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Anécdotas, Aventuras, Relatos Y Conceptos Interesantes
Anécdotas, Aventuras, Relatos Y Conceptos Interesantes
Anécdotas, Aventuras, Relatos Y Conceptos Interesantes
Libro electrónico366 páginas4 horas

Anécdotas, Aventuras, Relatos Y Conceptos Interesantes

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Este libro es un compendio de ms de ciento diez temas cortos pero, creo yo, muy interesantes (y algunos divertidos), tales como:

La verdad acerca de 9/11, Peligro alto voltaje!, Cinco 2r y una supernova, La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar , Daimon, Adeudo incobrable, Contrapunto, Abordando el siniestro ao 2013, El que no corre, vuela, Dinmico o Esttico, Pavorosa equivocacin, La desaparicin del 23, Pedida de mano y espejo chueco, Nia poco atractiva, Studebaker vs. Austin Healy, Primo artista de cine, con maestra en Harvard y doctorado en Max Plank, Amigos ingratos, El fretro vaco de Mercedes, Cita ttrica, Septiembre 11, 2001; malditos terroristas!, El pobrecito del Leak, La trompeta vs. la tenacidad, La perfecta imperfeccin de S. J., El que no corre, vuela, En cualquier campo, busque la situacin ms extraa y explrela a fondo,Quilates por centavos, Es que yo me aburro!, El sobrino que no pudo ser adecuadamente orientado, Campeonato de primera fuerza, La n y el profesor injusto, El problema Y2K, El Gigante Azul, El Conglomerado Industrial Avar y Ca., De donde viene el rock, Juglares a la retro, Vuelta a la monotona, Instrumentos musicales al destierro, Instrumentos musicales, valen bolillo, Se puede aprender a escuchar buena msica?, Astronoma vs. Astrologa, Hay que enfriarse los ojos, El juego por excelencia, Sugerencias para el concurso Letras Nuevas, El pintor no est en el pincel, Arenas Demoniacas (Tar Sands), Quin se da cuenta de en donde vive?, A qu venimos?, Despotricar contra todo?, etc.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento18 feb 2016
ISBN9781506505954
Anécdotas, Aventuras, Relatos Y Conceptos Interesantes
Autor

José Octavio Velasco-Tejeda

Graduated in 1967 with a bachelor of science majoring in math at Cal Poly (Pomona). I was part of the initiation of the computer era (IBM 650), operating and programming the IBM 1401. As that technology developed, I worked with the following main frame computers: 360, 370, 3031, and 3033. I worked for a leading computer manufacturer as a system engineer, system analyst, system programmer, operating systems instructor and data center manager. A dedicated reader of science, especially cosmology and evolution. I have been a passionate jazz listener for over sixty years, as well as some classical music. I played the trumpet for several years. Also played jai alai until sixty-four years old when two heart attacks ended that wonder. I obtained several trophies and the main one, once national jai alai champion. Writer of five books: Deluxe Chimp, Indelible Mark, Listen, Learn and Enjoy Jazz, Anecdotes, Stories and Interesting Concepts and the science fiction novel, ¿Quieres vivir?, o ¿pasas? (Do You Want to Live, or Pass?)

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    Anécdotas, Aventuras, Relatos Y Conceptos Interesantes - José Octavio Velasco-Tejeda

    Copyright © 2016 por José Octavio Velasco-Tejeda.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2015909676

    ISBN:   Tapa Dura              978-1-5065-0597-8

                 Tapa Blanda           978-1-5065-0596-1

                 Libro Electrónico   978-1-5065-0595-4

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 12/02/2016

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    701269

    ÍNDICE

    ¡Peligro, alto voltaje!

    Cinco 2πr y una supernova (Bárbara, Bárbara, Bárbara)

    La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar ...

    Daimon

    Adeudo incobrable (Starry-eyed, Acapulco Bay y Come Fly with Me)

    Contrapunto (¡Ojalá que mi hijo tenga ojos grandes y oscuros!)

    Abordando el siniestro año 2013 (Abordando el ( ) año 2013)

    México directo al despeñadero

    El que no corre, vuela (El que no corre, vuela)

    Dinámico o Estático (Estático es el conflicto)

    Pavorosa equivocación (El letrero)

    La desaparición del 23 (Tema libre)

    Pedida de mano y espejo chueco (Pedida de mano y espejo chueco)

    Hamburgo 26

    Dama comerciante

    Groserías de mi mama

    Niña poco atractiva

    Fernando Velasco

    Legado para hijos y nietos

    Studebaker vs. Austin Healy

    Campeón de Gran Prix (casi)

    Primo artista de cine, con maestría en Harvard y doctorado en Max Plank

    Amigos ingratos

    El féretro vacío de Mercedes

    Cita tétrica

    Septiembre 11, 2001; ¡malditos terroristas!

    El pobrecito del Leak

    La trompeta vs. la tenacidad

    La perfecta imperfección de Steve Jobs

    El que no corre, vuela (II) (El que no corre vuela)

    La canasta

    El juego alegre

    Campeonato de primera fuerza

    En cualquier campo, busque la situación más extraña y explórela a fondo John Archibald Wheeler

    Quilates por centavos

    ¡Es que yo me aburro!

    El sobrino que no pudo ser adecuadamente orientado

    La n y el profesor injusto

    Leonard Rapoport

    Andrés Lasaga

    El problema Y2K

    El Gigante Triste (Big Blue)

    Gaslock

    El Conglomerado Industrial Avar y Cía.

    A mí me gusta todo

    De donde viene el rock

    Juglares a la retro

    La extinción del Bebop

    Vuelta a la monotonía

    Instrumentos musicales al destierro

    ¿Se puede aprender a escuchar buena música?

    Abuelo: ¿Por qué oyes esa música tan rara?

    D. J.

    XELA

    Los ciegos y los sordos

    Carl Saunders

    Marian Petrescu

    Los músicos judíos de los años mil novecientos veinte a los sesenta

    Indeleble vs. borrable, esa es la cuestión

    Lo que desaparecerá

    La familia en rigor mortis

    Nada y algo

    Comunicación telefónica

    Reductio ad absurdum

    El centro comercial

    Deportes a Dios dar

    Cómprame un Ferrari

    Estacionamientos de ensueño

    Edad crucial crítica

    Cuarta edad

    Uso maligno a todo invento

    Limpieza corporal

    El ser más desagradecido por excelencia

    Business as usual

    Agotamiento del petróleo (Peak oil)

    El predicamento

    Cartas enviadas a posibles contactos relacionadas con mi libro: Deluxe Chimp

    Eppur si muove (Y sin embargo, se mueve)

    Universo de polvo

    Tiro al blanco

    Los infinitos

    Forma incorrecta y forma correcta de formar pasión

    Mi intervención en 9/11

    Contar manzanas y naranjas

    Epitafio

    La Tolerancia

    Instrumentos musicales, valen bolillo

    Travesuras funerarias

    Hola tío, voy a visitarte mañana

    El arte perdido del aprendizaje

    Mundo infeliz

    El Jazz en Hollywood

    Dios crea el universo

    Creación del Homo sapiens

    Limite en la perdida de los sentidos

    Astronomía vs. Astrología

    Hay que enfriarse los ojos

    El juego por excelencia

    Tarea Terminada

    Sugerencias para el concurso Letras Nuevas

    Ignorancia

    La negación en el lenguaje

    Que es verdaderamente trascendente

    Ahorro, Conservación y Reutilización

    El pintor no está en el pincel

    Arenas Demoniacas (Tar Sands)

    El Ángel de la Guarda

    ¿Quién se da cuenta de en donde vive?

    ¿A que venimos?

    Hipótesis asombrosa

    José Octavio Velasco: cuento con O

    ¿Despotricar contra todo?

    Libros escritos en Ingles por el mismo autor:

    Deluxe chimp, Indelible Mark y la novela de ciencia ficción

    Do you want to live, or pass?

    Y a llevaba yo cuatro libros terminados (y empezando el quinto), cuando me encontré un volante en el buzón, el cual invitaba a asistir a un taller de escritura de cuentos, el cual, en principio, me interesó. Aunque nunca me ha interesado escribir cuentos, era una buena oportunidad para aprender redacción y además sería impartido a cuatro cuadras de mi casa. Hablé con la maestra por teléfono y me pareció atinado asistir, lo cual confirmé, al terminarlo (doce clases de cuatro horas) y recibir mi correspondiente diploma. Según la profesora, se requerían cuando menos dos años para completar dicho aprendizaje. Yo constaté que escribir un cuento es muy complicado. Aun incluyendo todos los componentes requeridos (distractores, buen título, primera línea que te atrape, buen cierre, etc.) y dedicándole suficiente tiempo y concentración, mis doce tareas, resultaron ser relatos. Asimismo, con todos los demás alumnos. En donde sí surgió un conflicto fue conmigo mismo. Nunca entendí, por qué si yo seguía los pasos requeridos y completos, mi escrito no llegaba a ser cuento. Ni siquiera un muy mal cuento, un simple relato. Punto.

    Siendo matemático y programador de computadoras, eso no me cuadraba. De todas formas, como a mí no me interesaba aprender a escribir cuentos y por otras razones adicionales, deje de asistir poco después de terminado dicho curso.

    Ahora lo positivo. El libro de redacción ahí recomendado, es su soporte fundamental. Los comentarios y correcciones referentes a redacción de la profesora, resultaron muy valiosos.

    Dichos libros escritos por mí arriba mencionados, requerían una revisión de estilo profunda. Estoy seguro que me fue, y me será, de gran utilidad para que yo mismo, con mucho más estudio, práctica, tenacidad y paciencia pueda terminarlos, para que puedan ser publicados. Para ejercitar y mejorar mi redacción y por puro gusto, una de mis principales actividades diarias es la de escribir sobre diversos temas que se me van ocurriendo, de los cuales tomo nota y posteriormente los desarrollo. Si resulta un cuento: maravilloso, si sólo es un relato, me da exactamente lo mismo. Lo importante es transmitir mis ideas como: cuentos, relatos o crónicas. La forma literaria específica, ¡me es irrelevante! Este es el cuarto libro publicado.

    ¡Peligro, alto voltaje!

    D e las docenas de fórmulas que aprendí de memoria durante mis dos años de ingeniería y cuatro de matemáticas, casi únicamente me acuerdo de una, la ley de Ohm: V = RI; el voltaje es igual a la resistencia multiplicada por la corriente; la recuerdo por su regla nemotécnica: V ictoria R eyna de I nglaterra.

    De las varias actividades interesantes con las que me he topado en mi vida, todas han sido acogidas con pasión. Ya siendo yo hoy grande, como se llamaba a los viejos con excesiva educación en mis tiempos jóvenes, me topé nuevamente con una oportunidad de aprender otra actividad que ya había practicado por varios años, pero sin tener el conocimiento adecuado para llevarla a cabo con propiedad, y tener posibilidades de alcanzar una carrera literaria exitosa. Me estoy refiriendo al arte de escribir con elegancia.

    Un volante dejado debajo de mi puerta, invita a un Taller de Escritura de Cuento con Coaching, impartido por una tal Victoria Medellín. Hablo con Vicky. Me parece una buena opción y me inscribo a su taller. Ella indica un par de libros de texto excelentes. Su taller es manejado mediante disciplina y cada alumno, en su turno, debe hablar al mínimo. Prohibido platicar.

    Complementa y aumenta la lista de condiciones que debe tener un cuento para ser cuento. Presenta temas de cuentos para tareas, que al principio, parecen sacados de la manga y descabellados, imposibles de compaginar. Pensando, encontramos la forma de relacionarlos y algunas veces, a nuestro trabajo le ve algunas posibilidades verdaderas. Nos alienta e impulsa a que logremos aprender. Nuestras preguntas muchas veces nos las revierte, lo cual nos remite a investigar por nosotros mismos, es decir, a que aprendamos de forma más profunda.

    El taller capta pocos alumnos. Como en varias otras actividades de importancia en nuestra civilización actual, pocas personas se interesan en aprender, pensar y aprovechar el tiempo. --- ¡Qué aburrido, mejor veo al canal del desagüe, perdón, de las estrellas, y obtengo una maestría en analfabetismo y si persevero aún, un doctorado con mención suma cum laude en ignorancia, y si voy en caballo de hacienda, una esposa actriz, trabajadora --- con sueldos estratosféricos ---, ahorrativa, dueña de mansiones descomunales (pagadas a plazos) y hasta la presidencia de la republica!---.

    Desde el primer cuento que presenté en el taller, pensé: mis compañeros y sobretodo Vicky, no van a dar crédito; ¡qué escritoraso!, ¿a qué viene a este taller?

    Ese no es un cuento. ¡Pàcatelas! ¡No manchen! (en mi tiempo, esta aseveración se refería a un aspecto maternal). Ni modo: hay que entender que no son matemáticos. Tendré que explicárselos muy a detalle.

    --- ¡Aquí no se habla después de leer el cuento!, advirtió Vicky con voz firme.

    Pero esa norma es ilegal e injusta, cualquiera tiene derecho a defenderse o a explicar su punto de vista.

    Negado.

    Van a ver lo que es bueno en mis siguientes cuentos, van a ser imposibles de refutar, reflexioné.

    Segundo y tercer cuento: lo mismo. Ellos continúan estando mal, ¿existirá alguna clase corta y económica de matemáticas o lógica en donde ellos puedan aprender a entender cuentos basados en temas no triviales? Lo voy a averiguar, su falta de entendimiento ya me está causando molestia. No doy con ningún tal curso.

    Cuarto cuento:

    --- ¡Felicitaciones! ¡Ya estas encontrando tú estilo! Bueno, menos mal, por fin están comprendiendo lo que plasmo en mi escritura, les costó trabajo pero ya hubo la reacción esperada desde el principio.

    Ahora me remito al tema referente a los puntos que debe contener un cuento para ser cuento. Como era de esperarse, para Vicky, no son suficientes: agreguen el punto 25 ---conflicto---, 26 ---segunda historia---, 27 ---transformación del personaje---, y 28 vuelta de tuercas (un giro en la trama), y los detalla. ¿Cómo, no son suficientes los 24 anteriores? ¿A qué complejidad quieres llegar? Bueno, si a esas vamos, ¿y yo por qué ---no---? Pero como matemático, me debo a mi mismo, el proponer un teorema ---el cual tendría que probar---, o cuando menos un axioma ---a ver quién me lo refuta---, viéndolo bien, mejor me quedaré con una conjetura, que es la siguiente: conjetura Velasco; E = mc²; afirmando ésta qué para que un cuento sea cuento, su elaboración (E) medida en unidades de transpiración, debe de tener un método de redacción (m), medido en unidades Beatriz Escalante (escritora del libro de Redacción) multiplicado por el cuadrado de su comicidad (c) medida en unidades de carcajadas por minuto. Incluyo el concepto de comicidad ya que Victoria se moría de risa en gran parte de mis presentaciones. Su inmenso parecido (idéntico) a la famosa fórmula de Einstein es pura coincidencia.

    Este relato lo escribí al día siguiente de haber sido felicitado, intentando incluir los nuevos puntos Vicky, pero éstos resultaron externos al cuento, por lo que quise proponerlos como válidos, pero ya sabía la respuesta de ella: ¡No! ---Hay que ser implacables---.

    De cualquier forma quiero mencionarlos. Yo, muerto de risa, necesito ir a hacer pipí, antes de que ocurra un desaguisado (mi extrañado amigo Gonzalo Gonzalvez, me hubiera dicho; estas mostrando un desconocimiento severo de biología: la pipi ya está hecha, querrás decir dejarla. La concentración vuelve, cuando mi esposa avisa (distractor): se pinchó el caucho, que de acuerdo a unos amigos venezolanos quiere decir: se ponchó una llanta. Suspendo. Con la llave de cruz desenrosco (primera vuelta de tuercas ---presentación de una situación inesperada---), cambio el neumático y enrosco todos los birlos (segunda vuelta de tuercas, ¡y ahora en sentido inverso!). Yo, cambié de escritor con vejiga llena a escritor con vejiga vacía (transformación del protagonista). Y respecto al conflicto, hubieran visto la que se le armó a mi esposa por distraerme. ¿No es esta una segunda historia paralela? ¿No se cumplen aquí las nuevas reglas propuestas por Victoria?

    Creo haber aprendido, ¡y lo que me falta! para poder escribir realmente buenos relatos (o cuentos). Pero mi estimado y admirado Arturo Pérez-Reverte, agárrate y escribe mucho más y mucho mejor, te pienso pisar los talones.

    Este relato no estuvo pensado como cuento; si lo logró, fue por pura casualidad, pero si lo fue para agradecer a Victoria, su gran labor. No será reina de Inglaterra, pero yo la considero como a la reina de los talleres de redacción. Gracias Vicky.

    Hace poco tiempo fui a la Librería Gandhi y busque a Vicky para saludarla. No la encontré. Al preguntarle a uno de los vendedores por ella, me informo que le habían detectado una enfermedad terminal y que ya no podía dar clases. Me dio mucha pena y al hablar a los teléfonos que yo tenía de ella, ya nadie contesto. Una gran pérdida para la enseñanza literaria. Nunca nos comento acerca de algún dolor o padecimiento, pero eso nos recuerda que, aparentemente podremos lucir y sentirnos muy sanos, pero en realidad, no tenemos idea de lo que tenemos por dentro.

    A continuación escogí los cuentos que me fueron asignados en el curso de redacción que tomé y que me fueron de gran utilidad. Cuando el tema del cuento a desarrollar fue asignado por la maestra, ahí se indica entre paréntesis, abajo del título del relato. El título del cuento y su contenido es, en su totalidad tarea para el alumno. Es importante mencionar la habilidad que tengo de resolver problema(s) durante un sueño, en estos casos, la redacción de un relato. El primero (el cual aparece inmediatamente arriba) se refiere a la evaluación de dicho curso y al relato que yo le había dedicado a mi profesora, pero que ya no tuve oportunidad de presentárselo.

    Inmediatamente después de regresar de un taller, yo le dedicaría un cierto tiempo a pensar en la tarea. En varias ocasiones, me iría a dormir sin tener la más remota idea de cómo redactarla. Sin embargo, a la mañana siguiente, muy frecuentemente la respuesta me aparecía con una claridad asombrosa y en menos de una hora ya estaba terminada y revisada en mi computadora.

    Cinco 2πr y una supernova

    (Bárbara, Bárbara, Bárbara)

    ¡ Amelia Earhart sabia volar! Aprendió a volar de niña. Fue la primera mujer en cruzar el Atlántico. Casi circunvoló el Ecuador cuando perdió curso y su aeroplano se quedó sin combustible. Nada se recuperó.

    Otra niña, de otra nacionalidad, también sabía volar. La diferencia es que la primera volaba aviones y la segunda volaba sin alas. Elegante en sus movimientos, ingresó en una escuela cuyos profesores eran excelentes didactas. Ella tenía su motto: no reces por una vida fácil, reza por ser una persona fuerte [...] ¡Vaya que si ella lo aplicó a sí misma!

    Bárbara, Bárbara, Bárbara.

    Saltaba mejor que una pulga, en equilibrio superaba a un gato, en el piso aventajaba a una serpiente, corría superior a un Guepardo, y en trapecio sobresalía al Circo Ataide.

    Bárbara, Bárbara, Bárbara.

    Presentarse en alguna Olimpiada, aun quedando en último lugar, es una gran proeza. Ganar una medalla de bronce o plata, ni se diga oro, ¡hazaña mayúscula! Con sólo catorce años de edad ganó; ¡siete medallas de oro! de golpe y porrazo y el título combinado de todos los ejercicios, superando a las rusas, invencibles hasta entonces.

    Bárbara, Bárbara, Bárbara.

    Los fabricantes de equipos que despliegan la puntuación preguntaron al Comité Olímpico cuántos dígitos se requerían para la gimnasia. Tres, contestaron. Un diez perfecto no era posible. Cuando esta calificación la logró, y se desplego 1:0; causó confusión: ¡lo impensable había ocurrido, una ejecución inmaculada!

    Bárbara, Bárbara, Bárbara.

    ¿Planeta de ésta criatura? Mismo, otro continente. Años después, ¿qué debería hacer?: permanecer en Rumania y entrenar a pequeños prospectos o emigrar a los Estados Unidos y entrenar a niños hábiles que bien podrían ganarle a sus compatriotas. Plan B: con su esposo son dueños de la Bart Conner Gymnastics Acadermy, la Perfect 10 Production Company, y la revista International Gymnast, etc.

    Bárbara, Bárbara, Bárbara.

    Nadia Comaneci, de casi preadolescente a digna doble receptora de la Orden Olímpica e integrante del Salón Internacional de la Fama de Gimnasia y decenas de otros premios y reconocimientos. A ella se le conoce por su despliegue de limpísima, innovadora, difícil técnica y por su fría actuación en donde comentó: ¿a qué se refiere la gente cuando habla de presión? ¿Qué es eso?

    Bárbara, Bárbara, Bárbara

    El relato a continuación se me ocurrió a partir de que en el taller leímos el cuento Metamorfosis, de Kafka y la imagen de un insecto desagradable quedo en mi mente. Al despertar la mañana siguiente, me apresure a redactar la tarea así solicitada.

    La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar ...

    ¡ Lucha a muerte! Este es mi firme propósito. ¡El nauseabundo y detestable insecto no podrá más que yo! Me podrá sobrevivir millones de años, pero no compartiré mi hogar, ni con una de ellas.

    No me acuerdo desde cuando empezó a aparecer esta plaga dentro de nuestra casa. Pero, con toda seguridad, en muchísimos años, de los cuarenta y tantos que llevamos viviendo en esta casa, no existía ni una de ellas dentro de la misma.

    ¿Por dónde se meterán?, pensé. Seguramente nos llegan de algunos vecinos poco pulcros, por lo tanto empezaré por la azotea. Ahí, efectivamente existían múltiples lugares de fácil acceso, las ventilas de los baños, por ejemplo. Compré tela de malla fina y sellé todo lugar probable de ser la puerta de los animalejos indeseables. Poco a nada cambio.

    Segundo intento: tenemos que utilizar los insecticidas adecuados y nuestro problema, se acabará. Así lo hice, y sirvió, con relativa eficacia, pero se apesto la casa y no se eliminó dicho problema.

    Tercer intento: recomiendan el Bórax, como a un muy eficaz veneno, le comenté a mi esposa y me dirigí a la Farmacia Cosmopolita, ya que no lo venden en cualquier farmacia. Con el polvo en mano, me dediqué a esparcirlo por los rincones de todos los pisos de nuestra casa, inclusive en los cuartos de la azotea. En apariencia, no quedaba gota de agua alguna en el fregadero, ni rastro de comida de ningún tipo, accesible al artrópodo. En los baños no utilizados, coloqué un periódico en las coladeras para cerrarles el paso. Disminuyó un poco la molestia, pero seguían apareciendo en la sala, cocina y hasta en las recámaras. Mi esposa me insistía: hay que llamar a alguna empresa de control de plagas, pero yo sabía que esa solución sería, cuando mucho, algo temporal y si un muy buen negocio periódico para dicho tipo de empresas.

    Solución: Me percate (lo debí haber hecho mucho antes) de que las puertas de entrada de la calle, del jardín a la cocina y paso a la azotea tenían un ligera, pero suficiente apertura para que esas fueran sus gloriosas entradas. Colocar tiras de hule espuma en dichas puertas soluciono definitivamente el problema. En nuestra casa, como en la canción: aun si tuviera mariguana, la cucaracha, no podría caminar.

    Daimon

    (Los ojos se le saltaron de sus orbitas, como si más de la mitad de su circunferencia estuviera fuera, apenas contenida por el vidrio de sus lentes).

    R ichard Feynman es un personaje entrañable; echado de menos por sus alumnos, lectores y colegas, debido a su buen humor y difusión de sus conocimientos. Le encantaba hacer bromas y abrir escritorios y cajas fuertes ---sin contar con llave o combinación--- que contenían información confidencial. Viviendo en un lugar con restricción militar inventaba nuevas claves para comunicarse con su esposa. Fue el único científico invitado para estudiar la catástrofe del Challenger . Él dictaminó y demostró el problema: empaque desintegrado por frio extremo. Los gerentes respectivos ignoraron dicho riesgo. Sin embargo este notable descubrimiento se relegó al apéndice del estudio de la NASA .

    Por estar redactando su tesis para doctorado, se negó a colaborar con el proyecto Manhattan, pero, después aceptó por causa patriótica.

    Hongo nuclear.

    Él fue el único que observó la primera explosión de un artefacto nuclear sin anteojos protectores. Los ojos se le saltaron de sus orbitas, como si más de la mitad de su circunferencia estuviera fuera, apenas contenida por el vidrio de sus lentes. Se dio cuenta de que Daimon (el Demonio, apodo de la bomba atómica), con o sin trinche, con facilidad podía acabar con nuestra civilización. Cuando las bombas fueron arrojadas en Japón, todo mundo en Los Álamos festejó, como si sólo hubieran sido fuegos artificiales, desentendidos de las decenas de miles de damnificados.

    Hongo nuclear.

    Sin embargo, después mientras caminaba por Nueva York, les decía a las personas: ¿para que construyen puentes?, ustedes no entienden, ya no tiene caso, estamos en peligro de extinción. Esa depresión le duró muchos años y siempre se arrepintió de haber colaborado a tal brutalidad.

    Hongo nuclear.

    Uno de tantos grandes científicos que tuvieron las manos llenas de sangre y dejaron al planeta no colgado de un hilo, pero si de un botón.

    Hongo nuclear.

    Adeudo incobrable

    (Starry-eyed, Acapulco Bay y Come Fly with Me)

    E speranza y Liberación se conocieron en El Club de la Amistad de Atizapán . Inmediatamente se convirtieron en amigas pues ambas tenían muchas deficiencias en común: ignorancia rampante y ferviente creencia en; la veracidad de la lectura de café, regresiones, astrología, mal de ojo y similares.

    Sus respectivos esposos,

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