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Oscuros Experimentos Psicológicos
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Libro electrónico138 páginas1 hora

Oscuros Experimentos Psicológicos

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Este libro lo sorprenderá. Encontrará en detalle la historia de 50 experimentos sociales llevados a cabo en humanos y animales, desde los más crueles hasta los considerados "inofensivos"; pero siempre buscando desentrañar y manipular la mente humana. Conocerá sus entornos sociales, a los científicos que los crearon, sus hallazgos, sus mentiras y engaños, como también sus triunfos.
Viajará por la época donde la ética y la moral no se tenían en cuenta, hasta los días presentes donde las leyes evitan que los experimentos se salgan de control.
Conocerá verdades sobre el comportamiento humano, y aprenderá sobre su propio proceder en la vida; dándole la posibilidad de modificar hábitos y de conocer mejor a los demás.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 jun 2023
ISBN9798223196488
Oscuros Experimentos Psicológicos

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    Oscuros Experimentos Psicológicos - Guillermo H. Pegoraro

    Tabla de Contenido

    Oscuros | experimentos | psicológicos | Guillermo H. Pegoraro | Diseño de tapa: Geralt

    Oscuros

    experimentos

    psicológicos

    ––––––––

    Guillermo H. Pegoraro

    Diseño de tapa: Geralt

    CONTENIDO:

    Primeras palabras

    El experimento del pequeño Albert (John B. Watson y Rosalie Rayner)

    Los experimentos de conformidad (Solomon Asch)

    El efecto espectador (John Darley y Bibb Latané)

    El experimento de la obediencia (Stanley Milgram)

    Experimentos con primates (Harry Harlow)

    Indefensión aprendida (Martin Seligman)

    El experimento de la cueva de los ladrones (Muzafer Sherif y Carolyn Sherif)

    El estudio del monstruo (Wendell Jhonson)

    Estudiantes de ojos azules contra los de ojos marrones (Jane Elliott)

    El experimento de la prisión de Stanford (Philip Zimbardo)

    Experimentos con chimpancés (Wolfgang Köhler)

    La Strange Situation (Mary Ainsworth)

    El experimento con el muñeco Bobo (Albert Bandura)

    Los reflejos condicionados (Iván Pavlov)

    Sobre estar cuerdo en sitios de locos (David Rosenhan)

    Estilos de liderazgo (Kurt Lewin)

    Los experimentos de ruptura (Harold Garfinkel)

    Experimento del buen samaritano (John Darley y Daniel Batson)

    El efecto halo (Edward Thorndike)

    El violinista en el metro (Washington Post)

    El experimento del malvavisco (Walter Mischel)

    Implantar recuerdos falsos (Elizabeth Loftus)

    ¿Podemos cambiar la identidad sexual? (John Money)

    Universo 25 (John Calhoon)

    La Ola: el fascismo no nos parece tan malo, una vez dentro (Ron Jones)

    Motociclistas en el cine (Carlsberg)

    La teoría de la diversión (Volkswagen)

    Genie, la niña salvaje (David Rigler y James Kent)

    Experimento sobre las expresiones faciales (Carney Landis)

    Proyecto MK Ultra (CIA)

    Elefantes con LSD (Louis West y Chester Pierce)

    Terapia de Aversión Homosexual (Martin E.P. Seligman)

    Sin tratamiento (Universidad de California)

    El efecto Hawthorne (Elton Mayo)

    El efecto Pigmalión (Leonore Jacobson y Robert Rosenthal)

    El experimento de disonancia cognitiva (León Festinger)

    Experimento sobre la teoría de la identidad social (Henry Tajfel)

    Experimento del rebote de sueños (Daniel Wegner)

    Experimentos sobre el efecto del falso consenso (Lee Ross)

    Teoría de la cooperación y la competencia (Moran Deutsch y Robert Krauss)

    Comprensión y creencia (Daniel Gilbert)

    Autoengaño (Quattrone y Tversky)

    El efecto de la sobrejustificación (Lepper, Greene, Nisbett)

    El efecto camaleón (Chartrand y Bargh)

    Ceguera a la elección (Peter Johansson)

    Los estereotipos. La prueba de la muñera (Kenneth Clark)

    Percepción de grupo selectiva (Hastorf y Cantril)

    El inconsciente y el efecto Florida (John A. Bargh, Mark Chen y Lara Burrows)

    La balsa del sexo (Santiago Genovés)

    Anatomía del pánico de las masas: La guerra de los mundos (Orson Welles)

    Primeras palabras

    La psicología social es el estudio científico de cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas son influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otras personas.

    Esta disciplina se nutre de varias fuentes, pero sus principales avances provienen de la experimentación mediante el uso del modelo científico. Esto significa que tanto las variables del estudio como los resultados obtenidos han de ser objetivos y replicables. Los experimentos psicológicos, por tanto, ofrecen una base de gran valor tanto para la explicación teórica como para la práctica en cualquiera de las disciplinas en las que trabajamos los psicólogos.

    Los científicos experimentales, en el área psicológica, emplean participantes, tanto humanos como animales, para el estudio de un gran número de temas, incluyendo, entre otros: sensación y percepción, memoria, conocimiento, aprendizaje, motivación, emoción, procesos de desarrollo y conductuales.

    En el transcurso del siglo XX se llevaron a cabo innumerables experimentos para comprender al ser humano; y que, a pesar de ser grandes hitos en las ciencias sociales, ayudando a entender numerosas cuestiones sobre nuestro comportamiento, también es cierto, que, hoy en día sería impensado repetirlos, debido a los modernos estándares éticos. En la actualidad, todos los colegios y asociaciones de psicólogos cuentan con su propio código que evita que las investigaciones psicológicas produzcan en la persona daños permanentes, irreversibles o innecesarios con la dudosa excusa de evitar otros mayores.

    Pero... hace unas cuantas décadas, experimentar con personas no era un acto inmoral ni mucho menos, sino que era algo que se hacía en nombre de la ciencia. Muchos de los experimentos trataban de ahondar en la psiquis y comprender la razón de nuestro comportamiento, pero en la mayoría de las veces, esto se les salía de las manos a los científicos.

    A partir de la década del 70 fue cambiando la visión de lo que se podía y no hacer en las pruebas psicológicas.

    Hoy en día celebramos que estas prácticas ya no sean legales, pero es importante recordar, que aquellas existieron para comprender hasta dónde podemos llegar para conseguir información acerca de nosotros mismos, marcar un límite, y superarnos éticamente.

    En este libro recopilo una serie de famosas pruebas científicas que serán el deleite para los estudiantes de esta disciplina, un placer en recordarlos por los profesionales, y una fuente de conocimiento para aquellos amantes de la psicología.

    En la siguiente lista, no sólo encontraremos los más bizarros y cuestionados experimentos psicológicos, sino también aquellos llevados a cabo por manos privadas, que lejos de ser controversiales, siempre han urdido con experimentar el más oscuro rincón y vedado del ser humano: su mente.

    ––––––––

    Lic. Guillermo H. Pegoraro

    El experimento del pequeño Albert

    En la Universidad de Johns Hopkins, en 1920, John B. Watson y Rosalie Rayner llevaron a cabo un estudio del condicionamiento clásico: un fenómeno que asocia a un estímulo condicionado con un estímulo incondicionado hasta que producen el mismo resultado. En este tipo de condicionamiento, se puede crear una respuesta de una persona o animal hacia un objeto o sonido que antes era neutral. El condicionamiento clásico se asocia comúnmente con Ivan Pavlov (analizado más adelante), quien hizo sonar una campana cada vez que alimentaba a su perro, hasta que el mero sonido de la campana hacía a su can salivar.

    Según describen Watson y Rayner, los objetivos de este experimento eran:

    - ¿Puede condicionarse a un niño para que le tema a un animal que aparece simultáneamente con un ruido fuerte?

    - ¿Se transferirá tal miedo a otros animales u objetos inanimados?

    - ¿Cuánto persistirá tal miedo?

    Para ello, se seleccionó a un niño sano de once meses y tres días, Albert, para el experimento. Se le examinó para determinar si existía en él algún miedo previo a los objetos que se le iban a presentar (animales con pelo); examen que fue negativo. Sí se identificó un miedo a los sonidos fuertes (como el producido al golpear fuertemente una lámina metálica con un martillo).

    El diseño del experimento era presentarle al pequeño Albert una rata blanca y al mismo tiempo un ruido fuerte (golpeando una barra detrás de la cabeza del niño). Después de varios ensayos, el niño sollozó ante la presencia de una rata.

    No se llegó a implementar una segunda fase del experimento, que consistiría en estudiar la forma de quitar el miedo condicionado. Algunas versiones atribuyen esta interrupción a que la madre, una nodriza que trabajaba en el Hogar para Niños Inválidos Harriet Lane y también en la Phipps Clinic dependiente de la Universidad Johns Hopkins, que era en donde Watson llevaba a cabo sus experimentos, retiró al niño del laboratorio psicológico.

    Es importante señalar que el experimento del pequeño Albert no se podría realizar hoy en día en psicología por considerarlo contrario a la ética de la experimentación científica, e inmoral, ya que Albert nunca fue sensible a las fobias que Watson le produjo.

    En 2009, después de una investigación encargada por el psicólogo Hall P. Beck, se descubrió que el pequeño Albert, cuyo verdadero nombre era Douglas Merritte, murió de hidrocefalia, posiblemente derivada de una infección de meningitis, a los seis años de edad, por lo que los médicos no pudieron determinar si sus fobias habrían persistido llegada su adultez.

    Los experimentos de conformidad

    Los experimentos de conformidad con el grupo fueron una serie de pruebas realizadas en 1951 por Solomon Asch, a través de Universidad de Swarthmore (EE.UU.), que demostraron significativamente el poder de la adhesión a la masa.

    Los científicos, les pidieron a unos estudiantes que participaran en una prueba de visión. En realidad, todos los participantes del experimento excepto uno eran cómplices del experimentador, y las pruebas consistían en ver cómo el estudiante restante reaccionaba frente al comportamiento de los cómplices. El objetivo explícito de la investigación era estudiar las condiciones que inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las presiones del grupo cuando éstas son contrarias a la realidad.

    Se reunía a un grupo de 7 a 9 estudiantes en un aula, y el organizador indicaba que el experimento consistiría en comparar pares de líneas. Se les mostrarían dos tarjetas, en una aparecería una línea vertical, y en la otra tarjeta tres líneas verticales de distinta longitud. Los participantes deberían entonces indicar cuál de las tres líneas del segundo cartón tenía la misma longitud que el estándar del primero.

    Del grupo de participantes, todos excepto uno, eran en realidad cómplices del investigador, siendo

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