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Tu nombre es el Amor
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Libro electrónico127 páginas1 hora

Tu nombre es el Amor

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Por medio de este libro se manifiesta lo que Dios escribió en la palma de su mano para mi vida, una experiencia espiritual que en el caminar se vislumbró el nombre más sublime en los destellos del radiante sol sostenido por manos consagradas a la Luz y al nombre sobre todo nombre, al Amor. En ese amanecer se contempla al sol escondiéndose en cada alma. Tu nombre es el Amor, un nombre que dignifica a todos y exalta en ternura abrazando las miserias dolorosas que navegan en el mar de la vida.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 mar 2022
ISBN9789878722559
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    Tu nombre es el Amor - Romina Natalín Aldecoa

    Prólogo

    La gratuidad es propia de este libro, aquello que se entrega soltando todo lo que ata al alma a la tierra, permitiendo que las alas se abran a lo desconocido y escondido en lo más insólito de nuestro ser. Estos textos invitan al descubri-cierto, lo que se descubre en la verdad da luz y paz, a darle nombre al amor mirando nuestro interior y confiar que las puertas que Dios abre tienen una providencial misión. Las puertas y ventanas que Él abrió en mí probablemente no son las mismas que las tuyas, aunque invito a cada ser que se anime a transformarse con la luz divina que a diario nos acompaña en nuestro despistado andar.

    BÚSCATE EN M͹

    Alma, buscarte has en mí,

    Y a mí buscarme has en ti.

    De tal suerte pudo amor,

    Alma, en mí te retratar,

    Que ningún sabio pintor

    Supiera con tal primor

    Tal imagen estampar.

    Fuiste por amor criada

    Hermosa, bella, y ansí

    En mis entrañas pintada,

    Si te pierdes, mi amada,

    Alma, buscarte has en mí.

    Que yo sé que te hallarás

    En mi pecho retratada

    Y tan al vivo sacada,

    Que si te ves te holgarás

    Viéndote tan bien pintada.

    Y si acaso no supieres

    Dónde me hallarás a mí,

    No andes de aquí para allí,

    Sino, si hallarme quisieres

    A mí, buscarme has en ti.

    Porque tú eres mi aposento,

    Eres mi casa y morada,

    Y ansí llamo en cualquier tiempo,

    Si hallo en tu pensamiento

    Estar la puerta cerrada.

    Fuera de ti no hay buscarme,

    Porque para hallarme a mí,

    Bastará solo llamarme,

    Que a ti iré sin tardarme

    Y a mí buscarme has en ti.

    1 Obras completas de Santa Teresa de Jesús; (1986); ed. 8ª; Madrid; Editorial Católica.

    Dios y mi alma (I)

    "Abandonémonos en las manos del Señor

    y no en las manos de los hombres,

    porque así como es su grandeza

    es también su misericordia".

    ²

    (Eclesiástico 2.18)

    2 Biblia El Pueblo de Dios; ed. 35ª ; Argentina, Buenos Aires; Editorial San Pablo.

    Acá, en este bello horizonte deslumbro la amarga soledad, imágenes recorren paisajes en mi mente, silencios asociándose con la paz, vidas olvidadas por la fría noche, solo corro pisando las huellas de los pasos que en un pasado marqué. Un camino tan recto que tiene solo una luz encendida, radiante esplendor hace reflejar mi alma oscurecida como una sombra, aún estás ahí mirándome y meciendo mi corazón en Tus manos acogedoras. Vientos tormentosos mueven mis sentimientos hacia la gran tempestad pero Tu cálido aliento dispersa mi ser por el abismo del amor, capaz de disminuir tanto bullicio en mis oídos y en esta carga que veo pesar en los hombros lastimados; hoy como ayer vuelves a cerrar esas heridas que sangran y duelen como una fina espina en la pupila de un ojo. Amo Tus suaves manos cuando me sostienes y arrastras de esta senda piedras que estorban mi andar, iba tan ciega caminando que de pronto adormecí mis sentidos y ciertamente desperté con el leve movimiento que Tus pies al andar hacían ida y vuelta en mi cansancio rodeado de debilidad. Rugiendo estaban esos seres con estremecedoras miradas, invadían mi alma desorbitada y atraída por la tentación que generaban dudas equivocadas en la traición, para quienes como los idealistas no existía un nombre ni un significado concreto y capaz de vencer a semejante bola de fuego, templada pero con una pausa eterna de inseguridad y persuasión, reflejando en el cielo las rojizas llamas explotando de soberbia condicionada por mi mirada alta sin importar qué es lo que veo, egoísmo tan solitario y verdadero como la mentira, ese individualismo de solo verme a mí en el espejo ajeno, la codicia o avaricia de tener dinero y no almas cerca de Dios, un fuego que quema nuestras pestañas llenas del polvo que mordemos cuando cerramos las manos a la caridad, un calor que enriquece la deshidratación del cuerpo y en la oscuridad ahoga a su espíritu. ¿Cómo vivir Contigo o sin Ti? Cuántas veces me he preguntado semejante absurdo al mirarme en el reflejo de aquella habitación cerrada, colapsada por la brisa de Tu magnanimidad, si vivir Contigo es tan bello por qué alejo mis pasos de Tus huellas y me dejo llevar como una veleta desequilibrada pensando que es mejor sin Ti. Sumergir en el océano mi vida provocó abrir los ojos ante la salida del deslumbrante sol, nadar cuando aún no sabía que podía, intentarlo una y mil veces más sin comprender la inmensidad de la creación, hacerlo solo Contigo es hallar la paz interior, creer que la vida que llevo es Tuya, al igual que todo lo que has pintado a mi lado, no dejaré que nadie apague las luces de ningún camino porque es allí donde estás. Súplicas solo deben salir de mis labios secos por el aire desierto de este lugar deshabitado, ingerir golpes de verdad por mi boca sellada por la timidez de no saber que con Él todo lo puedo, porque una gota de sangre dio la pauta de una nueva herida en mi corazón rasgado como el suelo reseco por la sequía, solo calmar la sed con el agua que hace ver a los ciegos y creer a los incrédulos, el amor más natural de un simple y transparente líquido sediento por la falta de uso, desarrolla en una garganta enmudecida las más suaves y dulces palabras que abren almas con la luz de los rayos de Su corazón y cierran el dolor en el costado. Como niegas todo a mis explicaciones cuando ya dejé de hablar con mi fuerza, es Dios quien transmite este misterio mientras oscurecemos un templo, solo mira a los ojos a cada uno y hay más de una palabra escondida suplicando por salir, cómo hemos dejado pasar el tiempo viendo la ficción en nuestra imaginación y a nuestro lado tenemos pura realidad que pinta la pantalla de color desesperanzador, ya has perdido la fe porque la desesperanza es para los que cercan las ventanas de su hogar y solo miran ver caer todo enfrente de ellos quedando inmóviles ante la crueldad de ser tan crueles, restando claridad al faro que ilumina al mar cuando pasamos en el bote de la vida delante de Ti, somos capaces de ir sin redes ni remos pero la Santa Providencia auxilia nuestro desbaratado andar con el pensamiento de respirar porque el aire lo permite, de oír porque podemos, de pecar porque fuimos tentados, de tanto sin sentido, de tantas excusas para disfrazar nuestra fe de hipocresía y no de verdad. Pero ¿por qué?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿para qué?, ¿cuándo?, ¿quién?, ¿cuánto?, ¿para qué tantas preguntas?, si nunca podemos ser entrevistadores ante el camino, la verdad y la vida, qué preguntas vacías se nos ocurren cuestionar viendo sus respuestas en la necesidad del otro, haciendo con nuestros rostros la tristeza y difícil manera de continuar levantando nuestra mano derecha para saludar al Padre, la sencilla y humilde convicción de acercarnos a Él dejándonos entrar en su morada, abriendo los labios para confesar las lastimaduras que le hacemos y permitirle habitar con una suave comunión en nuestra alma para la vida eterna.

    El mundo se convierte en el pecado más inmenso del dolor, dando vueltas en las manos de los débiles Tu palabra se entrecruza con la vanagloria de unos pocos siendo capaces de hacer jugar un sueño a las escondidas, ya para nadie importa un grito apagado de un niño por nacer. Cambiarán a la humanidad los ojos que apenas logran abrirse en el seno materno, transformas tu mano abierta en un puño incitando a un golpe en tu propia mejilla llena de abundante ignorancia disfrazada, das vuelta a la página equivocada en un libro ajeno que aún Dios está escribiendo, borras Su palabra como si fuera tuya, rompes sus hojas sin pensar en nada, vistes las verdaderas expresiones de mentira, ahora sientes tu vida yacer en un pozo profundo y tan completo de vacío como tu corazón sin latidos; pasos que giran en un mismo punto, a donde comenzaste terminarás, en ese lugar similar nos sostiene ese redondel tan perfecto que cubre las pupilas con un brillo encerrado de lágrimas y abierto a la soledad de tu amor. Es solo intentar y todo surgirá olvidando a la verdad en el miedo, equilibrando mis manos al temblar y confiando en la fuerza con la que venció David a Goliat administrada por quien abre los cielos, le da forma a mi alma agotada de tanta inclemencia, habiendo tantos movimientos fuertes

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