MARÍA FERNANDA AMPUERO
La autora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, después de un exitoso primer libro de cuentos, lanza una segunda colección en que se palpa el actual sufrimiento de muchas mujeres marcadas por la desigualdad y la violencia.
> Abre su libro con una cita de Clarice Lispector, que como suele ocurrir con esta autora, tiene un gran misterio y elegancia: _Escribir es también bendecir una vida que no ha sido bendecida». ¿Qué significa para usted tal frase y por qué la eligió para este libro de relatos?
Elegir el epígrafe es, de todas las decisiones alrededor de la escritura, una de las que más me gustan. Me entusiasma iniciar una conversación con otras autoras, romper las distancias y traerlas a la actualidad con ese preciso (y precioso) fragmento que resume la escritura de ellas, pero también la mía. Eso es hermosísimo, esa comunión, esa especie de plegaria, ese resumen absoluto de lo que se va a leer. Es como armar un árbol genealógico: yo vengo de esto y porque vengo de esto es que escribo lo que escribo y cómo escribo. Me gustó mucho una cosa que descubrí en el libro de y que dice «Nietzsche, en un momento de gran lucidez, dijo que cada cual debía elegir su genealogía, es decir, qué vida del pasado va a continuar ». Me gusta, en concreto, la elegí para este libro porque creo que la idea de bendecir a los no bendecidos es una forma maravillosa de resumir toda la literatura que a mí me ha importado en la vida. Además, la idea de bendición me gusta mucho porque es algo así como un superpoder: las madres bendicen, por ejemplo, y eso requiere que ellas tengan la convicción de que el amor que sienten, que es tan inmenso, tan profundo, puede salvar. En este libro hay sacrificios humanos y también bendiciones.
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