@NewScientist
¿QUÉ EDAD TIENE EL COSMOS?
Hace un siglo, si se le hacía esta pregunta a un cosmólogo, la respuesta podía ser: “infinita”. Era una forma clara de eludir la cuestión de cómo se formó. La idea había quedado consagrada en 1917, cuando Albert Einstein presentó su modelo de un universo estático a través de su teoría general de la relatividad.
La relatividad general describe la gravedad, la fuerza que esculpe el cosmos, como el resultado de una masa que deforma su tejido, el espacio-tiempo. A mediados de los años 20, el astrofísico Georges Lemaître demostró que, según la teoría, el universo no era estático, sino que se expande, por lo que habría sido más pequeño en el pasado.
La idea de Lemaître de que todo lo que existe estuvo una vez contenido en un único “átomo primordial” se transformó en los años 60, cuando los astrónomos descubrieron la luz más antigua del universo, el fondo cósmico de microondas. Esto indicaba que todo había comenzado en un estado caliente y denso: el big bang. Hoy en día, la mayoría de los astrofísicos confían en que eso ocurrió hace unos 13,850 millones de años, cifra que se basa en las estimaciones de la expansión del universo. De todos modos hay cierta incertidumbre al respecto, ya que los métodos para calcular ese ritmo arrojan valores diferentes -véase el apartado ¿A qué velocidad se expande?-. El rango oscila entre 12,000 y 14,500 millones de años.
Podemos cotejar esto con la estrella más antigua que conocemos. Está claro que HD 140283, también identificada como la estrella Matusalén, es muy, muy vieja porque está formada casi en exclusiva por hidrógeno y helio, los elementos predominantes tras el big bang. Ahora, los astrónomos calculan que ha cumplido alrededor de 14,460 millones de años. Eso podría hacerla ligeramente más antigua que el universo.
Pero el hecho de que la edad del astro más veterano que podemos encontrar se acerque tanto a nuestros cálculos de la del universo sugiere que el