SHAQ y su GUERRA DECLARADA al PASO DEL TIEMPO
ESTÁ DE PIE, EN EL JARDÍN delantero de su mansión de casi 12 hectáreas. Shaquille O’Neal va vestido con una camiseta negra de tirantes y unos pantalones cortos de deporte a juego. El gran Shaq tiene fama de susurrar durante las entrevistas cuando no está por la labor de hablar, pero en esta ocasión su profunda voz es capaz de atravesar el césped mientras se acerca con paso decidido a darme la bienvenida.
Y aquí estoy yo, recorriendo el recinto que rodea su vivienda (paso la casa del árbol y me dirijo hacia el jardín trasero en el que sueña, algún día, añadir un circuito para practicar motocross) para comprobar en primera persona cómo este exdeportista de élite de 2,16 m se ve a sí mismo hoy en día. Al tratarse de alguien cuyo físico ha sido siempre examinado con lupa debido a su profesión, ¿cuál es a día de hoy la filosofía de este casi cincuentón (el 6 de marzo cumple medio siglo) en relación con la salud y el bienestar? ¿Hasta qué punto están cambiando sus prioridades? ¿De qué manera afronta el envejecimiento alguien que, precisamente, es conocido por ser un niño grande?
De pequeño, Shaq deseaba ser un campeón de baloncesto, un rapero y Dj exitosísimo, y una estrella de televisión. Y hoy puede sentirse orgulloso de haber logrado eso y mucho más. En la actualidad, no es solo comentarista del programa en TNT: también es un Dj conocido como Diesel que toca EDM (Electronic Dance Music), un ayudante de sheriff que espera tender puentes entre las fuerzas del orden y la comunidad, productor del corto animado en el que se habla de la ansiedad; propietario de varias franquicias de comida rápida y muy posiblemente el mejor atleta de EEUU convertido en imagen de todo tipo de productos. Sí,
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