Chorizos a la fuga
Los mismos actores, las mismas fechorías. El Gran Wyoming tiene material de sobra para hacer El Intermedio cada día. Ya lo dijo Fernando Fernán Gómez haciendo lentejas: “En España, los pícaros y los chorizos siempre se han llevado muy bien”. Gensanta, ¡qué país! No le faltaba razón al bueno de Forges. España es en sí una especie de viñeta de un solo acto; cuando las cosas no pueden ser más surrealistas, entonces hay un giro inesperado de los acontecimientos. Los personajes poco o nada han cambiado mientras continúan ensalzando la picaresca en una suerte de juegos del hambre: los que antes eran amigos del alma y se lo llevaban muerto a manos llenas, ahora hacen como que no se conocen. Se lo preguntaba Francisco de Quevedo en Historia de la vida del Buscón: “¿Quién ignora que dos amigos, como sean codiciosos, si están juntos, se han de procurar engañar el uno al otro?”. Queda todo dicho: entre chorizos anda el juego.
“SOMOS MUY CONDESCENDIENTES CON EL LATROCINIO DE LOS RICOS Y CON LA MENTIRA“
Álvaro Pérez ‘El Bigotes’ te dedicó el otro día unas palabras: “Y quiero decir con cariño, con respeto y con mucho humor, que me quería cagar en la puta madre de Wyoming. Estoy harto ya de que me saque en la tele. Pero lo digo con humor”. Tú le contestaste que él no estaba en la cárcel por tus chistes. ¿Te tuviste que morder la lengua para no responderle otra cosa?
No. Uno, cuando está en la cárcel, está bien jodido. Yo podría decir ahora lo que quisiera y salir corriendo, pero no está
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