Bola de Sebo
()
Información de este libro electrónico
Guy de Maupassant
Guy de Maupassant was a French writer and poet considered to be one of the pioneers of the modern short story whose best-known works include "Boule de Suif," "Mother Sauvage," and "The Necklace." De Maupassant was heavily influenced by his mother, a divorcée who raised her sons on her own, and whose own love of the written word inspired his passion for writing. While studying poetry in Rouen, de Maupassant made the acquaintance of Gustave Flaubert, who became a supporter and life-long influence for the author. De Maupassant died in 1893 after being committed to an asylum in Paris.
Relacionado con Bola de Sebo
Libros electrónicos relacionados
Bola De Sebo - (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBola De Sebo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones7 mejores cuentos de Guy de Maupassant Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaestros de la Prosa - Guy de Maupassant Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl candelabro enterrado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl invierno del desaliento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIvanhoe - Espanol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesProsas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La mano encantada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa marquesa de Yolombó Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Lautaro, joven libertador de Arauco Calificación: 3 de 5 estrellas3/5capitán Veneno Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Isabel II: Reina de España Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIvanhoe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRecuerdos de la campaña de África Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA cien años de Annual: La Guerra de Marruecos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El misterio de un hombre pequeñito: novela Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sitiados Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Merodeadores de Fronteras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl ejército de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Arte del Terror: Historia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Grito de gloria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNunca juegues con un bandolero Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El pistolero de Stalin: Sicario I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria de dos ciudades Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El corsario negro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMisericordia: El destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El timonel extraviado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlgunas memorias de mis tiempos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Cómics y novelas gráficas para usted
Don Quijote Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Kamasutra: el manga Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos de terror Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Para hacer historietas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Metabolismo Ultra Poderoso Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Fantasy Art Book 1: Sketches (Español) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La muerte de Sócrates: el manga Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Alicia en el país de las maravillas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómics de los 80: La década que lo cambió todo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesW de Watchmen Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Fantasy Art Book 2: Paintings & Processes (Español) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Biblia. Nuevo Testamento: el manga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa riqueza de las naciones: el manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La metamorfosis: el manga Calificación: 4 de 5 estrellas4/5En busca del tiempo perdido (Vol. I): el manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El libro púrpura de las mujeres extraordinarias: Los 14 pasos Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Hamlet Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura: el manga Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La historia ilustrada de un embarazo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cultura manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dragon Ball Z 'It's Over 9,000!' Cosmovisiones en Colisión Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las mil y una noches: el manga Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha: el manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Introducción al psicoanálisis: el manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Carl G. Jung y la psicología analítica: el manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Así habló Zaratustra: el manga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDragon Ball Cultura Volumen 1: Origen Calificación: 1 de 5 estrellas1/5La Biblia. Antiguo Testamento. Vol. II: el manga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La divina comedia: el manga Calificación: 2 de 5 estrellas2/5La Llamada de Chtulhu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Bola de Sebo
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Bola de Sebo - Guy de Maupassant
COLECCIÓN CLÁSICOS DE LA LITERATURA
Bola de Sebo
Guy de Maupassant
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
Bola de Sebo
Guy de Maupassant
Primera edición, 2011
Primera reimpresión, 2012
D. R. © 2012
Instituto Politécnico Nacional
Luis Enrique Erro s/n
Unidad Profesional Adolfo López Mateos
Zacatenco, 07739, México, DF
Dirección de Publicaciones
Tresguerras 27, Centro Histórico
06040, México, DF
ISBN 978-607-414-278-5
ISBN Colección 978-607-414-260-0
Impreso en México / Printed in Mexico
http://www.publicaciones.ipn.mx
Durante muchos días consecutivos pasaron por la ciudad restos del ejército derrotado. Más que tropas regulares, parecían hordas en dispersión. Los soldados llevaban las barbas crecidas y sucias, los uniformes hechos jirones y llegaban con aparienc ia de cansancio, sin bandera, sin disciplina. Todos parecían abrumados y extenuados, incapaces de concebir una idea o de tomar una resolución; andaban sólo por costumbre y caían muertos de fatiga en cuanto se paraban. Los más habían sido movilizados, hombres pacíficos, muchos de los cuales no hicieron otra cosa en el mundo que disfrutar de sus rentas, y los abrumaba el peso del fusil; otros eran jóvenes impresionables, prontos al terror y al entusiasmo, dispuestos fácilmente a huir o acometer, y mezclados con ellos iban algunos veteranos aguerridos, restos de una división destrozada en un terrible combate; artilleros de uniforme oscuro, alineados con reclutas de varias procedencias, entre los cuales aparecía el brillante casco de algún dragón tardo en el andar, que seguía difícilmente la marcha ligera de los infantes.
Compañías de francotiradores, bautizados con epítetos heroicos: Los Vengadores de la Derrota, Los Ciudadanos de la Tumba, Los Compañeros de la Muerte, aparecían a su vez con aspecto de ladrones, capitaneados por antiguos almacenistas de paños o de cereales, convertidos en jefes gracias a su dinero —cuando no al tamaño de las guías de sus bigotes—; cargados de armas, de abrigos y de galones, que hablaban con voz retumbante, proyectaban planes de campaña y pretendían ser los únicos cimientos, el único sostén de la Francia agonizante, cuyo peso moral gravitaba por entero sobre sus hombros de fanfarrones, a la vez que se mostraban temerosos de sus mismos soldados, gentes de bronce, muchos de ellos valientes, pero también forajidos y estafadores.
Por entonces se dijo que los prusianos iban a entrar en Ruan.
La guardia nacional, que desde dos meses atrás practicaba con gran lujo de precauciones prudentes reconocimientos en los bosques vecinos, fusilando a veces a sus propios centinelas y aprestándose al combate cuando un conejo hacía crujir la hojarasca, se retiró a sus hogares. Las armas, los uniformes, todos los mortíferos objetos de caballería que hasta entonces derramaron el terror sobre las carreteras nacionales, en leguas a la redonda, desaparecieron de repente.
Los últimos soldados franceses acababan de atravesar el Sena buscando el camino de Pont-Audemer por Saint-Severt y Bourg-Achard, y su general iba tras ellos entre dos de sus ayudantes, a pie, desalentado porque no podía intentar nada con jirones de un ejército deshecho y enloquecido por el terrible desastre de un pueblo acostumbrado a vencer, y al presente vencido, sin gloria ni desquite, a pesar de su bravura legendaria.
Una calma profunda, una terrible y silenciosa inquietud, abrumó a la población. Muchos burgueses acomodados, entumecidos en el comercio, esperaban ansiosamente a los invasores, con el temor de que juzgasen armas de combate un asador y un cuchillo de cocina.
La vida se paralizó, se cerraron las tiendas, las calles enmudecieron. De tarde en tarde un transeúnte, acobardado por aquel mortal silencio, al deslizarse rápidamente, rozaba el revestimiento de las fachadas.
La zozobra, la incertidumbre, hicieron al fin desear que llegase, de una vez, el invasor.
En la tarde del día que siguió a la marcha de las tropas francesas, aparecieron algunos ulanos, sin que nadie se diera cuenta de cómo ni por dónde, y atravesaron a galope la ciudad. Luego, una masa negra se presentó por Santa Catalina, en tanto que otras dos oleadas de alemanes llegaban por los caminos de Darnetal y de Boisguillaume. Las vanguardias de los