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Por un pedazo de la Eternidad
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Libro electrónico685 páginas13 horas

Por un pedazo de la Eternidad

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Durante su brevísimo reinado, la raza humana ha obrado de forma intranscendental y arrogante, escribiendo su historia mediante combates y violencia sin par. Por milenios las diferencias mínimas han servido de excusa para llevar a un grupo a derramar la sangre de otro. Y son tales rasgos violentos los que nos han dado una temida fama en el resto del cosmos. No obstante nuestra trágica condición, nada ha sucedido por casualidad y ahora se nos recluta para encabezar un movimiento bélico de escala inimaginable.

Ahora un nuevo enemigo parece estar muy por encima de nuestras capacidades y técnicas más hostiles. Las naciones y pueblos tendrán que unirse en un esfuerzo conjunto que consolidará un gobierno militar global llamado Confederación. Dicha dictadura pretenderá demostrar que la raza humana es digna de ser considerada algo más que una miserable brizna de polvo residual estelar; cuando nos enfrentemos a una civilización exterior cuya única religión es la conquista y posterior destrucción, formada por la misma clase de escoria deleznable que nosotros y cuyos corazones palpitan con las mismas bajas pasiones de dominio imposibles de saciar.

En esta historia no hay seres de luz, sólo la negrura del alma humana ligada a leyes físicas de conservación tan efímeras que ni siquiera merecen la atención de un Dios indiferente. Aquí únicamente encontrarás un mundo sumido en la miseria que deposita sus esperanzas en un campeón que ha sido investido con una armadura sobrenatural. Y dónde, el amor será capaz de abrirse camino entre esta mitología de sombras, sin saber que sólo su efecto caótico y renovador será capaz de reconstruir al universo que literalmente se desintegra y donde no brilla más estrella que la soledad.

Los protagonistas están inmersos dentro de sí mismos contemplando sus muchas ausencias. Transcurren sus vidas persiguiendo una eventual transición y piensan en el destino como algo que debe ser perseguido y descubierto; como un camino a recorrer para llegar a una meta determinada, pues se les ha educado para pensar linealmente. Poco a poco se darán cuenta de que esta existencia no es unidimensional y que sus vidas se comportan más como una ecuación compleja y entrelazada; que se desarrolla en varias direcciones y niveles que encierran su propia solución en series aparentemente inconexas de pequeñas desilusiones, logros y fracasos cuyos recorridos, servirán más a ajenos intereses que al fin en sí mismo. Por lo que casi siempre están parados, sin darse cuenta, sobre aquello que con tanto anhelo persiguen.

Cada uno de los personajes de esta novela emprenderá un largo viaje, sabiendo que nunca es más largo el sendero ni ardua la jornada que cuando se está seguro de que aquello que se busca está en esa persona perdida y extrañada; que el alma se les va borrando en cada paso dividiéndose junto con los caminos que dejaron atrás. ¡Ay de aquel que se atreve a seguir ciegamente los caminos de su corazón, pues corre riesgo de quedarse sentado en una solitaria cumbre observando al resto de los mortales en ruinas!

He aquí el triunfo de un romance singular entre mundos extintos; batallas espaciales inconclusas y una parábola, sobre que el máximo enemigo que tenemos no está allá afuera sino dentro de nosotros mismos. Quizás perdimos nuestro camino como especie, pero encontramos en el proceso un sendero misterioso que nos dará una idea más humilde de lo que en realidad vale la pena atesorar. Y mediante estas historias sin heroísmo sabremos si somos dignos de permanecer un minuto más en el devenir universal que tan ingenuamente hemos dado el nombre de Eternidad.

IdiomaEspañol
EditorialArturo Lule
Fecha de lanzamiento1 jul 2012
ISBN9786070035067
Por un pedazo de la Eternidad
Autor

Arturo Lule

Contact: arturo.lule@gmail.com

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  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    De los mejores libros de mi vida !!!
    Inspirador !!!
    Una verdadera obra de arte
  • Calificación: 4 de 5 estrellas
    4/5
    me encanta el adrentamiento que permite experimentar dentro de la historia, la perfecta descripción de un lugar ideal en el que a cualquiera le gustaría estar, una exquisita forma de tener entretenido a muchos, al menos a mi me fascino no pare hasta terminar❤?

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Por un pedazo de la Eternidad - Arturo Lule

1

Todo empezó con una palabra: 

La Creación y el mundo se rigen con promesas 

que no son sino palabras. 

La vida inicia y culmina con ellas; 

incluso los amantes tienen la suya propia. 


Cantar del Jinte-Dogutsu 


UN VALLE DE LUZ


Todavía cae el azulado albor de la madrugada sobre aquel limpio paisaje de traza campestre y el frío de la noche anterior se retira mansamente de la provincia de Villenousas ante el nimbo resplandeciente del nuevo día. Todo parece ir más lento al amanecer sobre esas calles cortas llenas de personas, lo mismo acarreando sus animales que las maquinarias de labranza y recolección para guarecerlos junto a los altísimos silos simétricamente dispuestos repletos y prestos a la producción que, en esa fecha impar, se paralizaba por completo, en pos de un suntuoso aniversario más. 


Cada localidad tenía su propia fecha de santa guarda durante la cual hacían a un lado toda actividad comercial, escolar o deportiva para dedicarse en cuerpo y alma al esperadísimo y muy tradicional asueto de velada y romería comunitaria para el que se habían preparado con semanas de anticipación en todos los niveles y faenas sociales imaginables. Lo mismo estaban los francos ayudantes prestos a la recolección de suministros básicos, que las ínclitas familias encargadas de la organización y mayordomías sobre menesteres más gravosos. Hoy los corazones entumecidos por el rudo trabajo vuelven a latir con ímpetu renovado, dichosos y en concordancia plena con los del vecindario. Turna sacar de los armarios las galas y los finos chapines de piel para el baile que tan hermosos recuerdos traen a los más veteranos, igual que para los más jóvenes es el tiempo de estrenar cautivadoras prendas o bien lucir alguna heredad. 


Setos bien podados; castaños y pinos por igual trazan una línea recta de verde umbría a lo largo de un cuarto de kilómetro desde el pueblo hasta la sede, ahí dónde el camino de otrora tierra fina habían recién compactado los apisonadores en húmedos cojinetes, mismos que ahora parecían más un bordado diamantado de minúsculos brillos salitrosos. Y más allá un lago artificial usado para la cría de peces de rosadas y amarillas escamas rayadas. 

Las jovencitas hacen relevos desde antes de la salida del sol para adornarse y preparar los cestos ceremoniales y las hoyas votivas bien pulidas en las que se cocinaron las delicias propias de la ocasión, las cuales se encontraban listas para servirse desde que los primeros rayos chocaban con los cristales empañados de las cocinas. La muchachada las retiran una a una de sus calderos y ardientes grillas y se apresuran felices por ahí alternando respectivamente su estadía en las cocinas con la de los salones de maquillaje y las viandas presurosas con las pruebas de vestidos largos. 


Los varones, arreglados no menos suntuosamente, ya acomodan hileras de sillas en los comedores comunes sobre prados tan finamente cuidados y podados que parecen más frescos tapetes de suaves tiras esmeralda; y sobre esa verde claridad es que se izaban los templetes retando al soplo templado. Alistadas también tendrían ellos las antorchas que cada cuatro metros iluminarían las pistas de baile al sucumbir la tarde. 


Ellas descubrían sus labios carnosos mordiendo un poco su maquillaje, ellos se arreglaban la faja para disimular un poco la ronda carnosa de su obeso ecuador. Era el momento de sacar los potes de fragancias llenas de nostalgias y fondos del corazón; era el día de los pómulos rosados y de los bandos rubios, oscurecidos por las peinetas, apretados hacia atrás de la bella curvatura del cuello femenino. Desfilaban generosos corpiños y maliciosas miradas núbiles; en mudo dialogo con los arreglos de último momento en los corbatines y galantes moños que ocupaban la mirada satinada de los mayores, quienes observaban con orgullo a sus crianzas convertidas en honorables observantes de la magnífica tradición. 


Tanta gala hacía brotar de vez en cuando una que otra risita de mentida y encantadora opulencia. Era el día de un luto que no oprimía sino ensanchaba los ánimos. Era aquel un banquete de sentidos que iniciaba antes del canto de los pájaros. Era el día que todos estaban aguardando desde hacía meses, tomando por las cintura a las muchachitas casaderas y haciendo mil promesas junto a la corteza de esos mismos árboles hoy también atildados con sus troncos atados de cintas multicolores. 


Se derrocha hoy felicidad en los reflejos de las fuentes sobre los rostros de los niños; ya rasguean los violinistas imaginando tal jolgorio que se viene e igual se afina el piano para sus cristalinos rompeolas como lo hacen los demás instrumentos alistados para ambientar una larga jornada de la cual se harán en pocas horas poseedores. 


Colman las breves avenidas esos chales de talle corto y lustre hechura empatado con zapatillas caladas en trenzas griegas que suben finas por la pantorrilla; comparten el sendero el paseante clack de las botas altas de negro cuero amartillado. Ellas ataviadas de sedosas ensoñadas damiselas sin propietario y ellos de uniforme azul y negro con levitas de botonadura semejantes a medallas y hombros galardonados; mientras que los más pequeños se corretean con las bocamangas de sus trajecitos grises tapándoles las manos hasta las falangetas. 


Casi todo listo y fragante a dominical; tan sólo esperaban la venida acostumbrada del celebérrimo patriarca que les acompañaría ese año en la oratoria. 


Dispuestas ya las aromáticas aves guisadas; los perniles jugosos horneados en marinadas; los pescados traídos vivos esa misma madrugada ahora lucen en salazón finamente emplatados con sus gremolatas; arregladas también por su parte las terneras carnes y reposadas piezas de cordero brillantes y apetecibles que empezaban a copar los prolongados manteles en las mesas. 


Vienen ya los régios cargadores de sopas y caldos, seguidos de cerca como pajes por los que traen empanadas y ensaladas; también las ancianas que cooperan con sus dulces sidras y quemadas natillas abriéndose paso entre lentos asistentes. Almendradas y cítricos hechos salsa se balanceaban dejando hilos sobre esas blancas y vaporosas carnes de cerdo. 


Hoy es la cita a la que no llegan nunca tarde centenas de piezas de los panes más crocantes pero de suave miga amasados apenas el día anterior, a los que se unen, ricas pastas y vinagretas que arengan las más aderezadas aspiraciones y babeos de los concurrentes que se la pasan entre bromas, lances y palabras de doble sentido, en medio de los parabienes de tan gustosas escudillas que alegran los sentidos mediante la copiosidad de silvestres vinos donceles y del queso de receta tradicional. 


Así mismo, como joyas imperiales, se apilan el rubí de frutas del bosque y gruesos pimentones junto con albos palmitos ya acomodados al lado de pinchos con las fiambres ahumadas, embutidos y los mejores productos del huerto rellenos de guisos compactos sobre largas botaneras de plata. 


Sudados tarros de cervezas rubias y negras y el olor de la mostaza con miel se mezclan por momentos con el de las guirnaldas orladas de pálidas flores frescas que ondean cuando va pasando el pueblo entero. Los toneles están llenos y ansiosos por entregar sus palatales cargas. Los aperos de trabajo hoy se han quedado inmóviles y únicamente trabajan el martilleo de los postes que sostendrán dos enormes candelabros tachonados de espejos y los fanales de gas que ahuyentarán el anochecer y dejarán leer alguna que otra carta de amor abierta bajo la luna en su rincón medio nublada. 


Carrizos secos y gruesos troncos yacen amontonados en las esquinas de un cuadrado perfecto recibiendo su último sereno de aire matinal a la espera de su orgulloso turno de crear una gran llamarada en los adoratorios dispuestos. Y ya más en la distancia los trigales aún verdes y uno que otro junco algodonero, que llegan ya a la altura de las rodillas, adornan el atajo por el que desfilarán en la noche las primeras jóvenes pretendientes e invitantes. Acaso hoy el cosmos en su alto brillo se verá una vez más sobrepasado por las mascaradas fantasiosas y la joyería femenina, engarzada a sus curvilíneos perfiles como melodía de flautas o por sus encantadoras risas entrecortadas. 


Todos ellos elementos que ahora repentinamente guardan silencio, pues ya una trompeta anuncia al viejo panegirista nómada de este año, que llega montado sobre una humilde calesa de encumbrados jamelgos negros dirigidos por un joven y silencioso postillón aproximándose con cada paso hacia el también llamado Valle de la Luz.

2

Lamento por mis hermanos 

heridos y sentenciados; 

sollozo por mi tierra 

a la que no volveré ni para ser sepultado. 


La Caja del Significado 2-7


ISAIAH


Ya era medio día cuando el anciano Isai descendió de su derruido transporte y apareció por fin entre la muchedumbre que se dividía ante su paso garboso hacia el estrado de madera abovedada. Cojeaba ataviado con su gastado uniforme de gala militar gris y negro que ahora usaba para el ministerio; comenzando a hablar mientras caminaba para las cientos de miradas entusiastas que se posaron sobre su fatigada figura, que así decía… 


-¡Gracias, hermanos míos! ¡Gracias habitantes de esta hermosa provincia de Villenousas! Hoy me ha tocado presentarme ante su renombrada comunidad como nuncio oficial y una vez más me presento, con estima de reunirlos como cada año, para celebrar la fiesta que conmemora el verdadero valor que posee la vida. Esta vida frágil y leve. Representamos hoy su divino origen con esta gran fogata que hacemos arder a toda costa bajo las primeras lluvias del año. Símbolo de aquel día de mortandad y delirio en el que nuestros antepasados sacrificaron sus vidas más allá de los cielos en una guerra que ya muy pocos podemos recordar con suficiente detalle y que apremia siempre el transmitir. Apréndanla bien hijos y hermanos míos, porque son nuestros cimientos tal como El Absoluto es nuestro padre y techo. 


-¡¡¡Te alabamos, Señor!!! –Respondieron en grito unísono las multitudes bajo la llovizna que arreciaba levemente, tal como sus voces y pisadas ya se dejaban sentir por encima de cualquier ascetismo y renunciación sobre esa tierra que ha de llegar. 


-Sigan trascendentes nuestras raíces; perduren orgullosos nuestros orígenes. Y graven bien en sus mentes las escenas que les contaré, pues no encarezco ni reduzco los hechos que yo viví tan bien, mis queridos hermanos. 


-¡Es la palabra del Altísimo Señor! -Volvieron a unir sus voces 


-Esta podría ser la historia de un solo hombre que consiguió lo inimaginable. Bien podríamos este día cantar la gesta heroica de aquel Trono que vivió entre nosotros y partió hacia las estrellas para derrotar en sus propios terrenos al que no podía ser vencido. De haber regresado, ahora mismo nos arrodillaríamos ante su alteza que nos perpetuaría. Pero, quiso Nuestro Señor que hoy no únicamente celebrásemos la grandeza de aquel hombre convertido en Taahn, sino también la de todos aquellos que partimos a la guerra en pos de la paz más duradera para esta casa nuestra. 


-¡¡¡Te veneramos, Señor Absoluto!!! –Vociferaron nuevamente y esta vez con más fervor. 


-¿Acaso podemos ahora, menos que nunca, desprendemos de lo que aconteció en las alturas? –Continúo el viejo sus alabanzas- ¡Que el tiempo no sepulte jamás la memoria de los hijos de los hombres bajo el polvo de los años pasados! ¡Que tampoco soberbia ni arrogancia alguna nos haga olvidar, hermanos míos, lo ridículamente complejo de nuestros errores más pequeños! Porque ángeles fuimos y desde las alturas conocimos el sufrimiento y la pérdida, justo cuando pensábamos que Dios estaba demasiado ocupado ignorando a su creación, vino la certeza. Porque hoy somos los trozos de esperanza callada en las miradas hacia la luna como serán las de nuestros descendientes hacia las estrellas. Y ahora que el cielo se oculta tras capota de las primeras nubes e inauguran el festín; los cantos; los bailes y nuestras cortesías, se inician también nuestros himnos por los caídos en el día de la batalla final. 


-¡¡¡Loados sean en las más lejanas fronteras!!! –Saludó acordemente la multitud- 


-Como cada año celebramos esta reunión, brindamos y bailaremos mientras recitamos nuestras oraciones y tradiciones a los hijos, tal como sus padres u otros ministros antes que yo se las habrán contado y tal como ustedes deberán un día trasmitirlas a modo de verdad única a su progenie. Para que nunca se olvide el significado de la verdad detrás del relato de nuestra supervivencia. 


-¡¡¡Celebrada la carne y la palabra hecha cenizas y temples!!! - Respondieron como un coro desgarrador y lastimero como campanario. 


A lo que Isai contestaba con una creciente sonrisa y orgullosas miradas de sus párpados marchitos. 


-¡Alégrense hermanos! Hoy la tristeza y la duda quedan atrás, pues aunque es intenso y lastimoso el luto, mayores deben ser nuestros júbilos y orgullos. Porque aquel día fuimos renovados en la hora en que se levantaron los héroes humanos y despertó nuestra leyenda que aquí glorificamos con sangre de animales sobre altares y fuego. Hoy dedicamos las cosechas venideras a las almas de todos aquellos cuyos cadáveres no pudimos alojar en nuestros sitios de labranza... 


-¡¡¡Honra en los confines a quienes murieron allá, pero perviven en nuestros vergeles!!! – Gritaron mientras sacudían las manos señalando hacia arriba. 


-Es ley del ministerio que represento y tradición popular que este día de marzo aquí, como en cada rincón del planeta, se sirvan los platos regionales más exquisitos mientras los músicos y bailarines nos acompañen y acentúen con sus artes este aire lleno de las esencias de las hierbas; del carbón y grasas suculentas. –Agregó el anciano mientras observaba a las aldeanas desfilando. 


Así, las canciones iban naciendo entre la gente como círculos armónicos quebrados y flotantes entre los perfumes del vino y de las frutas. Y comenzó una leve llovizna que sólo alentaba los corazones y las bocas llenas de plegarias y salmos. Comenzaron igual los cuentos decanos, más antiguos que las odres ajadas y anteriores a la caída de las montañas; himnos que palpitan en el éter opaco de la nostalgia. Unos ríen luminosos como quien encuentra rancios tesoros; otros más añosos sollozan por aquel compañero de armas que vieron morir despedazado frente a sus ojos. Mientras que varios sacerdotes mantienen ardiendo las enormes fogatas del homenaje con la ayuda de sus feligreses y los rostros arrugados de algunos jerarcas se dirigen hacia el cielo al tiempo que alzan los brazos al compás lúbrico de la música. Isai apuró una gran copa de vino y también entonó: 


De cien navíos cargados con todas las mujeres que he tenido

y mil más de todos los hijos que me han dado,

podría yo formar de nuevo aquel querido ejército consagrado.


Y en esas rimas festivas e imperfectas de decenas de pares de piernas que bailaban descalzas alrededor se inauguraba una función sacra de arreglos florales en señales enlazadas con cánticos y grandes banquetes que lamían las rompientes de largas mesas colectivas, y donde las historias marchan de persona en persona, como poesía retrospectiva. En todas las familias había un relator que continuaba o asentía adornando la narrativa de otro hasta llegar a oídos de los más pequeños, quienes simplemente las dejaban pasar por su caudal anecdótico sabedores de que algún día comprenderían un poco más aquella abigarrada festividad de los mayores y ellos también tendrían que guardárselas a su tiempo en la memoria. 


Cada versículo sacudía, agrandaba y daba renovadas fuerzas al corazón del viejo Isai como el fuelle al horno. Ya había sido trashumante y predicado en muchas otras partes durante décadas y cada año se decía así mismo: 


-Tal vez esta sea la última vez que celebre… Fue una buena vida- 


El centenario orador había visto muchos campos y prósperas mieses en tierras lejanas, así como también alzado su voz en medio de las montañas y ensanchado su pecho con el aire de sus nevadas cimas. Igual que levantó carpas enormes junto con miles de devotos en los anocheceres del desierto y presenció planicies desconocidas poblarse tras el aterrizaje de los que volvieron. Paseó por las playas narrando los hechos tal y como se vivieron. Lo mismo gritó su canon en las nuevas citadelas, que caminó silencioso y monacal por espesos parajes de bosques renacidos después de grandes catástrofes. 


Una y otra vez se regocijó con el horizonte; una y otra vez las rurales provincias que esperaron su arribo y retardaron su despedida como la de muchos otros célebres sacerdotes nómades que eran la señal para iniciar las festividades anuales. Su palabra motivó construcciones y prosperidad; sus miradas eran pedestales de civiles y soldados confusos pero ávidos de saber más de aquel legendario muchacho que siendo apenas un murmullo lejano se transformó en el más grave canto solemne, teologal y magnífico. 


-¡Sí señor, una buena vida! -Repitió en un suspiro, que uno de los presentes interpretó como cansancio y le ofreció venerablemente un rústico cayado de los que usaban los pastores locales. Isai lo aceptó con franca sonrisa, se apoyó en él y prosiguió sus relatos. 


La gente se arremolinaba; querían estar junto de ese anciano que estuvo tan cerca de Él que pudo verlo combatir con sus propios ojos. Y no eran pocos los supersticiosos que atribuían a ese hecho la ya acreditada longevidad del celebérrimo predicador. 


Continuó lloviznando mientras el viento gemía aún con cierta gentileza y las frondas de los árboles abanican las siluetas azuladas y transparentes de las enormes aldeas. Ya empiezan a formarse charcos donde los niños saltan y deambulan felices de que los dejen jugar en plenas celliscas, pintados de colores y salpicados de lodo. Ese día, tal como todos los años eran libres, se sentían más unidos y si se aburrían correrían a los brazos de sus madres para dormir arrullándose siempre con las mismas historias de valor y redención. 


Aquel campero retrato florece rebosante de vegetación; animales y regias áreas de cultivo hasta donde la vista alcanza; todo bellamente enmarcado por antinaturales y gigantescos contornos, que en la lejanía se aprecian entre verde y gris y cuyas siluetas se levantan inclinadas angulares y entrecortadas como las crestas de astilleros ladeados. Son los remanentes de aquellas fortalezas que en otras épocas volaron, síntesis de nombradía y esplendor por los aires; y que hoy confeccionaban el mismo manto de historias complementarias que siempre iniciaba Isai con la misma letanía desde hacía décadas: 


-La cita es ahora. En este momento me inclino ante ustedes en evocación, mis fieles oídos. Soy testigo y persisto inseparable, a pesar de los años, a lo que voy a contarles. Hoy les hablaré hasta la agobio del auge y falsa caída de la militarización; del nacimiento de nuestras ciudades ganadas por el brazo armado de Dios; de sus abuelos y padres que marcharon conmigo y regresamos apenas unos pocos con vida. Hoy es el día de la silla vacía en todas las mesas reservada para el soldado desconocido. Hoy lo recuerdo todo como si por magia estuviese grabado sobre la roca dentro de mi pelada cabeza. 


Mi nombre es Isai y esta es mi parte de la historia…

3

Fueron los tiempos más oscuros sobre la tierra. 

Los que se fueron llorarían por volver; 

los que se quedaron desearían haberse ido también. 


Salónicos 1-23 


90 DÍAS


-Sucedió hace mucho tiempo, hermanos míos. 2024 debe ser más que una fecha acuñada para todos nosotros, es el año que marcó el comienzo de nuestra era tal y como hoy la conocemos. Tal como afirma nuestro credo, antes de ese año, había conflictos mortales entre prójimos que parecían irresolubles. Las naciones se traicionaban y unían en aras de sistemas económicos en franca decadencia; el hombre torturaba al hombre en medio de inacabables derramamientos de sangre sin sentido; epidemias y naciones dispersas por variados motivos ancestrales. 


Decía Isai, y mientras narraba iba capturando hipnóticamente los oídos de la afanosa multitud de Villenousas que le escuchaba sin dejar de atender sus labores festivas. Él caminaba entre ellos de un lado a otro de las mesas como se suponía que debían hacerlo los que esparcían el canto de la experiencia de aquellas épocas que ahora se entendían de un lejano oscurantismo. 


-Sí hijos y hermanos míos; pero no todos nuestros antepasados eran innobles traidores al dogma que profesamos, sólo carecían de buenos padres a su vez liderados por gobiernos absurdamente llenos de miedo y siempre prestos a infundirlo a otros. Así vivían nuestros ancestros, así morían: Temerosos, presos de la idea de ser despojados y tan carentes de fe en sí mismos, de manera tal que. lo que daban a sus semejantes con la palma lo recogían después con el puño. 


-¿Qué edad tenía usted, patriarca? –Preguntó una joven mientras hacía arreglos florales- 


-Contaba yo con 17 años y era un simple soldado raso que pensaba que la fortuna misma tendería en el futuro una alfombra bajo sus pies; arrogante y sin mucha educación; pero hasta yo era capaz de entender que, desde tiempos anteriores a lo que consideramos Historia, las catástrofes y enfermedades habían modelado a este mundo como arcilla mucho más que cualquier civilizatorio factor humano. 


Se dice que todo inició con la moda de las armas vivientes hace casi cien años. De acuerdo con las crónicas y los documentos que nos quedan, habíamos llegado al límite: Los gobiernos de aquellos días acordaron firmar un convenio para la destrucción de cepas virales no convencionales ocultas a -70 grados Celsius en sus respectivos arsenales. La lista era enorme: Brucelosis 2, Antrax-Mod; Fiebre Q, Botulismo Atípico. Incluso las naciones más pobres se ufanaban de poseer su pequeño emisario exterminador gracias al descarado comercio bacteriológico solapado por la intervención obligada de los intereses políticos. Aquello propició la pronta diseminación mundial de los cultivos in vitro con fines hostiles. Era sólo cuestión de tiempo para que las negligentes medidas de seguridad provocaran las primeras manifestaciones pandémicas. 


En las comunidades de alta montaña donde el frío imperaba casi todo el año, la gente comenzó a padecer cuadros atípicos de enfermedades tropicales reforzadas. Como ondas sobre el agua una rara leishmaniasis sometía con clamor de espada a los países sudamericanos. Ningún grupo extremista se adjudicó tales actos pero tampoco se descartó a nadie y la etiología pasó a un segundo plano, pues a juicio del mórbido azar determinante, todos fueron cómplices y terrible máscara de todos. La industria farmacológica mundial palidecía ante el avance inflexible de nuevos agentes patógenos resistentes a los antibióticos. Sería este un cambio radical en la forma en que se mantenía con vida a todo imperio comercial. 


Como siempre, los territorios más necesitados fueron golpeados hasta que sus paisajes sollozaron y vino el desplome de la agricultura. Cremación del ganado parasitado; cosechas infectas haciendo señas amarillas y negras como el hierro en desuso; calles blancas de cal y sobre la cal, los perros malolientes buscando restos acorralados de desperdicios; puertos salpicados de peces medio devorados por el sol y masticados a medias por las aves flacas lastimosamente hechas un bastión de moscas. Todos los focos de miseria que orillaron al tráfico sombrío de los víveres donados por otros gobiernos y organismos humanitarios internacionales. Pronto las prisiones cambiaron el hacinamiento de hombres por el de cadáveres y en los nosocomios recién levantados con carpas no había lugar para un solo caso más de meningitis atípica, hepatitis G o neoviruela. Los enemigos antiguos salieron de sus urnas con nuevos alias e irrefrenables gracias a la manipulación genética. 


Estalló entonces un clima de náusea y paranoia común en el cuál se hablaba incluso de Bioterrorismo. Tanto los mini éxodos como los bloqueos fronterizos no hicieron sino empeorar una crisis económica de 19 meses por restricciones comerciales. Luego, se fermentó un periodo de aparente calma que la historia llamó El Silencio de los 90 días, en el cual, los medios de comunicación intentaban apocar los efectos del más grave fenómeno contaminante provocado por manos humanas. Y aunque las medidas sanitarias procuraban evitar reuniones masivas, brotes de una letal tularemia hemorrágica asolaron escuelas abandonadas y uno que otro recinto de adoración donde se seguía agrupando la gente para orar tal vez por una cura o quizás por una muerte sin tanta agonía. 


No pasó mucho tiempo para que fuera aprobada la Ley Sanitaria Internacional, lo que de alguna forma legitimó una matanza en muchas naciones con pocos recursos, cuyas autoridades, en un patético intento de control, ordenaron la cuarentena sistemática y posterior esterilización química y radiológica de poblaciones enteras consideradas de alto riesgo para el resto del mundo que permanecía mudo de culpabilidad e indiferencia. Aunque algunos coincidieron en que dicha legislación retrasó un poco el inminente proceso de multicontagio, afortunadamente tales medidas fueron revisadas pronto, pues muchas substancias empleadas de manera indiscriminada empezaban a afectar las reservas alimenticias de por sí menguantes. 


Los pronósticos estimaron que habría un estrecho respiro de un par de años antes del retorno de las enfermedades, lapso volátil para encontrar soluciones desesperadas o encarar el exterminio de casi una cuarta parte de la población mundial, que para entonces se sumía ya en la pobreza. Por fin, la unión de unos pocos países con los suficientes medios económicos tomó una decisión, pero ésta sería como ponerse a cavar un pozo para extraer agua mientras se quema la casa. Y una vez más el hombre primitivo intentaría detener su nefasta obra antinatural con una respuesta que incide lúcidamente en la desesperante realidad.

4

Esperamos un milagro que no pasará 

como el tren en una estación abandonada; 

impacientes corremos tras las horas sin advenimiento, 

tras el carro al que llegaremos aún sin boleto 


Armor Ghost Train (canción popular)


GEAHOPE


En Villenousas, cada vez que el viejo iniciaba otro segmento de su letanía historiográfica se acomodaba en alguna otra parte del campo. La doctrina exigía que todos escucharan al menos una parte de las historias con el fin de que estas trasminaran a las generaciones como la sangre. Su voz ya no era tan ágil pues ya los años la habían engrosado hasta hacerla nudosa y pausada, empero él aprovechó esto para enriquecer la narrativa con mayores detalles: 


-Quince meses de diseño y planificación; dieciocho para construcción y equipamiento; diez más para elegir y entrenar a una versátil tripulación de especialistas. Al cabo de este plazo vio la luz la empresa aeroespacial más costosa y detallada hasta entonces. El dispositivo más complejo jamás fabricado por manos humanas. Un dechado de ingeniería bioquímica y alarde en telecomunicaciones: el laboratorio satelital GeaHope iría en busca de nuevos fármacos y vacunas elaboradas bajo el beneficio de la antigravedad. 


Todo estaba previsto: la gigantesca estación con aspecto de icosaedro formada por cuatro módulos interconectados; llevaría a bordo una selecta plantilla de seis expertos, cuya seguridad dependía de las celdas de prueba selladas para la confinación de las muestras biológicas; allí los brazos robot manipulaban con precisión microscópica las mortales colonias. La gravedad fuera de estas celdas debía ser normal gracias a un carísimo equipo de inducción controlado por la computadora central, lo que permitiría a los tripulantes maniobrar con total libertad como si estuvieran en casa, es decir, en sus laboratorios. Así mismo unos sistemas se dedicarían exclusivamente a los más densos análisis de acción citopatógena, protointerferón sintético y simulación virtual de antígenos complementados; en tanto que otros estarían encargados de recopilar y transmitir los datos a la Tierra, donde el proyecto involucró a otros miles de investigadores civiles y militares quienes monitoreaban una señal tan nítida, que todo experimento se basaba de manera casi simultánea en los resultados obtenidos por GeaHope. 


Para ello se utilizó a EleuSys, una célebre supercomputadora de entonces basada en módulos independientes de hardware ubicados en varias partes del laboratorio. Dotaron a EleuSys de lo que entonces llamaban ICAI o Inteligencia Artificial de Córtex Entrelazado capaz de discriminar comandos, depurar errores y realizar operaciones lógicas a una velocidad de casi 3700 exaflops de rendimiento pico a un bajísimo coste energético sustentado por baterías de autorecarga solar de zinc hidrogenado dispuestas estratégicamente alrededor de la estación. 


La mayor dificultad era el reabasto y mantenimiento trimestral del Hope. El menor problema con el manejo de cepas tales como el filovirus ébola o la peste neumónica podía alcanzar dimensiones de terror e incertidumbre en todos los medios. Aún así, permaneció en órbita durante 39 meses sin incidentes graves, durante los cuales, cambió cuatro veces de tripulación y reportó enormes beneficios que mantendrían a raya al gran total de las nuevas enfermedades; y quiso Dios que tal como se planeó, una a una fueran erradicadas con éxito. Sin embargo, estaban nuestros antepasados lejos de cantar victoria, pues todavía no se había visto la peor faceta de un mal muy temido en aquellos tiempos que afectaba principalmente a las aves migratorias y que logró saltar la barrera de las especies y pasó a mamíferos pequeños y después al hombre; luego que un desafortunado accidente puso otra vez adelante a los microorganismos en la guerra por el planeta... 


La cura contra un virus causante del Síndrome de Krantz fracasó de manera garrafal. Se basaba en la fusión de este virus con un tipo de gripe muy común, normalmente inocua. Con el adelgazamiento de sus barreras proteínicas, el híbrido podría entonces ser destruido de manera sencilla con medicamentos sumamente simples y baratos al alcance de las naciones menos privilegiadas. Por si esto fuera poco, se suponía que una modificación en el ARN de ambos virus garantizaría que si un individuo se infectaba de la enfermedad de Krantz modificada y llegaba a sanar, era materialmente imposible que contrajera la variedad original incurable. Buena intención; sin embargo, este mixto viral debería ser detenido a toda costa en las primeras 24 horas de adquirido, de lo contrario acabaría irremediablemente con el contagiado en pocos días. Detectarla fuera del laboratorio era complicado pues, en general, los primeros síntomas de resfriado no aparecían sino después de 18 horas de incubación y los enfermos perecían aparentemente de un cuadro neumónico tan sólo 4 horas más tarde… Aquello fue una verdadera pesadilla de propedéutica clínica. 


El micro-genetista autor de la fusión, Anton Nei, fue rechazado por la mesa directiva del proyecto para formar parte del equipo espacial del Hope. Su afanoso plan de probar que merecía ser incluido lo llevó dotar al virus de Krantz con una capacidad infecciosa increíblemente versátil. 


Se dice que, tras darse cuenta de que su error se había filtrado de los laboratorios a las calles se sumió en una profunda depresión. Con su reputación científica por los suelos, Anton se encerró durante una semana en su pequeño departamento, alimentándose únicamente con comida enlatada para gato y ron barato. Hasta que al fin, entre delirantes cavilaciones quitó el seguro a un anticuado pero lustroso revolver Smith&Wesson-10 calibre 22 que guardaba en el fondo de un cajón y se colocó el arma en la boca. 


Todo su fracaso le sabía a grasa y al sudor picante de sus sucias manos. Amartilló con gran decisión y segundos antes del disparo, abrió uno de sus libros favoritos desde la adolescencia, cuando gustaba de llenarse la cabeza con historias de misterios y ocultismo. En dicho volumen amarillento estaban subrayadas torpemente las palabras de un insignificante agorero medieval conocido como Hebrón, el Nigromante; quien vaticinaba, como muchos antes que él, grandes catástrofes a partir del movimiento de los astros: 


Miré el cielo del norte para alinear mis cartas de almagesto.

Mas sólo encontré negrura de cuervos ahí,

en el sitio que ocupó el astro llamado Almazhar

¡Muerte!

Me dije-

Y se aproxima –ya no hay duda-

El agujero del cielo

antes resplandeció como el fuego,

ayer era un sol candente y hoy es aire empozado.

¡Oh estrella de estrellas, oh resplandor de luminarias… venid!

Escuchad al terrible mensajero,

prestad oídos al que trae la simiente que fecundará la Tierra

o nada ni nadie se levantará del polvo...


Al terminar de leer, Anton se quitó la vida en un arrebato de rabia y gran desdicha, salpicando las proféticas hojas con gruesas gotas  de quemado carmín. 


Tal vez el Nigromante haya sido el primero en ver lo que ocurriría siglos después. precisamente en mis tiempos, aquel 23 de septiembre a las 1723 horas GMT St. Helena, cuando fue visto por primera vez un objeto en el cielo del norte desplazándose a gran velocidad al lado de la estrella Alfa del Can Menor, Procyon. 


La observación detallada mediante un potente grupo de radiotelescopios demostró que su trayectoria era calculada y no azarosa; describía una línea recta casi perfecta en nuestra dirección. Debido al tipo de destello producido por la enorme aceleración que alcanzaba el bólido de inmediato se descartó la posibilidad de que se tratara de un cometa. Al surcar los cielos brillaba, para ser exactos, a intervalos de .33729 segundos de forma hermosa y solitaria en el espectro azul de la luz visible. 


Mucho se especuló y debatió al respecto de aquel objeto. Algunos hablaron con devoción religiosa, otros más bien con temor y monomanía, lo que para algunos significaba el anunciado descenso de un ángel, para otros representaba el aviso de un inminente fin del mundo. No pocas sectas se formaron alrededor del fenómeno y mucha gente enferma ávida de esperanza creyó firmemente que su sufrimiento pronto terminaría. Y en cierto modo, también tuvieron razón. 


Mientras tanto, cuatro anquilosadas religiones monoteístas y uno que otro exaltado culto supino celebraron su último destello de popularidad. Hablaban de un Apocalipsis dentro de un peligroso coctel de credos asesinos señalando con dedo flamígero el camino del arrepentimiento colectivo: 


El castigo viene del cielo –decían- Como ordalía del Señor, quien extiende su mano contra nosotros y asola esta tierra despiadada, desde el desierto hasta los mares, sin que nadie pueda escapar de su juicio 


La comunidad científica, por otro lado, tenía más preguntas que respuestas que pudieran arrojar algo de claridad sobre aquel panorama de enajenante especulación. Al principio dijeron que dicho objeto era probablemente un cuasar residual de un agujero negro supermasivo; después teorizaron sobre si se trataba de una singularidad gravitatoria provocada por neutrinos del tau originada hace millones de años, la cual estaba desplazándose en espejo a lo largo de nuestra galaxia. 


Algo era seguro: De acuerdo con los más minuciosos y vanguardistas estudios periciales fotométricos, numerosos equipos de astrofísicos calcularon que éste objeto debería tener al menos la misma masa que el Sol y medir; sin embargo, menos de medio kilómetro de diámetro; y su velocidad era tan inconcebible para los límites de la razón humana que, de seguir así, en pocas semanas estaría surcando los alrededores de nuestro sistema solar. Los medios subestimaron la importancia de aquel fenómeno toda vez que entrevistaban a las autoridades de entonces: 


-Por favor, les ruego que sean breves con las preguntas, tengo prisa… 

-¡NineCloudChannel, Doctor Umezu… ¿Qué es lo que estamos viendo en las imágenes, es un cometa o una especie de asteroide?! 

–¡Diario vespertino OnFireLinePress.com, Doctor, los estudiantes del observatorio astronómico nacional de Chile afirman que ellos lo vieron primero, ¿es cierto esto?! 

-¡NewsSat-90.8… ¿Ya lo han bautizado?! 

–¡Gracias doctor, Canal Hispana-NetVision… ¿Qué tan cerca pasará de la Tierra?! ¿Existe algún riesgo para las personas?; ¿Debemos protegernos la vista? 

-¡Orden por favor, orden, señores! Nada de eso, por favor, esperen a que les repartamos el material explicativo en la rueda de prensa. Les suplico que no hablen todos a la vez, todo eso son meros rumores, pongo mi nombre de por medio, que esa cosa ni siquiera pasará cerca de nuestro sistema solar. Verdad que es algo nunca antes visto, pero hay que tomar en cuenta que tenemos apenas unos cuantos millares de años observando los cielos y esto fue visto por primera vez hace muy poco en la Gran Nube de Magallanes. 

-¡Profesor, dicen que su radiación podría afectar los satélites y dejar al mundo entero incomunicado! 

-En lo absoluto; no hay peligro alguno ni para las comunicaciones ni para la salud de nadie, es un fenómeno lejanísimo por lo que es simplemente imposible que se aproxime, esa es únicamente la imagen de un acontecimiento astronómico muy probablemente antiquísimo. En el espacio las distancias son tan grandes que nada de lo que somos capaces de percibir sucede en tiempo real. No hay por qué alarmarse sólo disfruten del espectáculo como lo harían con una lluvia de estrellas. Repito: No hay nada de qué preocuparse. 


Pero ese hombre se equivocaba, hermanos míos; y de qué forma.

5

Aquellos tristes hombres 

que extraviaron el presente 

temían estar en el infierno; 

era sólo el reposo 

de sus sueños más humildes defraudados. 


Elegía del Viajero 4-17 


m-TIPO


Nadie entre la muchedumbre de Villenousas podría distinguir si era el picante humo de las fogatas rituales cercanas o si se trataban de auténticas lágrimas de gallarda nostalgia las que brotaban de los ojos de Isai al continuar con su gran crónica: 


-Yo me encontraba sentado en una estación de carga de la armada en Arizona, Nuevo México, leyendo un periódico a la vieja usanza fabricado de entintadas y pulpa reciclada de papel. En primera plana aparecía la imagen, de hermoso aunque triste rostro, de una joven de pelo negro y grandes ojos verdes de párpados caídos: Mariah Nei: Científico en jefe. Decía el pie de foto. 


-Al principio, debo confesarles, sólo me vi atraído por la sencillez de su exótica postura femenina, pues acababa de ascender a Cabo Segundo y tenía meses sin salir del cuartel a tener intimidad con mujer alguna, por lo que únicamente trataba de adivinar en dicha fotografía la curvatura de sus senos bajo los laxos pliegues de su bata de laboratorio. Cómo podría siquiera imaginar la relevancia de aquella párvula joven para nuestro mundo… Isai echó un vistazo al cielo un instante como lo hacía siempre que contaba aquella parte para rendirle un homenaje. Una que otra gota de lluvia encubrió su impulso de llanto y tragó duro para disimular el quiebre de su voz. 


Y he aquí que Mariah acababa de hallar un remedio efectivo contra el tifus exantemático que arrasó el norte de África, cuando recibió un comunicado desde el control en Tierra; debía prepararse pues en dos semanas sería relevada de su puesto al frente de la estación orbital. Desconcertada por tal dictamen, ordenó a EleuSys poner en marcha un programa espía que filtró para tener acceso a información altamente confidencial. La causa eran los minúsculos aunque alarmantes brotes de un contagio reciente y parecía lógico que enviaran a otro analista tal vez mejor capacitado a GeaHope, pero, ¿por qué sustituirla precisamente a ella que era considerada la mejor en su área?

-¡Comando de voz! 

Reconocimiento…│ 

Confirmado...│ 

Bienvenida doctora Nei.│ 

-EleuSys… prepara programa Argibo. 

Password, por favor...│ 

-El password es: k8a1r9i2b2d1i2s8. 

Espere, por favor... │ 

Argibo listo... │ 

Determine tipo de búsqueda.│ 

-Proyecto GEAHOPE. 

Área, por favor: │ 

-Sustitución de personal. 

Subárea, por favor: │ 

-Estación Orbital 

¿Búsqueda general o específica?: │ 

-Laboratorio 

Buscando, ¿orden por fechado o nomenclatura?...│ 

-Sólo abre el archivo más reciente, EleuSys 

Abriendo archivo A810-11…│ 

Fusión no Autorizada: Mixovirus-Orthomixovirus. 

Resultado: No favorable. 

Causa: Error en supresión en unidad genética. Error de reutilización indagatoria. Error humano. 

Efecto nosobiotico: Agente infeccioso Krantz fuera de control y en dispersión │


Recomendaciones: 

Clasificar como prioridad máxima. 

Reemplazar comandante de G-H. 

Razones: 

Urgente inhabilitar al organismo. 

Incompetencia psicológica para manejar emergencia. │

-¡¿Qué cosa?! ¡¿Cómo que incompetencia?! 


Al ahondar más, los verdes ojos de Mariah se sombrearon con un cendal de aguda vergüenza y decepción paralizante. Apareció en pantalla la imagen del joven ingeniero responsable del virus Krantz variante F. Ella apretó los puños y se mordió los labios, como si estuviese siendo humillada por un público cuya risa ni estalla ni se desvanece. 


-A mi lado siempre serás sólo un niño estúpido entre tubos y probetas con mucho tiempo libre... Ojalá estés satisfecho hermanito. 


Aquella carga resultó ser demasiado pesada para los hombros de la joven líder y pronto se desquició. Obligaba a sus subalternos a trabajar jornadas extenuantes en el laboratorio, obsesionada por corregir el error de su hermano, pero era inútil. Llena de ira observaba los rostros de cansancio y fastidio del resto de su tripulación y en los monitores donde debía aparecer eventualmente la composición molecular de la cura, hallaba sólo las últimas estimaciones del contagio del Krantz: 400 mil personas agónicas en separos profilácticos donde incluso el aire se pudría en un sopor apretado. 


-EleuSys

-Doctora Nei │ 

-Dame informe de nosología. 

-Buscando, extracción de datos por región...│ 

Enumerando, doctora Nei:│ 

Brote de Bahamas 5075 casos reportados 

Brote de Colombia 1703 casos confirmados 

Brote de Corea 2504 decesos 

Brote de Camboya… espere actualizando información │ 


-Esos imbéciles... Ni siquiera me están dando la oportunidad de pelear. Creen que fallaré como lo hizo Anton. -Hablaba para ella misma, una y otra vez frases aparentemente incoherentes. 


Vio herida su, hasta entonces, inquebrantable fe en la ciencia; no podía creer que la hematoagluitina del recombinado Krantz cepa F no tuviera un punto exacto, en la deriva antigénica común a todas la variedades, por donde ser atacada. Así que una noche decidió rastrear la jornada completa de los trabajos de su hermano hasta que creyó haber encontrado una solución definitiva. No obstante, el riesgo era tal que no podía exponer a su tripulación entera; por lo que decidió urdir un procedimiento de aislamiento sin que ello llegase a despertar sospechas, que sin duda la llevarían a ser reportada a los mandos de la Tierra, quienes a su vez le ordenarían al personal militar de abordo aplicar el protocolo de aseguramiento y ponerla bajo arresto de inmediato. 


-Sé que planean algo. Han estado muy callados y hay que temer más a las aguas calmas; estoy segura de que esta es la oportunidad perfecta para mi agente m-TIPO. Tengo que aislarme, trabajar sola. –Pensaba Mariah, mientras se dirigía deprisa y tropezando por los estrechos pasillos hacia su habitáculo, cargando solo con un módulo portátil EleuSys y un legajo de sus más recientes notas. 


Mariah pasó horas encerrada en el diminuto aposento que tenía asignado reprogramando toda la base de datos microbiológica auxiliada por EleuSys, luego, comenzó en el simulador el arduo proceso de alteración mitocondrial de un ciclo lisogénico. 


-¡Aprisa, aprisa ya deben estar en camino, esta simulación tiene que funcionar! 


Si todo resultaba adecuadamente, una auténtica obra de arte de la ingeniería biosintética nacería como un nuevo virión que en vez de convertirse en parásito obligado de una célula sana pasaría a ser un agente caníbal que se alimentaría fundamentalmente de las coberturas glicoproteínicas de otros virus y del 1.3% de bacterias cuya acción compromete la salud del ser humano, un macrosistema que el m-TIPO reconoce finalmente como su igual. 


Ella crearía el virus capaz de alimentarse de otros virus. Un microorganismo situado en el peldaño más alto de la pirámide evolutiva que establecería una perfecta relación de equilibrada simbiosis entre el cuerpo del enfermo y el huésped caníbal que llevaba el mismo nombre de la serie de experimentos que le daría origen y el cual, en resumen, defendería al infectado inclusive de sí mismo con lo que también se verían abarcadas las enfermedades autoinmunes. Un verdadero remedio sin precedentes, ¿podría acaso incluso retardar el proceso de envejecimiento si se pensaba en este como una enfermedad crónico degenerativa o un error evolutivo? En conjetura, sí. 


Grandes eran los sueños de Mariah; no obstante, había un pequeño pero gravísimo detalle que ni las computadoras ni la mente humana sabrían cómo resolver sin una hipótesis probabilística que en casos como este podía llevar años: El azar. Nadie podría prever la multiplicidad de caminos que tomarían en un momento dado las aparentemente innumerables variables posibles de los cromosomas mutados en condiciones reales. EleuSys no podía anticiparlos del todo y calentaba su núcleo múltiple para obtener los últimos cálculos y estimaciones: 


-¡Listo, ya terminé el procesamiento de datos! ¿EleuSys? 

- Doctora Nei│ 

-Corre mi proceso completo. Dale la prioridad más alta al informe de patología. 

-Procesando información, espere por favor...│ 

- Error al reubicar cadenas ribonucleótidos │ 

- Error de recomposición de las bases nitrogenadas │ 

- Error en 5 puntos overlap en el genoma con un promedio de 12 bp de longitud│ 

- Error en A≠T C≠G, la secuencia de ambas cadenas no es complementaria │ 

- Error la Neuroaminidasa no opera con el grupo del fosfato │ 

- Error secuencia del inhibidor de M2 │ 

- Error no se encuentra polimerasa para editar │ 

- Error al reubicar región N-Terminal hidrofóbica y una Terminal A hidrofílica │ 

- Resultados fatales para huésped por intolerancia GI transitoria con PCR procesiva y hemocultivos positivos. No hay extensión de la cadena. │ 

- Error no es posible hibridación del cebador la mezcla no se amplifica al agregar el cloruro de magnesio a las polimerasas│ 

- Error 76% de los grupos de metilo activaron anomalías │ 

- Error las histonas no alcanzan a fijarse en el empaquetado ADN │ 

- Error epigenética no ampliable │ 


Display... Abriendo archivo A810-12 

Creación de la microforma m-TIPO tentativa número 1649: Supravirus │

Resultado: Atípico desfavorable de margen 6. 

Causa: El factor de autoréplica del RNP no es posible después del amiloide sérico B. Error de indagatoria humano. 

Efecto: El agente viral no alcanza madurez del ARN en forma estable │


Recomendaciones: 

Replantear los objetivos del experimento. 

Reescribir código. 

Razones: 

No resulta factible generar en el laboratorio un microorganismo con tales características aún. 

De llegar a existir un microorganismo con dichas características mataría también al anfitrión│ 


-¡Nooo! –Rugió Mariah sumida en aflixión, cerrando con fuerza las macilentas esmeraldas de sus ojos.

6

Vimos poblarse las mejores tierras; 

y las vimos convertirse en tumbas profanas, 

muchas hogueras cuyas negras copas se tocaban 

se comieron una tras de otra 

al oscurecido y despedazado cielo 


Doble Amparo 7-11 


MARIAH

Frustración, ira, tristeza; todo hecho un venenoso coágulo que sofocaba el pecho de Mariah al ver que cada intento fracasaba de igual o peor manera que el anterior. El tiempo se le terminaba, sería sustituida en menos de 48 horas y por más que se concentraba no lograba encontrar la sintaxis correcta que brindara alternativa para el muy maltrecho sistema inmunológico humano. De pronto, una voz la sacó de sus pensamientos, venía de atrás de ella, estaba tan cansada que no se había percatado que la puerta de su dormitorio se había abierto y desde su umbral una figura clavaba inquisitivas miradas sobre ella. 

-Sé lo que intentas, muchacha... 

-¡Doctor Zachjary! - volteó sorprendida al ver que su antiguo mentor ya se encontraba justo frente a ella y apenas se percataba. 

-¡¿Pero cómo…Cuándo llegó al GeaHope?! 

-Arribé hace apenas unos minutos, tus subordinados no quisieron molestarte con los detalles, me dicen que has estado muy ocupada, linda. 

Los años habían hecho mella en él. Su rostro se resumía ajado, como mal forrado de piel colgante parecida a papel delgado, pegado a aquella boca amarillenta manchada por el pisadientes de la pipa marfileña que durante décadas le caracterizó. Lo único que no había perdido era esa particular fuerza de su hebraica voz y la respetable estirpe doctoral de su mirada, brillante amante de la vida y del conocimiento, que parecía siempre irritado y a punto de gritar. 

-¡Debí ser informada al respecto, todavía soy el comandante en jefe de este laboratorio pésele a quien le pese! –Dijo ella.

-No por mucho tiempo, querida. Soy parte del equipo que te relevará. Hay buen clima en la Tierra y parece que quieren ponerlo en órbita lo más pronto posible, únicamente me adelantaron junto con las provisiones para poner todas las investigaciones en orden para entrega. 

-Tienen que esperar, por favor necesito un poco más de tiempo, mi experimento… 

-Nunca fue tú experimento, ni mucho menos es un secreto. 

-¡¿Cómo?! – Se sobresaltó ella. 

-Tan sólo digamos que EleuSys todavía no tiene un chip capaz de reconocer el concepto de traición y ante los altos mandos no puedes tener archivos privados en ninguna computadora de abordo. Pero, no te alarmes ya que hasta este momento sólo yo sé de qué se trata, sólo yo sé lo que intentas. 

-¡¿Cómo dice?! – Mariah se sintió tan desvalida, como si estuviera desnuda en medio de una calle transitada. 

-Y lo sé porque cuando tenía un poco más de tu edad tuve la misma idea y al igual que tú me topé con el misterio del plan divino del Señor. 

-No, no empiece a meter la religión en esto… ¿Dios? N-no entiendo, a qué viene esto. Vaya al grano por favor, doctor, no tengo tiempo para sus sermones. ¿Acaso sabía usted que yo estaba trabajando en m-TIPO y no me delató? 

-¿Con qué objeto, Mariah? Tal vez haya media docena de personas allá abajo capaces de entender tu investigación. No obstante, pronto llegaste al punto en el que no podía disuadirte ni ayudarte. Y aún cuando lo intentase, no habrías hecho el menor caso de cualquier forma. Hay cosas para las que no estamos capacitados y una de ellas es precisamente para encontrar una explicación satisfactoria para la vida y sobre nuestros actos de interferencia dentro de un ciclo enorme perpetuamente desconocido. 

-¿Interferencia? ¡¿Debo acaso dejar morir a toda esa gente?! Porque si esa es su idea de fe, entonces se ha vuelto completamente loco, doctor. El oscurantismo pasó de moda y si su Dios existiese, no permitiría tantos absurdos. La ciencia no debe conocer más límites que

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