Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Aries: Los Arcángeles del Zodíaco, #1
Aries: Los Arcángeles del Zodíaco, #1
Aries: Los Arcángeles del Zodíaco, #1
Libro electrónico345 páginas2 horas

Aries: Los Arcángeles del Zodíaco, #1

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Me llamo Ariel y soy una arcángel. Bueno, lo era antes de que las Puertas de la Luz se cerraran tras de mí, para no abrirse nunca más. Ahora solo soy Ariel, miembro de una ONG que lucha por salvar especies en peligro de extinción. Al fin y al cabo, en el fondo sigo siendo la protectora de la flora y la fauna, a pesar de haber perdido mis poderes. Sin embargo, mis habilidades de arcángel no están tan perdidas como pensaba. Namibia va a transformar todas mis creencias, todo mi futuro incierto desde hace demasiado tiempo. Allí conoceré a Kanem, guardián de la reserva de Etosha. Con él, todo es diferente, y yo soy diferente. ¿Quieres saber por qué? Entonces sigue mi historia. Un volumen para cada arcángel del zodíaco.

Los volúmenes pueden leerse por separado

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento11 mar 2024
ISBN9781667465593
Aries: Los Arcángeles del Zodíaco, #1

Relacionado con Aries

Títulos en esta serie (2)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Fantasía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Aries

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Aries - Virginie T.

    Aries

    Virginie T.

    Traducido por Gala de la Rosa 

    Aries

    ––––––––

    Escrito por Virginie T.

    ––––––––

    Copyright © 2023 Virginie T.

    ––––––––

    Todos los derechos reservados

    ––––––––

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    ––––––––

    www.babelcube.com

    ––––––––

    Traducido por Gala de la Rosa

    ––––––––

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    Aries

    Los Arcángeles del Zodíaco

    Volumen 1

    Virginie T.

    Prólogo

    Desde los albores de los tiempos, los ángeles han vigilado la tierra de los hombres en las sombras, con paciencia y compasión. Influyeron en las decisiones de sus protegidos para que la paz reinara en la Tierra. Pero los humanos siempre han tenido libre albedrío y dejaron de escuchar la vocecita de su conciencia. Cuando los ángeles se vieron desbordados por los acontecimientos que se desarrollaban ante sus ojos y no pudieron hacer nada al respecto, los arcángeles fueron enviados como refuerzo. Con más poder, debían cambiar las tornas a favor del Bien. Pero ya era demasiado tarde...

    ––––––––

    En un mundo en ruinas, donde todos los ángeles han desaparecido, cayendo en el olvido ante el creciente avance del Mal que está corrompiendo la civilización de los hombres, la salvación recae ahora en los arcángeles del zodiaco. Una vieja leyenda, perdida en el limbo, anuncia su regreso. Sus poderes alcanzarán su apogeo en presencia de su destino, y su unión traerá la esperanza a la Tierra.

    Capítulo 1

    Ariel

    ––––––––

    Miro el logotipo de Wildlife Safeguard Angel y sonrío. Representa a un hermoso elefante con largos colmillos y alas a ambos lados del círculo que lo rodea. Asociado a este nombre, solo se podría aplicar la ONG que habla a mi alma más que cualquier otra cosa en esta tierra. Esta tierra... Mi sonrisa se desvanece al recordar lo que me trajo aquí. Crueldad, violencia, perversión. Tantos actos que me resulta imposible comprender o aprehender, y sin embargo he tenido la desgracia de observarlos durante décadas.

    ––––––––

    —¿Está acampada frente a la puerta o piensa entrar en algún momento?

    ––––––––

    Hmm. Conozco esa voz poderosa pero benévola. Pertenece a Pablo Langter, el jefe de la organización y su fundador.

    ––––––––

    —Estaba divagando antes de entrar en el edificio.

    ––––––––

    —Ah. ¿Todavía te sientes incómoda en espacios cerrados?

    ––––––––

    Me doy la vuelta para mirarle. En cuanto a mí, parece que el tiempo no lo domina. Sigue siendo el mismo hombre fuerte y decidido que conocí hace diez años. No ha envejecido ni un solo día a pesar de sus sienes encanecidas. Lo que siempre me ha impresionado de él son sus ojos. Azul profundo, penetrantes, se diría que podía leer el alma de cualquiera. Cuando nos conocimos, al presentar mi solicitud de trabajo en la ONG como veterinaria de campo, tuve la impresión de que vio en mí a quien realmente era. Me presenté como una joven sencilla apasionada por el medio ambiente y la protección de los animales. Sin embargo, tuve la impresión de que iba a descubrirme en un santiamén. Esto me habría planteado muchas preguntas a las que no habría podido dar respuestas satisfactorias. Al final, solo me vio como una veterinaria entregada a su trabajo y dispuesta a comprometerse de todo corazón en la lucha contra la caza furtiva. Así que me contrató.

    ––––––––

    —Hay cosas que nunca cambiarán.

    ––––––––

    —Y otras que deben cambiar.

    ––––––––

    Asiento, de acuerdo con su lema. Yo iría aún más lejos y diría que el mundo entero debe cambiar. Sin embargo, no puedo hacer nada por mí misma, ni tampoco mis hermanos. No tengo poder. Casi no tengo poder, un triste recordatorio de mi situación. Me toco la coronilla con nostalgia. A pesar de su ausencia, aún puedo sentir mis cuernos de carnero. Sin embargo, no han salido desde aquel fatídico día en que las Puertas de la Luz permanecieron sordas a mis llamadas, irrevocablemente cerradas ante mí, impidiéndome entrar en ese lugar lleno de amor y dicha que tanto añoro.

    ––––––––

    —Vamos, Ariel. Todos nos esperan.

    ––––––––

    No hay necesidad de darle vueltas a un pasado que no podemos cambiar. Pablo tiene razón, nos esperan y nuestra misión es importante, como siempre.

    ––––––––

    —Estoy de acuerdo.

    ––––––––

    El edificio en sí no parece gran cosa. No tiene nada de extravagante ni de ostentoso, aunque está en una de las principales arterias de Estrasburgo. La ONG destina tres cuartas partes de sus ingresos, procedentes en su mayoría de donaciones, a la protección de los animales. Por ello, las instalaciones son sencillas y, sobre todo, funcionales: un pequeño espacio abierto para los pocos miembros que gestionan las donaciones, así como los horarios de las misiones, una sala de descanso con un pequeño equipamiento de cocina y, por último, una sala de reuniones. Es en esta última sala adonde nos dirigimos sin esperar, donde ya están presentes todos los demás.

    ––––––––

    —Hola a todos los que aún no he visto. Gracias por estar aquí.

    ––––––––

    Un saludo colectivo responde a Pablo. Nos ha reclutado a todos y cada uno de nosotros, sin excepción. Nuestro mentor ha reunido a cada equipo en función de sus habilidades, pero también de sus intereses. Lo importante cuando estás a miles de kilómetros de casa, en un país desconocido en medio de la nada, es llevarse bien, ser solidario. ¿De qué sirve querer proteger la vida salvaje si no puedes protegerte a ti mismo? Porque esa es la realidad sobre el terreno. En una misión nos jugamos la vida. Tienes que poder contar con tus compañeros de equipo para que te cubran las espaldas, y eso solo es posible si cada uno pone de su parte. Hay que tener un buen entendimiento entre todos los miembros del grupo. Yo estoy entre Jarod y Zander, mis compañeros más recurrentes.

    ––––––––

    —Hoy os he reunido a todos para una nueva misión de entrenamiento que tendrá lugar muy pronto en Namibia.

    ––––––––

    Jarod me da un suave codazo en el hombro para que dirija mi atención hacia él.

    ––––––––

    —Esta misión es para nosotros, querida.

    ––––––––

    Sí. Puede ser. De hecho, a menudo es nuestro equipo el que va a misiones de formación porque yo tengo una facultad innata para las lenguas extranjeras. El mérito no es mío. Todos los arcángeles dominan todos los dialectos de todos los países del mundo. De hecho, paso de un idioma a otro sin darme cuenta. No hay diferencia entre ellos. Me limito a hablar y la gente con la que hablo me entiende.

    ––––––––

    —Antes de hablarles de la misión, me gustaría aprovechar este momento en el que estamos todos juntos para ponerles al día de las últimas operaciones. En primer lugar, en suelo francés, nuestro stand en el zoo de la flecha tuvo mucho éxito. Además de sensibilizar a los niños sobre la importancia de la biodiversidad, se trataba sobre todo de explicar a los padres el valor de los safaris respetuosos con la naturaleza y los perjuicios que causa la caza de especies protegidas. Espero que con nuestras intervenciones ante este numeroso público se sientan más implicados en nuestra lucha, aunque estén lejos de todas estas preocupaciones. Si al menos hablan de ello a su alrededor, ya es una victoria para nosotros.

    ––––––––

    Reconozco el optimismo de Pablo. Pero ya no tengo su inocencia. Hace tiempo que el hombre perdió el deseo de ayudar a los demás. Algunos piensan que soy una cínica, otros que soy una amargada, pero en cualquier caso, la mayoría de la gente que hace una donación, sea a la asociación que sea, lo hace por la exención de impuestos o porque está directamente interesada por la causa. Pocos lo hacen por puro altruismo.

    ––––––––

    —Ariel, deja de poner los ojos en blanco. Sé exactamente lo que estás pensando y puedo confirmarte que sí, que hemos tenido un aumento de donaciones como consecuencia de esta acción. No me importa por que estas personas nos transfirieron dinero. Lo que me importa es lo que podemos hacer con él.

    ––––––––

    Sacudo la cabeza y le sonrío. Entiendo su razonamiento. Lo acepté hace tiempo. En este mundo donde se ha ido la luz, cada uno hace lo que puede para salir adelante. Admiro a Pablo por lo que puede hacer. Solo lamento que no sea suficiente para salvar esta tierra.

    ––––––––

    —En cuanto a nuestras misiones en África, seguimos comunicándonos regularmente con la reserva de Nazinga, en Burkina Faso. Los 600 elefantes que viven allí son de vital importancia, ya que todos los paquidermos de los países vecinos han sido exterminados. Los cazadores furtivos ghaneses son cada vez más ingeniosos en sus intentos de hacerse con el marfil. No deben tocar ni un solo colmillo de elefante con la punta de los dedos. Debemos seguir implicando a la población local en nuestra lucha.

    ––––––––

    Sí. De lo contrario, la propia población local ayudaría a los cazadores furtivos a matar a estos animales indefensos a cambio de una parte del botín.

    ––––––––

    —En el Congo, el equipo sigue formando ecoguardas para preservar a los bonobos que se están reintroduciendo poco a poco en el bosque primario. Estoy muy orgulloso de contribuir a esta acción, que se sale de lo habitual. En efecto, aunque los bonobos también son animales, no prestamos mucha atención a esta especie. Sin embargo, como los bonobos son una estirpe de monos muy pacíficos y sociables, son el blanco ideal para los locos de las armas que buscan trofeos. No veo la belleza de colgar la cabeza de un pobre animal muerto en la pared. ¡Qué decoración más bonita!

    ––––––––

    —En cuanto a Níger, no todo va como me gustaría. La protección de los felinos es una cuestión importante para el país. Sin embargo, los guardas sufren una gran escasez de recursos financieros. Les resulta difícil realizar patrullas eficaces porque carecen de gasolina para sus coches. Tampoco tienen comida suficiente para salir a patrullar. Por último, los nigerianos tienen la motivación y la voluntad, pero ahí se acaba todo. Por tanto, ha llegado el momento de ayudarles. Vamos a lanzar una gran campaña de comunicación para recaudar fondos que se destinarán íntegramente a los guardas de este país.

    ––––––––

    El dinero, la clave de la guardia. Este es un hecho que todavía no comprendo, después de cien años de caminar por esta tierra. Solo el corazón debe contar. La determinación y el amor al prójimo deberían superar todos los obstáculos. Así es como el mundo fue diseñado originalmente. Luego, un día, todo cambió. La luz ya no era suficiente para la felicidad humana, sustituida por billetes verdes. No es más que papel y metal. Sin embargo, sin ello, no eres nada. No puedes hacer nada. Esta civilización es patética.

    ––––––––

    —Por último, algunos de nuestros miembros llevan varias semanas en Kenia para dar a conocer la organización y nuestra causa entre los niños. Recorren sobre todo las escuelas, ya que estas mentes jóvenes son nuestro futuro. También aprovechan para hablar con los adultos. Ayudan a los padres a encontrar soluciones para vivir en armonía con la fauna salvaje que habita en la zona y que vive cerca de los pueblos.

    ––––––––

    ¡Qué bien! La ONG nunca ha tenido tantas misiones al mismo tiempo. ¡Se puede decir que los miembros de Wildlife Safeguard Angel no descansan! Sabía que se habían iniciado varias misiones nuevas desde la última gran reunión, pero no sabía que fueran tantas.

    ––––––––

    —Volviendo al motivo por el que están aquí, hoy estamos interviniendo en Namibia. Como saben, Namibia fue el primer país africano que consagró la protección del medio ambiente en su constitución. Pero si nos fijamos en las cifras, nada ha cambiado. Su lucha contra la caza furtiva es completamente ineficaz. Los principales objetivos son los rinocerontes negros, pero también los elefantes, y ocasionalmente los felinos, aunque esto último es más raro. Los guardas forestales del país nos pidieron ayuda para presionar al gobierno. Tras estudiar el caso, el consejo decidió acceder a su petición.

    ––––––––

    Bien. Un nuevo país que conquistar y convertir a la causa. Estoy que exploto de expectación. Todo mi cuerpo hormiguea de emoción. El medio ambiente es mi razón de ser. No ha cambiado desde que me quedé atrapada en la tierra. Mi alma habla con la naturaleza, en su definición más amplia. Durante las misiones, me siento viva, poderosa, aunque esto no tenga nada que ver con mi poder angelical.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1