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La Ciudad de Ashfall
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La Ciudad de Ashfall
Libro electrónico168 páginas2 horas

La Ciudad de Ashfall

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La Ciudad de Ashfall es una novela fantástica para adultos jóvenes que se enfoca en la aventura de una mecánica llamada Rose Volta en un mundo distópico, en donde un mar de ceniza cubre el cielo y lluvias mortales obligan a las personas a permanecer dentro de sus casas. Atrapada en una ciudad en la que la brecha entre los ricos y los pobres es insoportable, Rose busca escapar de la luz cenital cenicienta. Su rol principal es darle mantenimiento a la administradora de sistemas del hospital, Alba Rottame, sin embargo, Rose pronto descubre que esa máquina es más que sólo cables y pistones.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 may 2024
ISBN9781667473871
La Ciudad de Ashfall

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    La Ciudad de Ashfall - Daniel Eden

    La Ciudad de Ashfall

    Dedicado a mi familia y amigos.

    Personajes principales

    Humanos

    Rose Volta, mecánica, 1.80m, cabello rubio y ojos cafés.

    Alba Rottame, administradora de sistemas, 1.93m, cabello y ojos cian.

    Michael Romano, el director, 1.85m, cabello negro y ojos azules.

    Samuel Romano, el supervisor, 1.88m, cabello café y ojos azules.

    Garret Cleave, el custodio, 2.08m, cabello rubio y ojos azules.

    Lucy Morgan, la auditora, 1.83m, cabello negro y ojos verdes.

    Maxwell Grimson, el cazador, 1.88m, cabello negro y ojos cafés.

    Joseph Marlin, el observador, 1.80m, cabello y ojos cafés.

    El árbitro, la Garra Blanca, Holter, mano derecha del arquitecto, director de La Garra, 1.80m, cabello blanco y ojos verdes.

    Bestias

    425-434, bruja del magma, escudo térmico, ocho zarcillos con cabeza de dragón, 2.18m, zarcillos de dragón 5.97m.

    AGC-U, electrovil, pulso energético, aliento de rayo, 2.64m.

    SIO-2, titán tectónico, cuernos potentes, explosión de vapor, picos de vapor propulsados, 3.40m.

    HC0-OH, la sirena, feromonas de control mental, zarcillos de navaja, 1.98m.

    CO1-MO3, L13, brazo derecho potente y brazo izquierdo de las fauces, 1.88m.

    Capítulo 1: Ciudad Ashen

    Rose se tomó unos segundos para mirar el edificio. Acero blanco se extendía hacia las interminables nubes de ceniza, el cual penetraba la barrera entre el suelo y el cielo. Entre ella y el aire de afuera había un pasillo de cristal. Ella volteó a ver la puerta mecánica que había usado para llegar hasta ahí, y que era la única manera de regresar a la parte subterránea, sin embargo, ella esperaba no tener que usar más esa entrada.

    Rose respiró profundamente, dio un paso hacia adelante y las puertas doradas del hospital se abrieron automáticamente. Con muchos rechazos detrás de ella, sabía que esa era su última oportunidad. Exiliada por su familia, no tenía otra opción que esperar que la aceptaran en ese lugar. Ella podía escapar hacia la Ola Roja, un grupo comunista de la parte subterránea que aceptaba a cualquiera, pero los agentes de La Garra habían estado tomando medidas más severas y nadie podía enfrentarlos.

    La Garra era una organización gubernamental compuesta de nueve agentes y sus seguidores. Rose nunca había conocido a alguno en persona, pero había oído rumores de su fuerza y había visto la matanza que dejaban a su paso. Ellos parecían imparables.

    Rose se acomodó bien su ropa harapienta; lo que debió haber sido blanco, ahora era un gris sucio, y caminó hacia adelante. Su cabello rubio se balanceaba ligeramente al caminar. Era corto para satisfacer las demandas que requería su trabajo como ingeniera. Sus ojos cafés miraban a cada rato sus alrededores. Comparado con las ruinas de la parte subterránea, este edificio parecía ser el cielo. El acero y el mármol se combinaban con una decoración de alta gama para crear un ambiente acogedor para aquellos que pudieran costearse ese lujo.

    Rose se dio cuenta de que un hombre la esperaba. Sus hombros anchos y su complexión voluminosa contrastaban enormemente con ella, que era delgada y ligeramente desnutrida. A pesar de ello, ambos compartían una semblanza similar en la sonrisa. La de él era encantadora, listo para hablar con algún recluta, mientras que la de ella estaba teñida con esperanza, al tener finalmente una oportunidad de vivir.

    Otra cosa que resaltaba de este hombre era su elegante traje azul marino y su corbata roja. Su cabello negro contrastaba con sus ojos azules. Dio un paso hacia adelante lleno de confianza. Él era más alto que Rose, lo cual no era una sorpresa, tomando en cuenta su baja estatura. Aquello, combinado con su apariencia en general, le dio a entender a Rose al instante que ese era un hombre importante.

    El director le ofreció su mano. Señorita Volta, supongo.

    Rose aceptó la mano del director y le dio un apretón. Su agarre era firme, comparado con los dedos delicados de ella. Con una sonrisa la invitó a que lo siguiera.

    Está en una muy buena posición, señorita Volta, estamos desesperados por encontrar un nuevo mecánico.

    Rose se sorprendió por la admisión del director. Con normalidad, la gente solamente entraba al servicio y comenzaban a trabajar. Tal vez una pequeña charla a los nuevos para darles una idea de lo que tenían que hacer, pero en general era un proceso simple.

    Al seguir hablando, el director continuaba con su buen humor. Estoy seguro de que apreciarán que haya encontrado a otra bioingeniera. La biología y la ingeniería no son tan comunes como deberían ser en las escuelas.

    El director caminaba con determinación, mientras su apariencia parecía la de un hombre de negocios estricto. A pesar de ello, daba la impresión ser una persona amigable. Si Rose fuera suspicaz, no confiaría en él, pero ella estaba ahí para trabajar, no para cuestionar. Cualquier cosa con tal de escapar del mundo hostil del que provenía.

    El director se detuvo y se volteó hacia Rose. Bienvenida a la compañía, señorita Volta. Soy el director y la llevaré a su cuarto y luego le mostraré el lugar.

    Mientras el director seguía con su mini tour del hospital, decidió ilustrar a Rose con algo de historia sobre el edificio. Como posiblemente sepa, el hospital es el pilar de la comunidad médica, de hecho, es considerado el mejor dentro de Ashfall, y en el mundo es el destino preferido si quiere soluciones confiables.

    El director llevó a Rose a su cuarto. Claro. Dijo. Debo presentarle la tarea más importante.

    La sonrisa del director titubeó, y Rose apenas se percató de su cambio de ánimo. Tosió con torpeza mientras hablaba. Un edificio tan grande es difícil de mantener, y aquí es donde nuestra administradora de sistemas entra en juego. Ella es la responsable del funcionamiento de toda la maquinara médica dentro de las instalaciones. Por favor, esté en buenos términos con ella.

    Esa advertencia agarró a Rose desprevenida, ya que desentonaba completamente con el comportamiento amigable y alivianado del director. Sus palabras le dijeron que debería ser muy cuidadosa cuando tratara a la administradora de sistemas.

    Esta nueva ansiedad de Rose por conocer a esa persona no tuvo tiempo de asentarse, ya que el director abrió dos grandes puertas metálicas.

    La sala estaba pintada de un gris tétrico. Cables mecánicos cubrían las paredes. Un simple escritorio con máquinas viejas y una caja de herramientas eran los únicos muebles, además, claro está, de la máquina que estaba sentada en la silla mecánica. Mientras Rose esperaba a una humano, pronto se daría cuenta de que la administradora de sistemas era algo más allá de sus expectativas.

    Frente a Rose, una niña estaba sentada derechita. Ella tenía cabello fabricado de color cian con cuatro franjas blancas, dos a cada lado de su cara. Su cabello era simple y le caía hacia abajo. El color cian le llegaba apenas por debajo de los ojos, a los lados, y justo arriba de la línea de sus inexistentes cejas.

    Los ojos de la niña eran de color cian debido a la naturaleza robótica de su creación. Tenía labios de color rubí junto con una mandíbula fina. También tenía brazos largos y delgados cubiertos por una bata blanca. Su espalda estaba recta y sus hombros de manera neutral alineados con su cuello esbelto. Su cintura era fina, así como sus largas piernas.

    La característica más aterradora de esa máquina eran sus ojos. No tenía párpados, sólo dos grandes proyectores que brillaban de color cian. Rose sintió como si estuviera mirando un cadáver y podía darse cuenta de por qué al director le desagradaba hablar de la administradora de sistemas, sin embargo, creía que había algo más en ese asunto.

    Lo que hizo que Rose descubriera la verdadera naturaleza de la administradora de sistemas fue que cuando la inspeccionó de más cerca, se percató de que en sus articulaciones no había venas, además de los cables que entraban por la parte trasera de su cuello. La máquina que estaba frente a Rose levantó ligeramente los ojos para verla. Un frío cian se posó en sus ojos cafés al tiempo que la atmósfera en la habitación se congelaba.

    El director agitó las manos, con una evidente preocupación en la cara. Esta es nuestra administradora de sistemas, Alba Rottame. Ella está a cargo de todo lo que hay dentro de las instalaciones y es de vital importancia para el éxito de nuestra compañía.

    El director le pasó a Rose una tablet de trabajo en la que estaban escritas sus tareas diarias. Lea todo esto y prepárese para trabajar. Esperamos que disfrute su día.

    Antes de que Rose pudiera decir algo, el director se fue, dejándola sola con Alba. Un pensamiento pasó por su cabeza, preguntándose qué había pasado con su predecesora.

    Rose abrió su horario y vio una variedad de trabajos de mantenimiento, que iban desde arreglar una máquina averiada, hasta reparar una luz defectuosa. Sin embargo, algo llamó su atención. Se dio vuelta hacia el robot. ¿Así que tengo que hacerte chequeos diarios?.

    Rose se arrepintió de esas palabras cuando salieron de su boca. Esperaba que Alba la ignorara y que permaneciera la silenciosa cascara hueca que parecía ser.

    Alba se quedó inmóvil, sus ojos apagados, su voz transmitiendo una sensación macabra. Correcto. Dijo. Y no te olvides de esa tarea, ya que, de no hacerla, significaría tu despido de la corporación.

    Si Rose tuviera que describir a otra persona cómo era la administradora de sistemas, ella la hubiera comparado con una estatua. De hecho, el polvo que flotaba en el aire por la habitación ofrecía más entretenimiento.

    El único movimiento en la cara de Alba brotaba de su boca. Ella parecía humana, pero no del todo. A pesar de ello, su tono no era robótico. Rose se sorprendió por la voz debido a su naturaleza humana, incluso con su tonalidad mecánica y sin emociones.

    Rose también se percató de que los ojos de la máquina parecían contener emociones dentro de ellos. Ella sintió que sólo podía ver odio detrás de esos ojos color cian. Más allá de ese azul, brillaba una ira despiadada, que se podía comparar con el sol, del que había oído hablar Rose.

    Cuando Rose se dio la vuelta para irse, notó que la mirada del robot se clavaba en su espalda. Al darse la vuelta, Rose miró a la máquina a los ojos una última vez, acogiendo el sentimiento de vacío que no sólo reverberaba de ella, sino de la habitación entera. No podía imaginarse a un humano viviendo en tales condiciones. Nada se movía, ni siquiera el subir y el bajar del pecho de la administradora de sistemas durante sus respiraciones. Toda la imagen se asemejaba a una pintura.

    Rose salió de la habitación y la puerta se cerró automáticamente detrás de ella. Su primera tarea tenía que ver con arreglar una luz, algo que podía hacer sin problemas. Retiró la bombilla vieja y puso una nueva, algo que resultó ser tan trivial como se lo había imaginado.

    Mientras Rose caminaba, se dio cuenta del aspecto sanitario del hospital. Las paredes eran completamente blancas, y había un sentimiento de enfermedad en el aire. Rose nunca había visitado un hospital, nadie de su clase social podía pagar las cuotas.

    Rose nunca hubiera trabajado ahí, pero necesitaba el dinero y un lugar para vivir, así que esa era su única opción. Siguió

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