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AMLO en el poder: La hegemonía política y el desarrollo económico del nuevo régimen
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AMLO en el poder: La hegemonía política y el desarrollo económico del nuevo régimen

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Esta obra es resultado del interés por examinar la importancia que ha tenido la trayectoria de un político con las características de Andrés Manuel López Obrador, sin lugar a dudas, el líder más importante en la historia reciente de México. También se analiza el significado que tendrá para el país su proyecto de cambio, una vez que ha alcanzado la
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 feb 2021
ISBN9786077521815
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    AMLO en el poder - Víctor López-Villafañe

    Epílogo

    INTRODUCCIÓN

    Este libro nace del interés por examinar la importancia que en México ha tenido la trayectoria de un político con las características de Andres Manuel López Obrador (AMLO), quien sin lugar a dudas quedará registrado en la historia como el líder más importante de principios del siglo XXI, así como analizar las repercuciones que tendrá su proyecto de cambio una vez que ha alcanzado la presidencia.

    El triunfo en las elecciones del 1 de julio de 2018 es la culminación de una impresionante lucha política, a partir de su participación en la campaña de Carlos Pellicer a senador por el estado de Tabasco en 1976 y en particular desde que se une a las fuerzas de la oposición al régimen priista como candidato a la gubernatura de ese estado por el Frente Democrático Nacional en 1988 y luego como militante del Partido de la Revolución Democrática del que llegaría a ser su dirigente. Asimismo se distinguiría como jefe de gobierno del Distrito Federal en 2000 y por su lucha frente a los gobiernos panistas, en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, así como al gobierno de Peña Nieto con el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2012.

    En 2014 se constituye como partido político el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con el que López Obrador llega al poder en 2018, después de sus otras candidaturas a la presidencia en 2006 y 2012, y se propone llevar a cabo la Cuarta Transformación (4T) de México para construir una propuesta posneoliberal y convertirla en un modelo viable de desarrollo económico, ordenamiento político y de convivencia entre los sectores sociales.¹ Esta propuesta del nuevo gobierno consiste en el reacomodo de facciones de poder económico y político, en el que su liderazgo resulta un factor esencial de cohesión. Se trata, en efecto, de una nueva propuesta, compleja, en la que se vinculan estructuras muy poderosas heredadas del periodo neoliberal y un proyecto de reforma social como horizonte de lo que podrían ser los caminos del capitalismo mexicano en el inicio del siglo XXI. Este análisis es nuestro primordial objetivo.

    En cierta medida esta obra se fue estructurando por una serie de hechos relativamente fortuitos. En 2016 realicé una actualización de mi libro sobre el sistema político mexicano (primera edición publicada en 1986), periodo en el que la figura de López Obrador destaca como una fuerza política dominante, aun sin estar en la presidencia. En 2005 el Consejo Mexicano de Comercio Exterior con sede en Monterrey (Comce Noreste), por conducto de José Luis Quiroga Lam, en aquel tiempo su director, me solicitó un análisis de su gestión al frente del gobierno del Distrito Federal, con la idea de que el sector empresarial de aquella región tuviera un estudio sobre las políticas aplicadas por AMLO, frente a las elecciones presidenciales de 2006.

    En todos estos años también he realizado diversos estudios comparativos del desarrollo económico de México y el de las economías de Asia, que se han publicado como libros de mi autoría, capítulos en obras colectivas y artículos en distintos medios. Por lo que al considerar tanto el Proyecto de Nación 2018-2024 como las declaraciones de López Obrador en que se ha hecho alusión directa al potencial económico de México y que colocan a estas economías como ejemplo, se ha reafirmado mi interés por examinar si es posible que México pueda o no convertirse en una potencia a partir de la 4T.

    Dos escritos más fueron publicados uno antes y otro después de la elección del 1 de julio de 2018; mismos que me fueron solicitados por la revista Observatorio del Desarrollo que publica el doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, en donde actualmente trabajo como profesor-investigador.

    A finales de 2018 y principios de 2019 como parte de una estancia de investigación en la Universidad Meiji, en Tokio, fui invitado para dar un par de conferencias sobre López Obrador y su propuesta de cambio, lo que me hizo proceder al acopio de nuevo material para estudiar el significado de su triunfo. Después me di a la tarea de reunir material sobre su primer año de gobierno con el que preparé varios capítulos en especial para este libro.

    Todos los materiales que integran esta obra han sido cuidadosamente seleccionados y si es el caso se han actualizado para brindar al lector un estudio coherente y ágil. El principal propósito es entender los rasgos y características fundamentales de la nueva hegemonía política que arriba con Andrés Manuel López Obrador y en el terreno del desarrollo económico analizar si existen posibilidades de que su proyecto de reforma social tenga éxito.

    La introducción que acaban de leer fue redactada para este libro que origina-mente sería publicado a principios de 2020, más o menos coincidente con el primer año de gobierno de AMLO. Sin embargo, no teníamos idea de que un poderoso virus vendría a trastocar la situación sanitaria, económica y política de México, y del mundo. Por tanto se decidió posponer su publicación. De manera que hemos agregado un nuevo capítulo para reflexionar sobre este fenómeno en relación con el proyecto de la 4T de López Obrador y por tal razón el amable lector debe tomar en cuenta que lo dicho hasta antes de la aparición del coronavirus debe entenderse en el contexto previo de esta inesperada doble crisis, de carácter sanitario e índole económica.

    ¹ Tal y como lo expresa en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.

    1.

    AMLO. ORIGEN Y DESTINO

    Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha llegado a la presidencia de México después de recorrer un largo camino, de luchas y confrontaciones de todo tipo, que comenzó desde su época de juventud. Podemos afirmar que es un hombre de poder. Un hombre que ha constituido él mismo sus propias fuentes de poder. En el idioma inglés se utiliza la frase para designar a este tipo de personas como un "self-made man". Es decir, alguien que realizó todos sus logros a partir de una carrera propia, y no derivada del poder de una familia, o al amparo de la protección y estímulo de grupos políticos o empresariales poderosos. En palabras de un personaje de Tolstoi, para referirse a esta clase de personas, lo hace señalando que son de un gran espíritu, encumbrados en el poder por obra de su propia energía.²

    Su ascenso a la presidencia de México en diciembre de 2018 constituye un cambio en muchos de los paradigmas políticos, no sólo de la era neoliberal, sino del propio pasado de la hegemonía priista.³ AMLO nació en un municipio tabasqueño, cuando por regla general, desde la década de los cincuenta, toda la principal élite política provenía de las grandes ciudades. Sus estudios profesionales los realizó en una universidad pública (UNAM), en contraste con las recientes presidencias en que sus titulares, y casi todo el principal personal político del país, se habían formado en escuelas y universidades privadas.

    Al analizar su comportamiento pensamos que muchos de sus rasgos políticos provienen de este legado que sus circunstancias geográficas y familiares le otorgaron. Por haber nacido en un municipio pequeño de Tabasco su visión en el origen de su vida no fue cosmopolita o urbana, como lo hubiera sido en caso de haber nacido en una de las grandes ciudades de México. Nació en el seno de una familia de clase media y gracias a ello es que pudo trascender y realizar estudios que finalmente lo llevarían a la UNAM. Como sabemos, en México existía y existe una escasa movilidad en la escala social, el lugar de nacimiento y la familia a la que pertenece la gente prácticamente determinan el futuro de una persona. Así se han constituido y reproducido las élites dominantes de México.

    Todo ser humano lleva rasgos y características peculiares que obedecen a este tipo de condiciones y factores. En el caso de AMLO estos rasgos adquieren relevancia, pues nadie en la historia política contemporánea de México ha mantenido una lucha constante de más de 35 años para finalmente llegar a la presidencia. Creemos que la primera línea que se debe destacar de toda su trayectoria —y quizá la más importante— es la de ser un organizador de poder. Su vida en el régimen político mexicano puede ser caracterizada como la de un organizador de redes, brigadas, marchas, movimientos, plantones, alianzas y coaliciones. Así, más que un hombre de partido ha sido un hombre-poder; es decir, organiza y concita el poder alrededor de su liderazgo. Este liderazgo ha embonado perfectamente en el ambiente político que se generó en el país después de la disolución del viejo régimen mexicano anclado en la hegemonía priista desde 1929, que duró hasta la década de los ochenta del siglo pasado y que se transformó en la hegemonía neoliberal desde entonces.

    Influencias importantes y ejemplos de conducta fueron para AMLO el político Carlos A. Madrazo Becerra, un garbanzo de libra en el viejo sistema priista, destacando en esos tiempos por su lucha por la democratización del PRI (gobernador de Tabasco entre 1959 y 1964), y en especial Carlos Pellicer, gran poeta comprometido con la gente humilde, con quien trabajó en su campaña a senador de la República en 1976. La de Pellicer fue una campaña principalmente dirigida para dar visibilidad a las necesidades de los indígenas mayas chontales. Más tarde, en el gobierno de Leandro Rovirosa Wade, ocuparía el puesto de director del Centro Coordinador Indigenista Chontal. En esta posición inició el programa de recuperación de tierras, denominado Los camellones chontales, con el objetivo de recuperar los pantanos para producir alimentos básicos, así como un programa de vivienda basado en el trabajo comunitario indígena y otros, como un programa ganadero llamado Crédito a la palabra. Su desempeño fue considerado sobresaliente en favor de los marginados y clave para la obra social de ese gobierno. Después, en la gubernatura de Enrique González Pedrero (1983-1987), fue designado presidente del Comité Directivo Estatal del PRI. Desde este cargo tomó la decisión de que las obras públicas de los municipios serían vigiladas para que fueran cumplidas escrupulosamente. Los comités seccionales fueron electos de manera directa mediante asambleas y serían los encargados de esta vigilancia. Todo lo anterior chocaba con las tradiciones complacientes del priismo con su clase política dirigente con respecto al manejo del presupuesto público. González Pedrero —receptor de las quejas continuas de los presidentes municipales por esta vigilancia— decidió cambiarlo de puesto, pero AMLO renunció. Así, se retiró del PRI para empezar una trayectoria política que lo llevaría a la presidencia de México 35 años después.

    En la ciudad de México, fuera del gobierno de Tabasco, pudo conseguir trabajo en el Instituto Nacional del Consumidor (Inco), se titula y enfila hacia nuevas tareas.⁶ En México ese periodo estuvo caracterizado por la formación del Frente Democrático Nacional, la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y el fraude electoral de 1988, antesala de grandes transformaciones en la correlación de fuerzas en el sistema político nacional. En 1988 AMLO reafirmaría su peso, ahora como líder regional, al obtener la candidatura al gobierno de Tabasco como representante del FDN. Es importante subrayar el hecho de que él no llegó a las filas del FDN y más tarde a las del PRD, como la mayoría de los fundadores, bajo el paraguas de algún partido político, ni se integró tampoco como jefe de algún grupo (tribu), como sucedía en casi todos los casos. López Obrador llegó precedido de su propio poder e imagen obtenida en Tabasco y que ensancharía luego en ese estado como candidato a su gobierno. Esta génesis de independencia y autonomía política marcó todo su recorrido en el PRD. En 2014, después de su rompimiento con este partido y la fundación de Morena, estas mismas características lo llevarían a consolidar una nueva coalición de fuerzas con la que ganaría la presidencia en julio de 2018.

    AMLO hizo una campaña como candidato al gobierno de Tabasco de la manera como serían todas las que realizaría después. Recorrió comunidades del estado ofreciendo un gobierno para la defensa de los desprotegidos, para instaurar un gobierno nacionalista y democrático con el apoyo del pueblo. Enfrentó al poder establecido que recurrió a las armas de la censura en los medios de comunicación, intimidación y violencia contra sus seguidores. Fue acusado de ser comunista y de que una vez en el poder procedería a cerrar templos. Según Manuel Camacho Solís, entonces secretario general del PRI, En esa época el PRI y el gobierno del presidente Salinas diseñaron una estrategia para mostrar al ingeniero Cárdenas y a sus seguidores como gente violenta, radical, porque lo que querían era precisamente que una parte de la opinión pública no estableciera contacto con ellos.

    Debemos recordar que esa campaña sería una de las primeras luego del gran fraude contra el FDN en julio de 1988 y que el gobierno de Salinas (entonces presidente electo) tenía preparada su estrategia de reducir la fuerza del FDN y en especial del que había sido su candidato, Cuauhtémoc Cárdenas, así como establecer una alianza política y electoral con el PAN, entre otras estrategias, para legitimar su poder. La campaña de AMLO en Tabasco fue la primera prueba del poder salinista para impedir el crecimiento de esta nueva oposición. Y Tabasco sería uno de los primeros laboratorios en esa elección del 9 de noviembre de 1988 en donde se aplicó la fuerza del Estado para frenar a este nuevo opositor.

    AMLO una vez fundado el PRD, en mayo del año siguiente, pasaría a ser el presidente de su comité estatal en Tabasco y desde este partido asumiría las tareas de su construcción con giras por ejidos y mediante gacetas informativas para denunciar la corrupción en el estado.⁸ Luego, ya en la lucha electoral, enfrentaría las primeras con candidatos a elecciones municipales en noviembre de 1991 y el hecho de un nuevo fraude, en especial en ciertos municipios, en donde la fuerza del PRD había crecido. Lo que motivó la organización de uno de los primeros grandes movimientos, el llamado Éxodo por la democracia, una caminata de protesta conducida hasta la ciudad de México, que rindió resultados al establecerse un par de concejos municipales, reconocimiento de diputaciones plurinominales y la reposición de una elección.

    En 1994 AMLO se convertiría de nueva cuenta en candidato al gobierno de Tabasco por el PRD, enfrentando a Roberto Madrazo candidato del PRI. Según el anecdotario político el entonces presidente electo Zedillo le propuso a AMLO ser el candidato único abanderando a estos dos partidos, a lo que se negó quedando las puertas abiertas para la confrontación que vendría por la fuerza ya adquirida por AMLO en Tabasco y las resistencias del PRI a ceder espacios haciendo valer todas las maniobras posibles.⁹ De nueva cuenta un fraude electoral y una segunda marcha, ahora llamada Caravana por la democracia, a la Ciudad de México que proponía como petición central que el Congreso local nombrara un gobernador interino que pudiera garantizar elecciones limpias. Esta demanda no fue aceptada y se nombró gobernador constitucional a Roberto Madrazo, lo que dio lugar a las protestas que condujeron al bloqueo de instalaciones petroleras en todo el estado de Tabasco. En enero de 1995 el movimiento de protesta continuó con plantones en los municipios y la instalación de una asamblea popular en Villahermosa. El movimiento opositor continuaría prácticamente durante todo el gobierno de Madrazo Pintado y AMLO pasaría a convertirse en el político regional más destacado del país.¹⁰

    Con este liderazgo regional, aun sin haber logrado la gubernatura, AMLO llegó de lleno al PRD. Lo hizo, como hemos anotado, con su propia fuerza y no derivada de algún grupo político específico, como había sido la forma de integración en el PRD desde su fundación. Lo anterior desde un principio le generó características diferentes y una fuerza singular a su liderazgo, muy diferente al del propio Cuauhtémoc Cárdenas o al de Porfirio Muñoz Ledo. Su ventaja natural era la que le proporcionaba la fuerza política que diversos movimientos le concedían desde su papel como dirigente estatal del PRD, como candidato al gobierno y, sobre todo, por la energía que sus reclamos contra el fraude electoral en Tabasco despertaba en la gente. Con estos antecedentes AMLO se convertiría en el presidente nacional del PRD en julio de 1996, mediante una elección interna que no causó grandes problemas —fue de las pocas, o la única, en la que no se dieron riñas poselectorales en el partido— y su convalidación como nuevo líder del partido fue plena, enfatizando su filiación nacionalista en el ideario de la Revolución mexicana, y pronunciándose ideológicamente como de centro-izquierda.¹¹

    Su etapa como presidente del PRD tuvo varias características y quizá la más relevante fue la de incrementar su peso electoral por conducto de candidatos de arrastre, precedidos de buenos antecedentes públicos y con capacidad para ganar elecciones. En las de 1994 Cuauhtémoc Cárdenas había pasado al tercer puesto con 17% de la votación a la presidencia y después de esta fecha en las elecciones efectuadas en diversos estados del país, en los que se habían disputado gubernaturas, congresos y ayuntamientos, en sólo siete había tenido aumentos de un total de 21 elecciones. En el periodo en que AMLO dirige al PRD este partido pasa a gobernar más de 220 municipios con una población de 9 millones de habitantes, habiendo conquistado lugares muy poblados en municipios del Estado de México en las elecciones de noviembre de 1996.

    Una nueva innovación electoral de AMLO fue la de constituir las Brigadas del Sol —en realidad éstas fueron una extensión de sus estrategias ensayadas en Tabasco como candidato y dirigente estatal— y por medio de ellas conformar un ejército proselitista para visitas domiciliarias, dar a conocer el programa electoral del partido y animar a la gente a salir a votar por el PRD. Ya en las elecciones de Guerrero y del Estado de México habían demostrado su eficacia, pero en las del

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