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Los niños del sueño
Los niños del sueño
Los niños del sueño
Libro electrónico46 páginas41 minutos

Los niños del sueño

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Información de este libro electrónico

A lo largo de un sueño, ora maravilloso, ora inquietante, Sebastián vuelve a encontrar las sensaciones, los deseos y las esperanzas perdidos de su infancia. Al mismo tiempo toma conciencia de todo lo que provoca la desdicha de los hombres y destruye el planeta. Lo ayudan tres niños —uno de ellos es su doble— y una muchacha que, pasando por una aventura iniciática, le van a proporcionar recursos para que viva en perfecta armonía consigo y con el mundo. Gracias a ellos y a las peripecias de sus sueños, que lo van haciendo más fuerte y lúcido, abordará la realidad con infalible determinación, la única que pueda realmente influir en el porvenir...
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 sept 2021
ISBN9781639190683
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    4/5
    Es un cuento muy recomendable para leer a los niños

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Los niños del sueño - Marianne Poncelet

Prólogo

La ilusión frustrada de un niño cuando cae en la cuenta de su impotencia, ¿en algo se asemeja a la de un adulto cuando comprueba la imposibilidad de mover a los hombres, ni siquiera para rescatarlos? Si así es, el sueño se hace pesadilla.

Como el protagonista de este cuento alegórico, yo viví ambas experiencias.

Entonces, ¿niños de sueño y adultos de pesadilla?

No puedo conformarme pues, a pesar de mis ochenta y dos años, sigo aferrándome a mis sueños de niños.

Después de todo, cuando veo la nutria jugando con su cría, en ese estado sublime que une una madre con su hijo, no estoy soñando. Cuando veo una Tierra rica que se renueva adueñándose, a la par que la transfigura, de la muerte de todas las cosas (la hoja, el árbol, la hierba, el animal, el pájaro de mirada aguda volando por el cielo, o el gusano ciego reptando bajo la tierra), no estoy soñando. Todos estos elementos son interdependientes, todos aspiran a la luz del sol y caen después en el seno de esta tierra de fe, de amor, de generosidad que a todos nos alimenta y nos sana.

Cuando toco o dirijo una música que mueve a llorar, sonreír, bailar y soñar, no estoy soñando.

Cuando veo, cuando oigo, cuando siento la alegría, la exuberancia, el amor, el cariño y el agradecimiento de los niños, de los artistas y de los profesores, que todos juntos cantan y bailan, no estoy soñando. Todo lo tengo ante los ojos, todo esto existe.

Y cuando sesteo en la hierba tierna y perfumada, bajo las ramas de un castaño en flor, o cuando me pongo a meditar con la encantadora melodía de un río, tampoco estoy soñando.

¿De dónde salen las pesadillas? De la frustración de los sueños que no se cumplieron...

De niño estaba convencido de que, si conseguía tocar bastante bien la Chacona de Bach, obra majestuosa a la vez

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