La Astrologia en el Siglo XXI

Por Edu Petriati

La tecnología avanza a una velocidad asombrosa, hasta el punto de que es difícil mantenerse al día con todos los descubrimientos que se hacen públicos casi a diario. ¿Cómo influyen todos estos cambios en la Astrología, tal como la conocemos? Abrimos la discusión sobre cómo la Astrología puede fusionarse con la Inteligencia Artificial, y cómo las personas con trasplantes de órganos y miembros artificiales necesitan ser evaluadas. Partiendo de la premisa de que cualquier cosa puede medirse y tener un valor asignado, revisamos algunas de estas prácticas astrológicas desde la antigüedad. Con respecto a los efectos que ciertos tránsitos planetarios tienen en el cuerpo, exploramos alternativas no tradicionales para compensar los efectos de los tránsitos planetarios duros. Aunque estos temas se discuten desde una perspectiva técnica, no pierden de vista el objetivo principal, que es mantener al ser humano en el centro y en control de su proceso evolutivo con el apoyo de la Astrología.

• Idioma: Español
• Editorial: Edu Petriati
• Fecha de lanzamiento: 25 may 2024
• ISBN: 9798223238959

Edu Petriati

Edu Petriati informático y astrólogo introdujo en el 2018 una nueva mirada sobre la astrología con el libro La Astrología en el Siglo XXI, al que le siguió La Astrología en el Siglo XXI – Evolución. Su basta carrera en el sector tecnológico y tras años de estudiar y practicar la astrología, presenta este libro como una propuesta buscando adentrar en el porque de la vida, lo antes y después de pasar por este plano y ver el propósito detrás las cosas.

Vista previa del libro

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Agradecimientos

Vaya mi sincero y eterno agradecimiento a Luis Cleve, quien ya no se encuentra entre nosotros, quien fue mi maestro y guía en el tema de la astrología, un gran amigo con quien compartí innumerables gratos momentos de charlas y cafés.

A Luis Montenegro, quien en la portada resumió muy bien el concepto del libro dando muestras de su talento y gran creatividad.

Introducción

El siguiente es un estudio que pone a consideración y discusión temas relacionados con la Astrología en el momento actual, tomando en cuenta los avances en ciencia y tecnología y el aumento de aceptación de la misma en la conciencia global. Cosas que 20 años atrás ciertos conocimientos tecnológicos se manejaban solamente en centros especializados, hoy día muchos de ellos son de conocimiento común gracias a noticias publicadas en libros, páginas web, blogs, redes sociales y videos.

El estudio tiene el propósito de analizar como una ciencia tan antigua como la Astrología, se puede reinventar y expandir sin perder su esencia e invalorable conocimiento ancestral. Si bien encontraremos cosas que no cambian a través del tiempo, la tecnología de hoy en día, nos abre la posibilidad de lograr un mejor entendimiento de los aspectos que en otros tiempos solo podían a ser un tema de creencia, fe o aceptación.

Nos encontramos en un momento en donde cada día lo inexplicable pasa a tener una explicación y esto da la posibilidad de entender mejor la razón y el porqué de las cosas. Esto no cambia para nada la inmensa magnitud de la esencia, sino que brinda la oportunidad para pasar a otra realidad, a otro nivel de comprensión y evolución.

En el documento se mencionarán cosas que pueden sonar obvias para la persona con previos conocimientos astrológicos, pero más allá de esto, también se presentan aspectos tecnológicos que puedan o no converger con los aspectos astrológicos. No se busca forzar las cosas para que se ensamblen a la fuerza, sino determinar qué cosas pueden pasar el filtro de análisis y prueba para así poder enunciarlas.

En este análisis trataremos de entender cómo es que la energía generada por los planetas en relación a nuestra carta natal nos impacta. Si bien cada astrólogo sabe que se puede esperar de determinado tránsito de cada planeta y aspecto, no es común entender cómo es que esta energía nos llega y se materializa en nuestra psique y nuestro cuerpo.

Sabemos que todo está conectado con todo (el famoso vuelo de la mariposa), pero una cosa es entender el efecto y otra es comprender el mecanismo de funcionamiento (la causa). Porque definitivamente existe un mecanismo.

Desde hace mucho tiempo está aceptado que la radio y a TV llega por una señal, que los aparatos reciben y transforman en algo que nuestros sentidos captan y procesan. Esas señales traspasan nuestro cuerpo a cada momento y ni nos damos cuenta de ello. Si hubiéramos tenido un dispositivo de visualización de onda, éste nos habría mostrado que estábamos inmersos en una sopa de frecuencias.

Si 20 años atrás alguien mencionaba la palabra wifi, ¿quién hubiera sabido a que se refería? Hoy día estamos caminando y podemos ver en nuestros dispositivos electrónicos los cientos de wifis que nos rodean. Piensen que estas frecuencias nos están traspasando de lado a lado las 24 horas del día. Si pudiéramos ver nuestro entorno en tu totalidad, en lugar de decir que estamos inmenso en una sopa de frecuencias como lo era años atrás, veríamos que nos encontramos inmerso en un guiso bien espeso. La película The Matrix nos da una versión de la misma, la cual se presentó como ciencia ficción, pero como podemos entender hoy, no lo es. Es todo lo que nos rodea y es parte de nuestra realidad que no vemos.

Existen inhibidores de señales los cuales pueden bloquear una casa, un edificio, un área de la ciudad para que los dispositivos no funcionen. Y en este punto vale aclarar, que no es que la frecuencia no llegue, sino que se hacen cambios a la estructura de la misma y los dispositivos que tienen que recibirlas no la entienden, las descartan, por lo cual el dispositivo no se conecta. ¿Interesante no?

De la misma forma que estamos enunciando sobre las frecuencias generadas por dispositivos realizados por el ser humano, hay frecuencias que existen en nuestro entorno que también se pueden medir, como los rayos ultravioletas, rayos X, Gama, etc. Actualmente existen satélites dentro y fuera de la atmosfera de la tierra, que miden las distintas energías provenientes del sol y del espacio. Cuando en el sol se producen las llamadas tormentas solares, distintos tipos de energías se liberan, impactan la tierra siendo estas posibles de ser medidas en cuanto a su intensidad y de esa forma predecir las auroras boreales entre otras cosas.

Por otro lado, sabemos de la Luna y la influencia que esta produce sobre las mareas, el estado de ánimo e inclusive en la agricultura. Si esto es así, ¿que hay sobre la consideración de los demás cuerpos celestes? ¿Es que solo están ahí dando vueltas alrededor del Sol sin ningún tipo de efecto secundario?

Aplicado esto a la astrología, es válido preguntar, si existe una forma de evaluar el peso específico de determinado tránsito a través de la medición por el efecto que produce. Trataremos de investigar sobre este tema.

Para entender si podemos de alguna forma modificar la energía que nos llega, primero habría que ver cómo es que nos llega. De la misma forma que se conocía la astrología en la antigüedad, ¿ya existían o se utilizaban métodos para mejorar el estado de las personas? ¿Serán posibles mecanismos o practicas al alcance nuestro que puedan variar la intensidad o energía de los aspectos bajo los cuales transitamos?   

Intentaremos ir analizando estos puntos y ver si hoy con la información existente, podemos comprender mejor e interiorizarnos, en el funcionamiento del universo, la astrología y el ser humano.

¿Cómo llegamos a donde estamos hoy?

-  La astrología como tal data de más de 3000 años de antigüedad con los planetas siendo representados por dioses y cada uno con determinada característica.

-  Los Babilonios sabían del tránsito de Júpiter 1000 años antes que el telescopio fuera inventado.

-  Las primeras cartas natales basadas en el mes de nacimiento datan del 1300 A.C.

-  La Astrología no solo se utilizaba para tratar de anticipar eventos importantes, sino también para saber los posibles destinos de los nacidos.

-  Dada la reserva que había por parte de la iglesia católica en el estudio del cuerpo humano, la relación entre la Astrología y el mismo, recién llego a Europa proveniente de