Yo siempre estoy contra el poder
La frase es hueca, pero su historia sorprendería a más de un anarquista. Quien la enunció como “el poder es maligno, da igual quien lo ejerza”, fue un gran historiador conservador, Jakob Burckhardt, quien sostuvo, entre otras certezas, que los pueblos de Europa eran los únicos que hacían historia. Contemporáneo de Marx, el gran historiador del Renacimiento y la polis griega fue el que separó la actividad cultural, artística, de las otras dos esferas, la del poder –que era maligno– y la religión –que era “moral”–. Era obvio que alguien, estudiando el Renacimiento, tenía que preguntarse cómo las obras de arte que hoy veneramos se dieron entre crímenes, guerras, masacres y traiciones políticas.
En lugar de explicarlo, Burckhardt separó las tres esferas y redujo el
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