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Economía de recursos naturales: Una aproximación
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Libro electrónico296 páginas2 horas

Economía de recursos naturales: Una aproximación

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Este libro inicialmente presenta los principios económicos básicos; la relación entre economía y recursos naturales; los derechos de propiedad; las fallas del mercado y la relación beneficio costo como criterio de decisión para la asignación eficiente de los recursos naturales. Sin mayor pretensión que la de ser una guía para los profesionales forestales, esperamos que este texto contribuya metodológicamente a la toma de decisiones que favorezcan el desarrollo, con sostenibilidad ambiental, viabilidad económica, pero sobre todo con equidad y justicia social.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 abr 2020
ISBN9789587873474
Economía de recursos naturales: Una aproximación

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    Economía de recursos naturales - Liz Farleidy Villarraga Flórez

    Introducción a la economía de los recursos naturales

    Presentación

    El objetivo de este capítulo es acercar a los estudiantes a los orígenes de la economía de los recursos naturales (ERN), su evolución a través de la historia, y las diferencias y coincidencias con la economía ambiental y la economía ecológica en el contexto del análisis económico. Al finalizar, el estudiante estará en capacidad de:

    •Entender los orígenes de la economía de recursos naturales y su evolución a través de la historia.

    •Comprender algunos conceptos de la economía de recursos naturales.

    •Diferenciar con claridad los conceptos de economía de recursos naturales, economía ambiental y economía ecológica.

    Síntesis del capítulo

    Orígenes de la economía de recursos naturales (ERN)

    Para ir a los orígenes de la economía de recursos naturales, primero es importante resaltar que esta surge como una rama de la economía y, por tanto, es necesario tener claridad respecto a los conceptos de economía y economía de recursos naturales. El Diccionario esencial de la lengua española¹ define economía como la ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos. En general, se dice que es la ciencia que estudia la asignación de los recursos entre diferentes usos que estos pueden tener, es decir, que su razón de ser es controlar la escasez de la forma más eficiente posible. Según la Asociación Americana de Economía (s. f.), la economía se puede definir como el estudio de la escasez, de cómo las personas usan los recursos; involucra temáticas relacionadas con la riqueza y las finanzas, y ayuda a comprender las tendencias del pasado, a interpretar lo que está ocurriendo en el presente y a predecir lo que ocurrirá en el futuro.

    De acuerdo con Samuelson y Nordhaus (2001), la economía es el estudio de la manera como las sociedades utilizan los recursos escasos para producir mercancías valiosas y distribuirlas entre los individuos. Tiene dos grandes ramas: la microeconomía y la macroeconomía. La primera se ocupa de forma individual del mercado, de las empresas y de los hogares, mientras que la macroeconomía se ocupa del funcionamiento general de la economía, y estudia variables económicas como la tasa de interés, el empleo, el ahorro y la inversión, entre otros.

    La economía de recursos naturales, según Kolstad (2001), tiene que ver con la producción y uso de los recursos naturales, tanto renovables como no renovables.

    Para Randall (1987), es la aplicación de la teoría económica a los problemas de política gubernamental respecto a la oferta, asignación, distribución y conservación de los recursos naturales y los servicios ambientales; planea cuestiones acerca de la eficacia de las actuales estructuras institucionales y de mercado en cuanto a la asignación de recursos; concentra su atención en asuntos de política que afectan los recursos naturales y, en síntesis, analiza los problemas de su asignación, identifica las causas y propone las posibles soluciones. En resumen, se puede decir que la economía de recursos naturales es aquella que se dedica al estudio de la asignación eficiente de los recursos naturales.

    ¿Cuándo y cómo surge la economía?

    La teoría económica como tal comienza a desarrollarse a mediados de 1700. La economía de recursos naturales, según Labandeira, León y Vásquez (2007) y Randall (1987), surge en los años setenta, pero sus fundamentos conceptuales se originaron en los siglos XVII y XVIII.

    De acuerdo con Randall (1987), los orígenes de la economía se remontan a los inicios del hombre. La lucha por la subsistencia muestra cómo en un primer momento la preocupación era buscar alimento, abrigo y protección contra las inclemencias del clima, las plagas y los depredadores. Posteriormente, y a medida que fue aumentando la población, el hombre inicia un proceso de estructura social para organizarse frente a los retos de la subsistencia, dando los primeros pasos hacia la agricultura (cultivando y cosechando alimentos) y la ganadería (domesticando animales); aún no existía el dinero, su opción era el trueque.

    Si se remonta el lector a la historia de las culturas griega y romana, la base de la economía era el sistema esclavista, su riqueza se fundamentó en la utilización de mano de obra a cero costo de aquellos que capturaban en las guerras ganadas. Luego, aparece un nuevo sistema, el feudalismo, en el que cada señor feudal tenía vasallos (campesinos que trabajaban sus tierras), quienes debían entregarle una parte de sus cosechas a él y otra a la Iglesia (como medio para ganar indulgencias e irse al cielo). Era un sistema tradicional, de repetición generacional, con poca innovación tecnológica y actividades de comercio muy reducidas. Sin embargo, al comenzar el Renacimiento y por efectos del crecimiento poblacional, surgen nuevas clases sociales: los artesanos y los comerciantes.

    A finales de la Edad Media, con los nuevos descubrimientos geográficos, la aparición de la imprenta, los viajes y el deseo de conquistar otros territorios, entre otros factores, la economía se dinamiza y surge una nueva clase social dedicada al comercio denominada burguesía, y por tanto un nuevo sistema, el mercantilismo, caracterizado por los préstamos y el cobro de intereses, cuyo objetivo principal era la acumulación de riqueza (Samuelson y Nordhaus, 2001). El mercantilismo fue un término utilizado por Adam Smith, con el que hacía referencia a que la riqueza estaba en función de la cantidad de recursos (oro y plata) acumulados.

    De acuerdo con Valencia (2011) y Alfranca (2012), los mercantilistas tenían ideas distintas sobre cómo conseguir y aumentar la riqueza; unos consideraban que la riqueza se obtenía con dominio sobre la tierra (fisiócratas²), otros tenían como fundamento las manufacturas y buscaban más y mejor mano de obra, y estaban quienes le apuntaban al comercio y buscaban que su nivel de exportaciones fuera mucho mayor que su consumo interno.

    En el siglo XVIII aparece la escuela liberal con autores como David Hume y John Locke, quienes fundamentaron las ideas de Adam Smith basadas en el mercado libre y el interés individual.

    Evolución de la economía de recursos naturales

    El final del siglo XVIII y el comienzo del XIX se caracterizó por propiciar el progreso industrial, la explotación de los recursos y la entrega de estos recursos a quienes tenían el conocimiento y el capital para explotarlos. Los términos conservación y reciclaje no eran muy usuales, ya que para la época resultaban innecesarios, pues se consideraba que la base de recursos era infinita; sin embargo, el auge y la prosperidad, como se había pensado en el momento, no pudieron continuar indefinidamente (Randall, 1987).

    A continuación, se relacionan algunos autores relevantes que abordaron temas económicos sobre el medio ambiente y los recursos naturales.

    Durante la Revolución Industrial se pasó de la producción artesanal a la mecanizada

    Fuente: https://bit.ly/37DtJ GI

    Los economistas clásicos

    Para los economistas clásicos, mientras se contara con tierras libres se podía crecer sin ningún límite; sin embargo, tenían muy presente que el crecimiento económico estaba limitado por la disponibilidad de los factores productivos, considerados por ellos la fuente de riqueza. A continuación se relacionan algunos autores clásicos descritos por Alfranca (2012).

    Adam Smith (1723-1790). Cuando escribió La riqueza de las naciones, la agricultura y la industria crecían rápidamente; había gran cantidad de tierra que permitiría la expansión de la agricultura; las utilidades que esta dejaba servían para desarrollar otros sectores. Propuso un modelo basado en tres supuestos esenciales: 1) el individualismo del ser humano en busca de su propio beneficio; 2) los límites impuestos por la competencia y, 3) el Estado como responsable de tres funciones básicas: la judicial, la defensa nacional y la construcción de infraestructura pública, las cuales no debían convertirse en una carga para el individuo. Manifestó que su teoría tendría éxito siempre y cuando permanecieran la libre competencia y el Gobierno no interviniera el sistema.

    Thomas Robert Malthus (1766-1834). Pastor anglicano. Su libro relevante es Ensayo sobre el principio de la población. En el marco de su pesimismo frente al crecimiento económico y el futuro de la civilización, utilizó dos hipótesis: a) hay un límite tanto en la cantidad como en la calidad de tierra disponible, lo cual no permite aumentar la producción continuamente, y b) la población aumenta a tasas de crecimiento superiores frente a la de los alimentos, lo que conlleva la sobreutilización de la tierra. Planteaba la necesidad de controlar las tasas de natalidad y así garantizar el aumento del crecimiento económico.

    David Ricardo (1772-1823). Escribió Principios de economía política y tributación. Consideraba que el crecimiento económico se fundamentaba en el incremento del capital y que por tanto las políticas económicas debían conducir a la utilización intensiva del capital. Su gran preocupación no era la cantidad de tierra disponible, sino su calidad. Explicó cómo el aumento de precios de los alimentos estaba relacionado con la ley de rendimientos marginales decrecientes³, y que el precio de un producto estará definido por los beneficios esperados, el salario y la renta. Manifestó que la renta es un componente del producto que debe pagarse al terrateniente por la utilización de la tierra.

    Muchos autores pudieron refutar a Ricardo con el argumento de utilizar técnicas cada vez más eficientes y menos costosas, y así evitar la aparición de los rendimientos marginales decrecientes en la agricultura. Vale la pena anotar que uno de los razonamientos utilizados por los economistas es el del silvicultor alemán Martin Faustmann, quien de acuerdo con Casals (2005), publicó la fórmula para calcular el valor del suelo forestal. Para ello construyó un hipsómetro que permitía calcular la altura de los árboles y, según Labandeira, León y Vásquez (2007), cuestionó la divergencia entre el turno de máximo crecimiento y el turno económicamente óptimo.

    Karl Marx (1818-1883). En su libro El capital, manifiesta que el capitalismo no solo explota al trabajador del que obtiene la plusvalía, sino que también sobreexplota los recursos naturales. Afirman Aguado, Barrutia y Etxebarria (2009), que Marx tenía claro que el desarrollo industrial de su época generaba problemas ambientales y agotamiento de los recursos naturales; sin embargo, no era pesimista como los clásicos y por el contrario consideraba que los avances tecnológicos ayudarían a evitar el colapso del sistema (sustitución de recursos o mayor eficiencia en la producción).

    Los neoclásicos

    John Stuart Mill (1806-1873) se considera como un puente entre los clásicos y los neoclásicos. En su obra Principios de política económica sustenta la idea de que la producción depende tanto de leyes naturales como tecnológicas, y que las personas no tienen la capacidad de modificarlas, pero si de adaptarse a ellas (Castro, 2009).

    Labandeira, León y Vásquez (2007) manifiestan que Mill fue uno de los primeros economistas preocupado por la conservación de la biodiversidad y por la imposibilidad de transformar el capital natural en capital producido por el hombre, y que aportó los siguientes considerandos: a) los costos de extracción crecen en la medida en que se agota el recurso, y b) la tierra vale tanto por la capacidad de producir como por su capacidad de generar la belleza natural de los paisajes y ecosistemas. De acuerdo con este planteamiento, Mill ya conceptualizaba lo que en nuestra época la economía de recursos naturales denomina valor instrumental y valor intrínseco de la naturaleza.

    William Jevons (1835-1882), claramente, era pesimista respecto al desarrollo de la sociedad. En 1865 describió en su libro The coal question que se estaba agotando el carbón, y que en un período no mayor a veinte años las pocas reservas se acabarían y, por tanto, sería un problema grave para la industria y la civilización colapsaría. De acuerdo con Alfranca (2012), Jevons establece que cuanto mayor sea el número de consumidores que disponen de un bien, menor será la utilidad que podrán alcanzar mediante el consumo de una unidad adicional del bien, y menor será su disposición a pagar por esta unidad. Tietenberg (1992) cita las discusiones de Keynes sobre el trabajo de Jevons y anota que este último, además de estar preocupado por la falta de carbón, también lo estaba por la evidente escasez de papel, el cual se dedicó a acumular para evitar que faltara. Cincuenta años después de su fallecimiento, sus descendientes no sabían qué hacer con las grandes cantidades de papel que Jevons había almacenado.

    Alfred Marshall (1842-1924) en Los principios de economía, publicado en 1925, desarrolla la primera contribución al concepto de externalidad que posteriormente abordó Pigou (Alfranca, 2012). Según Bifani (1982), observó que la reducción de costos (en este caso externalidad positiva) en una empresa no era por decisión interna, sino que ocurría fuera de ella por diferentes razones, por ejemplo: expansión de los mercados, mejor acceso a mano de obra,

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