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El Libro Infinito: Onum Y La Creacion De Los Mundos
El Libro Infinito: Onum Y La Creacion De Los Mundos
El Libro Infinito: Onum Y La Creacion De Los Mundos
Libro electrónico183 páginas2 horas

El Libro Infinito: Onum Y La Creacion De Los Mundos

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Despus de ser creados los cielos y la tierra, por mucho tiempo la tierra permaneci desordenada y vaca. Los ngeles fueron creados del plasma de las estrellas, y la ciudad celeste se levantaba como un sueo dorado. La idea de Eternidad e Infinito, era perfecta para la creacin, su trono se extendera hasta el mundo material, donde seran creados los humanos. Todo pareca normal, Onum se diriga feliz a su llamado con Eternidad, Dorfi enseaba cosas extraordinarias de la creacin, y los ngeles se movan en armona. Para los ngeles el mal solo se conoca en teora, y desatar su maldicin sera la muerte eterna. Aunque la muerte, no era exactamente lo que ellos crean

Una historia llena de suspenso, accin y revelacin, de la extraordinaria vida angelical, que se pudo haber vivido antes de la creacin de Adn.

En Onum y La Creacin de los Mundos el autor demuestra su poderosa habilidad para visualizar los orgenes y el proceso de la creacin de la materia, el universo, los mundos, los ngeles y el hombre. Es admirable como el autor usa su imaginacin para producir esta obra cautivadora. Una vez inicias la lectura no podrs dejarla hasta concluirla. Escrita en forma sencilla pero profunda en contenido y revelacin; est basada en el conocimiento que el autor tiene de Las Escrituras. Los conceptos bblicos son maravillosamente aplicados y el resultado es una obra literaria que estoy seguro ser de bendicin para todo el que la lea.

-Juan E. Reyes, Pastor

Ministerios Apostlicos Puertas de Paz a las Naciones

Salem, Ma. EUA

IdiomaEspañol
EditorialWestBow Press
Fecha de lanzamiento5 mar 2013
ISBN9781449787301
El Libro Infinito: Onum Y La Creacion De Los Mundos
Autor

Miguel Angel de la Cruz

Miguel Ángel De La Cruz, nació en Santo Domingo, República Dominicana en marzo de 1976. Vive en Massachusetts con su esposa Lauren y sus dos hijas Jacquelyn y Rebekah. También tiene tres hijos en su país natal: Francisco, Angélica y Grisel.

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    El Libro Infinito - Miguel Angel de la Cruz

    Copyright © 2013 Miguel Angel de la Cruz.

    All rights reserved. No part of this book may be used or reproduced by any means, graphic, electronic, or mechanical, including photocopying, recording, taping or by any information storage retrieval system without the written permission of the author except in the case of brief quotations embodied in critical articles and reviews.

    WestBow Press

    A Division of Thomas Nelson & Zondervan

    1663 Liberty Drive

    Bloomington, IN 47403

    www.westbowpress.com

    1 (866) 928-1240

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    Any people depicted in stock imagery provided by Thinkstock are models, and such images are being used for illustrative purposes only.

    Certain stock imagery © Thinkstock.

    ISBN: 978-1-4497-8575-8 (sc)

    ISBN: 978-1-4497-8730-1 (e)

    Library of Congress Control Number: 2013903080

    WestBow Press rev. date: 02/03/2017

    Contents

    Prólogo

    Introducción La Creación

    Capítulo Uno

    En El Infierno

    El Llamado De Onum

    La Ira De Lustán

    El Discurso De Eternidad

    La Rebelión

    La Creación

    Onum Es Detenido

    La Propagación Del Mal

    Sabiduría

    El Seis, Seis, Seis

    Toque De Queda

    Las Nubes Negras

    El Plan De Los Demonios

    Rafa Sale Por Su Ayuda

    Onum Es Secuestrado

    El Gran Dragón

    Lustán Ante El Trono

    La Entrada De Miguel

    Lustán Abandona A Los Caídos

    El Discurso De Infinito

    Los Caídos Atacan La Ciudad

    Leviatán Emerge De Las Aguas

    La Ciudad Se Llena De Caos

    El Futuro De Infinito

    La Provocación De Lustám

    El Rescate

    La Ira De Eternidad

    Lustán Recorre La Tierra

    Onum Es Llevado Al Trono

    La Creación Del Hombre

    Acerca Del Autor

    AGRADECIMIENTOS Y DEDICACIÓN:

    Agradezco a Dios sobre todas las cosas, por su revelación, que nos ayuda a darle sentido a nuestra existencia y nos muestra el camino de la verdad. Sin él, no me hubiera sido posible escribir tal obra, ya que su contenido está basado en las escrituras y experiencias de personas que han podido describir un pedacito de las maravillas de los Cielos. A mi hermana Yokasty de la Cruz, le agradezco por su constante ayuda; a mi esposa Lauren de la Cruz, por su apoyo; y a los pastores, familiares y amigos que, con sus opiniones, dieron lustre a esta obra. ¡Gracias!

    Quiero dedicar especialmente esta obra a mis cinco hijos, Francisco, Angélica, Grisel, Rebekah y Jacquelyn de la Cruz. También a todos los jóvenes del mundo interesados en conocer la verdad de nuestra existencia.

    Prólogo

    La idea de esta obra nace de una necesidad de enfrentar un mundo dominado y poseído por la ciencia, la cual se levanta como un muro ficticio entre nuestras generaciones jóvenes y la verdad bíblica, presentando la idea que la biblia y la ciencia no pueden coexistir.

    La información y los términos usados se refieren a la búsqueda del autor en los pasajes bíblicos, las experiencias de personas reales que aseguran haber ido al cielo y los avances científicos en el área de la mecánica cuántica y utilizando como argumento cosmológico la teoría de las súper cuerdas.

    Esta historia de ciencia ficción busca recrear los acontecimientos y los propósitos de la creación de los cielos y la tierra, así como la creación del hombre y su propósito, sin el temor de salir de nuestra visión bíblica y de los fundamentos doctrinales de nuestra fe, que cree en un Dios creador y salvador, un Dios trino y todopoderoso.

    Introducción

    La creación

    En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

    Génesis 1: 1–2 (RVR1960)

    Antes de Adán, las aguas se movían sobre la faz de la tierra, y en el oscuro firmamento se veía la luz de las estrellas que nacían cada día. Viajando hacia el espacio, había un lugar lejano, escondido en el firmamento, donde al atravesar la oscuridad del universo, un mundo radiante, lleno de luz, nos esperaba…

    Era un paisaje hermoso, lleno de vegetación, jardines, grandes flores, mariposas gigantes, arroyos de aguas cristalinas, sendas de oro, casas y estructuras maravillosas. Tenía árboles que danzan, música que circula, y voces en perfecta coordinación, y además estaba lleno de ángeles creando fuentes de ángeles que brotan, danzan, moviéndose en círculos, desplazándose en grupos inmensos, y entrelazándose con espirales de ángeles que alzan sus manos, abren sus alas y mezclan sus voces, en oleaje musical, adorando de esta forma: A ti sea la gloria, Eternidad, por la eternidad, ¡Hasta la eternidad!

    Entre los jardines que se diseñaban para el embellecimiento de los parques y los caminos, se encontraban ángeles trabajando con las plantas, en las construcciones de edificios, palacios, anfiteatros y en la fabricación de utensilios, textiles y comestibles. Todos estaban ocupados en alguna tarea, ayudándose los unos a los otros, trabajando en equipo, aprendiendo, enseñando, practicando, divirtiéndose, llenos de paz, seguridad, confianza y orden. Disfrutando de plena salud mental, emocional y física. Todos felices y amados.

    En uno de sus edificios, un ángel alto y delgado caminaba por el pasillo, con prisa, pero sin llamar la atención. El lugar era concurrido, lleno de ángeles jóvenes que se paseaban como en una universidad, vestidos de blanco, con sus alas encogidas. Algunos con libros o libretas. El servidor del programa de aprendizaje, que se deslizaba junto a la pared lisa, color café, era de mayor edad y su vestimenta también era distinta. Tenía una capa dorada que cubría sus hombros por encima de su vestido blanco que caía hasta sus pies. Llegó a una puerta doble. Entonces la abrió sin tocar. Entró a la oficina donde en frente había un espectacular escritorio que parecía hecho de porcelana, con un tope en granito y pepitas de oro.

    ¿Me llamaba, profesor? dijo Dexter, hablándole al que estaba sentado detrás del escritorio, con sus alas que hacían dos arcos sobre sus hombros.

    La habitación era pequeña y sin muebles. Solo el escritorio, la silla y detrás del que estaba sentado, un gran estante de libros que cubría toda la pared de fondo y subía hasta el techo. A su derecha, una puerta de cristal que llevaba a otro pasillo.

    ¡Sí, Dexter! Me alegro de que llegaras lo antes posible. Tomó un papel de su escritorio y siguió diciéndole a Dexter: Aquí tienes la lista de los escuadrones que quiero que estén en la conferencia.

    El profesor le paso el papel y continúo diciendo: ¡También tengo algo importante que quiero que entregues! Y es el motivo de la urgencia.

    El profesor abrió su gaveta y sacó un pequeño rollo sellado con una etiqueta roja.

    El servidor sonrió…

    Quiero que le entregues esto a Onum.

    ¿Un llamado, profesor Dorfi?

    , respondió Dorfi, con rostro serio. Me hubiera gustado entregárselo yo mismo en la conferencia, pero me pidieron que fuera entregado con urgencia.

    El servidor tensó su rostro, extendiendo su mano para tomar el rollo.

    Dorfi apoyó sus brazos en el escritorio y le dijo: Quiero que te mantengas al tanto, y cuando él llegue de su misión, se lo entregues de inmediato Torció su cabeza, y agregó: No entiendo qué sucede, pero es urgente.

    Sí, profesor Dorfi. Así lo haré, dijo mientras movía su cabeza para confirmar. En forma súbita, se escuchó un fuerte sonido.

    ¡Pumm!

    El sonido estremeció el lugar. Los ángeles miraron rápidamente con asombro a mano izquierda de Dorfi, viendo con incredulidad el libro que cayó del librero. Era un libro tan grande como una enciclopedia, el cual quedó cerrado e inmóvil sobre el piso pulido.

    ¿¡Qué pasó!? preguntó el servidor con asombro. Dorfi respondió mirando y arrugando las cejas: No tengo idea…

    Capítulo uno

    En el infierno

    Legiones de ángeles viajaban en misiones especiales por el espacio estelar a lugares ya determinados. Un gran número de ellos se dirigía hacia la tierra y cuando llegaban, atravesaban la corteza terrestre, que estaba cubierta mayormente de agua y estaba alumbrada solo con la poca luz de las estrellas. Ante sus ojos se abría un pozo que los llevaba hacia el centro de la tierra. Un espacio abierto los esperó, alumbrado por lagos de lava. Otros ángeles estaban trabajando en aquel lugar, pero en esta ocasión no estaban en busca de materiales preciosos … Estaban construyendo cárceles, cuevas con barrotes de hierro, construyendo cadenas y brazaletes. Había mesas para los moldes, mientras ángeles derramaban el acero líquido con sus cubetas, volando sobre las mesas. Otros recolectaban lo fabricado, y por todas partes estaban ángeles ocupados en alguna tarea.

    El encargado de la obra era Miguel, quien, puesto en pie, delante de una mesa de roca, mostraba a sus compañeros los planos, tal como le fueron revelados por Eternidad. En los planos se podían ver los dibujos de las cavernas en forma de edificios, todas rocosas, con sus barrotes de hierro. Hasta ahora nadie se encontraba detenido en este lugar, pero Eternidad sabía que el momento de usarlas llegaría. Por tanto, dio la orden y reveló los planos conforme a su voluntad, conociendo el futuro que le esperaba a la creación, la cual caminaba delante formulando sus propias decisiones, dentro de su plan. Por tanto, Eternidad asumía su rol, suministrando a toda necesidad presente y venidera, para que en todo proceso en que se viera su creación, siempre encontraran el justo balance para que el orden predomine y nada falte a cualquier necesidad.

    ¿Qué piensas, Miguel? ¿Qué pasaría si todos en el cielo conocieran este lugar? ¿Tal vez sería más difícil que alguien cometa un error? dijo uno de los ángeles.

    No se trata de eso. No existe nada más grande que el temor que se le debe de tener a la palabra de Eternidad. Si este temor se pierde, ya nada impedirá el pecar. El poner el temor en algo es asumir desconfianza al poder de Eternidad, contestó Miguel a la inquietud de uno de los ángeles alrededor de él.

    ¿Pero y qué ocurre con la muerte que padecerán aquellos, como nos fue enseñado? preguntó otro al lado de la mesa de piedra.

    "Solo les puedo decir de lo que he sido enseñado. La muerte no es un estado de quietud corporal y mental, como muchos pensábamos. Al contrario, es un desorden emocional con el cual aún no sabemos cómo lidiar. Miren, aquí tengo las placas que hablan de las causas del error con que será enjuiciado cada uno:

    Mentira.

    Envidia.

    Traición.

    Depravación … Todos ustedes conocen la definición de estas palabras".

    Uno de los ángeles cercano a Miguel abrió sus ojos y afirmó con su cabeza. Su mirada tenía algo de incredulidad.

    El arcángel Miguel mostraba los símbolos que representan las maldiciones con las cuales serían acusados los detenidos. Entonces, él aprovechó y mandó que estos símbolos fueran puestos en las respectivas cárceles. También ordenó que se diera comienzo a la fabricación de las placas enumeradas y los sellos de castigo que serían puestos en la frente, indicando su delito, tal como estaba escrito en los libros de su ley.

    El principal de la cuadrilla de ángeles que descendió, se presentó ante Miguel y se reportó. Todos estaban firmes y dispuestos a cumplir su labor.

    Miguel, dijo el principal, llamado Julio. Estamos aquí para relevar a la cuadrilla en orden.

    ¡Roner! llamó Miguel. Un ángel se acercó.

    Sí, Miguel, contestó Roner.

    Reúne el batallón de turno y dile que llegó el relevo.

    28526.png

    En una de las cuevas, un ángel joven de pelo negro rizado, le pegaba a las rocas con un pico de doble punta. Su amigo Rafa de cabello rubio, peinado a los lados, con una apariencia juvenil y una mirada tierna, entró y le dijo:

    ¡Onum! Ya nos vamos, el escuadrón que nos releva acaba de llegar.

    Bien. Onum intentó ponerse de pie y salir afuera, cuando de repente cayó nuevamente de rodillas y empezó a tener una visión. En un lugar alto, un sonido irritante, el mover de aves gigantes irreconocibles de color oscuro … todo quiere tomar su concentración, empieza a sentirse adormecido, sin poder moverse. De pronto un rostro siniestro se acerca hasta casi tocar su rostro y le dice: ¡Voy a destruirte!

    Onum, Onum, lo llamó Rafa, sintiéndose preocupado por la situación. Él respondió: Estoy bien … Sólo tuve una visión.

    La cuadrilla de retorno, preséntense, alguien gritó.

    Vámonos, ya nos llaman, le dijo Rafa a Onum.

    Mientras caminaban hacia afuera a reunirse con el grupo, pasando el llano rocoso y volando por encima de los charcos de lava ardiente, un terremoto se desató estremeciendo todo el lugar. Las rocas caían provocando un caos, y los ángeles se movían hacia todos lados con gran rapidez, tratando de controlar los daños. El terremoto cesó a los pocos segundos.

    Uno de los ingenieros con aspecto de hombre maduro, con una cinta de oro que bajaba desde su hombro derecho

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