Las empresas y los consumidores del mundo demandan hoy energía de fuentes renovables para hacer frente a las consecuencias del cambio climático y alimentan un círculo virtuoso de innovación y desarrollo, del cual la Argentina no es ajena. En estos últimos años, el país demostró su capacidad para encarar la transformación de su matriz energética e incrementar su parque, y generar fuentes más verdes y sustentables a partir de una industria local que se fue adaptando a las necesidades legales y de mercado. La transición energética local para abandonar una matriz basada en los combustibles fósiles está en marcha, en un sendero del que resta saber a qué velocidad se podrá transitar, y cómo se sortearán los desafíos. El objetivo es transicionar de las energías que emiten a las que no emiten, considerando también los efectos económicos y sociales; por lo tanto, debe existir un equilibrio de costos, abastecimiento e impacto ambiental.
Ya las energías renovables confirmaron que pueden ser más competitivas que las convencionales, dada la evolución de la tecnología y el excelente recurso natural, como el viento y la radiación en la Argentina, y la industria asegura que, si