Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Benedicto XVI: El papa de la modernidad
Benedicto XVI: El papa de la modernidad
Benedicto XVI: El papa de la modernidad
Libro electrónico271 páginas3 horas

Benedicto XVI: El papa de la modernidad

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

No conozco otro libro que ofrezca, en tan poco espacio y de una manera tan límpida, una presentación tan profunda y fiel del pensamiento de Benedicto XVI. Rocco Buttiglione
IdiomaEspañol
EditorialEdiciones UC
Fecha de lanzamiento25 jul 2023
ISBN9789561431379
Benedicto XVI: El papa de la modernidad

Relacionado con Benedicto XVI

Libros electrónicos relacionados

Religión y espiritualidad para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Benedicto XVI

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Benedicto XVI - Jaime Antúnez Aldunate

    portadilla

    EDICIONES UNIVERSIDAD

    CATÓLICA DE CHILE

    Vicerrectoría de Comunicaciones

    y Extensión Cultural

    Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390,

    Santiago, Chile

    editorialedicionesuc@uc.cl

    www.ediciones.uc.cl

    Benedicto XVI,

    el Papa de la Modernidad

    Jaime Antúnez Aldunate

    © Inscripción Nº 2023-A-7259

    Derechos reservados

    Junio 2023

    ISBN Nº 978-956-14-3136-2

    ISBN digital Nº 978-956-14-3137-9

    Diseño: María Ximena Ulibarri L.

    Producción: Rosa María Espinoza O.

    CIP-Pontificia Universidad Católica de Chile

    Antúnez Aldunate, Jaime, 1946- autor.

    Benedicto XVI, el papa de la modernidad /

    Jaime Antúnez Aldunate. - Incluye notas bibliográficas.

    1. Iglesia Católica. Papa (2005-2013 : Benedicto XVI).

    2. Benedicto XVI, Papa, 1927-.

    I. t.

    2023 282.092 + DDC23 RDA

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    La reproducción total o parcial de esta obra está prohibida por ley. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y respetar el derecho de autor.

    portadilla

    Índice

    Preámbulo del Rector Dr. Ignacio Sánchez

    Prefacio de Rocco Buttiglione

    Introducción del autor

    I. Trayectoria vital e intelectual de J. Ratzinger

    Génesis de un pensamiento eclesiológico

    Horizonte eclesiológico de Ratzinger en el contexto histórico contemporáneo

    II. Período como Cardenal Prefecto (1981-2005)

    En el núcleo de los problemas actuales

    El Logos precede al Ethos

    Primacía de la pregunta sobre Dios

    III. Período como 265º sucesor de San Pedro

    (2005-2013)

    De Juan Pablo a Benedicto

    Un Papa para el tercer milenio

    Relativismo, historia y cambio

    En el 5° aniversario del pontificado de Benedicto XVI

    Lo que escucharon 60 millones de ingleses

    Año de la Fe, tiempo fuerte para la Iglesia

    Renuncia de Benedicto XVI

    Notas y Cartas

    Ateos, no ateos y ateos en búsqueda

    La identidad católica

    IV. Período como Papa emérito (2013-2022)

    Benedicto XVI, el Papa de la Modernidad

    Comentario a carta de Benedicto XVI

    Un encuentro personal con Benedicto XVI

    V. Al fallecimiento de Benedicto XVI

    (31.XII.2022)

    Benedicto XVI, humildad y verdad

    Un rostro en paz, en la memoria de Dios

    «Fiel amigo… que tu gozo sea perfecto»

    En el tránsito de un grande: Benedicto XVI, Papa emérito

    VI. Epílogo teológico

    El concepto de comunión y el misterio de la Iglesia

    Corrección del principio cristológico

    Hacia el horizonte escatológico

    Indagación agustiniana de Ratzinger y su secuela

    Joseph Ratzinger y la eclesiología de Lumen gentium

    Sobre María y la Iglesia

    Para finalizar

    Cronología de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI

    Posfacio de Carlos Peña

    Apéndice de Magdalena Ossandón

    Preámbulo

    Rector Dr. IGNACIO SÁNCHEZ

    Pontificia Universidad Católica de Chile

    No parece exagerado afirmar que aquello que significó en el siglo XIX el Cardenal John Henry Newman por lo que respecta a la idea de universidad, lo significó en el siglo XX el Cardenal Joseph Ratzinger, más tarde Papa Benedicto XVI.

    La Pontificia Universidad Católica de Chile –cuyo claustro tuvo el honor de recibirlo y escuchar en forma personal y directa su enseñanza el año 1988, siendo él entonces Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe– debe mucho a su labor universitaria de tantas décadas. Primero, a sus años de ejercicio docente en facultades de teología de las principales universidades de Alemania (1957-1977), tiempo al que corresponde la publicación de sus principales obras teológicas, traducidas a muchos idiomas, que han enriquecido el trabajo de cientos de facultades en el mundo, y ciertamente las de nuestra universidad. En seguida, al período de su magisterio episcopal, que se inaugura cuando el Papa san Pablo VI lo nombra obispo de Múnich en 1977. La Ludwig Maximilians Universität (LMU, una de las más prestigiosas de Europa), conocida como Universidad de Múnich, había sido tanto en su condición de alumno y luego como profesor, la Universidad de Joseph Ratzinger. La cercanía con su alma mater –universidad también de su admirado maestro Romano Guardini– estimula su reflexión sobre el tema universitario, la que en nada se interrumpe cuando san Juan Pablo II consigue convencerlo, en 1981, de que abandone su tierra natal para ser su principal colaborador y en definitiva radicarse en Roma por el resto de sus años.

    Su fuerte ascendiente y gran autoridad moral e intelectual en la Iglesia durante los casi cinco lustros que acompañó al Papa Wojtyla tiene múltiples expresiones en la significación de la Universidad –desde su silenciosa pero innegable colaboración en la Exhortación Apostólica Ex corde Ecclesiae (1990)– no siendo posible resumirla ni analizarla en este Preámbulo.

    Es con todo necesario recordar dos intervenciones suyas, ya como Papa Benedicto XVI, que constituyen dos cumbres en esa densa y altísima montaña a que nos referimos: sus discursos en la Universidad de Ratisbona (septiembre de 2006), durante su primer viaje apostólico a Alemania, donde reflexiona en torno al tema de fe y razón en la universidad, y aquel preparado (mas no pronunciado) para la Universidad de Roma La Sapienza (enero de 2008), en el que se refiere al concepto de universidad y su tarea.

    Benedicto XVI, con todos los recursos de su reconocida erudición y arte expositivo, acudiendo a culturas antiguas y nuevas, recogiendo el argumento socrático del Eutifrón, recorriendo cañadas y siglos, contrastando la reductiva noción de "comprehensive religious doctrine" (Rawls) con la fuerza purificadora de la razón que entrega la fe –que no se impone pero se dona– alumbra como pocas veces se hizo en el trato de esta antiquísima y venerada realidad, el compromiso de sensibilidad por la verdad inherente a la universidad.

    Las páginas del libro Benedicto XVI, el Papa de la modernidad –como lo subraya en su Prefacio el profesor Rocco Buttiglione– iluminan desde el corazón de su pensamiento cristológico y eclesiológico aquel recorrido suyo que hizo historia y que los cristianos y hombres de buena voluntad que conocimos el siglo XX pudimos observar con verdadera admiración. En dicho caminar, por cierto, descubrimos como factor permanente el mismo logos –la búsqueda de la verdad- que Joseph Ratzinger, Benedicto XVI defendió como la misión originaria de la universidad.

    B

    Prefacio

    Por Rocco Buttiglione

    De la Pontificia Academia de Ciencias Sociales

    Jaime Antúnez Aldunate ha acompañado el itinerario apostólico y de vida de Joseph Ratzinger por muchos años, desde su actividad como teólogo y Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe hasta el pontificado y, después, en el tiempo de su retiro orante en el Monasterio Mater Ecclesiae, al interior de la Ciudad del Vaticano. Ha explicado a generaciones de latinoamericanos (y no solo de latinoamericanos) el pensamiento de este, el último entre los grandes teólogos del siglo XX y al mismo tiempo gran contemplativo y hombre de fe.

    Este libro contiene así la historia de una extraordinaria amistad intelectual vivida dentro de la historia tumultuosa de la Iglesia y del mundo, siendo al mismo tiempo una penetrante introducción a la teología de Ratzinger. No conozco otro libro que ofrezca, en tan poco espacio y de una manera tan límpida, una presentación tan profunda y fiel del pensamiento de Benedicto XVI.

    Realmente, Benedicto XVI fue el Papa de la Modernidad. La modernidad pensó poner en el centro de la realidad al hombre y no a Dios. La Revolución Francesa proclama los derechos del hombre y cree que, para afirmar estos derechos, es necesario negar los derechos de Dios. Nace así un humanismo laico, sin Dios. Su lema es, en cierto sentido, la frase de Protágoras: «El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, de las que no son en cuanto no son». Ratzinger observa, entre tanto, que no se dice cuál es la medida del hombre. Ese hombre que es la medida de todas las cosas busca su propia medida y no la encuentra.

    La teología de Ratzinger no combate contra la modernidad, sino que le ofrece una posibilidad de salvación. (Prefacio)

    El destino de la modernidad es el de la búsqueda de la medida del hombre. O, en otras palabras, es el de un hombre desmesurado, que no sabe controlar y organizar sus propias pasiones según una visión comprensiva y razonable de sí mismo. A este hombre que se busca a sí mismo –dice

    Ratzinger– Dios le ha donado la medida adecuada de su corazón: Dios es la medida del hombre. El hombre aprende quién es cuando se encuentra con la presencia de Dios en su propia vida. La Ley de Dios no es algo exigido desde el exterior que empeña su propia libertad. Por el contrario, la Ley de Dios es la respuesta a la búsqueda de sí mismo por parte del hombre. Es la ley por medio de la cual todas las cosas fueron creadas; también el corazón y el deseo del hombre fueron creados así. En ella las cosas y el deseo del corazón del hombre se encuentran. Esta es la gran herencia de los judíos. El cristianismo dice esto, pero no dice solo esto. Esta ley es al mismo tiempo una persona, la persona del hombre Jesús de Nazaret. Él nos deja ser sus amigos, nos permite entrar en su intimidad personal. A través de Él entramos en la intimidad personal de Dios. A sus amigos Él dio asimismo la facultad de admitir en esta intimidad personal a otros amigos, en un proceso histórico que se llama Iglesia y que abarca al final a la totalidad de la humanidad.

    Una cierta teología pseudo tradicional se inicia con Dios que ha creado al hombre como las otras cosas del mundo y continúa con el deber del hombre de obedecer a la Ley de Dios. Este deber de obedecer parece contradecir la libertad del hombre y su deseo de felicidad. El espíritu de la modernidad puede ser representado como una rebelión del hombre contra esta visión del mundo. La teología de Ratzinger se inicia con el deseo de felicidad del hombre y continúa con la respuesta a este deseo que es la Ley de Dios, en la persona de Jesucristo y el Sacramento de la Iglesia. Por eso se coloca frente a la modernidad y, en un cierto sentido, después de la modernidad.

    La modernidad necesita esta respuesta hoy más que nunca, porque el nuestro es el tiempo en que el humanismo moderno, que no halla la medida del hombre, se invierte tornándose irracionalismo y antihumanismo. La teología de Ratzinger no combate contra la modernidad, sino que le ofrece una posibilidad de salvación.

    Al mismo tiempo, Ratzinger nos ofrece una sinopsis de la gran teología europea, que es la teología del Concilio Ecuménico Vaticano II, y la consigna a una nueva etapa de la vida de la Iglesia, en que pueblos nuevos, no europeos, quieren pensar el acontecimiento cristiano a partir de su propia experiencia de fe. Para hacerlo necesitan empero asumir la herencia de la gran teología europea, exactamente la herencia que Ratzinger propone. Hay algo simbólico en el traspaso desde Benedicto XVI, el gran teólogo europeo, al Papa Francisco, el primer Papa latinoamericano.

    En esta realidad conceptual e histórica, Jaime Antúnez Aldunate nos introduce con discreción y segura competencia. Él ha tenido la suerte de ser un compañero fiel de Ratzinger en su camino y de verlo exactamente del punto de vista de un latinoamericano que activamente vive este cambio de época en la historia de la Iglesia y del mundo.

    B

    Introducción

    Cuando los visité para anunciarles el misterio de Dios, no llegué con el prestigio de la elocuencia o de la sabiduría. Al contrario, no quise saber nada fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado. Por eso, me presenté ante ustedes débil, temeroso y vacilante.

    Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, para que ustedes no basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (I Corintios, 2, 1-5)

    El presente libro recorre las palabras de Joseph Ratzinger- Benedicto XVI en un espectro de tiempo que alcanza 70 años, que comienza en su tesis doctoral sobre San Agustín, transformada con los años en una de sus obras clásicas, y termina en el período final de su vida, como Papa emérito. Consta de palabras salidas de su pluma o de sus labios, y de palabras dichas a él o sobre él por el autor de este libro.

    Debo agradecer al académico Carlos Peña, que leyó con complacencia lo que escribí en el diario «El Mercurio» a la muerte de Benedicto XVI, la idea de realizar este trabajo. Asimismo al rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dr. Ignacio Sánchez, el haber acogido la proposición de su publicación, que viene a constituirse en homenaje de agradecimiento a un Papa que tanto dio a la universidad durante su vida, y en particular a esta pontificia casa universitaria en Chile, a la que además honró con su visita y sus sabias palabras pronunciadas en clase magistral dictada en el Aula Magna el 12 de julio de 1988¹, siendo entonces Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La referencia primera a esos prolíficos setenta años no es ajena a la cita de la carta de San Pablo a los Corintios, reproducida en el epígrafe de esta Introducción, pues lo primero que hay que decir es que en tan extenso período –cruzando por vicisitudes históricas más aceleradas y convulsivas que las que seguramente vieron todos los siglos pasados en la historia de la humanidad, habiendo ocupado a través de todo ese tiempo cargos de enorme responsabilidad, desde universidades consideradas entre las más respetables y exigentes del orbe, hasta llegar a ser por 24 años brazo derecho del magno pontífice Juan Pablo II y, por fin, él mismo Papa durante ocho años–, su palabra fue siempre la misma, fundamentalmente enraizada en la Escritura. La razón más profunda de ello estriba, creo yo muy firmemente, en que «nunca quiso saber nada fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado», y dejó siempre que su Creador, habiéndolo dotado de un alma privilegiada de insignes cualidades y de un cuerpo relativamente frágil, fuese su íntimo sostenedor, bella historia que tiene su inicio el propio día de su nacimiento y bautismo, un Sábado Santo de abril, el año 1927, en Marktl am Inn, Baviera.

    Este libro contiene la historia de una extraordinaria amistad intelectual vivida dentro de la historia tumultuosa de la Iglesia y del mundo. (Prefacio)

    La proyección mundial de la figura y del pensamiento de Joseph Ratzinger comienza a hacerse presente a partir de 1985, cuando siendo ya Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ensayista y periodista italiano Vittorio Messori se atreve, cuenta él en el exordio de su obra, a entablar con el cardenal una larga conversación de tres días, aprovechando su descanso veraniego en un seminario ubicado en los Alpes. Nace de ahí un best seller, el libro «Informe sobre la Fe», traducido a muchos idiomas.

    Un año más tarde, en la expectante espera de la primera visita de un Papa a Chile, el director del diario «El Mercurio», Agustín Edwards Eastman, comienza a convencerme de viajar a Roma a fin de cubrir con antelación, desde las páginas del Decano, ese magno evento. Me invadía un gran escepticismo de que fuera a lograrse un trabajo que valiera la pena. Los hechos demostraron que estaba yo del todo equivocado y así, por poco, pude malograr una espléndida oportunidad.

    Partí a Roma a comienzos de febrero de 1987, y estando muy lejos en aquellos tiempos la posibilidad de entrevistar a un Papa, el mayor interés apuntaba a conseguirlo con su asesor principal, el ya célebre teólogo y cardenal Joseph Ratzinger, lo que no era de suyo fácil. No obstante, en circunstancias que en otra parte detallaré, durante la segunda semana de mi estadía en Roma fui avisado de que el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe me recibiría en el antiguo palacio del Santo Ufficio, el martes 17, a las 11 horas de la mañana.

    Con dicha entrevista, publicada en «El Mercurio» el 15 de marzo de aquel año 1987 y reproducida en la

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1