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El Psicoanalista Y El Ascenso De Los Ángeles Caídos
El Psicoanalista Y El Ascenso De Los Ángeles Caídos
El Psicoanalista Y El Ascenso De Los Ángeles Caídos
Libro electrónico780 páginas10 horas

El Psicoanalista Y El Ascenso De Los Ángeles Caídos

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El autor plantea que este es un libro sencillo y escrito de manera coloquial, aunque muy completo en cuanto a la descripcin de la formacin acadmica exhaustiva de los psicoanalistas, la formulacin cientfica del Psicoanlisis y la accin clnica curativa del psicoanalista.
El escritor proyecta mostrar, as, objetivamente, el seguimiento psicoanaltico, en historias reales, de individuos que sufren, denominados ngeles cados.
El libro est escrito para que las personas obtengan pleno conocimiento acerca de la importante amargura o felicidad a la que someten al entorno que las rodea, siendo ellas mismas quienes activan al medio para su bien o su mal.
El autor, gracias a su dilatada experiencia clnica y a la investigacin, ha logrado una importante teora y tcnica de tratamiento que ha denominado Psicoanlisis Integral de Sanacin, enmarcado dentro del Psicoanlisis Clsico de la transferencia.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento25 oct 2014
ISBN9781463392970
El Psicoanalista Y El Ascenso De Los Ángeles Caídos
Autor

Hugo A. Ocando Rincón

Hugo A. Ocando Rincón, nacido en Santa Cruz del Zulia, Estado Zulia, Venezuela. Es médico graduado en La Universidad del Zulia (1968). Hizo post-grado en Psiquiatría Dinámica en el Centro Asistencial del Este (El Peñón), Caracas, 1971. Posteriormente, psicoanalista egresado del Instituto Venezolano de Psicoanálisis, componente de la ASOVEP (Asociación Venezolana de Psicoanálisis), Caracas, 1982. Promotor de la Fundación Psicoanalítica de Maracaibo, de la cual ha sido presidente en varios períodos. Miembro titular de la Asociación Latinoamericana de Psicoanálisis y de la International “Pshychoanalytical Association (IPA)”. Monte Ávila Editores publicó uno de sus libros, Mitos de la Vida Cotidiana y Vadell Hermanos Editores otro de ellos, El Poder…entre lo real y lo ilusorio.

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    El Psicoanalista Y El Ascenso De Los Ángeles Caídos - Hugo A. Ocando Rincón

    Copyright © 2014 por Hugo A. Ocando Rincón.

    Maracaibo-Edo. Zulia-Venezuela: Urb. Los Olivos, calle 75, No. 65-119.

    Zona Postal: 4005-108

    Teléfonos: 0261-7541482. Cel.: 0414 6246660.-04262003006.

    Correo Electrónico: hugoocando42@gmail.com

    Foto del Autor: Lcdo. Mauricio González

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014917439

    ISBN:   Tapa Dura               978-1-4633-9295-6

                Tapa Blanda            978-1-4633-9296-3

                Libro Electrónico   978-1-4633-9297-0

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    La información, ideas y sugerencias en este libro no pretenden reemplazar ningún consejo profesional. Antes de seguir los consejos o sugerencias contenidos en este libro, usted debe consultar a su médico personal, médico de la salud mental, psicólogo o psiquiatra. Ni el autor ni el editor de la obra se hacen responsables por cualquier pérdida o daño que supuestamente se deriven como consecuencia del uso o aplicación de cualquier información o sugerencia contenidas en este libro.

    Fecha de revisión: 23/10/2014

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    686767

    ÍNDICE GENERAL

    Prólogo

    Prefacio

    INTRODUCCIÓN

    LIBRO PRIMERO

    ENTRE LA VIDA Y EL DOLOR

    CAPÍTULO I LA CAMPESINITA Y EL BURRO ECHOR

    Parte I La Consulta -Lo Actual-

    Parte II La Información

    Parte III Encuentro Entre Dos Mundos -6 Años Antes-

    Parte IV La Presentación

    Parte V Estadía Y Desastre

    Parte VI Proceso Para La Ascención Del Ángel Caído -Sanación Psicoanalítica-

    Parte VII El Paseo Orgásmico De La Campesinita -23 Años Antes-

    Parte VIII Sanación

    Parte IX 1 Año Después

    Parte X Reencuentro Y Despedida

    Parte XI El Psicoanalista Sanador Y La Capacidad Reverie

    Parte XII 3 Meses Después

    Parte XIII El Llanto Reparador De El Psicoanalista Por La Humanidad

    Parte XIV La Felicidad De El Psicoanalista

    Parte XV ¿Final De La Historia?

    Notas De Pie De Página

    CAPÍTULO II LAS ALTURAS PARAMERAS Y LA VIDA -AMOR EN EL PÁRAMO-

    Parte I El Ocaso De Un Sol

    Parte II Los Tiempos Felices -Diez Años Antes-

    Parte III Las Hojas Del Tiempo -Dos A Cinco Años Transcurridos-

    Parte IV La Primera Tragedia

    Parte V La Segunda Tragedia -La Narración De El Psicoanalista-

    Parte VI La Vida ¿Es Así?

    Parte VII Vuelven Los Recuerdos -Once Años Antes-

    Parte VIII La Tragedia Definitiva

    Parte IX Epílogo -El Reencuentro Entre Dos Grandes Amigos-

    Notas De Pie De Página

    CAPÍTULO III JINTOLU TEPICHI Y JIMAAI LA ADOLESCENTE Y EL HOMBRE -EL ENCUENTRO CON LA VIDA-

    I La Existencia De Un Wayúu En La Cultura Alíjuna

    II El Encuentro Entre Dos Sabidurías

    III Noviazgo Wayúu

    IV Compromiso Wayúu -Dos Meses Después-

    V La Entrega -Matrimonio Wayúu- Dos Meses Después

    VI Duerme Vela Cotidiana

    VII Nacimiento De Un Héroe

    VIII Holocausto De Dos Vidas -Un Poco Más De 40 Años Antes-

    IX La Búsqueda

    X El Grito De La Renuncia

    XI El Desenlace

    XII Epílogo

    XIII Algunas Consideraciones Psicoanalíticas -Negación Y Culpa-

    Notas De Pie De Página

    CAPÍTULO IV EL MOTILONCITO Y YO

    Parte I 1947 Recuerdos Integradores

    Parte II 7 Años Después -Recuerdos Que Modelan La Personalidad-

    Parte III El Viaje -El Niño De Siete Años-

    Parte IV La Mente Y El Mundo Perdido -La Gran Revelación-

    Parte V Los Ángeles Caídos Si Pueden Ascender

    Nota De Pie De Página

    CAPÍTULO V LA DESPEDIDA

    Parte I La Noticia

    Parte II El Viaje De El Psicoanalista

    Parte III La Bienvenida

    Parte IV La Sanación

    Parte V El Desenlace

    Parte VI Cuando Quiero Llorar No Debo Llorar

    Parte VII Renacer

    Nota De Pie De Página

    LIBRO SEGUNDO

    EL PSICOANALISTA

    FORMACIÓN HOLÍSTICA

    PERSONAL, CIENTÍFICA Y ESPIRITUAL

    CAPÍTULO I LA VOZ DEL TIEMPO (LA FORMACIÓN PERSONAL)

    I Integración Universal

    II La Red De Energía De El Psicoanalista -El Agradecimiento Eterno-

    Notas De Pie De Página

    Capítulo Especial

    Esposa

    Hijos, Yernos Y Nietos

    Notas De Pie De Página

    Una Historia Especial

    Notas De Pie De Página

    CAPÍTULO II -LA FORMACIÓN CIENTÍFICA Y HUMANÍSTICA-ESPIRITUAL-

    Parte I La Medicina

    Parte II La Especialidad En Psiquiatría Dinámica

    Parte III La Formación Psicoanalítica

    IV La Filosofía Vedántica Del Amor Y La No Violencia -Sri Sathya Sai Baba-

    Nota De Pie De Página

    LIBRO TERCERO

    CAPÍTULO ÚNICO CONCLUSIÓN ESTUDIO PSICOANALÍTICO

    Notas De Pie De Páginas

    Bibliografía

    PRÓLOGO

    Hugo Ocando Rincón es un ser afectuoso, inteligente, trabajador, incansable y amante de la psicoterapia psicoanalista, a la cual ha dedicado gran parte de su vida. Es una persona enamorada de la vida y del amor, estudioso del sexo. Del sexo, del vino y los manjares. De la satisfacción de su oralidad. En su vida de juglar, de andariego, su energía psíquica, su libido, ha estado centrada en el ello, en sus instintos. Ninguna otra cosa ha requerido con fuerza su presencia, ningún otro influjo ha atormentado su espíritu. Casquivano, seductor, iconoclasta, pero lleno en el fondo de una gran ingenuidad y una inmensa bondad como corresponde a los verdaderos orfebres del amor. Ha seguido a pie juntilla el reclamo de la madre de los libros, donde se pedía fervor en la participación, ya que hay mucha miel y pocos hacedores. Así lo entendió Hugo y con toda su frescura y sus arreos, diose por recorrer los caminos de Eros y obedeciendo el mandato de Darío: Goza, el bosque es tuyo, sé un feliz bribón y suena tu flauta, se ha regodeado en tierras zulianas y en laderas andinas.

    Hugo, con el entusiasmo de todo creador ha levantado en tierras trujillanas una hermosa casona: El Portal del Cielo, en la cual disfruta del frío, de la neblina, de las calles estrechas y casas antiguas, contando para su vida de errabundo con ese inmenso e incomparable campus: La montaña andina, imposible un mejor escenario para este supremo actor de la concupiscencia como lo ha sido él. Inspirado en sus paisajes ha escrito numerosos textos de gran valor científico y literario. En esa casona andina se respira paz, sosiego y amor. Es un espacio abierto para la meditación y la sanación.

    Hugo Ocando, como profesional y como amigo es un ser excepcional, del cual me complace los ratos compartidos.

    Es médico psiquiatra, con postgrado en Psiquiatría Dinámica en el Centro Asistencial del Este (El Peñón). Psicoanalista, egresado del Instituto Venezolano de Psicoanálisis. Presidente de la Fundación Psicoanalítica de Maracaibo. Miembro titular de la Asociación Latinoamericana de Psicoanálisis y de la International Psychoanalytical Association (IPA). Destacado terapeuta e investigador, autor de numerosos ensayos y dos libros anteriores publicados por las prestigiosas editoriales Monte Ávila y Vadell Hermanos, editores.

    Ha logrado una importante teoría y técnica de tratamiento denominada: Psicoanálisis Integral de Sanación que ha ayudado a innumerables pacientes.

    Este libro que nos presenta: El Psicoanalista … Y el Ascenso de los Ángeles Caídos es un libro apasionante, sencillo, aunque muy completo, fácil de abordar por el público no especializado, orientado a los lectores para que se percaten de su propia problemática a tiempo, antes de explotar en crisis afectivas y psicosomáticas, para que busquen ayuda, ya que tienen cura.

    El texto trata, además, de la formación académica exhaustiva de los psicoanalistas, las bases científicas del psicoanálisis y la acción clínica curativa del psicoanalista, con narración autobiográfica de este. Muestra objetivamente el seguimiento psicoanalista en historias reales de personas que sufren, denominadas ángeles caídos, con traumas sufridos especialmente en la primera infancia, con contenidos afectivos generalmente negados, depositados en el inconsciente.

    En cambio las personas sanas, el yo sano, no presentan enfermedades psicosomáticas, se hacen cargo de sus propios errores y aciertos, buscando solucionar lo negativo y activar lo positivo, sin proyectar o colocar la responsabilidad de sus sufrimientos en los demás.

    En el libro se narran momentos reales de ángeles caídos y la evolución, consciente o inconsciente, con el trabajo psicoanalítico.

    Lo expulsado del inconsciente, lo reprimido, procedente de manera disfrazada, causa el sufrimiento exagerado de la persona, que es percibido como si se tratara del presente, no es feliz.

    Los mecanismos de defensa ocultan el origen del trauma y consiguiente sufrimiento. Le toca al psicoanalista revelar el inconsciente negativo que produjo la alteración, lo que permite deshacer las máscaras que lo encubren, lo enuncian y obtener el beneficio hacia un viraje positivo.

    Una vez revelado el inconsciente y trabajado ese contenido por el psicoanalista con el paciente en la consulta, se obtendrá la curación de la persona y la desaparición de los síntomas que le aquejan.

    El sufrimiento se expresa a través de los síntomas psicosomáticos (enfermedades físicas), carácter o forma de ser, neurosis, sueños, tics, postura corporal y acciones conductuales de las personas.

    En la medida, en el proceso terapéutico, que la persona va descubriendo y soltando esos contenidos mentales o inmaduros, que han permanecido en el inconsciente, evoluciona y sana. Encuentra, al fin, la felicidad anhelada o sea que el ángel caído, asciende.

    Sigmund Freud, genio del siglo XX, fue el científico que explicó en su obra y descifró el idioma o lenguaje aparentemente real y otras veces absurdo, con que se expresan las personas. Planteó que el trauma vivido se encuentra oculto en el inconsciente.

    En este estupendo libro del Dr. Hugo Ocando, existe una descripción del líder mesiánico que no quiero dejar pasar por alto: El individuo, o grupo, con frecuencia, transforma por proyección e inoculación, sus fantasías de dependencia y mesiánicas, querer ser todopoderoso, convirtiendo al otro en un servidor. Ese ser debe resolverle la vida, sin hacer ningún esfuerzo de su parte. Aquel ser admirado, jamás cuestionado por sus errores, queda atrapado, a su vez, en la propia creencia de ser perfecto e inmortal. La respuesta a este drama: Nadie hace nada, los idealizadores esperan la acción realizada del idealizado, pero este embebido en el regocijo del narcisismo perverso del yo, todo lo que desea y piensa es como si ya se hubiese concretado, lo da como un hecho cumplido. Se ha fabricado un líder de dependencia y mesiánico, que siempre dice mucho y produce nada concreto, manteniendo al grupo en la ensoñación de la esperanza.

    En nuestro país, Venezuela, y en general en Latinoamérica este tipo de líderes han existido con las consecuencias deletéreas, destructivas que todos conocemos.

    Bien descritos en obras como El Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias y La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa.

    Este libro escrito por el Dr. Hugo Ocando, tiene la virtud de ser ameno, pero además de contribuir al esclarecimiento de problemáticas en el lector, valor nada despreciable. Al terminar de leerlo, sentimos que algo ha cambiado en nosotros, positivamente.

    Solano Calles Paz

    Médico Psiquiatra

    Rector de la Universidad de Falcón

    PREFACIO

    1

    Este es un libro sencillo, aunque muy completo en cuanto a la descripción de la formación académica exhaustiva de los psicoanalistas, la formulación científica del Psicoanálisis y la acción clínica curativa del psicoanalista.

    El autor pretende puntualizar clara y concretamente el entrenamiento psicoanalítico de un terapeuta. La mejor manera que ha encontrado para realizar esta representación, es a través de la narración autobiográfica de El Psicoanalista para describir de forma amena, práctica y existencial los profundos y complejos estudios que conducen a la obtención del grado de Psicoanalista.

    Uno de los propósitos fundamentales de esta explicitación, conlleva a la desmitificación de la figura del psicoanalista tal como es mostrado, de manera confusa, en los medios de comunicación visuales y escritos, tanto en el cine, la televisión y por algunos autores de novelas y de libros, aparentemente científicos, que abordan el tema del psicoanálisis.

    El Psicoanalista, en letras mayúsculas, es el nombre dado al terapeuta tratante, que aparece en esta obra. Cuando sale en minúsculas es para referirse a los psicoanalistas en general.

    El escritor proyecta mostrar, por lo demás, objetivamente, el seguimiento psicoanalítico en historias reales, vividas, de personas que sufren, denominados ángeles caídos, que comenzaron y terminaron un protocolo psicoanalítico.

    Intenta, también, orientar a la gente que lea la obra para que tome conciencia de sus propios sufrimientos con suficiente tiempo de antelación, antes de explotar en crisis afectivas y psicosomáticas. De tal manera que pueda buscar la instrumentación suficiente y necesaria, el psicoanálisis, que resuelva el conflicto que lo agobia, sea físico, afectivo o psicosomático.

    Además, para que las personas obtengan pleno conocimiento acerca de la importante amargura a la que someten al entorno que las rodea, siendo ellas mismas quienes activan al medio para su bien o su mal.

    Y, así mismo, se den cuenta como muchas conductas, aparentemente lógicas, son solo absurdos que inventa la mente para hacerlas parecer reales cuando son máscaras que actúan en la vida cotidiana.

    Pero, también muy importante, que todas esas vivencias indeciblemente sufrientes son solo nubes negras pasajeras si se saben deshacer.

    Por lo tanto, el escritor de este libro, quiere enseñar algunas proposiciones que sean útiles para borrar esas nubes negras, instruir para atravesar las que aparezcan y salgan curtidos de la experiencia.

    Que mejor manera de narrar esas enseñanzas que la de describir la vida tal cual es, un cuento histórico. La vida es un cuento y así es como hay que narrarla.

    El Psicoanalista, es un narrador de cuentos. Es un Cuenta-Cuentos.

    2

    … Los cuenta-cuentos" son una rara especie en extinción. Nuestros abuelos y por ende nuestros padres son naturales descendientes de esta rara raza, la de los narradores profesionales de hechos históricos. Así de esta manera ha sido contada la historia de la humanidad. Así he aprendido muchas historias de esta tierra en que he escogido nacer.

    En el Trujillo del recuerdo hermoso, de esa niñez mágica, rememoro las fantásticas historias que sobre La Quebrada y la Loma del Medio, mi madre repite hasta la saciedad.

    Y es que mi árbol de vida está sembrado en este paraje a más de 1800 metros sobre el nivel del mar, donde hoy el reino de los cielos nos abre un portal, desde el cual seguramente saltarán los ángeles y querubines, deidades y entidades superiores, avatares y momoyes para venir a jugar con las golondrinas y las flores, techos y sombreros de quienes tienen la gracia divina de vivir en este paraíso.

    Aquí, los gruesos muros de cal y canto y los techos de teja, resguardan muchas veces la pobreza material de un hombre espiritualmente rico en sus creencias. Así es el quebradeño, Incansable, supersticioso, soñador y creador. Su lema es: Este es mi lugar y aquí me quedo.

    A Hugo Ocando lo cautivó esta filosofía de vida tan sencilla. Se enamoró instantáneamente de la Villa de San Roque, en este cruce de caminos del páramo de Cabimbú y la colonial Santiago. La sencillez de la gente, las calles estrechas, la hospitalidad de la familia y sobre todo el colorido evento de las misas dominicales y el paseo de las bestias, lo embriagaron de tal manera que ya era una necesidad de vida, ocupar un espacio entre ellos.

    ¿Quién de nosotros no conocemos la perseverancia de Hugo? Solicitó a Dios licencia para instalarse en esta entrada del páramo del Humo y la Divinidad, con la cual habla a menudo le escuchó. Y es que estoy seguro que Ocando dialoga con su Dios a diario.

    Devoto de Sai Baba, el Dr. Ocando decide cambiar su anhelado sueño de visitar la milenaria India, donde posa sus divinos pies de loto el avatar de la era, por lo que consideró fue la misión que le encomendó El mismo. Abrir en las altas montañas, entre las nubes trujillanas, en tierras de Don Victoriano Arjona, un portal al cielo que nos permita sanar para encontrar la ansiada felicidad ¹.

    Nada ha sido fácil. Pero para Dios no hay imposibles. Hugo asumió su reto y hoy descubre ante nuestros sorprendidos ojos, la primera etapa de este hermoso lugar, en donde la paz y el amor son ingredientes de cada rincón.

    No es esto una extensión más de su consultorio marabino. No. Esta es otra casa. Es casa de sanación, de reposo y ayuda, de oración y meditación, pero sobre todo es casa de amigos. Este lugar es agradable, no solamente por su paisaje y su clima, sino por la paz que en el reside. Casa grande. Casa de balcones y plaza. Casa bonita. Una verdadera casa andina con portal y todo. Una casa mágica. Recordemos al poeta trujillano Rómulo Aranguibel, cuando nos decía:

    "Noche de Neblina y Humo

    habla de personas que atraviesan el portal

    sobre usados ladrillos".

    Pero todo esto no ha sido gratuito. Descubrir el lugar, la magia de diseñar los espacios y las laboriosas manos que lo han edificado, son regalos de Dios. Porque no es tarea fácil crear una casa de sanación en una zona, que desde sus inicios invocó al Dios Ches y la ancestral Diosa Chía, en tiempo de los timotocuicas, que venera la luna y habla con la montaña de la misma forma que con San Roque, que bebe miche sanjonero destilado por estos lares y que cree en el díctamo real como la hierba sagrada que nadie ha visto, y que ahora huye a los modernos colonizadores por temor a perder su identidad de hombre del campo.

    Pero Hugo Ocando, venció todas estas dificultades y creencias y a fuerza de sencillez, honestidad y amor por esta gente, ya es hoy uno más de los habitantes de la Loma del Medio.

    Es por ello que seguramente la historia de El Portal del Cielo, será contada a otra generación por mis hijos y estos a otros, como mi madre me contó de sus travesías infantiles por estos parajes del cielo.

    Dios nos está llamando. Las puertas del cielo se están abriendo. Ya podemos escuchar la celestial música y los sagrados mantras. Siento que estoy cerca de Dios. Estoy en El Portal del Cielo…".

    LA HISTORIA DE UN PORTAL AL CIELO

    Pedro Bracamonte Osuna

    El Portal del Cielo

    Sábado 28 de Abril 2001

    INTRODUCCIÓN

    1

    Las personas en sufrimiento incesante, una o varias nubes negras actuantes, son denominadas por El Psicoanalista, Ángeles Caídos, sin buscar una comparación religiosa, sino mejor cotejándolos con la relativa inocencia del ser humano en la infancia, que queda vulnerada y alterada por los diferentes puntos de quiebre que se producen en su devenir evolutivo.

    Entonces ¿Qué es un Ángel Caído y su Ascenso? Es el ser humano que sufre inarmónicamente, en crisis compulsivas y sostenidas, más allá de una tolerancia límite con la operatividad del self y que incide notablemente en el entorno en el cual se desenvuelve (Hugo A. Ocando R.).

    Denominándose sufrimiento, a la sensación psicosomática displacentera del yo, que se desempeña primariamente como un sistema de alarma que avisa que hay un peligro para el individuo, interno o proveniente del exterior, o ambos, pero que caduca en sus funciones de protección.

    El peligro está representado por los impactos emocionales reales, de intensidad exagerada, pero, además, distorsionados por la fantasía o mundo imaginario de la persona, que el yo no los puede procesar ni asimilar, por lo que se convierten en los denominados psicotraumas.

    Estos, acontecen en un momento sensible de la evolución humana, generalmente en la etapa de la primera infancia. No obstante, numerosos eventos psicotraumáticos van ocurriendo en el resto de la vida, colaborando, aún más, con el debilitamiento del yo.

    La extinción de la operatividad del sufrimiento como señal de alarma preventiva y su transformación en enfermedad permanente, se debe, por lo tanto, a la intensidad y sostenimiento del estímulo productor del peligro y a la inoperancia de los mecanismos psicosomáticos de defensa del yo.

    El sufrimiento proviene de la agresividad, en sus diferentes acervos –furia, rabia, disgusto-, del miedo, ansiedad, dolor, vacío anímico, tristeza, soledad, depresión. Contenidos afectivos, generalmente negados, depositados en el inconsciente o desplazados a otros aspectos, como los psicosomáticos.

    Además, el sufrimiento procede así mismo del mal manejo de los deseos que tienen como fuente la sexualidad (H. Ocando: El Poder… entre lo real y lo ilusorio, Cap.: El Poder y el Miedo; Cap.: El Poder y la Sexualidad).

    El indicador de la tolerancia sana, es decir, que revela la fortaleza del yo, está dada por, la ausencia de enfermedades psicosomáticas, hacerse cargo de los propios errores y aciertos, buscando solucionar lo negativo y activar lo positivo, sin proyectar, colocar, la responsabilidad de su problemática de sufrimiento en los demás, al mismo tiempo, que no ofende, ni acusa, culpabiliza o castiga.

    La persona sana, igualmente, se da cuenta clara de la problemática del otro pero no lo maltrata, sino que lo contrarresta o lo inhabilita sin padecer, debido a que no se contamina. Aparte que, lo ayuda a resolver los conflictos o, simplemente, toma distancia útil sino está en capacidad de hacerlo. El hombre sano, en el caso que no pueda ayudar, no daña.

    2

    En este libro, por lo tanto, para explicitar lo más claramente posible la denominación de ángeles caídos, se narran momentos reales, presente y pasado, en la vida de personas notables y representativas en los medios en los cuales se desenvuelven.

    Además, se describe la evolución plenamente desarrollada, consciente e inconsciente, que se va consiguiendo con el trabajo psicoanalítico.

    Y, conjuntamente, se muestra la profunda y dedicada presencia de El Psicoanalista² en la evolución de aquellos individuos, devenidos en psicoanalizandos.

    Es la búsqueda de la claridad de la conciencia cuando se depura el inconsciente, porque de lo contrario, enmascarado por las sutilezas de la mente, mecanismos de defensa, aquella fabrica cánticos que disfrazan, para ocultar, el sufrimiento inconsciente más que deshacerlo.

    Sigmund Freud, 1925, expresa: … El viajero que camina en la obscuridad rompe a cantar para engañar a sus temores, más no por ello ve más claro… -Citado por Gustavo Delgado-Aparicio, Editor del Libro Anual de Psicoanálisis 1988 (International Journal/Review of Psycho-Analysis-London)-, Lima, Julio 1989.

    Sai Baba, manifiesta: "… ¡Encarnaciones del Alma Divina!: Toda vida es algo tan efímero que puede desaparecer en un instante al igual que una burbuja. Todo lo que ven en este mundo es transitorio y no es verdadero. Todo lo que vemos durante el día desaparece cuando dormimos. Todo lo que vemos en nuestros sueños se desvanece al despertar. Lo que vemos y experimentamos durante el día es como una ensoñación y lo que vemos y experimentamos al dormir, no es más que un sueño… Sólo ustedes están presentes en ambos lugares y deberían reconocerlo… La vida en el futuro, en el presente y en el pasado es una sola. El tiempo es uno solo y se encuentra presente en estas tres situaciones. El tiempo lo es todo, no lo desperdicien… (Lluvias de Verano, Tomo 4, p. 24, Ediciones Sathya, Editorial Errepar S.A., Buenos Aires, 1995)…".

    3

    En la obra se describe, también, lo más fielmente posible, los momentos evolutivos de la personalidad y el impacto psíquico que ocasiona la debilidad del yo, en el pasado y en el presente.

    La debilitación del yo, es causada gracias a los múltiples eventos psicotraumáticos importantes, que provienen principalmente de los padres, de los cuidadores del niño y del medio social que, simultáneamente, con la hipersensibilidad genética mental y física, genes mentales (H. Ocando, 1984), con los cuales viene provisto el ser humano, originados desde su formación, producen alteraciones psicosomáticas intensas en el individuo.

    Esa debilidad del self total, en determinadas edades, forma el punto de quiebre de la personalidad. Este, es el que posibilita que haya un disparador suficientemente efectivo que hace surgir lo oculto reprimido, inconsciente, del pasado.

    Lo expulsado del inconsciente, contenido psicotraumático reprimido, produce de manera disfrazada el sufrimiento exagerado de la persona, que es percibido como si se tratara del presente. Este, lo que hace es proveer las máscaras que mejor modelan la adaptación a la realidad actual.

    Antifaces que, sin embargo, dejan filtrar los verdaderos acontecimientos y personajes traumáticos del pasado remotamente histórico de la existencia del individuo.

    El sufrimiento del presente, en el cual se desenvuelve la persona, lo nombra El Psicoanalista, Nube Negra. Este estado, discapacita al individuo para una vida eficaz y con calidad de disfrute, personal, social y laboral.

    Por lo demás, en el transcurso del libro se explican, los movimientos mentales, mitos, leyendas, reglas sociales y religiosas punitivas, y los mecanismos de defensa –represión, resistencia, negación, proyección, identificación posesiva-, que posibilitan el ocultamiento del origen de tan importante sufrimiento.

    Aunque este padecimiento surja, abiertamente, muchos años después de la tragedia inicial, la persona siempre refleja, desde el inicio infantil, las raíces del conflicto y las evidencias de alteraciones en áreas determinadas de su vida, si bien sepultadas por esas capas de mecanismos mentales de defensa. Estos dificultan, debido a los disfraces que construyen, que las personas de su ambiente dejen de darse cuenta de tal aflicción.

    El entorno que las rodea, asimismo el propio individuo, solamente se percata o le da importancia al sufrimiento que padecen, en el instante que les sucede algo trágico o les sobreviene una enfermedad psicosomática, cuyo principio aparenta estar muy alejado de la causa que verdaderamente ocasiona el dolor anímico.

    Es, en el momento del trastorno psicosomático o de la crisis emocional cuando, casi exclusivamente, un allegado sagaz o el médico al que acuden, los refiere por lo general al especialista psíquico, psiquiatra, psicólogo o psicoanalista, ya que suponen que más allá de las postulados físicos o emocionales ambientales, hay una verdad profunda y compleja, que está sembrada en el proceso evolutivo del doliente.

    4

    Los personajes que se presentan, ángeles caídos, son líderes en sus comunidades familiares y socio-culturales. No son pacientes enfermos crónicos psiquiátricos, que pudiera prestarse a la inadecuada interpretación que es por eso que sufren tanto.

    Entre paréntesis, algunos de esos pacientes, mentalmente crónicos, es posible que no hubieran caído en semejante desastre psíquico, si hubiesen tenido una orientación psicosomática suficientemente adecuada, diferente a la que los dejó llegar a tal situación. Más que por la falta de atención médica, por la discapacidad relativa de la medicina psiquiátrica para enfrentar y orientar a la mayoría de los seres humanos con problemas mentales muy importantes.

    Sin embargo, los individuos descritos, aunque bondadosos, trabajadores eficaces y de adecuada posición, económica, cultural y social, mejor que el promedio, sufren indeciblemente, tanto como los psicóticos, pero de forma diferente.

    Creen que el problema que los hace padecer pertenece a elementos del medio que los rodea en el presente, jamás son responsables de sus dilemas, siempre son otros los causantes de su padecimiento.

    Habitualmente es la bondad, integrada a la inteligencia y a la dedicación, voluntad, para querer mejorar, unida a la capacitación para comprender el inconsciente, bondad y consagración del terapeuta, lo que permite la evolución hacia el ascenso del ángel caído, es decir, lo que lo conduce al equilibrio mental y al encuentro con la felicidad.

    Frecuentemente, la disminución de la inteligencia, la bondad alterada y dificultad en tener disposición, flojera, para progresar, es lo que en numerosos casos dificulta grandemente el rescate de la persona sufrida hacia niveles de mayor evolución.

    Le compete, entonces, al psicoanálisis del psiquismo profundo revelar en todos los individuos que sufren, el inconsciente negativo que moduló la manera como han vivido alteradamente las situaciones del presente.

    Situación de congoja en la que se halla, quizás, toda la humanidad convertida en ángeles caídos,

    Una fracción representativa de ese estilo de vida exageradamente sufriente, aparece en las historias narradas a El Psicoanalista, en el proceso psicoanalítico.

    5

    Se enseña, del mismo modo, el trabajo psicoanalítico, continuo, incisivo y fragoroso, gracias al cual se puede descubrir lo oculto en el inconsciente, lo que permite deshacer las máscaras que lo encubren y enuncian. Por ende, se logra obtener el beneficio de dar un viraje total positivo a los individuos atrapados en el drama de sus tragedias personales, familiares y sociales.

    Los protagonistas de tanta desventura, aunque muchas veces encubierta por pseudo alegrías pasajeras e intermitentes, y trabajos productivos pero esclavizadores, han transformados sus vidas en un caos de sufrimiento por haber hecho perfiles de personalidad ilusorios o absurdos, que son creídos como reales.

    Achacan sus conflictos y formas de ser, como ejecutores directos, a sus padres, a sus parejas, a sus trabajos, a los hijos, al destino e, incluso, a Dios, hasta que su vida interior conflictiva y de sufrimiento es revelada por el trabajo psicoanalítico.

    Labor hecha con inteligencia, sabiduría, dedicación, tolerancia y amor, por ambos participantes, psicoanalizando y psicoanalista.

    Debido a esos factores, el ascenso de los Ángeles Caídos puede suceder.

    6

    Asimismo, en el libro se muestra al máximo la verdadera formación científica- humanística de los psicoanalistas, especialmente la de El Psicoanalista. Quien es, que siente, como se desenvuelve en el medio ambiente real y presente que lo rodea, y como trabaja los procesos conscientes e inconsciente con los psicoanalizandos.

    Es la posibilidad, también, de percatarse que El Psicoanalista, es parecido en la conformación personal, desenvolvimiento social y cultural, como la de los protagonistas que están con él en el escenario del teatro psicoanalítico.

    Se deja entender, que el distingo básico en la evolución de ambos protagonista, psicoanalizando y El Psicoanalista, está dado por el psicoanálisis curativo personal que, durante varios años, tienen los psicoanalistas, lo cual posibilita el ascenso desde la posición de ángel caído a ángel ascendido.

    Esta situación permite la empatía, ponerse en la posición del otro en tratamiento, pero sin dejarse inocular ni contaminar con el sufrimiento del mismo. Ser como la flor de loto que vive en el pantano sin mojarse, siempre está brillantemente pura y hermosa (Sai Baba).

    LIBRO PRIMERO

    ENTRE LA VIDA Y EL DOLOR

    CAPÍTULO I

    LA CAMPESINITA Y EL BURRO ECHOR

    PARTE I

    LA CONSULTA

    -LO ACTUAL-

    1

    Entra la pareja. Él adelante impetuoso, ella suave y despacio detrás. Han estado aguardando en la pequeña e íntima sala de espera del consultorio.

    El estar tiene mucha claridad, la puerta de entrada es grande, toda de vidrio. Es como que se buscara y se quisiera hacer sentir a las personas que llegan con las máscaras de pacientes, es decir que están en crisis, que eso no es más que una nube negra en sus vidas por la que están atravesando, pero que la vida es clara, La Vida es Bella, y que después de cualquier nube negra, por grande que sea, está un cielo azul como dijo De Saints-Exupery en el cuento El Principito.

    Es la primera consulta de Aurora, pero el esposo entra precipitado con ella. Saluda muy educadamente y le aprieta muy fuertemente la mano a El Psicoanalista. … Disculpe doctor, estaba emocionado por traer a mi mujer a la consulta con usted, bueno contigo, es igual verdad, mientras no te falte el respeto, ¿verdad…? – dice el nombre de pila de El Psicoanalista- ….

    Una voz queda suena detrás de él, … Ay, Alberto, no seas así, me da pena…. … Ella es así doctor, siempre miedosa, le digo que así no va a llegar a ninguna parte y eso que es una excelente profesional. Pero ya te cuento todo… Mi hermana, la que se psicoanalizó contigo, te recomendó ampliamente, a ella le fue muy bien ….

    Alberto ha estado hablando en el dialecto coloquial y con el acento característico del maracucho (… Vos sabéis como es… ¿Entendéis? …). Su conversación es prolija, sencilla, amistosa pero muy procaz y se excusa frecuentemente por hablar de esa manera, aunque lo justifica porque según él, así es como se habla claro, sin tapujos melindrosos. Todavía no se han sentado y El Psicoanalista les dice que lo hagan.

    El recinto que sirve de consulta, es espacioso y acogedor. Las dos sillas de ratán, almohadilladas, en donde se sientan son cómodas. Están sentados frente y directamente delante de El Psicoanalista ya que no hay escritorio alguno que los separe de este.

    2

    El Psicoanalista está formalmente vestido como siempre, en este momento con un traje azul marino intenso, camisa blanca, corbata azul con finas rayas amarillas y zapatos negros muy limpios. Moreno claro, delgado pero fuerte, de regular estatura y con el cabello con abundantes canas blancas plateadas, luce sencilla y elegantemente atractivo en la mediana edad de la vida.

    Se le nota vibrante de energía, dinámicamente activo y con el rostro relajado, manifestación de estar feliz de vivir y de ejercer la profesión de psicoanalista que realiza sin agotarse, siempre descansado y contento, lo que despierta perplejidad, asombro y admiración en sus allegados

    Mientras Aurora y Alberto se acomodan en sus respectivas sillas, El Psicoanalista evoca reflexiva y nostálgicamente todas las parejas, personas y grupos que han desfilado por este consultorio en los años que lleva orientando científica y espiritualmente con el psicoanálisis a la importante cantidad de gente que ha pedido su ayuda.

    El Psicoanalista, recuerda su intensa, profunda y larga preparación médica somática, psíquica inconsciente y espiritual que lo condujo a estar en la posición que ocupa actualmente como persona, como científico y como ente social.

    Ahora vive emocionalmente de manera óptima, es decir, con excelente calidad de vida, pero tuvo que realizar un laborioso y arduo entrenamiento desarrollado en cuatro períodos de su evolución científica somático-mental-espiritual: Medicina, Psiquiatría Dinámica, Psicoanálisis y Filosofía Vedántica del Amor y la No Violencia (enseñada por El Avatar de la Era de Kalil Yuga, Sri Baghaban Sathia Sai Baba) –Ver Cap. I: El Psicoanalista –La Formación Científica y Humanística-Espiritual-.

    3

    El Psicoanalista no usa la bata blanca del profesional de la medicina, aun siendo médico, psiquiatra y psicoanalista como se ha descrito. Les da la bienvenida de manera amable y con cariño.

    Detrás de Alberto y Aurora, está la biblioteca espaciosa, de madera (caoba), que ocupa toda la pared. Destaca la obra completa de Freud, la edición en inglés, The Standard Edition (traducción directa del idioma alemán por James Strachey), y la española de López Ballestero; también la de Melanie Klein, la edición argentina y otros tomos en español, de la misma autora, además de numerosos libros de importantes autores psicoanalíticos, así como varios de la autoría de El Psicoanalista tratante, entre los que destacan, Mitos de la Vida Cotidiana –la fantasía transformada en realidad- y El Poder –entre lo real y lo ilusorio-.

    Al lado derecho de la biblioteca, mirándola desde la silla de El Psicoanalista, muy cómoda y giratoria, también de ratán y almohadillada, que está enfrente de aquella, se observa las obras sobre Sri Sathya Sai Baba, el Avatar de la era de Kalil Yuga.

    Y, a ambos lados lucen aglomerados, pero ordenados, numerosos registros audiovisuales, en DVD y en Cassets de Betamax y VHS, de las Conferencias, Talleres de Re-Aprendizaje Emocional y entrevistas en Televisión de El Psicoanalista.

    En el mesón de la biblioteca está la computadora portátil de color blanco y a ambos lados de la misma se encuentra un equipo de sonido negro, la impresora multiuso gris intenso y el teléfono fijo de color gris suave.

    Inmediatamente al lado derecho y un poco hacia delante de El Psicoanalista, está el diván de color azul amplio y acogedor para el trabajo con los psicoanalizandos, situado junto a las dos ventanas de doble hoja, anchas, de madera y vidrio, que dan al jardín, en el cual se enseñorea una hermosa Tamaiba de preciosas y perfumadas flores rosadas y que pertenece a la casa de aquel en la cual está situado su consultorio.

    La decoración del consultorio es en azul y beige, lo mismo que el mosaico que recubre el piso y que es de estilo colonial, con el dibujo de la rosa de los vientos.

    En este ambiente acogedor, entre científico y espiritual se desenvuelve el trabajo del psicoanalista integral de sanación. Es un ambiente donde se recibe a la persona como es, un ser humano respetable y respetado.

    La única diferencia con El Psicoanalista, es que este sabe y la persona no que aquello que lo está afligiendo intensamente es solo una nube negra por la cual está pasando, cuyas causas profundas están en lo inconsciente y, por supuesto, ignora cómo salir de ella, en cambio El Psicoanalista tiene el instrumento, Psicoanálisis Integral de Sanación, para que salga de la misma –sanarse-.

    Y, esa es una inmensa verdad, porque en este recinto van a encontrar por fin la luz que han andado buscando por mucho tiempo. Es la seguridad que da la confianza en la sabiduría e iluminación de El Psicoanalista y de la bondad e inteligencia que anida en lo más profundo de cada ser.

    Si El Psicoanalista y la persona en crisis, se hubiesen conocido en cualquier reunión social, se permitirían ponerse las máscaras de individuos operativos para no decir sanos y se hubieran tratado como amigos sociales.

    Por lo tanto, deben romper el mito acerca de que son seres enfermos, solo son ángeles caídos porque se les ha activado uno o varios puntos de quiebre que se les produjo en el transcurso de su evolución, infancia, adolescencia y en la vida adulta cuando han actuado uno o varios estímulos intensamente nefastos.

    Puntos de quiebre que se deben investigar por que muchos de ellos están ocultos en lo profundo de su mente, en el inconsciente. "… Solamente soy un acompañante, un colaborador, un guía que los conducirá al encuentro de esos puntos de quiebre inconscientes, para que sean de nuevo ángeles ascendidos, es decir, seres humanos sanos para el disfrute pleno de la vida…

    … Es enseñarlos a atravesar la nube negra y hacerles encontrar el cielo azul que siempre ha estado allí. Pero no crean que las nubes negras desaparecerán. Cada ciclo vital puede acarrear disparadores que activen las mismas o nuevas nubes negras. Lo importante es que sanen las que traen y queden preparados para manejar las que aparezcan y disfrutar el cielo azul …" -Así se les presenta el psicoanalista integral de sanación-.

    La Vida, la Energía Universal Infinita, la Conciencia Superior, el Sabio Interior, Dios, o como quiera que se le llame, le presenta permanentemente al ser humano mensajes para que evite o solucione los errores que comete y sane completamente.

    El problema grave es que las personas interpretan esos mensajes según sus propios deseos y criterios. Es por eso que se equivocan frecuentemente. Es el psicoanalista y otros guías científicos-espirituales que pueden decodificar esos mensajes y mostrárselos a las personas para que encuentren el camino de la evolución, es decir de la sanación y ascender definitivamente después de la caída, aunque esa caída sea tan grave que lo haya conducido a la locura o lo pueda conducir a la muerte.

    En la medida que El Psicoanalista les va dando toda esa información y, además, por la demostración de la confidencialidad que existe en todo el proceso psicoanalítico de sanación, la pareja, como todas las personas que llegan a consulta, se van sintiendo seguros y pueden hablar entonces poco a poco o inmediatamente de lo que los aflige, de todo lo que creen que ha sido su vida, lo que piensan que son sus personalidades y muy escuetamente acerca de sus perfiles psíquicos profundos inconscientes.

    PARTE II

    LA INFORMACIÓN

    1

    Alberto, formalmente vestido como en todas las consultas y en esta ocasión con un traje beige, camisa del mismo color pero de tonalidad más suave y corbata bronce que hace juego de colores con todo el conjunto, y que ocupa todo el escenario, siente que se puede seguir expresando con la sinceridad con la que lo ha estado haciendo.

    Es marabino, maracucho de pura cepa como dice él, aunque de padres originarios de las hermosas tierras andinas. Hombre joven de unos 38 años, de estatura un poco mayor que el promedio del venezolano, de contextura fuerte, blanco rubicundo, pelo corto de color ligeramente rubio, como las barbas del maíz jojoto, guapo y de facciones fuertes, por no decir rudas, enrojece intensamente cuando habla apasionadamente, lo que hace con frecuencia.

    … Yo levanto pesas, tengo mucha fuerza y eso parece que le produce temor a mi esposa –Pausa prolongada- … Estoy casi seguro que Aurora tiene un problema sexual… Ella es muy caliente, siempre ha estado dispuesta a las relaciones sexuales, aunque me costó enseñarla, porque se calentaba y después se ponía remilgosa, que si le daba pena, que yo era muy tosco, pero al fin colaboraba y se volvía como loca….

    … ¡Ay, Alberto! …. La voz de Aurora es suave y apenas audible. … Doctor., quiero irme… Mi esposo siempre es así, muy expresivo con todo el mundo, me hace pasar mucha vergüenza….

    … ¿Cómo que te vas a ir? … No doctor ella no se va, me prometió que se iba a psicoanalizar. En todo lo que yo pueda colaborar estoy a la orden. Es más, estuvimos de acuerdo en que ella se psicoanalizara primero y después lo hacía yo. Creo que va a ser necesario que las primeras consultas las hagamos en pareja hasta que mi esposa se suelte a hablar sola….

    Pero, Aurora comienza a narrar que ella también quería venir, lo que pasa es que Alberto la presiona tanto que su conducta de oposición es por rebeldía con él. Lo dice débilmente pero con cierta firmeza.

    "… Usted, con lo que nos ha dicho me da confianza para contarle lo que tengo… Me siento muy mal, estoy deprimida, no tengo apetito, duermo muy poco, cada día atiendo peor a mis hijos, sobre todo a mi hija de tres años, el varón de cinco años está en el colegio, y estoy descuidando mi trabajo que tanto me ha gustado. Cada día me siento más débil, tengo poca fuerza y me ha disminuido el deseo de vivir. Muchas veces me ha dado mareos y hasta me he desvanecido. En alguna ocasión hemos creído que estoy embarazada y ha resultado falso…¨.

    … Sí, es cierto, pero muchas veces los desmayos han sido cuando vamos a tener o estamos teniendo relaciones sexuales… -completa Alberto-.

    2

    Entre los dos, siguen la narración de la problemática central de la pareja. Se refieren a la odisea dramática sexual por la cual están pasando ambos. El relato completo insumió algunas sesiones.

    Alberto es vehemente y locuaz, se hace simpático por su forma llana y hasta ingenua con la que se expresa. Aporta datos muy importantes y se nota genuinamente interesado en ayudar a su esposa y a él mismo. En verdad, empuja literalmente a Aurora para que rompa resistencias psíquicas conscientes que la dificultan para tomar el camino de la búsqueda del conocimiento interior.

    Es el líder positivo del acercamiento de Aurora a explorar firmemente su personalidad con el fin de aceptar que su conflictiva actual es de origen sexual y esclarecer las causas de la misma. Ha sido un excelente colaborador durante todo el proceso psicoanalítico. Pocos esposos asumen ese papel, por el contrario dificultan seriamente la continuidad de los procesos psicoanalíticos, apoyan las resistencias de sus esposas para seguir el tratamiento y ponen en peligro el desenlace satisfactorio de la sanación. Prefieren el Ángel caído que el ascenso del Ángel.

    Aurora, joven mujer de 34 años de edad, de mediana estatura, aunque demacrada por las noches de insomnio y el sufrimiento, es delicadamente bonita, blanca, de modales suaves pero no frágil y según el parecer de Alberto es fuerte y en ocasiones, cuando está furiosa, de hablar procaz, que ella enseguida cuando le pasa la rabia pide excusas por comportamiento tan inusual. Su acento al hablar es ligeramente andino, es cachaco como dicen en su tierra, pero lo ha suavizado mucho por su nacionalización maracucha. Quien lo dice es su esposo con una gran carcajada. De tal manera que su hablar es muy delicado, educado y atractivo. Definitivamente, es una bella y fina mujer a pesar de estar extremadamente triste.

    Manifiesta que conoció a su esposo en uno de los muy frecuentes viajes de turismo que Alberto hace a su pueblo, en el cual tiene familia

    … Cuando vi por primera vez a Alberto la misma noche de su llegada al pueblo, a quien no conocía a pesar que su familia procede de allí, algo se alteró en mí y quedé cautivada y enamorada por su personalidad súper activa, fuerte, alegre y audaz, aunque me sentía ansiosa e intranquila … A pesar de su ímpetu, se mostraba bondadoso y tierno aun cuando se expresaba muchas veces de manera chabacana y lucía algo patán, tosco y burdo, aunque tiene una profesión de alto nivel académico y empezaba a desarrollarla con éxito en Maracaibo …. Definitivamente, su audacia y fuerza hicieron que me prendara fuertemente de él….

    … La misma noche en que nos conocimos, cuando me llevaba a la casa y nos detuvimos en la plaza Bolívar, me tomó en sus brazos casi sorpresivamente, pero con una gran ternura, delicadeza y pasión. Me besó fuerte y profundamente. Inmediatamente después de la sorpresa inicial, le respondí sumamente excitada y apasionadamente. Ahora el sorprendido positivamente fue él, quien dijo que no se esperaba tanto de mi….

    "… Me quedé gratamente impresionado porque sabía que no había tenido novio y era muy reservada –interviene Alberto- … Yo había estado buscando una mujer que fuera bonita, con excelente cuerpo, inteligente, profesional universitaria y educada, pero que además se comportara extremadamente buena en la cama…

    … -Ligera pausa- … Debido a esta exigencia estuve soltero hasta los 32 años que la conocí. Las mujeres con las cuales había estado sólo sabían tener relaciones sexuales, pero no tenían nada en la cabeza, o eran muy sofisticadas, pero no tiraban bien y me decían que yo era muy goloso y grosero, que solo quería tener relaciones sexuales y más nada… Esa mujer soñada la encontré por fin en Aurora… -Voltea a su lado izquierdo donde está sentada Aurora y la mira con embeleso y fascinación… Yo sigo enamorada de la gocha doctor…"

    Prosigue, … Durante los primeros días de conocernos le conté acerca de mis numerosas experiencias sexuales. Notaba su interés y excitación, aunque ella lo trataba de ocultar, pero –menciona a El Psicoanalista por su nombre- uno conoce las reacciones de las mujeres y, entonces, me zumbaba a abrazarla y besarla fuertemente. Después de resistirse un poco perdía el control, temblaba y me besaba ferozmente, estrujaba sus genitales con los míos y por poco se desvanecía en mis brazos… Le decía, ¡que molleja gocha! si así es la propaganda cómo será la película… -silencio- … A los tres meses nos casamos y me la traje a vivir a Maracaibo….

    PARTE III

    ENCUENTRO ENTRE DOS MUNDOS

    -6 AÑOS ANTES-

    1

    Alberto, joven fogoso de 32 años, profesional universitario, con un excelente porvenir por delante debido a los conocimientos bien adquiridos y a su empuje audaz conduce el carro a su destino, los Andes.

    El automóvil, flamante último modelo -siente el orgullo de haberlo adquirido con su propio dinero-, devora los kms. por aquella carretera larga, larguísima, casi sin curvas, que corre por el pie de Monte Andino, admirablemente flanqueado a la derecha hasta el Lago de Maracaibo por los potreros de paja muy verde que crece en compactos grupos y que sirve de alimento principal al abundantísimo y bien nutrido ganado criollo, mestizo, holstein y pardo-suizo de las extensas y hermosas haciendas que proliferan como dueñas incuestionables de la región.

    Mientras conduce piensa en su ciudad natal, Maracaibo, de la cual ha salido hace algunas horas. Como buen marabino y con su juventud disfruta al máximo de ella.

    Feria de la Chiquinquirá, gaitas, corrida de toros, los muchos encuentros con sus amigos de parranda como el los llama con quienes canta luciendo su afinada voz de tenor-barítono, y sus novias, ¡Ah!, esas chicas bellas … ¡Qué Maravilla! … Yo me las levanto, sobre todo en las ferias, cantándoles gaitas y boleros… Caen divinamente en mis redes de bohemio seductor….

    Además, los viajes a los cayos, situados en las costas de Falcón formados por islotes con playas hermosísimas de arena blanca y aguas tan azules. y claras que semejan el cielo en la tierra.

    También las excursiones más privadas a los Andes los fines de semana largos, los famosos puentes feriados, hace de Alberto, soltero, sin compromiso y ahora con carro nuevo, un hombre feliz.

    Alberto, con su juventud y soltería, representa el recuerdo de Gabriel García Márquez, quien manifestó que fue muy feliz cuando andaba libre e indocumentado en Caracas después de haber llegado de Colombia por los caminos verdes y conseguido empleo en un diario muy conocido y leído de la capital venezolana.

    2

    Maracaibo, recostada y cobijada por el bello lago que lleva su nombre, navega en las llanuras de una planicie que se pierde en el horizonte. Es Maara´iwo *, origen indígena de su nominación³.

    Maracaibo, por la cual Alonso de Ojeda con sorpresa encantada, gritó admirado al verla en sus orígenes indígenas a las orillas del esplendoroso lago descubierto, el gran Coquivacoa⁴, … Pequeña Venecia… Pequeña Venecia… Pequeña Venecia…. Ante sus ojos deslumbrados lucían resplandecientes los animados palafitos radiantes de vida y laboriosidad.

    Maracaibo, tan amado fue su Lago por Don Alonso y cautivado por la belleza de sus nativas que se casó con una de las princesas indias, hija de un cacique de sus riveras. Esposa que llamó Isabel y con la cual procreó tres hijos. Son reconocidos por la historia como los tres primeros mestizos latinoamericanos legitimados.

    El grande amor, admiración, respeto y valoración que tuvo por el nuevo mundo fue gracias a la belleza lacustre, calidad humana y pura de Maracaibo. La comparó, además, en igualdad de términos con Venecia, una de las ciudades-puerto más importantes y vistosas de Europa y del mundo conocido en esos momentos.

    Por si fuera poco, le dio a su esposa el nombre de Isabel homologándola a la Reina de Castilla, Isabel La Católica, sin menosprecio de la nobleza indígena, sino con valoración suprema de la misma. Tanto que tuvo con aquella tres hijos legítimos.

    Isabel, la reina financista del gran Almirante Cristóbal Colón para que viajara allende los mares a descubrir mundos jamás vistos y con el cual vino Alonso de Ojeda en el segundo viaje.

    Maracaibo, que dio a Venezuela, con frescura iluminada, su orgulloso nombre por boca de Américo Vespucio, el cartógrafo italiano quien reconoció la descripción dada por Alonso de Ojeda a Maara´Iwo como Pequeña Venecia.

    Maracaibo, asaltada por el terrible pirata inglés Sir Henry Morgan huyó pudorosa para refugiarse en sus propiedades de los pueblos costeros del sur, Gibraltar, Bobures y Santa María, cual si fuere una angelical e inocente doncella mancillada en su virginidad⁵.

    Maracaibo, adornada y acompañada como fiel protector por la serranía Montes de Oca al oeste y al norte, integrada como madre e hija con la majestuosa e imponente Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia, hábitat de los indios Tayrona, a través de la serena y ardiente belleza de las tierras semiáridas de la alta guajira, y de los fértiles valles del Cesar y Ranchería.

    Maracaibo, con esas tierras de cuentos, mitos y realidades duras, morada de Maleiwa dios supremo de la cultura guajira quien dio origen al primer hombre de la humanidad, el wayuu (guajiro), y de Juya, dios de la lluvia el que le da mantenimiento a la vida.

    Maracaibo, con la continuación de esta sorprendente geografía y otro fiel protector de tan bella ciudad, la Sierra de Perijá o Sierra de Motilones, hogar de los indios Yucpa, Barí y Motilones otrora fieros guerreros, que la conduce por el oeste y el sur, la arropa y le envía la frescura de sus montañas cercanas, como el Pico Tetari de 3750 mts sobre el nivel del mar.

    Maracaibo, alimentada por las fértiles y húmedas tierras del sur del lago con el imponente Relámpago del Catatumbo, ícono simbólico de zulianidad, exportado para toda Venezuela y el mundo.

    Maracaibo, encantada por tener al fondo, allá, muy al fondo, el majestuoso e idílico macizo de los andes venezolanos que cierra esas hermosas tierras del Sur del Lago como se las nombra.

    Maracaibo, tierra caliente y cálida, tierra de los Añú en la laguna de Sinamaica, de los paraujanos en el lago con sus palafitos y de los wayuu en las llanuras infinitas de la península de la Guajira que corren con sus vientos hipnotizantes hacia el norte, hacia Colombia.

    Maracaibo, cómplice de la cultura wayuu que tiene como su dueña absoluta a la diosa Pulowi, esposa de Juya, erótica y voraz, la que tiene la vagina dentada, enseñoreada en las oquedades profundas de tierra firme y en los remolinos del mar y del lago, la que atrapa solamente a los mancebos wayuu que se atreven a aventurarse en sus posesiones para llevárselos a sus profundidades y hacerlos suyos.

    Maracaibo, la bella andaluza emparejada con el hermoso wayúu y la preciosa princesa india esposada con el guapo conquistador español.

    Maracaibo, con sus atractivos y pujantes hijos mestizos de indios pacientes, negros alegres, españoles aventureros y alemanes (weltzares) comerciantes emprendedores.

    Maracaibo, ciudad heroica que confirmó la independencia de Venezuela con la sangrienta batalla naval del Lago (24 de Julio de 1823), en la cual derrocharon valor inenarrable patriotas y realistas.

    Maracaibo, cuyo lago está sembrado de ingentes y numerosísimas torres de extracción del petróleo que almacena en su lecho, que semejan a los molinos de viento del Quijote de la Mancha y que la ha convertido en una de las ciudades más ricas y famosas del mundo.

    Maracaibo, bella sultana del lago, con cocales frondosos que recorren vertiginosos sus orillas a donde llega el marullo de sus aguas mecidas por la brisa.

    Maracaibo, donde se codea la historia y la cultura lado a lado con la Casa de Morales o de La Capitulación, en la cual se firmó la rendición de los realistas, y el Teatro Baralt, insigne joya arquitectónica del arte.

    Maracaibo, donde alterna la religiosidad y la política cuidándose una a la otra con La Basílica de la Virgen de Chiquinquirá, virgen venerada por el pueblo zuliano, que corre por el precioso y fresco Paseo Ciencias con la efigie mística de la virgen y la del santo mártir San Cristóbal, para entrelazarse a través de la iglesia de Santa Bárbara con la Catedral allá a lo lejos de sencilla pero imponente presencia.

    Catedral que con su majestuosidad y tranquila religiosidad mira de soslayo al Palacio de Gobierno de los Cóndores, para recordarle a los gobernantes de turno que dirijan al estado con moral y pulcritud.

    Catedral que observa en diagonal cercana al Banco Central de Venezuela con el tesoro petrolero depositado en sus bóvedas para completar este cuadro de historia, cultura, arte, religiosidad, política y riqueza que nutre y hace funcionar el típico gentilicio del marabino.

    Y, la Plaza Bolívar en honor a El Libertador con su regia y fuerte escultura, integra con sus espacios abiertos el designio de estos lugares representativos de la prestancia maracaibera.

    Pero como no maravillarse con El Convento, joya humilde de la colonia, que resguarda esas maravillas de instituciones y les da el olor ultramarino cuando mira al lago y a su puerto con permiso de los Atlantes, esculturas gigantes, y de la plaza Baralt, la cual recuerda con nostalgia el pasado pueblerino del maracaibero y antigua llegada de todos los caminos de la ciudad y sus alrededores.

    Y el hermoso

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