El otro corazón del Derecho

Por Jaime Coaguila Valdivia

Un romance entre el Derecho y la Literatura, una confluencia teórica pero a la vez testimonial de las profundas interrelaciones entre estas dos disciplinas. Los veinte ensayos reunidos en este libro apuntan a sugerir nuevas aristas para el análisis de la problemática al interior de la Teoría del Derecho.

La muestra no pretende ser exhaustiva ni agotar la riqueza de las novelas, cuentos, relatos y obras teatrales, materia de comentario, sino más bien una primera aproximación literario-jurídica para todos aquellos interesados en conocer el desarrollo del Derecho & Literatura en esta vertiente.

• Idioma: Español
• Editorial: CreaLibros
• Fecha de lanzamiento: 21 nov 2022
• ISBN: 9786124696404

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EL OTRO CORAZON DEL DERECHO

20 Ensayos literario-jurídicos sobre Teoría del Derecho

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Jaime Coaguila Valdivia

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© Primera edición impresa, 2009

© Jaime Coaguila Valdivia, 2011

[e-mail]

www.jaimecoaguila.com

Diseño de portada: Omar Suri (www.cromosapiens.com)

Segunda Edición Impresa, 2011: © Cascahuesos Editores S. A. C.

Edición digital publicada por:

Web Professional Perú EIRL, para su sello editorial CreaLibros Ediciones Digitales

Maria Reiche 196 Of 301 Surco, Lima, Perú.

ISBN Edición Impresa: 978-612-45884-0-2

ISBN Edición Digital: 978-612-46964-0-4

Primera Edición digital: Mayo 2015

www.crealibros.com

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Índice

INTRODUCCIÓN

DE LA CULTURA LECTORA Y LITERARIA DEL DERECHO

BORGES Y LA LOTERÍA DE LOS INFORTUNIOS

EL CAOS TIENE LA FORMA JURÍDICA DE UNA PALOMA

EL IMPERATIVO CATEGÓRICO DE JAVERT

EL GRAN HERMANO DESEA QUE LO AMEN

LA INCOHERENCIA NARRATIVA DE MEURSAULT

LA JUSTICIA ABSURDA DE LEWIS CARROL

¿CUÁL ES LA LEY DE ROBERT WALSER?

MANDRAKE O EL REALISMO SUCIO EN EL DERECHO

LA CASA DE MUÑECAS DEL DERECHO

EL EXTRAÑO CASO DEL DERECHO & LITERATURA Y EL ANÁLISIS ECONÓMICO DEL DERECHO

JUECES CRONOPIOS Y JUECES FAMAS

PINOCHO, LAS MENTIRAS DEL DERECHO

LA GUERRA DEL TIEMPO NO PERDONA A LOS HOMBRES DE JUSTICIA

CÉSAR VALLEJO, EL INFIERNO Y LA JUSTICIA

FAHRENHEIT O POR QUÉ NO QUEMAR TODO EL DERECHO

DORIAN GRAY, VIDA PÚBLICA VS. VIDA PRIVADA DE LOS JUECES

¿TIENEN ALMA LOS AVATARES DE MOREL?

EL TURISTA ACCIDENTAL EN DERECHO

EL CANTO DEL DERECHO

LAS LEYES MARXISTAS DE KAFKA

BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

Deseo que este libro sea leído como un romance entre el Derecho y la Literatura, una confluencia teórica pero a la vez testimonial de las profundas interrelaciones entre estas dos disciplinas. El amor permite a las personas comprender y tolerar las diferencias, y la unión de la Teoría del Derecho y la Literatura puede contribuir a generar una visión menos formalista de la justicia y más conciente de la diversidad cultural de los seres humanos.

La vida discurre independientemente del Derecho y es por ello que los veinte ensayos reunidos en esta colección apuntan a sugerir nuevas aristas para el análisis de la problemática al interior de la Teoría del Derecho. La muestra no pretende ser exhaustiva ni agotar la riqueza de las novelas, cuentos, relatos y obras teatrales, materia de comentario, sino más bien una primera aproximación literario-jurídica para todos aquellos interesados en conocer el desarrollo del Derecho & Literatura en esta vertiente.

Desde el punto de vista personal, este libro me han permitido explorar el sentido de la humanidad, el valor de la alteridad y la necesidad de darle una nueva dimensión al paradigma dominante en el discurso jurídico. La crítica del Derecho implícita en los estudios del Derecho como Literatura puede brindar una alternativa viable a la reformula-ción de la narración jurídica. Es por estas razones que el romance entre el Derecho y la Literatura no es un tema pacífico y puede dar lugar a momentos de ferviente armonía o extraños desencuentros.

Las palabras tienen la magia de contarnos historias pero a la vez pueden establecer obligaciones y deberes, la lectura de estos ensayos prefieren en cambio sembrar un poco de ilusiones, estimular la imaginación jurídica y alimentar con sentimientos nuestros órganos vitales. La enfermedad de estos tiempos necesita de nutrirse de algo más que simples textos legales.

Este libro es a su vez una forma de exorcismo, porque los abogados a través de estas narraciones podrán cuestionar su entendimiento tradicional del fenómeno jurídico y también tendrán la oportunidad de reconstruir su propia narrativa personal.

El Derecho cometió la crueldad de separar la realidad de la ficción, la ley de la vida, las emociones del cuerpo, así, no es vano recalcar que en la historia del Derecho & Literatura se figura una unión litúrgica, la historia de la búsqueda de un corazón y el triunfo narrativo de la vida por encima de los siempre artificios de la ley.

EL AUTOR

DE LA CULTURA LECTORA Y LITERARIA DEL DERECHO

Era para Quevedo el prólogo delantal del libro [1]. Borges, desde un título cuya literal repetición de factor involucra una potencia de base al cuadrado si no un exponencial cúbico — Prólogos con un prólogo de prólogos— lo postuló por especie lateral de la crítica [2].

En hora de formar hechura y álgebra de este prólogo ambos alcances me seducen e inquietan. Porque vacilo y me retraigo dudando si el mío a la vanguardia de este libro dará en página que valga bastante, aun cuando en protección y resguardo no asegure indemnidad, para siquiera preservarlo. Y, al tiempo, porque deseo cerner y tamizar, desgranar y escoger, y en esa criba, que es la faena de crítica antes que el enjuiciar o interpretar, seguir estando, en delantera, a las veces de un mandil o lienzo cernedero. ¿Qué he de hacer?

Despejo la respuesta a mi primera cavilación; sólo débese a la gentileza del autor ocupar este espacio frontal, carente de más derecho que el privilegio de una lectura adelantada a la que para el público aún permanece diferida. He pensado siempre en el prologuista —y también el traductor— como un lector privilegiado, y en el prólogo —o la traducción— a manera de privata legem. Mi gratitud por ese reservado dominio (in legam, legabam, lege, legere, legendi) lectural. Y a la segunda, que desde ahora, a virtud de legere, al prologar no haré sino conducirme en recolecta personal, originada al elegir (de eligereex legere), o sea en escogida, y mejor por excogita, que es meditación y encuentro. Con esa selección confío implantarme, pues, donde lo prologal es aledaño a la crítica.

* * *

Cultura lectora del Derecho. Jaime Coaguila Valdivia lee en Derecho. Los juristas resemantizamos jurídicamente la comprensión de los conflictos. La legalidad es nuestra fuente de legibilidad; legalidad como inteligibilidad jurídica del conflicto. El texto legal, no obstante, admite lecturas diversas; su lecturabilidad no es cerrada y única. Interviene la disposición contextual, por ejemplo la de producción, así como el grado y adecuación de los auditorios, y desde luego el tipo de soporte y los efectos de sentido previstos, conocidos, o al menos pronosticables; de ahí que la comprensión del mensaje normativo se plantee desde una legibilidad cognitiva abierta. Como experimentado jurista abogado, profesor, juez — Coaguila no se sustrae a esa aptitud lectora. Pero sus cualidades de jurista que lee en Derecho no se reducen a la realidad jurídica, y van más allá, incidiendo en una realidad más amplia: la imaginación del Derecho.

Esta lectura imaginativa requiere de una legibilidad perceptual; ver el signo del Derecho en lenguajes diferentes de aquellos con que se enuncian las normas y construyen los discursos jurídicos, empleados fuera de la estructura lingüística de la dogmática, ajenos al sistema de transposición técnico y extraños al repertorio teórico institucional habilitado por las comunidades interpretativas.

Dicha cualidad lectora requiere de otros atributos, y están principalmente en una competencia educada para la comprensión más internalizada de los propios textos jurídicos capaz no sólo de identificar Derecho en la Literatura, sino de producir lecturas literarias del Derecho. Coaguila la posee.

* * *

El otro corazón del Derecho fomenta esa posibilidad cierta y valor de las lecturas literarias del Derecho. Reúne un conjunto de textos en los que late una exploración no a la lóbrega oscuridad de las entrañas jurídicas, como si de un viaje al centro de las tinieblas conradianas se tratara, sino al foco de luminosas claridades, a veces deslumbrantes y a riesgo de enceguecernos, del pleno, esplendente, sol de la Justicia. Este otro corazón del Derecho palpita, en regulares movimientos que lo contraen y dilatan, a todo lo largo de la obra. El otro corazón del Derecho no es un débil corazón, de arrítmico pulso; marcha a ritmo bien acompasado, y es fuerte y de buena fibra muscular. No se acelera en románticas palpitaciones, henchido de ideales cándidos, de febriles ansias esencialistas, pero es generosamente apasionado, y noblemente desafiante.

Coaguila ha sabido pulsar el latido de ese otro corazón del Derecho, lo ha encontrado y oído, y por lo mismo sabe muy bien que en lo que llamamos el Derecho, tal que si aplicáramos la escucha del estetoscopio, se palpan demasiado a menudo pulsos alternantes, si no uno bífido o de latido doble. Que el corazón del Derecho es raramente un solo corazón latiendo con fuerza unísona; que hay otro corazón, corazón ofendido, y que un fuerte dolor le oprime.

Jaime Coaguila lo diagnostica: cuando el pulso de la justicia estratégica se acople sobre el de la justicia normativa, ese otro corazón del Derecho latirá a un ritmo cada vez más tenue y exiguo. Y, con mano de escritor comprometido y valiente, pone el eficaz remedio de resucitaciones vitales. El libro de Jaime Coaguila Valdivia es un masaje cardíaco en ese otro corazón del Derecho, el agraviado corazón, que siempre debería impulsar el propio corazón del verdadero jurista.

* * *

Cultura literaria del Derecho. En España seguramente sea Declamación histórica y jurídica en defensa de la poesía (1647) [3], del madrileño Juan López de Cuellar y Vega (m. 1771), Abogado de los Reales Consejos y calderoniano incondicional, la más añosa expresión de la que así podríamos llamar. El gusto literario y la cuestión de uso que de éste hicieren los juristas son asunto que aquí nos llevaría lejos, incluso extraviarnos.

Ha tenido también Perú, naturalmente, ilustres representantes. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha deleitó desde mediados del s. XX, hasta comienzos de su último tercio [4]. Y luego vendría el IV centenario, abarcando desde las vísperas a la sazón y aderezo posterior a su epifanía [5]. Hoy, siempre, será nuestra común fortuna continuar leyendo a Cervantes, nunca lacio ni desmayado.

Mas los gustos van mudando y por influjos muy variables; sobre la sociología del gusto literario la obra clásica de Schücking [6] puede darnos norte. No sería ésta, con todo, la única referencia pertinente. También los escritos en Theorie der Rezeptionsásthetik (Hans-Robert Jauss, Roman Ingarden, Wolfgang Isser), podría añadir. Pero me aparto posiblemente más de lo necesario. Dos trabajos, sin duda, me parece indispensable mencionar tratándose de cultura literaria del Derecho en Perú. Corresponden a los profesores Iván Rodríguez Chávez [7] y, con particular consideración, Carlos Augusto Ramos Nuñez [8]. Tampoco olvidaré Jurisprudencia literaria y filosófica, del también profesor Miguel Torres Méndez [9]. Y acaso, pese a todo, incurra en alguna omisión que no haya sabido conjurar; a ruego de indulgencia, no se me tome por desaire.

Jurista, Jaime Coáguila tiene paladar para la literatura y la degusta a manera propia. El otro corazón del Derecho entrega una selecta combinación de autores y de obras. Alacena de libros bien abastecida, en ella es todo pulpa, médula, sin bagazo o corteza; corazón de la mejor literatura.

En epicúrea apetencia declaro mis caprichos y privanzas: