Limonada

Por Jackie Ng

Jackie Ng es una mujer china de 56 años originaria de Malasia. En

1998  le  diagnosticaron  un  tumor  cerebral. 

• Idioma: Español
• Editorial: Pen Culture Solutions
• Fecha de lanzamiento: 4 jul 2023
• ISBN: 9781638127543

Jackie Ng

Ng Ah Keat nació en 1966 en un pequeño pueblo chino de Malasia.Licenciada en Economía con honores por la Universidad Nacional deMalasia. Trabajó como ejecutivo de operaciones y después en eldepartamento de merchandising del sector minorista, antes de jubilarse pormotivos médicos.

Vista previa del libro

Limonada

Copyright © 2023 by JACKIE NG

Versión Tapa Blanda ISBN: 978-1-63812-753-6

Versión Tapa Dura ISBN: 978-1-63812-755-0

Versión Electrónica ISBN: 978-1-63812-754-3

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Publicado por Pen Culture Solutions 06/30/2023

Pen Culture Solutions

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Contenido:

Introductión

Capitulo 1, Mis Humildes Comienzos

Capitulo 2, 1973-1985

Capitulo 3, La Vida Sin Un Padre

Capitulo 4, Menta Confundida

Capitulo 5, Catastrófico

Capitulo 6, Epilepsia

Capitulo 7, La Luz Al Final del Tunel

Capitulo 8, Primer Viaje Para Bucear

Capitulo 9, Buceadora Certificada

Capitulo 10, Conservación del Coral

Capitulo 11, Pilates y Fisioterapia

Capitulo 12, Madre

Capitulo 13, Mi Aventura con el Inglés

Capitulo 14, Sintiéndome Vulnerable

Capitulo 15, Cosas Que Le Gusta Hacer a Mamá

Capitulo 16, Mis Hermanos y Hermanas

Capitulo 17, Despertando

Capitulo 18, La Vida No Es Tan Fácil

Capitulo 19, La Vida Está Llena de Incertidumbres

Capitulo 20, El Viaje A Guangzhou

Capitulo 21, El SARS Covid-19

Capitulo 22, Si Se Quiere, Se Puede

Epílogo

Por la Senda de los Recuerdos

Limonada por Jackie Ng

Introductión

Damas y caballeros,

¿Saben qué es un tumor cerebral? ¿Pueden imaginarse cómo afectaría tener uno?

Yo nací sana y gordita en 1966, y soy un producto del sistema educativo local. Tras graduarme en la Universidad Nacional de Malasia, entré en el mundo empresarial. Mi vida laboral era satisfactoria y me esperaba algo mejor cuando, a los 32 años, me diagnosticaron un tumor cerebral.

A los cuatro días del diagnóstico me tuvieron que operar del cerebro durante 8 horas. Después tardé 6 meses en recuperarme, estaba en cama, me costaba hablar y veía doble.

Estaba equivocada cuando pensé que el tumor había desaparecido para siempre, ya que el neurocirujano encontró un residuo un año después. Me dijo que había que extirpar el residuo para evitar más daños neurológicos, pero que no se podía recurrir a la cirugía porque el residuo estaba situado muy cerca de la aorta. Por ello, recomendó la radiocirugía estereostática, en la que se concentra un haz muy potente para eliminar el residuo sin afectar a los tejidos circundantes. A los seis meses de la intervención de radiocirugía estática estereoscópica, sufrí un ataque grave en el que todo mi cuerpo convulsionó violentamente y perdí el conocimiento durante unos segundos. Tras aquel ataque, tuve que utilizar una silla de ruedas y aparatos para caminar. Esta vez, no había recuperación posible.

Enfrentándome a la vida con una discapacidad, me refugié en mi mundo y, con el paso del tiempo, olvidé cómo reír, cómo comunicarme con los demás y cómo volver a ser gay. Me sumergí en la depresión. El miedo a crear más inconvenientes a mis seres queridos me hizo tomar las riendas de mi vida.

A los seis años del primer ataque empecé una fisioterapia seria. La fisioterapia es un camino largo y tedioso, pero me propongo no dejar que mi enfermedad vaya de mal en peor. Además, todos los fines de semana nado. Mi mejor marca personal es 1000 metros braza en 45 minutos.

Tener un cuerpo más fuerte aumentó mi confianza, ya que participé en varias actividades, las más memorables fueron el buceo (sumergirme en el mar para explorar el mundo submarino), y un concurso de pasarela en el que usé un andador para caminar por una plataforma de 12 metros.

A pesar de mis limitaciones, preferí centrarme en las cosas que podía hacer. Por ejemplo, leer y escribir. Escribía un diario y un blog. Presenté artículos a un periódico local donde se publicaron. Animada por los comentarios de los lectores, quise compartir mi historia con más gente. Por eso, a finales de 2020 publiqué mis memorias médicas en inglés y chino. Rising y un libro en chino titulado 窗外有蓝天。

Tras la publicación de los libros, tengo que prepararme para la entrevista, así que me apunté a Toastmasters, también ha llegado el momento de repasar mis habilidades para hablar y escuchar. Mi meta es convertirme en un orador y evaluador eficaz tanto en inglés como en mandarín.

Muchas gracias por seguir leyendo.

Capítulo Uno

Mis Humildes Comienzos

Yo nací en 1966 en una familia con ingresos por debajo de la media. Mis padres tuvieron ocho hijos, dos niños y seis niñas; yo soy el séptimo. Mi madre dio a luz a una niña en 1954, luego a dos niños en los tres años siguientes y, por último, a seis niñas en un lapso de ocho años. Desgraciadamente, la más pequeña no sobrevivió, un defecto congénito le causó la muerte en la infancia. Afortunadamente, ninguna de las niñas fue dada en adopción, una práctica común en aquella época. Vivimos con nuestra abuela paterna en una casa de madera en una zona ilegal muy cerca del centro de Kuala Lumpur. En la parte de atrás de nuestra casa había un estanque y una parcela de tierra donde teníamos nuestro huerto de flores, verduras y árboles de tapioca y papaya. Mi madre criaba gallinas y patos cerca del estanque. Cada día, cuando hacía calor y mucha humedad, los patos se divertían nadando en el estanque. En el estanque crecían lentejas de agua a las que mamá arrancaba, cortaba, cocinaba y luego daba de comer a los patos. Delante de la casa había un terreno muy grande, la empresa de construcción de un pariente a veces enviaba maderas no deseadas o usadas. Las maderas que se podían utilizar como leña, las cortábamos y las guardábamos para el fuego de la cocina, mientras que las maderas que eran duras y buenas, las guardábamos para utilizarlas en el futuro; para reparar o restaurar la casa. Usábamos el agua del pozo para lavar, cocinar