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Michael Jordan: Un modelo para ganar
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Libro electrónico198 páginas3 horas

Michael Jordan: Un modelo para ganar

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Michael Jordan no sólo fue uno de los deportistas más importantes de todos los tiempos, sino que también, con el avance de su carrera, se convirtió en uno de los grandes referentes de éxito en el siglo XX. Pero, ¿cómo se creó la leyenda de Michael Jordan y cuáles fueron sus efectos?, ¿por qué nos hechizó tantas veces verlo jugar, verlo triunfar en la vida y en los negocios?, y sobre todo, ¿qué podemos aprender de él y cómo podemos aplicarlo a nuestra vida? En este audiolibro o, mejor dicho, ensayo biográfico del llamado “mejor atleta de la historia”, Juan Antonio Razo nos presenta de manera emotiva e inspiradora al talentoso ser humano fuera de las canchas de basquetbol.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 oct 2023
ISBN9781094448374
Autor

Juan Antonio Razo

Es escritor, consultor y conferencista especializado en temas sobre la conducta humana, la conciencia y la educación mental, y un inspirador del cambio hacia lo positivo y actual. Es el creador de la teoría-método MMC: Motivación y Mente Consciente, destinada a cambiar la conciencia y la vida de las personas. En su libro expone la teoría que nos enseña cómo adquirir una nueva conciencia para llevar a cabo un cambio que nos transformará en seres más saludables, con un óptimo grado de bienestar y altamente productivos. Su obra comprende dieciocho libros. Es ingeniero y empresario con más de veinticinco años de experiencia.

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    Michael Jordan es el mejor atleta de todos los tiempos, gracias al autor por este libro de Mike

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Michael Jordan - Juan Antonio Razo

Michael Jordan

MICHAEL JORDAN

UN MODELO PARA GANAR

JUAN ANTONIO RAZO

Para Michael Jordan, Siempre para Michael.

A la estrella Sirio, tan brillante como Michael.

Para Lolis, mi otra estrella, más brillante aún, mi eterno sol que me ilumina.

Introducción

¿Qué fue lo que hizo que Michael Jordan se convirtiera en el superastro del deporte y en el prototipo del hombre de éxito?, ¿sus cualidades como deportista?, ¿su carisma?, ¿su talento? Un análisis objetivo me llevaría a la conclusión de que fueron todos esos factores a la vez, fue una combinación que se da en muy pocos seres cada siglo, que los convierte en figuras inmortales que trascienden, prevalecen y hasta se engrandecen con el paso del tiempo: se vuelven seres mitológicos y leyendas. Éste es el caso de Michael Jordan, quien, además de ser un ganador nato, nos cautivó con su magia provocando un efecto que nos envuelve, nos encanta y nos hechiza, como si fuera una ola gigantesca que cubre e influye en la conducta de millones de personas; de ahí el título del libro: Michael Jordan, un modelo para ganar.

Este es un ensayo biográfico del que ha sido llamado el mejor atleta de la historia y, aunque se describen sus hazañas deportivas, el enfoque que le he dado a este trabajo es el de encauzar al lector a que conozca a Michael Jordan fuera de las canchas, como ser humano y en su rol de exitoso hombre de negocios.

Michael Jordan cumple con los elementos suficientes para ser un modelo completo de conducta, no sólo como jugador sino como persona y no sólo para los jóvenes sino también para los demás, sin distinción de edad, pues todos necesitamos un cambio de actitud.

Desde mi punto de vista, para que Michael Jordan triunfara en las duelas tuvo que triunfar también fuera de ellas. Tan maravillosas son sus jugadas, como aleccionador su comportamiento como un ciudadano más. Esto tiene lógica, pues la vida de Michael guarda una asombrosa congruencia, de tal manera que su forma de jugar refleja su pensamiento y su conducta.

En este trabajo los temas prioritarios son los principios y valores, las actitudes y la conducta, el amor y los retos, la ética y la congruencia, la competencia y el triunfo y, por supuesto, los negocios y la fortuna de Michael Jordan, aunque eso llegaría por añadidura, por increíble que parezca.

¿Quién no ha oído hablar de Michael Jordan? Tanto por el recuerdo de sus hazañas deportivas como por sus actuales actividades de hombre de negocios. A unos veinte años de su retiro, su popularidad no ha disminuido. Su atracción, derivada de su carisma y magnetismo, lograría hechizar a todo el mundo como un acto de magia. Sus dotes atléticas y su simpatía son regalos de Dios. Es una opinión unánime decir que Michael Jordan es un predestinado.

Los analistas de Estados Unidos no se equivocaron en sus proyecciones cuando predijeron a principios de este siglo que la imagen de Michael Jordan, después de treinta años, seguiría siendo la más popular y él, el más recordado; han transcurrido casi dos décadas y así ha sido. Michael Jordan sigue presente en los ámbitos deportivos, de negocios y de espectáculos, pues su nombre siempre es noticia. En febrero de 2022, en el juego de estrellas del 75 aniversario de la NBA (National Basketball Association de los Estados Unidos), Michael Jordan sería el invitado especial a quien recibieron al final con un largo aplauso.

Michael Jordan cumple el estereotipo del número uno en todas las facetas en que se le analice, incluyendo a Michael el hombre, el ser humano, el empresario o el padre de familia, pues en todos los ámbitos ha resultado ser un factor de influencia, llámese mercadotecnia, televisión, deportes, negocios, finanzas, espectáculos, cine y hasta política.

Me resulta difícil escribir sobre un Michael Jordan que fue, pero que todavía es y, de algún modo, lo seguirá siendo; encontré que su época de oro con los Chicago Bulls no se puede separar con facilidad del Michael Jordan actual, y aunque algunas veces querría referirme a esta superestrella en pretérito o copretérito y otras, en antepresente o presente, sólo hay que tomar en cuenta que los tiempos fue, ha sido, sería, es y será, en su caso parecen significar lo mismo.

La vida de Michael Jordan es tan rica en frases y anécdotas que podrían llenar varios libros; pero he tomado las mejores relacionadas con su actitud, su lealtad, su ética laboral y su competitividad que trascenderían más allá de la cancha.

Michael, haciendo referencia a que la vida le sonríe y a su gran éxito comercial, ha dicho: Sabes que no eres diferente a la persona que está junto a ti, sólo eres afortunado o lo que sea, así que intentas mantener los pies en la tierra y lo haces de una manera muy normal, de modo que no parezca que tienes cierta actitud o engreimiento respecto a ti mismo. La gente puede volar; algunos vuelan más alto que otros, es todo. Luego comentaría que era guiado, según sus propias palabras, por un camino espiritual y a un ritmo especial, sin saber dónde pararía.

Nadie puede negar su sencillez cuando, después de viajar durante años en avión privado se encontró viajando en autobús con un equipo de beisbol. Lo vi como algo bueno, comentaría.

El efecto Jordan es como la marea que eleva todos los barcos, pero ha sido imposible medirla con precisión en términos económicos. La revista Fortune, estimaría su fortuna en diez mil millones de dólares, pero se quedó corta, pues el efecto siguió creciendo. Nunca me visualicé teniendo un impacto importante, todavía me siento sorprendido; ha sido divertido, pero es una gran responsabilidad que no tomo a la ligera. Juego porque me encanta hacerlo y sucede que me pagan por eso, diría Michael en forma reflexiva.

He tenido la fortuna de escribir, en coautoría con Michael Jordan y otros autores, el libro Personal Excellence. Vol. 1. Fue una grata experiencia, pues me sentí cerca de él. También fue una extraña coincidencia que mientras yo estaba presentando en la televisión uno de mis libros, simultáneamente Michael Jordan estaba anunciando en entrevista para los medios su primer retiro.

Se puede ver que en el apéndice hay una lista de todas las estadísticas, los logros, marcas y honores de Michael Jordan.

Creo con convicción que el basquetbol es un deporte de vanguardia y es, según mi visión, el deporte del futuro. Creo también, que es una feliz coincidencia el que Michael Jordan haya elegido ser jugador profesional de basquetbol y espero que siempre siga relacionado con este maravilloso deporte. Pido a Dios que lo bendiga siempre.

El decálogo de oro

Las diez reglas de oro de un campeón

El Decálogo de oro lo escribió Michael Jordan de forma indirecta. Son palabras dichas por él en diferentes momentos y circunstancias. Yo las he reunido en forma de un decálogo que también he llamado Las diez reglas de oro de un campeón, en que se refleja la filosofía que lo llevó a la gloria y a ser el mejor.

Una vez hubo un jugador, un atleta, un deportista y, sobre todo, un ser humano que jugó y vivió bajo estas reglas que le permitieron evolucionar y llegar a ser un campeón inigualable. Con el tiempo su leyenda irá creciendo y se llegará a hablar de él como de alguien que tal vez nunca existió. La gente dirá: pero ¿de verdad existió?

He aquí sus reglas, enunciadas por él mismo.

1. En la cancha

Después de trece años, de trece temporadas, seguía saliendo a la cancha a jugar como novato. Siempre di el máximo en la cancha. Sabía que cuando salía a la cancha, en una butaca había alguien que me estaba viendo por primera vez, y que tal vez sería la última; jugaba para ellos. Aprendí a convertir cada momento en mi momento.

2. Mi legado

Quería que mis habilidades fueran vistas y luego recordadas por todos. Mi deseo es que todos aprendan de mi ejemplo. Me gustaría que la gente pensara de mí que si yo siguiera jugando, dominaría el juego.

3. Mi evolución

Logré desarrollar dureza mental y talento físico. Para mí, el desarrollo de la mente siempre ha sido a través del corazón. Se debe aprender desde joven el amor por el juego. Después, desarrollar la parte mental es fácil. No sólo la habilidad evolucionó en mí sino también mi propia voluntad. Superarse a sí mismo es no rendirse jamás, dar el máximo.

4. Mi relación con mis padres

El consejo que daría a los padres es que sólo dejen que sus hijos disfruten el juego. La fe que tengo en todo lo que hago me la enseñaron mis padres; nunca perdería esa fe. Aplico este optimismo en todos los aspectos de la vida. Cuando estoy frente a una multitud, siempre veo a un padre y un hijo. Aunque mi padre murió cuando yo tenía 32 años, considero que fui afortunado, porque lo tuve cuando más lo necesité. Mi padre influyó en mi vida para tomar mis decisiones. Hasta la fecha, me sigue asesorando. Uno nunca sabe el tiempo que tiene a su padre, pero mientras están aquí, ellos tienen un impacto en nuestras vidas. En las mañanas, me levanto antes del amanecer, subo a mi auto y platico con mi padre.

5. Mi mentalidad

En la preparatoria fui rechazado por el equipo, pero mi madre me enseñó a canalizar todo ese coraje y frustración en energía positiva para demostrarle al entrenador y a mis compañeros que estaban equivocados. Cuando uno da su mejor esfuerzo, llega un momento en que se convence de su propia capacidad. Cuando se pierde un partido, uno se siente devastado, sin embargo, se debe tener la habilidad de creer que al siguiente juego se podrá ganar. Desde mi primer juego hasta el último, siempre jugué como un campeón.

6. Mi salud

Muchas veces jugué enfermo, pero mi corazón era más grande. Siempre cuidé mi salud. Muy pocas veces me lesioné. En una ocasión, previo al encuentro, tenía espasmos en la espalda, pero esa noche jugué uno de mis mejores partidos. Entre cada torneo me cuidaba y entrenaba con más fuerza.

7. Mi comportamiento

Cada vez que entraba a la cancha, a pesar de que estaba en la cima del mundo, sentía que tenía algo que probar. Cada juego había que revalidar lo ya conseguido.

8. Mi actitud

Siempre pensé que dejaría de jugar cuando sintiera que ya no estaba encendido un fuego dentro de mí. Fallé muchas veces, fallé muchos tiros, fallé una y otra vez; esa es la razón por la que triunfé. A uno no le debe importar mucho que lo traten de avergonzar. Nunca he aceptado no intentar hacer las cosas. Uno nunca debe sentir temor de intentar hacer las cosas, pues lo peor que puede pasar es que no resulten.

9. La práctica, el trabajo

La gente sólo ve los resultados, pero detrás hay una vida de duro trabajo. Yo iba de práctica en práctica personal y luego de práctica en práctica en el equipo. Al principio decían que la parte débil de mi juego era la ofensiva y me dediqué a ella hasta ser el mejor. Después decían que mi parte débil era la defensa y me dediqué a trabajar fuertemente hasta que fui considerado el mejor. En las prácticas, cuando mi entrenador daba por terminada la sesión yo le decía: ¿podemos practicar un poco más?. Los hábitos de trabajo y la actitud en la cancha es lo que nos hace grandes.

10. Mi parte espiritual

Es posible que el cuerpo ya no responda, pero el corazón nunca estará fatigado. Aunque nuestros rivales físicamente fueran muchas veces superiores, el equipo tenía una ventaja filosófica. Nuestro entrenador siempre provocaba un acercamiento emocional en cada partido. El zen nos enseña a comprender las cosas en un plano distinto, uno aprende a verse a sí mismo y a lidiar con las realidades que hay a nuestro alrededor. Al final uno lo puede relacionar todo, incluyendo la práctica del deporte. El zen me enseñó a estar en el momento, mostrando mis habilidades sin forzar las situaciones, porque en el zen uno se imagina las situaciones que más tarde se presentarán, de modo que cuando se presentan ya no es algo nuevo y uno sabe qué hacer. Cuando logré comprender todo esto fue cuando me convertí en un verdadero campeón.

Michael Jordan, un predestinado

Michael Jordan rebasaría los límites de la fama para alcanzar la gloria. Por esta razón lo he tomado como un modelo para ganar. Cuando alguien alcanza la gloria, basta llamarle por su nombre.

La historia de Michael Jordan es la de un hombre que simboliza el éxito y que ha influido en millones de personas, no sólo en los aficionados al basquetbol y al deporte sino en cualquier individuo, pues su fama rebasaría todas las fronteras imaginables, causando un efecto de alcance mundial.

Michael Jordan, el superastro del deporte, nació con buena estrella, con muchos dones y virtudes congénitas, pero, sin duda, él mismo hizo que las circunstancias actuaran a su favor, desarrollando habilidades únicas y aprovechando las oportunidades, primero en su época de jugador activo y ahora como hombre de negocios.

Hay muchas coincidencias que intervendrían en el llamado efecto Jordan. Algunos las pueden considerar ajenas a la vida de este carismático jugador y otros las podrían ver cuestionables, pero lo cierto es que el éxito, la fama y la gloria de esta celebridad le pertenecían desde antes que naciera, porque sería un predestinado.

Veamos estas coincidencias

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