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Una historia más: Historia de una trastorná
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Una historia más: Historia de una trastorná
Libro electrónico137 páginas1 hora

Una historia más: Historia de una trastorná

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En Una historia más (Historia de una "trastorná"), Belén nos describe la desgarradora visión de la mujer que tiene que vivir con los estigmas de la violencia en su desarrollo personal con las repercusiones que acarrea la respuesta de la sociedad.
En este tiempo, una mujer cuenta la historia de su vida desde su nacimiento hasta su presente actual. Pasando por agresiones sexuales y violencia de genero siendo todavía un adolescente, se adentra en un mundo de adicciones y toxicidad en la zona más conflictiva de un barrio de la capital. Todas esas experiencias que sufre durante su desarrollo le acarrean trastornos mentales y una discapacidad psicológica de por vida. Siendo madre madre soltera y teniendo que cuidar a un bebé, se complican más las cosas. Con un toque irónico y de humor agridulce, nos transmite un mensaje lleno de esperanza. Muestra la crueldad y falta de empatía en estos tiempos. Cruda, emotiva, con grandes reflexiones sobre los valores del ser humano.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 jul 2022
ISBN9788419445049
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    Una historia más - Belén Muñoz Gallego

    Una historia más: historia de una trastorná

    Belén Muñoz Gallego

    Ilustrado por Fernando Centeno López

    ISBN: 978-84-19445-04-9

    1ª edición, abril de 2022.

    Editorial Autografía

    Calle de las Camèlies 109, 08024 Barcelona

    www.autografia.es

    Reservados todos los derechos.

    Está prohibida la reproducción de este libro con fines comerciales sin el permiso de los autores y de la Editorial Autografía.

    Este libro es:

    Para ti Ángel, para dejarte constancia

    de que no hay que tener miedo a ser uno mismo

    y que puedas estar siempre orgulloso de tu madre.

    Para ti, Esther Arribas, por darme ese lugar

    que todos se negaron a darme y enseñarme a volver

    a brillar cuando se me había olvidado.

    Para ti, Jose Juan, donde quieras que éstes...

    gracias por ser el primero en confiar en mi obra.

    DIOSA te llevo antes de tiempo.

    Todas somos Whitney Houston...

    Parte uno

    Capitulo uno

    Nacer

    Esta historia no quería que muriera conmigo, no es que fuera especial, es una más de tantas de este mundo en el que vivimos cada vez más cruel y de falta de emociones.

    A pesar de que es una de tantas, quería gritarla al mundo y que llegara a corazones con parches, con agujeros negros que no pueden llenarse.

    Os la voy a contar desde el principio, como debe contarse una buena historia. Comenzó en 1982, no puedo hablar mucho de esa época, era un bebé. Recuerdos fugaces que se unen a testimonios que hacen que ponga imagen a esta historia.

    Un grupo de jóvenes, amigos de toda la vida, al cual mi padre y mi madre pertenecían. Mi padre, un ser inteligente, comenzó a inquietarse por la vida que había aparte de las normas. Era atractivo pensar en tener sus propias reglas contra el sistema.

    Es inevitable que la gente inteligente vea una cárcel llena de ataduras y de normas que la sociedad te impone y empiezas a materializar el pensamiento de empezar a ser políticamente incorrecto. El mundo se te hace pequeño.

    Su seguridad y su labia le hicieron el cabecilla del grupo, el que aportaba ideas, recursos. Jugar con fuego tiene mucho peso para aquel que quiere más.

    Era una época donde la droga pisaba fuerte. Un hombre con recursos, visitador médico, cobrando más dinero que el resto de la media. Su ambición le convenció de que podía conseguir más, mi madre no se pudo resistir a la idea tan atractiva que mi padre traía.

    Apareció ELLA, la heroína, MADRE de hijos que se peleaban por ser los afortunados de coger su mano en el corro de la patata. Alcohol, tabaco, porros, cocaína, tripis…pero ELLA, madre de todas, hacía no quererte despegar de sus pechos amamantando tu realidad, dándote sabor y las vitaminas que te quitaba la crudeza de la vida. ELLA, como un tsunami, hacía desaparecer el alma de todos aquellos que la probaban, te robaba tu humanidad, se quedaba con tu alma hasta que te consumía física y mentalmente hasta hacerte desaparecer de la manera más fría y egoísta que ELLA necesitaba, morías con ella y con nadie más, porque se convertía en la única compañera o familia que realmente amabas inclusive x encima de tu alma. Con ELLA conseguías tener esos momentos íntimos que tanto ansiabas, eras capaz de destrozar a todos los enemigos que te intentaban separar de MADRE, aunque un día fueron tus padres, hermanos o tus propios hijos los que con la manipulación de las lágrimas intentaban separarte del único y verdadero amor de tu vida, con ella olvidabas el mundo que tanto te torturaba, con ella volabas y con ningún otro ser humano habías rozado la paz que MADRE te daba.

    Mi padre no quería jugar con los descendientes de MADRE, a veces les hacía participar por tener versatilidad en cada momento que los necesitaba, escogiendo muy bien la sensación que cada uno le daba, pero era MADRE su predilección, el amor por el que el suspiraba. Traspasó su coherencia, su inteligencia le suplicaba que no olvidara que si se casaba con MADRE ella no le dejaría marchar. Pero él quería jugar, quería más…

    El dinero le dio la posición para adquirir cantidades controladas para fiestas privadas, que terminó en convertirse en una máquina de mover mercancía y dinero.

    Yo llegué en ese momento, donde tener descendencia no cuadraba en ese fuego. Aún siendo bien pequeña, unos cuatro años, imágenes claras todavía retengo bien adentro de mi mente. Siempre gente en casa, fumando sin descanso, nunca había calma, siempre ruido, confusión, desconcierto… Un sitio poco apropiado para iniciar una vida.

    Recuerdo la tristeza y las lágrimas de mi madre porque en su fuero interno sabía que estaba condenando a su hija a un mundo sin retroceso. Hubo muchos momentos en los que casi pierdo la vida…bebiendo agua de los vasos donde estaban las agujas que utilizaban o el detonante que hizo que mi madre tomara la decisión sin dudar de que me tenía que salvar de esa vida de destrucción en la que estaba creciendo del que tengo un pequeño y vago recuerdo, unas imágenes efímeras sin llegar a poner lógica al argumento del suceso.

    Ese día estábamos mamá y yo solas en casa y rompieron la puerta con violencia, entrando, arrasando con sus armas y con sus amenazas de quitarnos la vida si no le daba mi madre toda la mercancía y todo el dinero. Alguien me cogía en brazos muy fuerte, me hacía daño, un cuchillo me rozaba la garganta. Vi el terror en la cara de mi madre, creo que ese día hizo que tomara la decisión definitiva de salir de ese infierno. Solo recuerdos rápidos, pero algo recuerdo. ¿Había sido un sueño?

    Ya ella sabía que no podía dejar entrar a MADRE, veía como cambiaba a las personas que se adentraban en su juego, que la aguja no podía traspasar, aunque la vena palpitaba más fuerte pidiéndole a gritos ese orgasmo, esa explosión del ser al sentir el oro líquido que recorría saboreando todo el recorrido q lentamente se fusionaba en su sangre, que provocaba ese frenesí, esa copulación espiritual de MADRE con ellos.

    Ella lloraba por la noche sin consuelo. Por fin, su instinto maternal pudo con el miedo, decidió marchar, pero ¿cómo empezar? todos vigilaban y a cualquier salida que creía encontrar la tapiaban llevándola al centro del laberinto desde el comienzo, teniendo que repetir el proceso en su mente de volver a pensar salir de cero. Estudiaba cada paso, cada alternativa que se le ocurría que nos permitiera huir corriendo… sin éxito, la única opción era terrible, pero era la menos peligrosa y más factible, era un viaje de solo una, ella, sabía que tenía que marchar sola, sanar y hacerse fuerte para combatir a su propio miedo para por fin volver a por mí.

    Mamá se marchó, me abrazó bien fuerte y cubriéndome la cara de besos mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas prometiendo que volvería pronto, marchó a un lugar seguro, un lugar del que nunca, al conocerlo yo querría marchar, un templo. No entendía bien sus lágrimas y su sufrimiento, pero de repente me encontré en casa de mis abuelos paternos, me encantaba…me sentía feliz …era mi familia.

    Papá trabajaba mucho, venía a verme en cuanto podía en los descansos de su trabajo, sobre todo trabajaba mucho de noche, casi no le veía, tenía un trabajo muy importante. Mamá también venía a verme de vez en cuando… ¡la echaba tanto de menos!

    Venía al bar de siempre, unos amigos de papá me llevaban y se quedaban cerca de nosotras, observándonos atentamente, para protegernos.

    Mamá se sentaba nerviosa, con las manos temblando, frías, muy frías y me daba siempre un abrazo muy fuerte sin soltarme durante un largo período de tiempo, lloraba y besaba mi carita incrédula y me repetía que ya quedaba menos para poder estar juntas de nuevo…no sé por qué lloraba, yo sabía que era verdad y eso me ponía contenta, si yo estaba genial en casa de los abuelos, me querían mucho.

    Un día sin saberlo la promesa se convirtió en hecho, los amigos de papá fueron a hacer un recado, solo tardarían

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