Dibujar para tener una mejor imagen corporal
Para darle crédito al chico que grafiteó mi estuche de lápices en la secundaria, realmente es difícil dibujar unas bubis. Es un lunes por la tarde y estoy en un centro de artes intentando hacer precisamente eso. Ya era hora, decidí, de aceptar mis veintitantos años y hacer algo enriquecedor por las tardes –tomar clases de francés, o aprender a dibujar figuras humanas., las mujeres que iban a clases de dibujo en vivo con una modelo, salían con una imagen corporal más positiva. Es posible ver la lógica; entre más tiempo pasas expuesta a diversos cuerpos, menos mal te sientes sobre el tuyo. Pero al estar encorvada sobre mi libreta, mirando a nuestra modelo y luego volteando a ver mi papel con tanta frecuencia, empiezo a darme cuenta de que es más que eso. Yo veo a mujeres desnudas todo el tiempo en el gym, pero no las observo. (Por favor, no soy una pervertida). Pero aquí, por primera vez, le estoy haciendo al cuerpo de otra mujer lo que le hago al mío al mirarme al espejo. Estoy conectándome con él, pensando en las proporciones del muslo a la pantorrilla, en la ondulación de la cadera y los glúteos, los pequeños pliegues y bultitos, pero, a diferencia de lo que hago con mi cuerpo, no lo hago con ninguna carga emocional. Esto, de acuerdo con el profesor Viren Swami, autor líder del estudio, es lo que se conoce como “encarnación”, lo cual promueve un mayor respeto por tu propio cuerpo. “Dibujar en vivo puede ser una actividad en la que puedes experimentar la encarnación de forma indirecta”, explica. “No sólo estás viendo otro cuerpo, sino que puedes experimentar con él al reproducirlo a través del arte”. Son sólo partes de un cuerpo y si son algo tan simple en este espacio artístico, definitivamente también las mías son así.
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