Era de los que votaban para que siguiera habiendo espectáculos donde los toros morían de forma cruel y con mucha desventaja, solo si eso le llenaba sus sucios bolsillos.

    —Ya que el dinero vale también más que los seres humanos, como se hace siempre, enviemos a otro pelotón bajo su responsabilidad. Pero recuerde que estamos bajo la mirada de todo el mundo, vale que aunque lo vean con sus propios ojos es fácil hacerles pensar rápidamente otra cosa. Al principio no saben si tiene que darles lastima o alegría hasta que no escuchen las noticias de la tarde. Pero, también está el otro punto desfavorable que son los rebeldes que intentan desprestigiarnos con nuestros errores, lo que más miedo nos da, que cuando sacan algo en contra nuestra rápidamente le damos la vuelta o lo ocultamos para que no se nos echen todos encima.

    —Ya podrían poner una bomba o algo, aunque fuera solo un petardo, así ya les podríamos considerar terroristas y matarlos. Está bien, tiene razón, mejor destruya la nave, total, los americanos no tardarían en apropiársela para sus fines. O si no los ingleses querrían conquistar España solo para conseguirla como han hecho siempre con todo. Antes de que sea de alguno de ellos, que no sea de nadie. Dé la orden oficial. Dé la orden de destruir la nave.

    —Detonen la nave —dijo el oficial.

    —Disculpe señor, pero tenemos estrictamente prohibida esa orden —añadió alguien por la emisora.

    —Parece que un ricachón ya se ha adueñado de esta nave

    —dijo el gobernante.

    En otro lugar, a las afueras de la ciudad, una chica de cabellos rubios salía de su mansión con sus gafas de sol de marca y toda conjuntada. Con solo lo que llevaba encima podía dar de comer a parte del Tercer Mundo, pero era más práctico pedírselo a los de clase media ya que era más fácil arrebatarles su poco dinero por su mente más primitiva e influenciable a todo lo que escuchaban.

    —Buenos días señorita Souda —dijo su mayordomo.

    —Señorita Souda no me había dicho que ha comprado la Nave. Parece que todo en el mundo, tiene su precio—señaló el abogado.

    —Es más bien prestada, no todo tiene su precio, sino solo los absurdos caprichos de este mundo. Muchos quieren abarcar como si pensaran que se van a quedar con todo para siempre, ilusos. Algunas otras cosas que nadie todavía ha conocido hay que alcanzarlas con grandes esfuerzos y esas pueden ser eternas. —puntualizó Tabita Souda.

    —Habla de su gran proyecto, ¿cómo le va?

    —Hace un momento, ha hecho un gran progreso. —La chica entró en el asiento de atrás de su coche y el chófer sin preguntarle ni nada aceleró.

    —Qué prisa tiene…

    Mientras cientos de militares entraron en la nave, parece ser que esta vez iban a por todas.

    —Recuerden, disparen a todo lo que vean. Que no haya ni una pizca de compasión, pensar en como si fueran personas manifestándose pacíficamente, luchando por sus derechos porque les estamos quitando la seguridad social y para más motivación con una enfermedad crónica que sin tratamiento les mate. Esas historias nos incitan siempre a ser más violentos. ¡A por ellos chicos! —dijo el oficial.

    —¡Sí! —respondieron todos con la adrenalina bien alta.

    Los humanos por naturaleza siempre se creían los buenos aunque en su mirada pusieran esa cara de psicópatas con ganas de disparar a lo que fuera y de someter a cualquiera que no siguiera sus despreciadas normas creándoles ese miedo e impotencia del que tan orgullosos estaban por no ser ellos las que la sufrían. Lo que no sabían es que habían bajado un escaño en la cadena alimenticia, y el monstruo que había en la nave era quien estaba arriba. Se trataba de una extraña planta con forma humana, con sus raíces estaba destrozando a todo el que se le ponía por delante. Parece que nada podía detenerla y estaban cayendo todos bajo sus pies. Comenzaron a salir ramas por toda la nave hacia el exterior cargándose a todo espectador que había cerca. Estaba cundiendo el pánico y, cuando eso pasa, los humanos pierden totalmente la razón y a eso, por mucho que no quieran reconocerlo, se le denomina un «sálvese quien pueda». Aunque para ello comiencen a pasar por encima los unos de los otros y a su paso vayan acabando con vidas. Claro que con ese egoísmo mutuo acaben ellos también entre los pies de otros.

    —No queda otra alternativa, hay que destruir la nave ya —dijo el gobernante.

    —Destruyan la nave, repito, destruyan la dichosa nave —Insistió el oficial. Como los que tenían los lanzamisiles estaban todavía lejos de los tentáculos de la planta, no hicieron caso poniendo como excusa: que ésas no eran sus órdenes—.Pero ¿queréis hacerme caso?, el ministro está aquí y quiere que le deis al gatillo.

    No había nada que pudiera hacerles entrar en razón, como siempre estaban mejor pagados por personas que no estaban ahí en ese momento y no les importaba la situación, o quizás sí, cuando las raíces se estaban acercando a ellos, y era cuando sus vidas comenzaban a estar en peligro y más cuando vieron a uno de sus compañeros caer, es cuando de pronto entendieron la gravedad del asunto. No había mejor modo para estos primitivos que experimentarlo con sus propias carnes para entenderlo enseguida y así fue que comenzaron a disparar hacia la nave. Todos los misiles impactaron a la vez y la nave explosionó.

    A lo lejos la señorita Souda, que había invertido en esa nave bastante dinero, vio la explosión, y no se lamentó por las vidas humanas que podían haber dejado todas esas explosiones, sino que la nave pudiera haber sufrido algún daño. Poco después, Tabita llegó a su destino, algún fan que otro intentó hablar con ella, pero ésta hizo caso omiso, ya que no veía personas, sino solo números y, quien no le aportaba beneficios, no era más que basura, aun así la enfermedad de los fanáticos no les daba para asimilar esas cosas tan simples, que les convertía en puro ganado de la televisión y no de su propia mente para diferenciar lo bueno de lo malo. Sus palabras eran sin sentido y monótonas con cambios bruscos de emociones que mostraban síntomas de locura y una gran distorsión de la realidad camuflado por las noticias actuales muchas de ellas engañosas o sin valor real. En el lugar se encontraban muchos funcionarios limpiando los restos de lo sucedido y sacando víctimas a su paso, como si de trozos de carne se tratara. Para ellos solo era trabajo y una mejor remuneración por hacer eso.

    Tabita, mientras contemplaba esa escena con extrema frialdad, cogió su móvil e hizo una llamada:

    —¿Quién ha sido el responsable? ¡No quiero excusas! La decepción no es algo que considere cuando invierto tanto dinero… ¿Cómo se me va a compensar? ¿Algo mejor? Soy toda oídos.

    Más tarde, Tabita Souda llegó a un laboratorio, allí se encontraba la extraterrestre tumbada en una camilla, dormía profundamente. Cuando Tabita le vio el tercer ojo a la extraterrestre sonrió de forma pícara.

    Por otro lado, ya habían terminado de limpiar parte del lugar donde había aterrizado la nave. Justo en medio del cráter se encontraba un agujero muy profundo lleno de raíces por donde había podido escapar el monstruo. La bestia estaba suelta y podía encontrarse en cualquier parte.

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    capítulo origen

    LLEGA UN NUEVO SER

    Lo normal de los humanos es experimentar con cualquiera que no sea de su especie, por eso se les daba tan bien ejecutar animales porque se pensaban que tenían menos derechos que un humano. Así estaban haciendo con la extraterrestre, aunque si les permitieran también lo harían con los suyos propios mientras no fueran familia, o a veces hasta con la familia si las ganancias eran jugosas. Luego eran tan cínicos que en las noticias decían hombre muerto a dejado a dos hijos. Por el único motivo que viven en grupo es porque así la sociedad les dice que hay que vivirla y es un buen método para que los esclavos trabajen más y se esfuercen para que el ganado no se duerma y la influencia se herede en cada generación con esa educación tan determinada para que sigas los mismos pasos para que esa sociedad piramidal no caiga. Le hacían análisis de sangre, le cortaron un trozo de su cabello, pero eso no era nada comparado con lo que estaban dispuestos a hacer más adelante. Cada vez iban a más, la mente humana era tan retorcida como para llegar a la barbarie. Si eran tan retorcidos de hacer juegos sangrientos con animales indefensos solo por simple ideología y también eran conscientes de lo sádicos que eran por eso preferían a veces romper cualquier cámara que les filmara, que podían hacer con esa pobre y desafortunada chica entonces. Por ahora, solo eran las docenas de radiografías, líquidos inyectados para comprobar que cosas soportaba su piel o sacándole sangre a destajo, que aún así todo aquello ya le estaba perjudicado, pero el egoísmo humano no tiene límites. Siempre habían sido capaces de las cosas más atroces solo por dinero o por no ser ellos la víctima, y después eran tan egocéntricos al decir que ser bueno era ser humano, cuando el significado de «humano» está más cercano al del diablo, al de monstruo, o al de un ser despreciable con un único destino: la muerte, que si no existiera eso, entonces ya el mundo sería un caos, porque se haría inevitable que el mal en el mundo fuera eterno.

    Pasaron unos cuantos años, en el espacio otra nave se estaba aproximando a la Tierra; era bastante pequeña, sólo cabía un pasajero. Los despreciables humanos

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