Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Con destino a Canadá, sin boleto de regreso: Guía para hispanos que desean migrar a Canadá
Con destino a Canadá, sin boleto de regreso: Guía para hispanos que desean migrar a Canadá
Con destino a Canadá, sin boleto de regreso: Guía para hispanos que desean migrar a Canadá
Libro electrónico247 páginas2 horas

Con destino a Canadá, sin boleto de regreso: Guía para hispanos que desean migrar a Canadá

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Canadá, el verdadero norte.

Con destino a Canadá sin boleto de regreso va más allá de los comunes relatos anecdóticos y personales de migración, la autora presenta un método de principio a fin para migrar a Canadá.

Es una obra sustentada en investigaciones cualitativas y cuantitativas, para describir la transformadora experiencia de migración en el nivel personal, así como las implicaciones globales del fenómeno migratorio. Revela con singular praxis, los racionales de aceptación de inmigrantes por parte del aparato gubernamental canadiense.

Este libro acompaña en todas las etapas de la experiencia migratoria: tomar la decisión, hacer un plan ejecutable para lograrlo, arribo y superación del choque cultural. El lector encontrará en este libro una perspectiva de largo plazo y lo que se necesita para «hacer una vida» en Canadá, ya que Incluye testimonios de inmigrantes hispanos con más de 20 años radicando legal y permanentemente en Canadá.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento25 ene 2020
ISBN9788418018893
Con destino a Canadá, sin boleto de regreso: Guía para hispanos que desean migrar a Canadá
Autor

Rita Hernández Aburto

Nació en Querétaro, Qro., México. Educada en bellas artes, inició su camino por el arte gráfico, siguió con una maestría en administración de empresas y se especializó en mercadotecnia; posteriormente realizó investigaciones en psicología del consumidor con parámetros sensoriales para decisiones de compra. Por más de una década, diseñó y desarrolló contenidos educativos para corporativas transnacionales en la Ciudad de México. Sus escritos técnicos y educativos han sido útiles para miles de individuos. En el 2007, necesitó un descanso del estrés corporativo y se fue a Nueva York a estudiar fotografía. Ese mismo año migró a Canadá. Al llegar a Canadá trabajó para el Immigrant Employment Council of BC en donde además de hacer investigación y desarrollar material sustantivo para el Consejo Directivo, interactuó con instancias privadas y gubernamentales en las agendas vigentes de inmigración nacionales, provinciales y locales. Con tal exposición al tema de inmigración más su propia experiencia personal, -en un entorno en donde la comunidad hispánica en Canadá es una minoría-, hicieron evidente para Rita la falta de un recurso con estructura y método que respondiera a las preguntas de los profesionista que aspiran migrar a Canadá.

Relacionado con Con destino a Canadá, sin boleto de regreso

Libros electrónicos relacionados

Viajes para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Con destino a Canadá, sin boleto de regreso

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Con destino a Canadá, sin boleto de regreso - Rita Hernández Aburto

    Agradecimientos

    Gracias a Héctor por aceptar mi necesidad imperativa por escribir y dejarme ser yo, siempre y durante mis tantas eternas noches de escritura e investigación. Gracias por ser mi lector cero y por soportar esta locura como muchas otras.

    Gracias a mis hijas por ser inspiración inagotable para mí… (a Anita) por prometerme terminar este libro en caso de que yo no lo hiciera.

    Gracias a mi padre por ser el mejor modelo para seguir de mi vida y enseñarme (entre un millón de cosas) que la perseverancia y el trabajo disciplinado son la llave para tener resultados en el largo plazo. Por enseñarme desde niña, que el inglés me abriría las puertas del mundo y por creer en mí sin límites.

    Gracias a mi madre por ser mi lector cero y por su retroalimentación sesgada de mi libro perfecto.

    Gracias a Erika por permanecer enlazada y hacerme sentir como el amor de hermana trasciende fronteras y kilómetros. Por sus visitas que siempre derramaban alegría y traían mi tierra, la infancia y la vida en una maleta. Por ser testigo de mi transformación de niña a mujer, de mexicana a canadiense y por celebrar todos mis logros.

    Gracias a Moni, por ser mi lector cero, por las tertulias mexicanas y canadienses, por conectarme con candidatos a entrevistas para la investigación del capítulo cuatro; por escuchar de todo, por su sentido del humor y amistad de las que ya casi no existen.

    Gracias a Deyanira por ser mi lector cero, darme retroalimentación objetiva y por iluminar el oscuro camino a recorrer de los que escribimos de noche.

    Gracias a Alyssa, por patearme el trasero cuando lo necesitaba, por escuchar mis cuestionamientos de vida, por ser la mejor amiga que cualquier mujer y madre pueden tener en el extranjero y por ayudarme a discernir el enfoque principal de este libro en el inicio conceptual.

    A Fabiola Islas por rebotar ideas siempre geniales conmigo. Por su sentido del humor, por sus visitas a mi nueva patria, por haberse aparecido en mi vida (o mas bien yo en la suya) y por incontables momentos compartidos de riqueza cultural, de negocios y de vida. Gracias, amiga.

    Gracias a Helena Juhasz por su profesionalismo en la ilustración de los capítulos.

    Gracias a Ana Pedrero por tanto y por mucho. Gracias por compartir tu historia.

    Gracias a los incontables migrantes no hispánicos (a sus hijos y nietos) a quienes he encontrado en este viaje migratorio, y de quienes he aprendido resiliencia y formas creativas y admirables de reinventarse.

    Gracias a Canadá, esta tierra maravillosa, por darme la posibilidad de hacer muchos de mis sueños realidades tangibles y palpables.

    Gracias a todos los canadienses del pasado y del presente que hacen de esta nación una por la cual, se puede uno sentir rebosado de orgullo.

    Rita Hernández.

    Septiembre 2019

    Acknowledgments

    Thanks to Hector for accepting my imperative need for writing, for always letting me be myself specially during my never-ending nights of writing and researching. Thanks for being my alpha and beta reader and for supporting this crazy idea like some others.

    Thanks to my daughters for being my infinite source of inspiration… (to Anita) for your promise to finish this book if I wouldn’t do it!

    Thanks to my father for being the best role model in my life and for teaching me (plus one million great things) that hard work and perseverance are the key to get results in the long term. For teaching me since I was a little girl, that learning English would open me the doors of the world and also for believing in me without limits.

    Thanks to my mother for being my beta reader and for her bias feedback about my wonderful book.

    Thanks to Erika for keeping bonded and making me feel how sister’s love can transcend borders and miles. Thanks for her visits that always squirted joy around me and brought my land, my childhood and life in a suitcase. Thanks for witnessing my transformation from child into woman, from Mexican into Canadian and for celebrating all my achievements.

    Thanks to Moni for being my beta reader, for the Mexican and Canadian food-for-thought chats, for connecting me with interviewees for my research, for listening everything, for her sense of humor and for her friendship like no other.

    Thanks to Deyanira for being my beta reader, for giving me objective feedback and for lighting the dark road of someone like me: a night writer.

    Thanks to Alyssa, for kicking my butt when I needed to, for listening my life enquiries, for being the best friend any woman and mother can have in a foreign country and for helping me to discern the main focus of my book while I was at the conceptual stage.

    Thanks to Fabiola for bouncing brilliant ideas with me. For her sense of humor, for her visits to my new land, for having appeared in my life (or myself in hers) and for uncountable shared moments of cultural richness, business and life. Thanks, my friend.

    Thanks to Ana Pedrero for such and for many… Thanks also for sharing your story.

    Thanks to Helena Juhasz for her professionalism at illustrating this book.

    Thanks to the uncountable non-Hispanic migrants (their children and grandchildren) I have encountered in my migration journey, because I have learned resilience from them and creative forms to reinvent themselves.

    Thanks to Canada, this wonderful land for giving me the opportunity to come true many of my dreams.

    Thanks to those Canadians from the past and the present, who make this nation one of which anyone can feel overwhelmingly proud of.

    Rita Hernandez.

    September 2019

    Introducción

    La primera vez que escuché la palabra «migrante» fue en mi niñez. Cada vez que la escuchaba, estaba pronunciada con un tono peyorativo. La imagen que acudía a mi mente era la de un hombre con una veintena de años, de piel morena. Casi debía ser estrictamente hispano o latino y pobre. Con aspecto desaliñado, fatigado y con mirada de desesperanza. Usualmente, tal imagen venía acompañada de la palabra «ilegal» y, por tanto, la lista de adjetivos incluía muchos que, para entonces, yo no sabía; eran solo estereotipos creados por los grupos sociales.

    Crecí un poco más y entonces escuché la expresión «fuga de cerebros», la cual hacía referencia a la pérdida de talento intelectual o técnico altamente calificado que salía de su país natal y se establecía en otro país de manera permanente. En mi mente de adolescente, la expresión «fuga de cerebros» también poseía asociaciones peculiares. La que más recuerdo era aquella idea de que «los cerebros que se fugaban» pertenecían a una categoría de gente extraordinariamente inteligente y que probablemente permanecían en un laboratorio médico o centro de investigación. En su mayoría tendrían que ser matemáticos o genios. Como los que trabajan para la NASA o cualquier otra organización mundialmente famosa que solía ser mencionada únicamente en películas americanas o europeas.

    Por el momento, evitaré los detalles de cómo fue que quince años después me convertí en migrante, un cerebro que se fugó de su país, una expatriada y, para algunos, una traidora a la patria. Lo que si adelantaré es que, por fortuna, el conocimiento que tengo actualmente sobre el fenómeno migratorio y el entendimiento de los migrantes ha cambiado drásticamente al que he descrito en el párrafo anterior.

    La migración como fenómeno global

    La rapidez de los medios de comunicación y la intercomunicación global que se puede tener actualmente en tiempo real nos permite recibir simultáneamente millones de bytes de información sobre lo que sucede en otras partes del mundo. En mi opinión, esta velocidad en la que se intercambia información contribuye a que se perciba la migración como una intensa condición moderna. Sin embargo, la migración es un fenómeno que ha acompañado a la especie humana desde que existe sobre la faz de la Tierra. Siendo nómada o sedentario, el principal objetivo ha sido preservar su subsistencia. De manera natural, el hombre siempre está en busca de mejores condiciones de vida y de esa búsqueda se desprenden las complejidades de la migración en la actualidad.

    En la era moderna, la movilidad de individuos de países pobres a países ricos se ha intensificado y es muy notoria, especialmente por las olas de refugiados desplazados por guerras civiles o desastres naturales. En 1992, Russel y Teitelbaum estimaron que había alrededor de cien millones de inmigrantes, refugiados y buscadores de asilo (Russel & Teitelbaum, 1992). Número equiparable a toda la población de habitantes de un país como México.

    Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia, Alemania y otros países europeos han experimentado incrementos migratorios desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (Bierbrahuer and Pedersen, 1996).¹

    La Organización Mundial para la Migración (IOM) estima que el número de migrantes en todo el mundo en el año 2000 eran 173 millones, en el año 2010 eran 220 millones, en 2015 eran 244 millones y para 2018 reportó 258 millones.

    Estos números nos dan una idea de por qué hoy el tema de la migración tiene aristas mucho más complejas y profundas bajo una perspectiva internacional y global. Por un lado, las implicaciones sociales, políticas y económicas afectan tanto a los países origen —de migrantes— como a los países destino —de inmigrantes—; y, por otro lado, las consecuencias de los movimientos migratorios masivos tienen necesariamente que ser operadas bajo marcos regulatorios, en materias de impuestos, remesas y seguridad social. Para mostrar un ejemplo de estas implicaciones, en el año 2005 la BBC de Londres publicó un artículo titulado G8 must stop medic brain-drain —el G8 debe detener la fuga de cerebros médicos—. En dicho artículo se destacaba que el Colegio Real de Enfermeras y la Asociación Médica Británica habían escrito una carta al entonces primer ministro, Tony Blair, demandando acción urgente para la situación de la fuga de cerebros en el sector salud. En esa carta se decía que el talento que migraba de países pobres a los países ricos estaba contribuyendo a la pobreza de los primeros y, por tanto, Gran Bretaña debía hacer un llamado a los países del G8 para comprometerse a un reclutamiento ético (Shah, 2006). Los países africanos son algunos de los más golpeados por la fuga de cerebros. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que 2.4 millones de doctores, enfermeras y parteras son necesarios para cubrir la demanda de 57 países que enfrentan escasez crítica de trabajadores de salud. Si bien el Reino Unido tiene un código político en el cual activamente no recluta talento de ciertos países en desarrollo, los profesionales de la salud de cualquier país son libres de aplicar para un trabajo en Reino Unido

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1