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La verdadera historia de la Bella Durmiente
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La verdadera historia de la Bella Durmiente
Libro electrónico99 páginas56 minutos

La verdadera historia de la Bella Durmiente

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ROSAMONDE

Quizá les es familiar la historia de la Bella Durmiente, por mi parte, siempre la he creído aburrida, así como el resto de los cuentos; ha sido relatada de muy diferentes maneras: algunas malas, algunas pasables y otras simplemente horribles. Ustedes ya saben de qué se trata: al enterarse de que no la invitan al bautizo de la recién nacida hija de los reyes, la malvada bruja se enfada y la pone bajo un conjuro mil veces peor que el agravio. Luego de crecer y llegar a ser insoportablemente bella, un día se pincha el dedo con una rueca y cae dormida por miles de años… hasta que con un dulce beso un guapo príncipe la despierta y rompe el hechizo. Ellos viven felices por siempre, hasta que mueren de viejos. Aunque en esta historia no se habla ni de viejos ni de muerte, porque la gente no gusta mucho de leer acerca de gente vieja que muere.

De todos modos, aquella historia es una sarta de mentiras,  lo sé muy bien, porque la historia de la Bella Durmiente se basó en mi historia.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento22 ago 2015
ISBN9781507118344
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    La verdadera historia de la Bella Durmiente - Christopher Bunn

    Rosamonde

    La verdadera historia de la Bella Durmiente

    Por Christopher Bunn

    Rosamonde: la verdadera historia de la Bella Durmiente

    2014, Christopher Bunn. Todos los derechos reservados.

    Editor: Jean Ballinger

    Por

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    Por favor, no participe ni fomente la piratería de material protegido violando los derechos de autor. Gracias por respetar el trabajo del mismo.

    Esta es una obra de carácter ficticio: nombres, personajes, lugares y sucesos son producto de la imaginación del autor o son usados para tal efecto; además, cualquier parecido con lugares, eventos, establecimientos comerciales o personas físicas, vivas o muertas, es totalmente casual. Para mayor información, visite el sitio del autor: www.christopherbunn.com o únase a la lista de correo electrónico del mismo para conocer  nuevas historias de su creación.

    Para Micha, Megan, Johanna y Louise.

    Libros escritos por Christopher Bunn

    The Tormay Trilogy (La Trilogía de Tormay)

    The Hawk and His Boy (El halcón y su chico)

    The Shadow at The Gate (La sombra en la puerta)

    The Wicked Day (El día maldito)

    A Storm In Tormay (Una tormenta en Tormay: la trilogía de Tormay completa)

    Tormay Tales (Historias de Tormay)

    The Silver Girl (La chica de plata)

    The Seal Whistle (El silbido de la foca)

    Necromancer Nemesis (La némesis del nigromante)

    Lovers and Lunatics (Amantes y lunáticos)

    The Model Universe and Other Stories (El universo modelo y otras historias)

    The Mike Murphy Files and Other Stories (Los archivos de Mike Murphy y otras historias)

    Short Stories (Historias cortas)

    Rosamonde: The Real Story Of The Sleeping Beauty (Rosamonde: La verdadera historia de la Bella Durmiente)

    The Christmas Caper (La travesura de Navidad)

    Ice and Fire (Hielo y Fuego)

    The Ocean Won’t Burn (El océano no arderá)

    The Girl Next Door (La chica de al lado)

    Polly Inch (Polly Inch)

    ROSAMONDE

    Quizá les es familiar la historia de la Bella Durmiente, por mi parte, siempre la he creído aburrida, así como el resto de los cuentos; ha sido relatada de muy diferentes maneras: algunas malas, algunas pasables y otras simplemente horribles. Ustedes ya saben de qué se trata: al enterarse de que no la invitan al bautizo de la recién nacida hija de los reyes, la malvada bruja se enfada y la pone bajo un conjuro mil veces peor que el agravio. Luego de crecer y llegar a ser insoportablemente bella, un día se pincha el dedo con una rueca y cae dormida por miles de años... hasta que con un dulce beso un guapo príncipe la despierta y rompe el hechizo. Ellos viven felices por siempre, hasta que mueren de viejos. Aunque en esta historia no se habla ni de viejos ni de muerte, porque la gente no gusta mucho de leer acerca de gente vieja que muere.

    De todos modos, aquella historia es una sarta de mentiras,  lo sé muy bien, porque la historia de la Bella Durmiente se basó en mi historia.

    Mi nombre es Rosamonde Baden-Lenox, y soy la única hija de los reyes de Bordavia que, como saben, si es que estuvieron despiertos en la clase de geografía, es un pequeño y no muy conocido país: una tierra de bosques, ríos y valles oscuros y misteriosos, que se extiende al oeste de Lune y al este a lo largo del río de Bordavia, del imperio de Delmania. No tenemos los rubíes ni la fantástica riqueza de Lune, menos sus tierras agrícolas, ganados y puertos. Así como, en comparación con los famosos talentos del resto de Europa, tampoco tenemos mucha magia. Lo que sí tenemos son árboles, setas, cosecha de trufas en otoño y viñas que producen excelentes vinos, además, si es que puedo decirlo modestamente, somos reconocidos por las hermosas rosas que cultivamos: rojas, rosadas, blancas, anaranjadas, que son todos los colores del fuego y de la luz de las estrellas y del sol, por eso mismo, los botánicos han impulsado tales tonalidades en pétalos de rosa a través de los siglos. Para ser honestos, mucho de nuestro éxito con las rosas de debe al maravilloso y rico suelo fértil de Bordavia, que es de tan excelente calidad que cualquier cosa crece en él con vigor y salud. Naturalmente, el comercio de rosas es nuestro gran orgullo, además de la tierra y la gente en sí: nuestros hombres, además, tienen algunas de las barbas más sofisticadas en el mundo, lo que les da algo para hacer durante los fríos meses de invierno.

    Como somos la familia real, vivimos en un pequeño pero pulcro castillo en el pueblo de Bordu, cuyo río por un lado serpentea hasta perderse y por el otro está el bosque, que es una mezcla perfecta de abetos, robles y pinos, además de jabalíes, ciervos, bandidos y otras criaturas del lugar.

    Y, aunque es nuestro, del castillo no hay mucho que decir: tiene una fosa, varias torres y un calabozo que usamos para almacenar mermeladas, jaleas y hortalizas, además de un maravilloso campanario que se extiende sobre todo aquello, que si no me equiovoco, es mágico, porque cuando esas campanas resuenan se pueden escuchar fuerte y claro a lo largo de todo Bordavia; es más, cualquier ruido en la habitación de lo alto de la torre se puede escuchar a lo largo de todo el pueblo. De hecho, por algo que ocurrió con un gallo, mi padre me prohibió de por vida el acceso a la torre cuando tenía seis años, aunque no recuerdo exactamente lo que ocurrió, porque fue mucho tiempo atrás.

    Vengo de una familia de narcolépticos: mi madre se quedó rápidamente dormida durante su propia coronación y vino a despertar cuando el embajador ruso, quien en ese momento estaba borracho, trepó la lámpara del salón de baile y jaló de ella golpeándola contra la cabeza del embajador británico, lo que, como todos saben, fue la verdadera causa de la Guerra de Crimea. Mi tío Milo, se quedó dormido profundamente un día mientras estaba cazando zorros, y cuando despertó, su caballo había cruzado la frontera con Suiza. Fue a dar a la cárcel por no tener pasaporte. Naturalmente, se quedó dormido muy rápido y aún roncaba cuando su hermano, mi padre, fue a sacarlo de apuros.

    Mi padre, por supuesto, se queda dormido ante la más mínima provocación, aunque sospecho que a veces lo hace a propósito. Cualquiera sea la razón, este hábito se hace más frecuente en él cuando la abuela Baden-Lenox, su madre, está de visita en el castillo: ella es una mujer severa, robusta, con un mechón de pelo en su mejilla y le encanta conversar, aun cuando es la única que habla. Además, le gusta lanzar floreros a los sirvientes y regañar a los comerciantes si es que no tienen el queso que ella quiere. Ella no sufre narcolepsia.

    Mi madre, sin embargo, tiene narcolepsia severa. Quizá se pregunten por qué, si ella es Devereaux de nacimiento y Baden-Lenox sólo por estar casada con mi padre. ¿No es este un rasgo genético? No

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