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En pausa. El poder del amor
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Libro electrónico136 páginas2 horas

En pausa. El poder del amor

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Marco y Ricardo, los protagonistas de esta historia, nunca se pararon a pensar en qué querían en la vida. Vivieron desde el rencor, la sed de venganza y el sufrimiento, escondiendo su vida real detrás de falsas imágenes que mostraban a todos a través de las redes sociales, siendo su única preocupación la cantidad de likes conseguidos a diario. El no ser ellos mismos, sino quienes la sociedad quería, les llevó a tomar decisiones equivocadas a edad temprana que les abocaron a destruirse a sí mismos siendo adultos. Solo los dolorosos duelos por los que atravesaron y que les harían tocar fondo les obligaron a poner EN PAUSA sus propia vidas para preguntarse qué querían realmente, quiénes querían ser y, sobre todo, cómo querían vivir, llenando nuevamente sus vacíos existenciales, viviendo en plenitud, conociéndose a sí mismos y tomando las riendas de su propia existencia.

Bryan Alexis Tapias Patiño, oriundo de Palmira, Valle del Cauca, nació el 16 de junio de 1994, hijo de Doralba Patiño y el séptimo de ocho hermanos. Desde pequeño se ha caracterizado por ser una persona inquieta, extrovertida y con mucho carisma. Perteneció a grupos extracurriculares de su plantel educativo, como danzas y teatros, y, en muchas ocasiones, fue portavoz de su grupo de estudios.
En su adolescencia destacó por sus cualidades de líder; formó parte de la Defensa Civil, grupo de socorrismo del cual potencializó sus habilidades y servicio social; conformó en su institución educativa brigadas de emergencia y lo extendió a otros planteles educativos, siendo instructor de los grupos que conformaba a sus 17 años y en los que manejaba grupos de hasta 50 personas, a las cuales capacitaba y entrenaba para atender emergencias.
Al terminar sus estudios secundarios, realizó cursos de comunicación social, contabilidad y servicio social. Posteriormente formó parte de la Fuerza Aérea colombiana como estudiante de la carrera de Defensa Área de la Escuela de Suboficiales CT. ANDRÉS M. DÍAZ, la cual no culminó por motivos ajenos que le impidieron continuar.
Actualmente se encuentra residiendo en España, donde se dedica a ayudar a personas que pasan por problemas emocionales o que se encuentran en duelos por pérdidas o rupturas, generando contenido a través de videos motivacionales o podcast, a los cuales se puede acceder a través de plataformas digitales como TikTok, Spotify, YouTube o Amazon, entre otras.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 jul 2023
ISBN9791220144292
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    En pausa. El poder del amor - Bryan Alexis Tapias Patiño

    Bryan Alexis Tapias Patiño

    En pausa

    El poder del amor

    © 2023 Europa Ediciones | Madrid www.grupoeditorialeuropa.es

    ISBN 9791220139540

    I edición: Junio de 2023

    Depósito legal: M-16391-2023

    Distribuidor para las librerías: CAL Málaga S.L.

    Impreso para Italia por Rotomail Italia S.p.A. -

    Vignate (MI)

    Stampato in Italia presso Rotomail Italia S.p.A. -

    Vignate (MI)

    En pausa

    El poder del amor

    Al final descubres que no caminas solo. Agradezco infinitamente a mi familia, que nunca ha dejado de apostar por mí, y a mi hermana Johana Tapias, por su corazón y energía para con su familia.

    Este libro va dedicado a ti, por la tenacidad de haber pasado por tanto en tan poco tiempo; a ti, por tener la capacidad de amar hasta perderte; a ti, por levantarte una y otra vez; a ti, por tener el valor de escuchar los problemas del otro aun lidiando con los tuyos.

    INTRODUCCIÓN

    Marco, un chico que nunca se detuvo a pensar en qué quería de la vida, tuvo que sufrir bullying para después convertirse en bully. Vivió siempre pensando que podría ser feliz si cumplía con cada cosa que se proponía, demostrándole a los demás que era suficiente, siendo competitivo, egocéntrico, arrogante, altivo y sarcástico. Después de muchos duelos, la vida le pone un alto a lo que vive diariamente y le obliga a replantearse el amor, la compasión, la paz y la gratitud.

    Descubrirás cómo Marco y Ricardo vivían y quizás te sientas muy identificado, atrapados en las redes sociales, el ojo amenazante de la sociedad, en los likes, en cuántos seguidores ganaban diariamente o qué tantas personas les reafirmaban el gran partido que eran a través de mensajes o comentarios en sus publicaciones.

    Conocerás qué situación los llevó a preguntarse qué estaba mal, qué debían cambiar, pues los dolores que afrontaron a temprana edad nunca se detuvieron a observarlos, los desconocían, y eso los llevó a tomar decisiones equivocadas en su edad adulta, lo que les costó perder amores muy importantes de su vida, caer en situaciones que los lastimaron y a tocar fondo.

    Finalmente, sabrás qué acciones tomaron para ir mejorando su vida, buscar la plenitud, llenar sus vacíos emocionales, encontrarse consigo mismo y enamorarse nuevamente de la vida que tanto sentido había perdido y que tanta monotonía había adquirido al pasar de los años. Espero que te sumerjas en este viaje de emociones, anécdotas, sensaciones y lo sientas como tuyo para que puedas replantear tu vida desde el amor, la compasión y la gratitud.

    CAPÍTULO I. EN PAUSA ANTE MIS DESEOS, MIS PROYECTOS Y MIS SUEÑOS

    Marco, un chico que nació en una familia numerosa en una época donde estaba de moda la natalidad, la escasez y las relaciones que duraban toda la vida, tuvo que ser autosuficiente, pues la economía de ese momento les impedía a sus padres poder estar en casa y brindarle el cuidado, la atención y el acompañamiento que necesitaba. Al pasar de los años, Marco fue desarrollando habilidades que le permitieron poder enfrentar la vida, comenzó a sobresalir en todos los aspectos, se volvió un poco perfeccionista, engreído, egocéntrico y vanidoso.

    Todos los días Marco salía en una bicicleta a realizar sus deberes de niño adulto y aprendía cada vez más de lo que le sucedía diariamente en el mundo exterior, ese mundo que llamamos temeroso cuando nos encontramos en un país del tercer mundo, donde hay inseguridad, violencia, hambre, falta de oportunidades y lo normal se convierte en lo más nocivo para cada persona que lo generaliza. 

    Marco tenía que enfrentarse y volverse adulto en una sociedad que ve el sufrimiento, los problemas sociales, la injusticia y la desigualdad como algo normal, anestesiando la compasión por el dolor ajeno y obligando a reprimir el suyo para no molestar a nadie con temas que no importan cuando tienen que ver con las emociones. Creció aún más hasta ser adolescente y pensó que todo mejoraría, al menos ya tendría edad para hacer cosas que hacía de niño adulto, ya nadie lo miraría como a un pobre e indefenso niño que tiene que hacer

    cosas de grande porque sus padres no pueden prestarle la suficiente atención o requieren ocupar su tiempo en trabajos para poder sostener a una familia numerosa. Pero lastimosamente no fue así, la adolescencia llegó y consigo trajo momentos aún más amargos; ahora tenía que lidiar con sus problemas familiares y, por si fuera poco, tenía que enfrentarse a la sociedad adolescente despiadada, poco compasiva, intolerante y cruel.

    Sociedad adolescente que practica el bullying como un hobby, como una herramienta inofensiva que sirve para pasar el tiempo o adquirir popularidad entre los grupos, afectando mental y emocionalmente a las personas que lo sufren, como Marco, que diariamente tenía que trabajar en una jornada contraria a la escolar para después llegar a un aula donde se encontraban divididos los espacios por grupos: en el fondo, los populares, que tenían el control de todo el espacio y podían criticar sin objeción a cualquier persona que se les cruzara en el camino, incluyendo a los docentes; al frente, los intelectuales, que sobrevivían porque ayudaban a los populares a salir de apuros en cuanto a temas educativos; a un costado, los raros, que eran los que no hablaban con nadie y tenían tendencia a ser solitarios, evitativos, y finalmente, en medio, el grupo que era el blanco perfecto de los populares, a los que diariamente estos les revisaban su vestimenta, su peinado, sus maletas, con el fin de poder aplicar su técnica graciosa pero muy dañina, el bullying.

    Marco llegaba todos los días justo a tiempo o un poco retrasado, pues se encontraba trabajando y esto le impedía poder tener el tiempo necesario para llegar a su jornada educativa como está dispuesta y de inmediato, al ingresar al aula, sentía como nuevamente tenía que enfrentarse a un sistema donde importa quién eres, qué tienes o cómo te ves ante los demás. En cada intermedio de las clases, debía armarse de valor para escuchar como el grupo del fondo del aula comenzaba a repasar a sus víctimas, siempre deseando no ser alcanzado por los ojos de los populares y poder tener un espacio para cumplir sus propósitos, pero casi nunca corría con suerte, siempre algo era objeto de burla, sus zapatos no de marca, su uniforme de segunda mano o sus defectos, como los tiene cualquier persona, pero que para él era un tormento tenerlos, pues no era suficiente con reconocérselos, sino que para otros era divertido recalcarlos, enviando comentarios destructivos, burlescos, poco alentadores que generaban en Marco frustración, dolor, repudio y credibilidad de que no era suficiente para el mundo actual y que quizás nunca lo sería.

    Marco intentó encajar en alguno de los grupos con el fin de salir del blanco de los populares, así sería una persona menos percibida en la clase o al menos pertenecería a algo por alguna vez en su vida. Por ello decidió enfocar su propósito en los estudios, se volvió un intelectual que ayudaba muchísimo a los populares para que pudieran sacar adelante las asignaturas, lo que le permitió comenzar a participar en muchas actividades educativas que lo enaltecían de gran manera y ayudaban a resarcir un poco el daño que en el pasado había tenido que enfrentar. Lastimosamente, en el mundo occidental, no se tiene muy en cuenta la salud mental como parte fundamental en el crecimiento, así que lo que sucedió es lo que todos imaginamos, Marco tampoco prestó mucha atención a ese niño que le rogaba que curara heridas y sintió que su mala racha había pasado y que era el momento de ser un chico popular.

    Efectivamente, había llegado su momento; ahora Marco llegaba todos los días antes de la hora de inicio de clases con su vestimenta de primera mano, zapatos de buena clase, corte de cabello a la moda y su maleta tipo universitaria en uno de sus hombros; claro, les hablo de un Marco mucho más grande, ya superada la etapa de la adolescencia, que se encontraba sin darse cuenta en la juventud. Entraba al aula de clases y caminaba observando el panorama hasta llegar al fondo del espacio; sí, Marco ya era de los que ocupaban las sillas del fondo, las de los populares, y aunque Marco no había perdido su interés por los estudios y aún era muy intelectual, ocultaba mucho su conocimiento para poder encajar de gran manera con el grupo que por mucho tiempo miró desde fuera queriendo no ser atacado; lo curioso era que Marco ya formaba parte del problema, pasó de ser una víctima a un victimario, los traumas que le ocasionaron en el pasado y que nunca se había detenido a observar ni a sanar estaban convirtiéndolo en una persona fría, despiadada y que gozaba del sufrimiento ajeno al ser el ejecutor y no el ejecutado.

    Como era de esperarse, Marco se adaptó muy bien al sistema y lo hizo para poder sobrevivir, pues evidentemente es la realidad que se vive diariamente: o encajas en alguna sociedad o eres el problema y la sociedad misma te aplasta, te somete y te obliga, porque o es así o las cifras de suicidio seguirán aumentando en adolescentes y jóvenes que buscan ser comprendidos tal cual son y una sociedad retrógrada, atrasada y poco empática te muestra unas reglas generales para que tú tomes el camino del montón.

    Marco se había convertido en el mayor propiciador de bullying de su aula, teniendo como objeto el atacar a cuantas personas vulnerables se le cruzaran en el camino. Curiosamente, en ese año ingresó un chico al que llamaremos Ricardo y que sería la víctima perfecta de Marco. Ricardo tuvo que enfrentarse a cosas mucho más fuertes que Marco, pues ahora Marco no solo sabía lo que se sentía al estar del otro lado, sino que a su vez sabía lo que era tener el control de la situación y ser la persona que decidía sobre los demás, por decirlo de alguna manera. Marco tenía estrategias mucho más modernas y dañinas para aplicar a sus víctimas. Dentro de ellas, estaba arrojar los implementos de estudio a la basura de su compañero Ricardo, patear sus alimentos, usar como objeto de juego sus pertenencias y eso generaba que fuera la persona más temida de la clase, nadie se oponía a sus divertidas didácticas de bullying. Ricardo se convirtió en el Marco del pasado intentando pasar desapercibido, pero era un blanco fácil y vulnerable, lo que le facilitaba a Marco tomarlo en cuenta para sus discursos destructivos pero que hacían reír a toda la clase, y quién no se vuelve parte del problema cuando no eres tú la víctima: estamos tan asustados con ser el blanco que preferimos unirnos en la destrucción de una persona que no sea nosotros mismos, al final el mundo es sálvese quien pueda y si en el camino destruyo personas, traumatizo mentes o incluso atento contra la existencia de un ser vivo, está bien si yo estoy a salvo.

    Ricardo era nuestro nuevo protagonista. Quién era Ricardo, un joven que vivía en una familia donde era único hijo con un padre que trabajaba para sostener a su familia y una madre que se dedicaba a su hogar. Pero por qué entonces, si parecía ser una familia normal, Ricardo se veía tan vulnerable y tan inseguro. Ricardo tuvo que enfrentarse a una niñez diferente, pues aunque sus padres no estaban ausentes, nunca le demostraron el afecto que requería, siempre le exigían mucho más, nunca era suficiente

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