Antología del XXXIII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey

Por Tecnológico de Monterrey

El Tecnológico de Monterrey presenta orgulloso, en esta antología digital, los textos ganadores de su XXXIII Concurso nacional de creación literaria.

A través de estos concursos y con la publicación de est

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Digital del Tecnológico de Monterrey
• Fecha de lanzamiento: 23 may 2022

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Acerca de Editorial Digital

Antología del XXXIII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey.

El Tecnológico de Monterrey presenta su colección de eBooks de texto para programas de nivel preparatoria, profesional y posgrado. En cada título se integran conocimientos y habilidades que utilizan diversas tecnologías de apoyo al aprendizaje.

El objetivo principal de este sello es el de divulgar el conocimiento y experiencia didáctica de los profesores del Tecnológico de Monterrey a través del uso innovador de los recursos. Asimismo, apunta a contribuir a la creación de un modelo de publicación que integre en el formato de eBook, de manera creativa, las múltiples posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales.

Con la Editorial Digital, el Tecnológico de Monterrey confirma su vocación emprendedora y su compromiso con la innovación educativa y tecnológica en beneficio del aprendizaje de los estudiantes dentro y fuera de la institución.

D.R. © Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México 2022.

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Prólogo

Cómo se me hubiera ocurrido a mí escribir

¿Por qué escribes si eres ingeniera? Mi amigo esgrime la interrogante con tal naturalidad como a quien se le pregunta: ¿Te gusta el apio? ¿Cómo no se me hubiera ocurrido escribir si no supiera la historia de las mujeres de mi familia o las imposiciones que han existido a lo largo de mis veintitantos años? ¿Cómo no se me hubiera ocurrido escribir si mi cuerpo no sintiera? ¿Cómo no se me habría ocurrido a mí escribir si no hubiera leído a otras escritoras? Escribo porque es mi forma de pararme frente al mundo y decir esta soy yo, esta es mi voz, esto es lo que quiero decir, esto es lo que pienso. Escribo porque es mi forma de enunciar y enfrentar la realidad en la que vivo y que —la mayor parte del tiempo— no puedo cambiar. Escribo porque también es mi proceso de entender y ordenar mis pensamientos en casi todos los ámbitos de mi vida, como el ser ingeniera, por ejemplo.

El ejercicio de las letras tiene suma importancia en la vida de las personas, incluso si no nos dedicamos a este oficio de manera formal. Es decir, escribimos sobre lo cotidiano, sobre lo que vemos, sobre la enfermedad, sobre el miedo cuando caminamos en una calle oscura, sobre la cena de esta noche, cómo es la casa de nuestros amigos, y puede ser tan amplio como escribir sobre las preocupaciones ante la situación política de un país o la denuncia desde lugares recónditos del mundo. Escribimos para comunicarnos. Escribimos desde nuestra corporalidad, nuestra experiencia, nuestra preocupación, nuestra voz.

Es claro que escribir parte de un proceso creativo, que hay herramientas a nuestro alcance para tener una escritura más limpia; es cierto también que hay que leer —y vaya que es una recomendación muy acertada cuando alguien pregunta cómo iniciarse en la escritura, la mejor recomendación, diría yo. ¿Qué dicen otras voces? ¿Qué dicen mis antepasados? ¿Qué escuchan y leen las escritoras y los escritores actuales? ¿De qué hablan en sus textos? Entonces, es necesario crear espacios que alberguen y también compartan dichas escrituras. La importancia de los talleres de creación literaria nos ayuda a rescatar las obras de diferentes generaciones y nacionalidades, son espacios seguros que nos brindan la certeza de ser escuchadas y escuchados cuando hablamos de nuestra postura ante lo que nos sucede.

A modo personal, no me levanté un día queriendo ser escritora ni me transformé en escritora de la noche a la mañana. Incluso, a veces, aún no sé si presentarme como escritora, editora, diseñadora, ¿traductora? ¿A qué te dedicas? Escribo, pero diseño, pero también fundé una editorial con otras poetas a las que admiro. Cada quien tiene su historia, algunos dirán que sí, que desde su infancia lo supieron, pero en mi caso fueron las redes que se construyeron a partir de las historias que mi abuela me contaba; de coincidir, mientras estudiaba en el Tec una ingeniería, con quien después sería uno de mis mejores amigos, quien me invitó a mi primer taller en el mismo Tec —espacio en el cual sería mi primer acercamiento a la sociabilización de mi escritura—, donde conocería a mi primer maestro; y donde todo esto me llevaría a decir: Sí, quiero seguir escribiendo. Sí, hay pocos espacios donde se rescaten las escrituras femeninas. Sí, estoy enojada por la invisibilización de las mismas. Sí, quiero escribir porque es mi manera de articular lo que me molesta y lo que me gusta. Porque cada taller me ha ayudado a descubrir nuevas voces y nuevos recursos, y sin ese primer taller no estaría escribiendo este texto.

Escribir se ha vuelto fundamental en mi vida para poner discusiones urgentes sobre la mesa y reforzar mi compromiso con las mismas. Para construir algo desde mi perspectiva. Para que esta perspectiva no solo sea la vista desde la ingeniería. Para leer a otros y otras. Para tener una opinión. Para posibilitar más espacios de escritura que narren historias desde la colectividad. Para construir mi relato individual. Para construirme.

Ariana Ibáñez

Primer lugar de poesía en el XXIX Concurso de creación literaria del Tecnológico de Monterrey

Premiados por categorías

Categoría 1. Cuento corto

Preparatoria

Mi primer beso

Lourdes Gabriela Rodríguez Juárez

Primer lugar

Campus Ciudad de México

La playa del violín

Paola Elizabeth Espinoza Oliva

Segundo lugar

Campus Estado de México

El deseo

Ximena Castro Salazar

Tercer lugar

Campus Santa Catarina

Profesional

Las ruinas

María Fernanda Corona López

Primer lugar

Campus Monterrey

En señal de disculpa

Julio César Calleros Rodríguez

Segundo lugar

Campus Toluca

¡Anda!, ¡que vas!

Irving Uriel Leaños Hernández

Tercer lugar

Campus Ciudad Juárez

Posgrado, egresados, profesores y empleados en general

La lista

Inés de la Peña Thévenet

Primer lugar

Campus Santa Catarina

La memoria del alma

Alejandro Mauricio Ruiz Zepeda

Segundo lugar

Campus Estado de México

Carrusel

Juan Carlos Roldán González

Tercer lugar

Campus Santa Fe

Categoría 2. Cuento largo

Preparatoria

Sin salida

Aura Ximena Jasso Mosqueda

Primer lugar

Campus Ciudad de México

Unos tiempos muy peculiares

Ricardo González Garza

Segundo lugar

Campus Santa Catarina

Playlist de un muerto

José Guillermo Albarrán Aguilar

Tercer lugar

Campus Toluca

Profesional

El trago intangible

Zayd Rogelio Solís Cortés

Primer lugar

Campus Estado de México

Taíto

Paul Martín Navarro

Segundo lugar

Campus Ciudad de México

Quédate, os ruego

Karla Ivette Vázquez Tijerina

Tercer lugar

Campus Monterrey

Posgrado, egresados, profesores y empleados en general

La carga

Alejandro Mauricio Ruiz Zepeda

Primer lugar

Campus Estado de México

Aves de invierno

Javier Santa Cruz Blanco Rodríguez

Segundo lugar

Campus Monterrey

Retorno

Héctor Antonio Sánchez Martínez

Tercer lugar

Campus Santa Fe

Categoría 3. Dramaturgia

Preparatoria

Instrucciones de la vida cotidiana para un ser extracotidiano

Michelle Sánchez Armass González

Primer lugar

Campus Morelia

Odette

Andrea Figueroa Chávez

Segundo Lugar

Campus Cuernavaca

Profesional

Juguetes e historietas

José Mario Flores Beltrán

Primer lugar

Campus Sinaloa

Posgrado, egresados, profesores y empleados en general

Alicia en el país de la oscuridad o el ciclo de la luna

Juan Carlos Roldán González

Primer lugar

Campus Santa Fe

Hora cero

Gloria Fanny García Cardoso

Segundo lugar

Campus Estado de México

Día de muertos

Omar Gerardo Escobar Saldívar

Tercer lugar

Campus Toluca

Categoría 4. Poesía

Preparatoria

Tempestad solar

Ximena Martínez Aranda

Primer lugar

Campus Estado de México

Profesional

Desierta

Posgrado, egresados, profesores y empleados en general

La indefensión y las orquídeas

Fernando Moisés Ávila Ortega

Primer lugar

Campus Aguascalientes

La estación propicia

Héctor Antonio Sánchez Martínez

Segundo lugar

Campus Santa Fe

Cabello entre los dedos

Mónica Viridiana Perea Rosas

Tercer lugar

Campus Estado de México

En torno al círculo

Germán Vázquez Ibáñez

Mención honorífica

Campus Querétaro

Jurado

Carmen Villoro

Autora de varios libros de poesía y prosa poética, entre ellos: El tiempo alguna vez (Fondo de Cultura Económica), En un lugar geométrico (Ediciones Sin Nombre), El habitante (Editorial Cal y Arena), Jugo de naranja (Trilce Ediciones, 2000 y 2008), Obra negra (Editorial Arlequín, 2006), Espiga antes del viento (Secretaría de Cultura de Jalisco, Col. Clásicos Jaliscienses, 2011), La algarabía de la palabra escrita (Editorial Rayuela, 2013) y Liquidámbar (Mantis editores/ SCJ, 2017). Ha escrito los libros para niños Amarina y el viejo Pesadilla y otros cuentos (Editorial Norma, Bogotá, Colombia), Papalote, papelito (Ediciones SM), entre otros. Becaria del Sistema Nacional de Creadores de 2000 a 2006. Fue directora de la revista de cultura Tragaluz, colaboradora de los periódicos Siglo 21 y Público, de Guadalajara, y miembro del Consejo Editorial de las revistas literarias Paréntesis, Luvina, Folios y La Gacetita. Recibió el primer lugar del Premio FILIJ Ensayo sobre Literatura Infantil y Juvenil en 1993. Fue galardonada con el Premio Jalisco en Letras en 2016. Recientemente fue distinguida con el Premio Internacional Hugo Gutiérrez Vega a las Artes y las Humanidades en su octava edición, otorgado por la Universidad Autónoma de Querétaro.

César Cañedo

Poeta. Miembro de la casa de vogue House of Apocalipstick. Fundador y coordinador del Seminario Interdisciplinario de Estudios Cuir, UNAM. Es Doctor en Letras por la UNAM. También es profesor de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Centro de Enseñanza para Extranjeros de la UNAM. Ha sido acreedor de galardones como Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2019, por el poemario Sigo escondiéndome detrás de mis ojos, y Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal 2017, por el poemario Loca. Es becario FONCA del programa Jóvenes Creadores 2018-2019 en la especialidad de poesía. Ha publicado: Rostro cuir e Inversa memoria. Algunos poemas suyos han sido traducidos al catalán, italiano, inglés y zapoteco.

Enrique Arce Gómez

Actor graduado de la escuela Atlantic Acting School de Nueva York y miembro fundador de la compañía teatral Thirty Three Theatre Company en esa ciudad. Ha trabajado como productor ejecutivo y stage manager con algunas de las casas productoras más grandes y reconocidas del país. Ha traducido y adaptado más de treinta obras y musicales, incluyendo, para sus estrenos en México, las obras Cock (de Mike Bartlett) y Todo sobre mi madre (basada en la película de Pedro Almodóvar) y los musicales La fierecilla tomada (de Bob Martin), First Date (de Austin Winsberg) y Papi Piernas Largas (de John Caird). Su obra original Un cuento para invierno fue producida en 2010 en Xalapa, Veracruz.

Fernando Jiménez

Psicólogo clínico egresado de la Universidad Autónoma de Querétaro. Ganador del primer Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila 2015 y del Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos 2015. Ha participado en la antología Andan sueltos como locos publicada por Libros Pimienta, y es autor de Ensalada Western, libro publicado por el Instituto Cultural de Aguascalientes en 2016. Fue beneficiario del programa Jóvenes Creadores FONCA 2017-2018 en la categoría de Cuento y del PECDA 2018 en la categoría de Creadores con trayectoria. Ha publicado en las revistas Punto de Partida, Tierra Adentro y Círculo de Poesía.

Imanol Martínez

Autor de los libros Tríptico sobre las despedidas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2017) y Neighborhood (Fondo del Estado de Querétaro, 2017), y de la plaquette de no ficción Blau Cel (Herring Publishers, 2016). Ganador del Premio Nacional Manuel Herrera de Dramaturgia y del primer y segundo lugar del Concurso de Cuento Ignacio Padilla en sus dos únicas ediciones. Ha participado en el Hay Festival, el Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes, el Centro Horizontal y el Coloquio Internacional de Teatro y Futbol, entre otros. Actualmente es codirector del Festival de la Joven Dramaturgia y socio del espacio cultural Vendedores Paraíso-Zona de Escrituras.

Jaime He

Diseñador industrial por el Tecnológico de Monterrey y Maestro en Creación Literaria por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Fue finalista en la primera y segunda edición del Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila (2015-2016) y obtuvo el Premio Ignacio Padilla (2017). Su trabajo se ha publicado en diversas antologías de narrativa y ensayo. Es autor del libro de relatos Melancolía de los pupitres (FETA 2018). Obtuvo la beca PECDA Querétaro 2017 y actualmente es becario del FONCA en la categoría de Cuento 2018-2019. Gestiona el espacio cultural Vendedores Paraíso-Zona de Escrituras.

Rafael Volta

Ingeniero en Electrónica y Comunicaciones (2000) y Maestro en Ciencias con especialidad en Sistemas de Manufactura (2010) por el Tecnológico de Monterrey. Cursó el Diplomado en Creación Literaria de la SOGEM Generación LV. Ha publicado poesía, cuento y dramaturgia en varias revistas. Autor del poemario Principia Mathe-Machina (Fondo Editorial de Querétaro, 2018) y la dramaturgia The Q Horses (Herring Publishers, 2018). Cada mes organiza lecturas de poesía open-mic en un bar de 4.5 estrellas. Mantiene el blog rafaelvolta.tumblr.com, y a veces también tuitea desde la fortaleza de la soledad en @rafaelvolta.

Categoría 1. Cuento corto

1.1 Preparatoria

1.1.1 Mi primer beso

Por: Lourdes Gabriela Rodríguez Juárez

Respiras rápida y agitadamente repitiendo una y otra vez en tu cabeza: piensa en el paisaje que ves de regreso del colegio: infinito. Hermoso, hermoso, hermoso. Pero al parecer no te ayuda en absoluto, sigues recostada ahí, en ese cuarto. Gotas de sudor comienzan a recorrer tus sienes. Sientes cómo toca tu piel, te quita la camiseta y besa tu estómago sudando frío. Sientes cómo aprieta su pecho contra el tuyo y coloca sus manos debajo de tu cadera. Te acerca hacia él mientras tú intentas no ponerte nerviosa. Nunca has besado a nadie y sientes cada una de sus respiraciones avanzando por tu cuerpo…

Piensas en la última película que viste. Estabas con tus padres recostada en el sofá y los protagonistas se besaron. Te pusiste roja, a decir verdad, te pusiste rojísima porque tus padres voltearon a verte y adelantaron la escena. Tú reclamaste y les dijiste que solo era un beso, que ya eras grande, pero ellos se miraron e hicieron esos gestos que hacen siempre que algo no es apto para ti. Y tu mamá te contestó: Lo que no puedes ver es lo que sigue después. Ahora supones que a esto es a lo que se refería. Pero sabes que algo no está bien, por primera vez le das la razón a tu mamá y no quieres vivir eso que sigue después, no quieres recibir tu primer beso aún.

Has visto a algunas chicas en la escuela besar a chicos y ser mandados a dirección. ¡Es que lo amo!, replicó una de ellas a la directora. Desde entonces piensas mucho en eso, en el amor. Buscaste en el diccionario y dice que es un sentimiento de afecto, inclinación y entrega hacia alguien. Sinceramente, eso del amor te confunde mucho. Por ejemplo, tú amas a tu perro y no te dan ganas de besarlo porque escurre baba por todo el hocico y siempre se ensucia de tierra. Entonces, mejor le cuentas a papá y te dice que es cuando dos personas se procuran, se cuidan y se ayudan mutuamente. Como nunca mencionó nada de besar, le preguntas si cuando él besa a mamá es porque la ama y te responde que sí, que solo hay que besar a alguien cuando se le ama.

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Te devuelve a la realidad su lengua recorriendo tu cara. En estos momentos preferirías besar a tu perro, pero entonces toca tus labios con sus labios, inhalas su aliento y al final se acerca a tu oreja y te dice: ¡Ahora sí, zorra!

Te preguntas por qué te dice así. ¿Qué significa ser zorra? Si tú solo ibas caminando por la acera de la calle, pensando en llegar a tu casa a comer, viendo las nubes, imaginando historias, imaginando tu primer beso. Y para nada te esperabas esto. No te esperabas estar yendo en una carretera hacia un lugar desconocido, hacia un lugar sin mamá ni papá. Y luego, estar en un cuarto asqueroso, pero no tanto como el hombre encima tuyo.

Llegas a la conclusión de que es mejor no pensar en nada: no pienses, no pienses, no pienses. Sacudes los brazos, lanzas gritos ahogados y te haces pipí. Te da una enorme bofetada y azota tu cabeza contra el suelo. ¡Ya lo tienes! No chorreas sangre, pero se derraman tus sueños, solamente quieres dejar de pensar, que esto termine: estar en cualquier otra parte, estar regañada en la dirección, estar viendo una película adelantada… estar muerta. Sigues pataleando, inundando la habitación con tus gritos, con tus lágrimas secas; hasta que lo haces explotar y te pega con el fierro que estaba recargado contra la pared. Le has ganado porque estando inconsciente no puedes pensar en nada, no puedes pensar en nada más que en esas historias de película cuando los adolescentes dan su primer beso.

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Abres los ojos y te das cuenta que son las 7:30 a.m. ¡Carajo!, dices mientras te levantas de un salto y te arreglas lo más rápido que puedes para llegar a tiempo a la universidad. Después de atragantarte el desayuno, e irte maquillando en el transporte, llegas justo a tiempo para presentar tu examen final. Y lo de siempre: nombre, grupo, fecha. Empiezas a llenar todo automáticamente hasta que algo hace que te detengas en la fecha. Hoy es 17 de marzo, hoy es 17 de marzo y por fortuna estás viva. Cuántos años han pasado ya y aún puedes sentir esa adrenalina de estar escapando, de poder volver a abrazar a tus padres, de estar a salvo.

Terminas el examen y lo primero que haces es dirigirte inmediatamente al autobús de regreso a tu casa. Desde que pasó lo que pasó, prefieres ya no hablar con nadie. Agradeciste el día en que por fin ya no tuviste que ir a esos círculos de ayuda que solo te recuerdan cada día que nada volverá a ser igual. ¿Te dan ganas de vomitar después de comer? ¿Qué soñaste ayer? ¿Hiciste amigos hoy?, preguntas, preguntas y más preguntas. Como si nunca estuvieran satisfechos con las estadísticas. Mejor decides dejar de pensar en eso, te colocas los audífonos y te sientas en la parte trasera. Ves tu reloj y piensas: solo veinticinco minutos, solo veinticinco minutos y estaré en casa de nuevo.

Llegas a tu casa, te recuestas en el sofá y prendes la tele. Estás a punto de quedarte dormida pero tu celular suena. Es ese chico que no para de llamarte porque tiene dudas con la tarea. Le has repetido una y otra vez que toda la información necesaria está en los manuales, pero él insiste. Decides dejar tu teléfono en altavoz para ir por comida en lo que intenta hacerte plática por el celular. Regresas justo cuando te está diciendo que no entiende por qué eres así con él, tan fría, tan grosera y tan indiferente. Le dices que porque te da la gana y cuelgas. Comienzas a temblar, te sudan las manos y te pones a llorar incontrolablemente.

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Algún tiempo después, que sinceramente ahora te parece irrelevante, te encuentras sentada en la banca del colegio y te mira. Tú también lo miras y mantienes la mirada. Sin darte cuenta te pierdes. Tienes tantos pensamientos guardados, pero siempre los guardas para después, para un después que nunca llega, que se va aplazando lentamente hasta que su lejanía vuelve todo insignificante. Y te hundes, te hundes en un mundo donde es más importante la marca de tus zapatos, tu apellido, tu dinero, que parezcas una modelo. Poco a poco te has vuelto incapaz de darle nombre a esos sentimientos que convergen en una marea de confusión. Se hicieron tantos que su peso ahora les impide salir. Así que al final solo sonríes con esa sonrisa que enmascara a todos los esfuerzos fallidos de aquellos recuerdos por ser escuchados.

Para tu temor, camina hacia ti y se sienta a tu lado. Platica largo rato contigo de temas que nada tienen que ver con la marca de los zapatos. Y así pasan los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses. Te sientes bien y poco a poco tu sonrisa se vuelve más sincera, tus manos se mueven libremente, enderezas la espalda y dejas de hacer un doble cruce con las piernas. Él lo sabe, no tienes idea cómo, pero sabe que no estás bien y aun así pareciera no importarle. Te mira como si valieras la pena, como si merecieras amor.

Te toma de las manos, se acerca a tu rostro y te sonríe. El mundo comienza a diluirse. Solo verlo a él. Ojos, nariz y boca como cualesquiera. No, no. Ojos nariz y boca como ningunos otros. Se te escapa una sonrisa, se te escapa el alma con la que lo envuelves y lo acercas a ti. Se comprime tu pecho, pero esta vez no es de tristeza.

Cierras los ojos e intentas delinear cada una de sus facciones e imprimirlas por siempre en tus recuerdos. Recuerdos que no olvidarás nunca. Y entonces, te besa. Te besa y tú aprietas fuertemente sus manos y después de un silencio absoluto y de un segundo eterno decides besarlo tú también. Le regresas el beso porque alguna vez tu padre te dijo que solo se besa a alguien cuando se le ama. Y tú, lo has logrado amar.

1.1.2 La playa del violín

Por: Paola Elizabeth Espinoza Oliva

No espero nada de estas vacaciones. Lo único que prevalece en mí —en todo lo que puede llamarse ser, en todo lo que puede llamarse esencia— es un sentimiento de pérdida y agonía. Algunas veces creo que lentamente la realidad deja de tener algún sentido o alguna tonalidad. Es como si de un momento a