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Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey
Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey
Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey
Libro electrónico384 páginas3 horas

Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey

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El Tecnológico de Monterrey presenta orgulloso, en esta antología digital, los textos ganadores de su XXXII Concurso nacional de creación literaria.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 jul 2023
Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey

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    Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey - Tecnológico de Monterrey

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    Acerca de Editorial Digital

    Antología del XXXII Concurso nacional de creación literaria del Tecnológico de Monterrey

    El Tecnológico de Monterrey crea en 2010 su sello editorial con el objetivo de compartir con el mundo el conocimiento académico, científico y cultural, generado por la Comunidad Tec extendida e invitados académicos para lograr el florecimiento humano en el ámbito intelectual.

    A través del catálogo de obras se busca divulgar el conocimiento y la experiencia didáctica de la institución, al mismo tiempo que se apunta a contribuir a la creación de un modelo de publicación que integre las múltiples posibilidades que ofrecen las tecnologías.

    Con la Editorial Digital, el Tecnológico de Monterrey confirma su compromiso con la innovación educativa en beneficio de la sociedad.

    D.R. © Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México 2023.

    ebookstec@itesm.mx

    Ganadores por categoría

    Categoría 1. Poesía

    Preparatoria

    El árbol de la muerte

    José Carlos Briones Sánchez

    Vacíos llenos de ti

    Laura Sofía Ronquillo Silva

    No es un poema de amor

    Gizel Esmeralda Palestino Mendoza

    Profesional

    La túnica del abismo

    James Colyer Tassinari

    Cauce del agua

    Atl Carolina Díaz Villaveces

    Autorretrato

    Paloma Marisol Carreño Acuña

    Posgrado, egresados, profesores y empleados

    Esta maldita necedad de encender lirios

    Afhit Hernández Villalba

    Como el agua que fluye

    Héctor Antonio Sánchez Martínez

    El silencio en el origen

    Juana Isela Álvarez Vázquez

    Categoría 2. Cuento corto

    Preparatoria

    23 minutos

    Luis Rubén Murillo Pompa

    A través del telescopio

    Natalia Cigarroa Salazar

    Alma

    Paola Michelle Guerrero Franco

    Profesional

    ¿Qué sabes de la muerte?

    Emilio Domínguez Vázquez

    Champs Elysées

    Emmanuel Oláguez Medina

    Tuyo

    Karla Ivette Vázquez Tijerina

    Posgrado, egresados, profesores y empleados

    8:15

    Andrés Samaniego Chavira

    El pequeño gran vacío

    Jorge Alfredo Núñez Carrillo

    Duermevela

    Brenda Morales Muñoz

    Categoría 3. Cuento largo

    Preparatoria

    El diario de un soldado

    Jun Obana Sameshima

    Trinidad

    Daniela Rodríguez Trujillo

    Ella lo era todo

    Fernanda González Cruz

    Profesional

    El gato y el pato

    Allison Alexandra García Villa

    Búsqueda

    Danya Ortega Cabrera

    El ladrón

    Ana Laura Hernández Ohana

    Posgrado, egresados, profesores y empleados

    Aún entre una multitud de millones, te volveré a encontrar

    Carlos Raúl Ramírez Medina

    Cita en el éter

    Josué Gutiérrez González

    María

    Juan Carlos González

    Categoría 4. Teatro

    Preparatoria

    Maquillaje

    Héctor Manuel Cárdenas Castro

    Camarones

    Sebastián Ibarra del Castillo

    Profesional

    El mañana

    Ximena Martínez Aranda

    Los jardines de cempasúchil

    Miguel Ramiro Martínez Pardo

    Posgrado, egresados, profesores y empleados

    El andar de un príncipe

    Juan Carlos Roldán González

    Jurado

    Poesía

    Lucía Yépez Villafuerte

    Es doctora en artes y humanidades. Ha recibido premios como Celedonio Junco de la Vega y Alicia de Nayarit. Ponente e invitada en diversos encuentros literarios tanto nacionales como internacionales. Autora de publicaciones como Con cicatrices pero a salvo y Nosotros los malditos. Su poesía ha sido traducida al inglés y antologada en España, Argentina, Perú y México.

    Bernardo Hinojosa

    Es arquitecto por el Tecnológico de Monterrey y maestro en planificación arquitectónica por la Universidad de California en Berkley. Es autor del libro Del amor y otros asuntos extraños. Publica semanalmente en el blog Poesía en el mundo.

    Cuento corto

    Alejandro Garza

    Es licenciado en Estudios Internacionales por la Universidad de Monterrey y maestro en Ciencias de la Comunicación y Cambio Social por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha trabajado como redactor en las revistas TuVerde, Comunicación Estratégica y TNE Media, como editor en B3NAHUI y de coordinador en la revista Verbum. Autor del libro Historias para despertar antes de dormir.

    María Gabriela Garza González

    Es licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma de Nuevo León y doctora en Artes y Humanidades por el Centro de Investigación en Ciencias, Artes y Humanidades de Monterrey. Ha participado en diversos congresos y coloquios como el VIII Coloquio Internacional de Literatura Fantástica y el XXI Congreso de Literatura Mexicana Contemporánea, entre otros. Tiene diferentes publicaciones académicas como Arte, ciencia y técnica y Delirio y alucinación: ensayos de literatura y arte, entre otros. Ha impartido clases de danza, artes y literatura.

    Cuento largo

    Ángeles Favela

    Es licenciada en Ciencias de la Comunicación y con estudios literarios y de psicología. Ha colaborado en el periódico El Norte y revistas como BCM y Woman. Fundadora de Literálika, editorial, agencia literaria y escuela de escritores. Ha impartido clases de Filosofía y Lógica, así como asesorías literarias a diferentes autores.

    Luciano Pérez Savoy

    Es licenciado en Producción Cinematográfica Digital por la Universidad de Monterrey. Participó en el programa Film Factory de la Escuela de Ciencia y Tecnología de Sarajevo. Ha dirigido y producido diversos documentales, cortos y largometrajes. Su película M—1 se estrenó en el 35 Torino Film Festival y recibió el premio a mejor película.

    Dramaturgia

    Edui Tijerina Chapa

    Licenciado en Comunicación Social y maestro en Educación Superior por la Universidad Regiomontana. Ha coordinado programas como Esta mañana y Siempre en domingo, así como las producciones Nuestra belleza México. Escritor de las obras teatrales Exorcismo y Mariposas enjauladas, así como otras obras breves que se han montado a nivel nacional e internacional. Fue guionista de la película Cantinflas, contendiente al Oscar en el 2015 en la categoría a mejor película extranjera.

    Hernán Galindo

    Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Regiomontana y miembro del Sistema Nacional de Creadores Artísticos del Conaculta. Ha obtenido el Premio Nacional de Dramaturgia UANL en tres ocasiones y dos veces el Premio Nacional de Teatro otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Gobierno de Baja California por dramaturgia. Fundador de Casa MUSA Espacio Creativo, Teatro Odeón y Teatro Undergrown. Escritor de obras como Mármol en el cielo y Los niños de sal. Ha dirigido más de cien puestas en escena.

    Categoría 1. Poesía

    1.1 Preparatoria

    1.1.1 El árbol de la muerte

    José Carlos Briones Sánchez

    Sobre un árbol olvidado

    Cuando solo se vive en el pasado

    grosero sería olvidar el nombre

    de un árbol negro y olvidado

    que optó por amar al hombre.

    —Robert Hobbs

    Maldición

    Bendita sea la luna

    que sonríe indiferente ante la demacrada máscara

    oxidada y sin colores

    aquella que solo mira con fortuna.

    Bendito mundo

    que gira y gira debajo de los pies

    del jinete con un caballo perdido

    y su discípulo enmudecido.

    Benditas estrellas

    ustedes burlonas

    de la triste miseria

    y de todas aquellas.

    Terrible viento

    tú, que cantas al pasado,

    pero oscureces y llevas al desolado.

    Terrible viento que recorres el mundo.

    Ángel de fuego, hermano mío

    acógeme en tus alas destructivas

    pule mi cuerpo y hazle un río

    termina con mis pasiones excesivas.

    Existe un pastizal fuera de mi cueva

    sus formas señalan mi pena

    y mi pena es siempre la luna

    la vida a esperar que llueva.

    Yo, seguiré siendo

    el mundo, girando,

    porque, aunque el día termina y la luna ríe,

    la máscara solo sonríe.

    Venerable y temido espíritu

    termina ya tu oración

    deja tu cuerpo, tira tus penas

    pues esa es tu maldición.

    Ira

    Irremediable condición de la naturaleza

    cartel enorme y extendido sobre el lienzo

    aquella que se le mira con pereza

    y que hasta pierde su olor el incienso.

    Irremediable imagen de los brazos

    extendidos como ramas a la primavera

    entre los hombres viejos, ellos ocasos

    y sus pasos, que siguen al dondequiera.

    Mundo sin principios, aquel sin tormentos

    utopía inimaginable, donde converge poesía

    hombre viejo y burdo, enamorado de sus versos

    para el cual siempre es de noche y nunca de día.

    Amable señora, madre del hombre

    amamanta a tu hijo que el búho mira

    no abandones al que tiene nombre

    o en su dolor enfrentarás su ira.

    Exhalación

    Entraste a la alcoba

    para mirar tus pies al espejo

    seguiste a tus ojos y hallaste tu cuerpo

    seguiste a tu alma y encontraste tu reflejo.

    ¿Qué has hecho de ti mismo?

    ¿Es acaso que el mundo que te dio cobijo

    fue de nuevo traicionado y destruido?

    ¿Es acaso que has olvidado ser su hijo?

    Muchas son las historias que de ti cuentan

    pues muchos atributos has añadido a tu nombre

    ¿Es acaso que todo ese orgullo que solo rentas

    te ha apartado de tu condición de ser hombre?

    Es verdad, hijo mío,

    en un intento por exponer tu afinidad

    fue muy grande el caos que provocaste

    y me mostraste nada más que debilidad

    pues a toda la tierra lastimaste.

    Hoy te postras ante mí, intentando reponerte

    me suplicas y clamas, como cansado viajero

    pero se te acaba la suerte

    pues nada es tan duradero.

    Qué mal momento tuviste

    aquella noche en la que te fuiste

    me traicionaste, dejaste en el olvido

    cuando abandonaste a tu hermano, aquel pobre vendido.

    Pobre de ti, hombre moribundo,

    que no eres ninguna excepción.

    Despide hoy a este mundo

    y entrega ya tu exhalación.

    Los amantes

    Había entonces una bocanada de fuego

    vestida entre pieles claras y de porcelana

    un silencio que hacía vidente al ciego

    y un jinete que le veía cercana.

    Había entonces un viento congelante

    que acariciaba al césped con indiferente descuido

    pobre césped que respondía como amante

    terrible, viento y conocido.

    Y entonces avanzó el incendio

    recorriendo con sus llamas las planicies

    terrible y atroz compendio

    envenenó entonces, todas las narices.

    Se juntaron las palmas

    y las brasas fueron el sustento

    pero consumidas sus almas

    partieron al firmamento.

    En el cielo, junto a los astros,

    permanecieron brillantes

    y al fin, cuando la llama limpió sus rastros

    se unieron los amantes.

    La diosa muerta

    De entre los escombros se levantó un hombre muerto

    su espalda cubierta en llagas levantaba orgulloso

    mediocre mortal que cegaba el huerto

    terrible y crucial mirada de diosa.

    Desde el infierno al mundo

    con su espíritu orando

    andaba ya el moribundo

    y la diosa mirando.

    Amable diosa

    señora digna de realeza

    su palabra es siempre engañosa

    pero pone el pan sobre la mesa.

    El poeta ilustrado

    murió en la laguna

    y el poeta engañado

    perdió ante la luna.

    Si el espíritu lamenta

    que canten la canción

    cuando llegue la tormenta

    caerá la traición.

    Los mundanos corren de la catedral

    el cielo y el frío han cerrado la puerta

    el lamento se ha tornado en cristal

    pues la diosa terminó siendo muerta.

    Los muertos tristes

    La vida de trabajo siempre echa raíces

    cuando salía el sol, los mortales se miraban

    pero cuando el invierno invadía sus narices

    entre vestimentas ellos se ocultaban.

    La vida me dio trabajo

    y el trabajo me dio familia

    pero cuando uno empieza desde abajo

    se pasan los años en vigilia.

    Se dice que ser pobre es estar muerto

    pues la pobreza es mente en decadencia

    pero hoy que te hablo en este desierto

    encuentro en ti cierta clemencia.

    Los muertos no tenemos fortuna

    en este mundo no existen las victorias

    y aunque nuestra única luz sea la luna

    nuestras manos narran las historias.

    No extrañamos nuestros corazones

    y nuestros ojos ya no tienen color

    pero si tus ramas escuchan mis canciones

    te prometo recordar el amor.

    Sé que mi mano siempre te asombra

    hoy tu corteza acariciaré

    después me sentaré a tu sombra

    y en tus ramas descansaré.

    Estoy seguro de tus intenciones.

    aunque no sé si en verdad existes

    te agradezco por tus atenciones

    por escuchar a los muertos tristes.

    Por amor al hombre

    He seguido tu sombra y he visto tus ramas

    escucho tu oído y siento tu dolor

    escuchas al mundo, varones o damas

    abrazas al hombre y le tratas con amor.

    Tus ramas ya fueron despojadas de belleza

    y tu sombra fue dejada en el olvido

    pero en esta constante tristeza

    vengo humilde a pedirte tu oído.

    He tenido mucho renombre

    seguramente te asuste mi presencia

    te suplico que olvides al hombre

    y escuches también de mi existencia.

    Era el más grande entre los bellos

    el más amado por el señor

    pero fui rechazado por aquellos

    que no comprendieron el amor.

    Fui odiado por miles

    los que siguieron la mentira

    me compararon con viles

    a mí, el que por ellos suspira.

    Imaginé al hombre

    con su espíritu de horror

    más cuando el señor les dio nombre

    cometí el mayor error.

    Algunos me dicen demonio

    ya nadie recuerda mi nombre

    perdí todo mi patrimonio

    solo por amor al hombre.

    El árbol de la muerte

    A la orilla de un río creció un roble

    se le regaba y atendía con delicadeza

    hasta que galopante llego el noble

    y desenterró entonces su naturaleza.

    Por la corriente perdió su belleza

    cuando sus raíces le fueron arrancadas

    pero cuando despidió la corteza

    el sufrimiento se perdió entre miradas.

    Siempre ignorado por los despiertos

    aprendió a vivir sin nombre

    y cuando pasó al mundo de los muertos

    conoció al verdadero hombre.

    Desde campesinos hasta caballeros

    sus problemas le contaban

    llegaban muy cansados los viajeros

    pero en su sombra descansaban.

    Amoroso el roble escuchaba

    mirando la llegada de sus puertos

    y su sombra siempre les prestaba

    por amor a los hombres muertos.

    Si usted pudiera sentir esas hojas

    llenaría sus manos de historia

    a veces son negras y a veces son rojas

    pero todas cantan la memoria.

    Cuando solo se vive en el pasado

    grosero sería olvidar el nombre

    de un árbol negro y olvidado

    que optó por amar al hombre.

    Desde campesinos hasta caballeros

    compartimos la misma suerte

    nosotros somos los viajeros

    y él es nuestro árbol de la muerte.

    1.1.2 Vacíos llenos de ti

    Laura Sofía Ronquillo Silva

    I

    Llevaba mucho tiempo evitando escribir sobre ti,

    negándome a plasmarte a través de palabras y hacerte infinito.

    Me resistí durante

    días,

    semanas

    y meses,

    hasta que cedí.

    Todo aquel que ha sido dueño de un poema

    se ha quedado solo ahí como recuerdo y

    se ha ido para no volver jamás.

    Y yo no quiero que tú te marches

    y me marchites con eso,

    no quiero volver a verte, pero solo aquí,

    hecho de letras que no valen nada.

    Yo quiero

    que te quedes,

    que no te esfumes,

    que signifiques algo que ningún diccionario sepa describir.

    Te quiero

    II

    Hace 270 días que te quiero,

    es ya casi un año desde que te vi por primera vez.

    Algunos días te odio,

    otros lloro desconsoladamente por ti

    y en ocasiones quiero olvidarte por completo.

    Pero de alguna manera, y sin importar lo que pase,

    al final siempre te vuelvo a querer

    con un pedazo más grande de mi corazón.

    Puede que esté ligeramente cayendo por ti,

    lanzándome en tus vacíos,

    esperando encontrar las piezas que me faltan.

    Sin darme cuenta que tan

    solo somos

    un deseo de la última estrella fugaz

    que nos vio pasar.

    III

    Te grito eterno retorno,

    nuestras raíces y nuestras alas no han logrado encontrar la forma de desprenderse y dejarse ir.

    El arte de dar vueltas en círculos, tropezando con la misma piedra y cayendo en el mismo hoyo,

    parece que ya lo dominamos y hasta le hemos encontrado gusto

    Te respiro y me dueles, me hinchas, me haces querer explotar del ardor de tenerte cerca y no poder decirte que te quiero.

    Me haces querer cantarle al cielo que deje de llover,

    el único problema es que no son las nubes las que lloran sino mis ojos

    Te necesito, pero te tengo. Estás a mi lado y aún así te extraño

    Te quiero,

    lo siento,

    aún te sigo queriendo.

    IV

    Qué tristes las tardes de otoño

    en las que ver a las hojas caer

    me recuerda a cuánto te extraño.

    Dicen que cuando uno está enamorado

    nunca se aburre

    pues siempre está pensando.

    ¿Estará con otra? ¿Ya me habrá olvidado?

    Y surge una y otra vez la idea de que no se

    sabe si mañana al abrir tú tu boca dirás

    te quiero o esto no va a funcionar.

    Qué rápido se nos acaba el amor

    ¿Qué no fue justo ayer cuando cenabas en

    mi mesa, respirabas mi aire y

    sentías mi dolor?

    ¿Qué no hace minutos jurabas amarme

    y me declarabas ladrona de tu corazón?

    ¿Qué les pasaron a nuestras promesas?

    ¿Dónde quedaron los sueños y abrazos

    que compartimos?

    Dime, Dios mío, ¿qué les pasó?

    ¿Acaso han salido corriendo por la puerta

    al darse cuenta que todo siempre fue una

    mentira?

    Que nunca me quisiste,

    que nunca te quise

    que todo fue una ilusión.

    V

    No me importa que lo nuestro

    exista solo en nuestras memorias,

    pero si algo sé es que mis manos aún sienten tus manos

    y mis labios aún recuerdan tus besos,

    que mi cuerpo extraña tus abrazos

    y mis ojos quieren verte volver.

    Pero todo eso es ya pasado y aunque mi mente

    no lo quiere aceptar ni olvidar, debe hacerlo.

    Es ahí cuando me siento a pensar que tal vez

    no me quisiste nunca

    simplemente me repetiste tantas veces que lo hacías

    que sin querer

    comencé a pensar que era verdad.

    VI

    Me gustaría

    ya no extrañarte,

    ya no pensarte,

    ya no tenerte en la punta de mis dedos

    deseosos de que vuelvas a ser tú

    el que toma mis manos y las abraza,

    como si todo estuviera bien,

    como si no existiera el infierno.

    Me duele el corazón, ¿está mal eso?

    que aun sabiendo que serías tormenta

    me quedé

    que aun sabiendo que serías derrumbe

    no me fui.

    No me duele

    que te hayas ido,

    que te hayas marchado

    como si nunca hubiéramos reído

    a carcajadas en el sillón.

    Duele el tenerte cerca

    y saber que solo tú

    y yo conocemos las veces

    que nos tomamos de la mano,

    que nos abrazamos,

    que nos miramos a los ojos y reímos,

    que nos quisimos de verdad.

    Duele el tenerte a mi lado y saber

    que nunca más volverá a pasar,

    que sin alguna explicación eso es ya solo

    una historia,

    un secreto,

    algo de lo que nunca más volveremos a hablar.

    Duele verte sonreír

    y saber que te quiero con toda el alma,

    duele ver que no me quieres lo suficiente

    como para dejar todo por mí.

    VII

    Siento como comienzo a desvanecerme

    lentamente a irme a la estrella a la que pertenezco.

    Las fuerzas se me agotan y las sonrisas se acabaron,

    ya solo me queda mi soledad.

    Escucho a Dios, le escucho decirme al oído que

    todo estará bien, que el dolor ya se acabó.

    Pero,

    ¿es así?

    De qué sirve deshacerse, si el ardor lo traigo dentro,

    si sin importar a dónde vaya

    me persigue.

    Dime, de qué sirve rasgarme hasta las entrañas si eso

    no hace que te vayas de mi mente,

    si eso no hace que deje de pensar en ti.

    VIII

    Dijiste que nunca me harías daño

    y lo cumpliste.

    ¿Quién dice que decir adiós

    es lastimar?

    Dijiste que todo iba a estar bien

    y te fuiste.

    Es verdad,

    todo está mejor sin ti.

    1.1.3 No es un poema de amor

    Gizel Esmeralda Palestino Mendoza

    No es un poema de amor

    I

    Antes de conocerte,

    desde siempre,

    ha estado un mundo conmigo;

    triste confieso,

    que nunca me ha entendido,

    al igual que la noche

    sola, volaba entre las calles

    fingiendo pertenecer,

    pero todo me queda fuera de lugar...

    Los ríos,

    las estrellas,

    mi casa, mi casa...

    II

    Y llegaste tú

    al igual que un suspiro,

    de pronto y sin esperarlo,

    llenándome los ojos de risas que no conocía.

    cuando dices mi nombre

    y me abrazas desde el silencio

    qué bella es tu sonrisa

    mi rostro se sonroja

    y por un momento no estoy sola.

    Tomas mi pasado,

    tomas mis miedos,

    tomas al mundo y lo haces a un lado

    y somos nosotros,

    acompañados.

    En esos momentos

    que estoy entre tus manos

    me siento tan tuya

    que el dolor

    no me cabe en el cuerpo.

    III

    Que estúpida fui

    al no leer los signos

    que trajo tu calma,

    la tormenta era aquello

    que dentro de ti habitaba.

    Yo, a tu merced,

    me volví juguete de tu capricho.

    Yo, yo...

    Yo lloraba como nunca

    lo habían hecho los mares,

    y tú, cruel, degollabas mi cariño con silencios,

    con burlas y humillaciones.

    Bebes de mi llanto,

    y más allá de las lágrimas,

    disfrutas de mi necesidad por

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